Sexo: hombre; edad: entre 20 y 30 a?os; etnia: uigur. As¨ª es la radiograf¨ªa de los reclusos en centros de reeducaci¨®n chinos en Xinjiang
Una filtraci¨®n saca a la luz miles de fotograf¨ªas que por primera vez permiten retratar la represi¨®n sistem¨¢tica de China contra esta minor¨ªa musulmana
Rahile Omer arquea levemente la comisura de los labios, como si tratara de esbozar una sonrisa imposible, mientras mira a la c¨¢mara con los ojos fijos. Es 20 de marzo de 2018, y esta adolescente uigur, que en ese momento tiene 14 a?os, posa para una fotograf¨ªa en alguna comisar¨ªa o centro de detenci¨®n en Konasheher, condado de la regi¨®n de Xinjiang, en el oeste de China. No ha cometido ning¨²n delito, pero las autoridades la consideran potencialmente peligrosa por sus v¨ªnculos familiares: sus dos padres hab¨ªan sido detenidos meses atr¨¢s por causas tambi¨¦n inconsistentes. La imagen de esta menor es una de las 2.884 fotograf¨ªas de ciudadanos de etnia uigur detenidos e internados que han salido a la luz en Los archivos policiales de Xinjiang, una filtraci¨®n que por primera vez permite poner rostro a la represi¨®n sistem¨¢tica de Pek¨ªn contra esta minor¨ªa musulmana de China.
La documentaci¨®n ¡ªobtenida por una fuente externa que prefiere mantener el anonimato por razones de seguridad a trav¨¦s de una intromisi¨®n en los sistemas inform¨¢ticos de la Oficina de Seguridad P¨²blica, la polic¨ªa china, de los condados de Konasheher y Tekes¡ª incluye 454 hojas de c¨¢lculo con informaci¨®n registrada entre 2017 y 2018 de aproximadamente 301.000 personas. Seg¨²n se desprende del n¨²mero de sus tarjetas de identidad, 286.000 tienen residencia en Konasheher, b¨¢sicamente la totalidad de la poblaci¨®n en 2018. En total, 282.492 de todos estos ciudadanos fichados por la polic¨ªa son uigures ¡ªentre ellos, 97.689 menores¡ª, de acuerdo con la informaci¨®n estudiada por un equipo liderado por el investigador alem¨¢n Adrien Zenz, miembro de la Fundaci¨®n en Memoria de las V¨ªctimas del Comunismo, y verificada por 14 medios de 11 pa¨ªses, incluido EL PA?S.
[Consulta de forma ¨ªntegra en este enlace las fichas de los reclusos junto al resto de documentos de la filtraci¨®n]
Entre los adultos, 22.762 tienen al menos dos anotaciones relacionadas con su ingreso en alg¨²n tipo de centro de internamiento o prisi¨®n, mayoritariamente entre 2017 y 2018, como la fecha o el motivo de la detenci¨®n, el nombre o la localizaci¨®n de las instalaciones en las que fueron arrestados o la duraci¨®n o el tipo de la pena impuesta. Es decir, la primera conclusi¨®n de la filtraci¨®n es que al menos el 12,3% de la poblaci¨®n adulta de Konasheher sufri¨® alg¨²n tipo de internamiento en centros de reeducaci¨®n, de detenci¨®n (destinados a los internos que esperan condena) o prisiones en el periodo analizado a partir de los archivos.
La filtraci¨®n contiene, adem¨¢s, 5.074 retratos tomados en comisar¨ªas o centros de detenci¨®n entre el 6 de enero y el 25 de julio de 2018, de los que 4.989 han podido ser atribuidos a una persona cuya informaci¨®n aparece en Los archivos policiales de Xinjiang. Decenas de estas im¨¢genes han sido verificadas por familiares en el exilio entrevistados por los medios que han participado en esta investigaci¨®n. Este art¨ªculo analiza los casos de uigures encerrados en alg¨²n centro de Konasheher entre 2017 y 2018 y cuyos retratos, tomados por las autoridades chinas, figuran en la filtraci¨®n. Son 2.884 personas. Sus im¨¢genes conforman el ¨¢lbum de las v¨ªctimas de la represi¨®n contra los uigures.
Rahile Omer y Memetreshit Memettursun, ambos con 15 a?os en 2018, son las dos personas m¨¢s j¨®venes que figuran en este archivo, que incluye a otros 13 menores y a 86 ciudadanos de m¨¢s de 60 a?os. Las de mayor edad son Aniham Hamit y Meryemnisa Ismayil, ambas de 73 a?os. La primera, que posa con semblante serio y aparece con dos algodones en la parte superior de sus orejas, se encontraba a la espera de juicio en el momento en que fue fotografiada. Meryemnisa Ismayil, en cambio, hab¨ªa sido ya condenada a ¡°recibir educaci¨®n¡± en lo que China llama eufem¨ªsticamente ¡°centros de educaci¨®n ideol¨®gica y entrenamiento profesional¡±. Seg¨²n Pek¨ªn, son residencias que los estudiantes pueden abandonar cuando deseen. Sin embargo, la informaci¨®n contenida en Los archivos policiales de Xinjiang ratifica que son campos de internamiento donde Pek¨ªn culmina el adoctrinamiento y asimilaci¨®n de la minor¨ªa uigur. La mayor¨ªa de estos 2.884 ciudadanos estuvieron recluidos en uno de estos centros de reeducaci¨®n.
El grueso de los internados son menores de 30 a?os (69%), un total de 2001 personas ¡ªincluidas los 15 menores¡ª. Tambi¨¦n predominan los hombres, 2.490 (86%), frente a las mujeres, 394 (14%). Aunque es dif¨ªcil trazar el perfil completo de todos ellos por la falta de informaci¨®n, los datos s¨ª permiten afirmar que entre los detenidos hay personas de todas las edades (entre los 15 y los 73) y de todos los niveles educativos (desde quienes nunca han recibido formaci¨®n alguna a universitarios).
La comparaci¨®n entre la informaci¨®n contenida en los documentos escritos y los metadatos que conservan las im¨¢genes permite determinar que algunas de las personas incluidas en este an¨¢lisis fueron fotografiadas tiempo despu¨¦s de haber sido detenidas. Una posible explicaci¨®n es que el momento en el que los retratos fueron realizados, ¡ªentre el 6 de enero y el 25 de julio de 2018, seg¨²n los metadatos de los archivos¡ª, coincide con una campa?a del Gobierno chino ¡°para obtener datos biom¨¦tricos de gran parte de la poblaci¨®n¡±, sostiene Adrian Zenz. De hecho, en las fichas de 1.435 personas (49,7%) se detalla el grupo sangu¨ªneo.
M¨¢s all¨¢ de los metadatos y las anotaciones incluidas por funcionarios chinos, la simple inspecci¨®n visual de las im¨¢genes aporta otros muchos detalles: las mujeres estaban siendo vigiladas, en el momento de ser fotografiadas, por personal femenino vestido de civil, mientras que junto a los hombres aparecen polic¨ªas con material antidisturbios como porras. Algunos de los detenidos tienen los brazos detr¨¢s de la espalda, ¡°lo que posiblemente indica que est¨¢n esposados¡±, seg¨²n Adrian Zenz. En unas 40 fotos de mujeres, aparece la misma vigilante con la misma ropa de civil y una tarjeta en la que puede leerse ¡°Centro de Educaci¨®n y Capacitaci¨®n de Habilidades Vocacionales del Condado de Konasheher¡±. Es un t¨¦rmino gen¨¦rico que no aclara el centro concreto de la regi¨®n en el que las mujeres hab¨ªan sido internadas. Sin embargo, seg¨²n los datos contenidos en los archivos, todas menos una hab¨ªan sido arrestadas en el centro de reeducaci¨®n Konasheher Industrial Park.
Detenciones arbitrarias
El an¨¢lisis detallado de los motivos que aducen las autoridades chinas para justificar las detenciones desvela la arbitrariedad de los arrestos y el esfuerzo por forzar los v¨ªnculos de los uigures recluidos con el extremismo religioso musulm¨¢n. En algunos casos, el arresto es recomendado por el IJOP (siglas en ingl¨¦s de Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas), un programa de big data que combina datos obtenidos autom¨¢ticamente con informaci¨®n que introducen los funcionarios chinos a trav¨¦s de una aplicaci¨®n. La causa puede ser, simplemente, tener a su vez un familiar detenido. En otros casos, se recurre a cargos gen¨¦ricos como ¡°perturbar el orden social¡± o a pretextos de ¨ªndole religiosa, como la lectura del Cor¨¢n, llevar la barba larga o cubrir la cabeza con un velo.
El caso de Rahile Omer es uno de los que mejor evidencia la inconsistencia de las detenciones. Su arresto fue recomendado por el IJOP, que hab¨ªa etiquetado a la adolescente como ¡°persona tipo 12¡å, una categor¨ªa que alude a quienes presentan ¡°pruebas de peligrosidad¡± porque est¨¢n conectados de alguna manera con alg¨²n caso policial. La joven fue considerada culpable por sus v¨ªnculos familiares: seg¨²n otros documentos incluidos en la filtraci¨®n, es la hija peque?a de un funcionario detenido durante una campa?a policial en Xinjiang. Sin m¨¢s motivos. En realidad, su padre, que fue arrestado el 3 de julio de 2017 y enviado al mismo campo de reeducaci¨®n en el que terminar¨ªa su hija, tambi¨¦n hab¨ªa sido etiquetado como ¡°persona de tipo 12¡å. En su caso, el v¨ªnculo que le convert¨ªa en culpable era su esposa y madre de Rahile Omer, detenida tambi¨¦n el 3 de julio de aquel mismo a?o. La mujer hab¨ªa sido sentenciada a seis a?os de c¨¢rcel por ¡°perturbar el orden social¡±, un cargo gen¨¦rico usado por las autoridades chinas contra las personas que est¨¢n en el punto de mira del Estado.
Tambi¨¦n las alertas del IJOP marcaron a Tunsagul Numermet el 25 de junio de 2017. Su padre, Numermet Bakr, ya hab¨ªa sido condenado a prisi¨®n. Seg¨²n figura en los documentos, las autoridades decidieron entonces dejar en libertad a esta mujer uigur por ser madre lactante. Sin embargo, la detendr¨ªan dos meses m¨¢s tarde. Ese mismo a?o, el 24 de diciembre, la condenaron a 16 a?os bajo el cargo gen¨¦rico de ¡°reunir a una multitud para alterar el orden social¡± y ¡°provocar peleas y problemas¡±, un delito, seg¨²n Adrien Zenz, poco probable para una joven madre que amamanta un beb¨¦. Su marido, Aburahman Hasan, entrevistado en Estambul (Turqu¨ªa) por la cadena de noticias brit¨¢nica BBC, ha confirmado que el retrato que aparece en Los archivos policiales de Xinjiang es el de su esposa. Seg¨²n su testimonio, fue detenida junto a la madre de Hasan. ¡°?C¨®mo pudo reunir a una multitud? Su vida se bas¨® en su familia¡±, afirma para rebatir la imputaci¨®n de las autoridades chinas.
Las motivaciones religiosas, encaminadas a presentar a los uigures como extremistas, son muy numerosas. Un ejemplo es Emetjan Yolwas, cuyo crimen fue vivir en ¡°una familia con una fuerte atm¨®sfera religiosa¡±, en la que ni se fumaba ni se tomaban bebidas alcoh¨®licas. Seg¨²n los datos de la filtraci¨®n, otra prueba que corrobora ese supuesto extremismo religioso es que ¡°sus tres hermanas peque?as¡± llevaban velo.
Tambi¨¦n Tohti Emet, una de las 20 personas de mayor edad cuyos datos de detenci¨®n en un centro de Konasheher aparecen en el archivo, fue detenido por motivos similares. Fue considerado culpable de haber escuchado discursos ¡°contra el tabaco y las bebidas alcoh¨®licas¡± y sobre la obligaci¨®n de las mujeres de cubrir su cabeza con un velo.
En otras ocasiones, las acusaciones tienen m¨¢s de 30 a?os, como le ocurri¨® a Asiygul Yusup. Seg¨²n las autoridades chinas, ¡°compr¨® en 1984 un libro religioso por un yuan en un puesto de libros¡± cerca de una mezquita ¡°con el fin de aprender a rezar¡±. Y en 1992, ¡°viol¨® la pol¨ªtica nacional de planificaci¨®n familiar debido al extremismo religioso y dio a luz un hijo m¨¢s¡±.
Adem¨¢s de estas condenas por motivos religiosos, Los archivos policiales de Xinjiang contienen otro documento con informaci¨®n e im¨¢genes de 330 hombres detenidos por actividades religiosas consideradas ilegales, como por ejemplo, el estudio del Cor¨¢n. Cuatro de ellos fueron fotografiados despu¨¦s en Konasheher. Es el caso de Tursun Kadir, detenido el 2 de abril de 2017 y condenado a 13 a?os de prisi¨®n por emplear el ¡°extremismo religioso para socavar el cumplimiento de la ley¡± y por ¡°reunir a una multitud y perturbar el orden social¡±. El archivo recoge informaci¨®n de Qadir desde 1980, cuando, seg¨²n los datos recopilados por las autoridades chinas, ¡°estudi¨® ilegalmente las escrituras¡±. Entre los cargos que se le imputan, figura que ¡°desde agosto de 2014 hasta abril de 2017 dej¨® crecer su barba por la influencia del extremismo religioso¡±, una recriminaci¨®n que aparece en las causas contra otros hombres. La comparaci¨®n entre las dos im¨¢genes de Qadir existentes en la filtraci¨®n certifican que, tras su internamiento en Konasheher, el hombre dej¨® de lucir su barba. Hab¨ªa iniciado el camino con el que el Estado chino pretende, seg¨²n confirman documentos de filtraciones anteriores, ¡°lavar cerebros¡±, ¡°limpiar corazones¡± y ¡°expulsar al diablo¡±.
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