Nuevas fotos muestran a Boris Johnson, copa en mano, en una fiesta durante el confinamiento

El nombre en ingl¨¦s de la estrategia es character assasination. Es decir, asesinato del personaje. Es un arma pol¨ªtica con la que se va minando la credibilidad y reputaci¨®n del rival. Y a estas alturas, Boris Johnson ya no sabe por d¨®nde llegan los golpes, aunque se mantenga milagrosamente en pie. A pocas horas de que la n¨²mero dos del cuerpo de altos funcionarios del Reino Unido, Sue Gray, publique su informe definitivo sobre las fiestas prohibidas en Downing Street durante el confinamiento, un nuevo grupo de fotos muestra a Johnson, copa en mano, en alegre camarader¨ªa con su equipo, mientras el resto del pa¨ªs estaba encerrado en sus casas. Era la fiesta de despedida de su entonces director de Comunicaci¨®n, Lee Cain. Junto al primer ministro, que parece estar dando un breve discurso a los presentes, hay una mesa sobre la que reposan dos botellas de champ¨¢n o cava ¡ªno es posible precisarlo¡ª, cuatro botellas de vino y una de ginebra medio vac¨ªa, junto con galletas saladas, patatas fritas y vasos de cart¨®n. Era noviembre de 2020, y el confinamiento del Reino Unido estaba en su fase m¨¢s severa.

Un portavoz de Downing Street ha asegurado que las fotos han formado parte de la investigaci¨®n llevada a cabo por Scotland Yard. La polic¨ªa mult¨® a Johnson por su participaci¨®n en una fiesta organizada por su esposa, Carrie, para celebrar por sorpresa el cumplea?os del primer ministro. No recibi¨® ninguna sanci¨®n, sin embargo, por la reuni¨®n cuyas im¨¢genes ha revelado este lunes en exclusiva la cadena ITV.

La oposici¨®n laborista, y el Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP, en sus siglas en ingl¨¦s), la tercera formaci¨®n en n¨²mero de diputados, han reclamado de nuevo la dimisi¨®n de Johnson por haber mentido al Parlamento en varias ocasiones, cuando neg¨® que se hubieran incumplido las normas de distanciamiento social en Downing Street. ¡°Seg¨²n el primer ministro, no fue consciente de cinco botellas de vino (sic) y una medio vac¨ªa de alcohol. Ha quebrado las normas, desprestigiado su puesto y nos ha tomado a todos por tontos. Deber¨ªa hacer lo correcto y dimitir¡±, ha escrito en Twitter David Lammy, portavoz laborista de Exteriores. ¡°Es una verdadera desgracia que los conservadores lo mantengan en Downing Street. Degrada el puesto que ocupa. Ha llegado el momento de que hagan lo ¨²nico decente y se deshagan de ¨¦l. Este charlat¨¢n deber¨ªa ser ya un ex primer ministro¡±, ha dicho Ian Blackford, el portavoz del SNP en la C¨¢mara de los Comunes.

Pero la cr¨ªtica m¨¢s demoledora ha surgido de las propias filas del Partido Conservador. Steve Baker, el diputado que construy¨® la red de apoyos parlamentarios necesarios para derribar a Theresa May y encumbrar a Johnson, perdi¨® hace ya tiempo la fe en el pol¨ªtico que ayud¨® a sacar adelante el Brexit. Ya ha pedido su dimisi¨®n en sede parlamentaria. Este lunes, se limitaba a subir en su cuenta de Twitter uno de los carteles que difundi¨® el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido durante la pandemia. Un primer plano de una mujer con ojos desesperados, aferrada a la m¨¢scara de ox¨ªgeno. ¡°M¨ªrale a los ojos. Y dile que nunca te has saltado las normas. Lorna. Paciente de covid-19¡å.

El equipo de Johnson conf¨ªa en que la rebeli¨®n interna que se agit¨® durante los primeros d¨ªas del esc¨¢ndalo del partygate ha sido sofocada. Los diputados conservadores, intuye Downing Street, no tienen apetito de guerra interna, en medio de la crisis de Ucrania y con el serio problema del incremento de la inflaci¨®n y el coste de la vida. Pero basta un nuevo surgir del malestar entre los votantes para agitar la sensibilidad de unos pol¨ªticos cuyo apoyo a Johnson est¨¢ condicionado a su capacidad para hacerles ganar elecciones. Y los recientes comicios municipales tuvieron unos resultados muy decepcionantes.

El entorno de Johnson apuesta a que el informe de Gray cargue m¨¢s las tintas contra los altos funcionarios responsables de mantener el orden y el decoro en Downing Street durante la pandemia que contra el propio primer ministro, y dan casi por concluido el episodio y por consolidada la supervivencia de su jefe. La alta funcionaria decidi¨® publicar parte del documento a finales de enero.

Para no interferir en la investigaci¨®n policial, evit¨® dar a conocer las pruebas que estaba analizando Scotland Yard. Ese primer texto tuvo ya un contenido demoledor. El personal que trabajaba al servicio de Johnson en Downing Street en esas fechas hab¨ªa demostrado escaso respeto a las normas vigentes, y ¡°al menos en algunas de sus reuniones cometi¨® un grave incumplimiento a la hora de observar, no solo las normas ¨¦ticas exigibles a los que trabajan en el coraz¨®n del Gobierno, sino las que pod¨ªan exigirse a la poblaci¨®n brit¨¢nica en general durante este tiempo¡±, dec¨ªa el informe. Describ¨ªa un ambiente en el que imperaba ¡°un consumo excesivo de alcohol que no resulta nunca apropiado en el lugar de trabajo¡±, y ¡°fallos en el liderazgo y en el juicio empleado por diferentes departamentos del n¨²mero 10 de Downing Street¡±.

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