La pobreza y la inflaci¨®n alimentan el nuevo estallido de Ecuador
El grito de auxilio de los ind¨ªgenas en las calles por el empobrecimiento de las comunidades se aten¨²a frente a las maniobras pol¨ªticas para descabezar al Gobierno
La pol¨ªtica se ha adue?ado otra vez de la protesta de la calle en Ecuador. El grito de malestar del movimiento ind¨ªgena, sostenido durante dos semanas con manifestaciones y boicots al tejido productivo del pa¨ªs, ha quedado silenciado por la ...
La pol¨ªtica se ha adue?ado otra vez de la protesta de la calle en Ecuador. El grito de malestar del movimiento ind¨ªgena, sostenido durante dos semanas con manifestaciones y boicots al tejido productivo del pa¨ªs, ha quedado silenciado por la intentona de la oposici¨®n de destituir al presidente Guillermo Lasso. La maniobra pol¨ªtica solo prosperar¨¢ si los legisladores de la bancada de UNES, pilotados por el exmandatario Rafael Correa desde la distancia, cosechan los votos suficientes en la Asamblea. Pero ha enviado a segundo plano las urgencias econ¨®micas y sociales que provocaron el segundo gran estallido social del pa¨ªs en tres a?os. La mejora de la vida en las zonas m¨¢s pobres vuelve ahora a depender de un intento de di¨¢logo aturdido por el ruido de la pugna de poderes.
El Gobierno tiene a su presidente pendiente de su propia moci¨®n de censura y la Confederaci¨®n de las Nacionalidades Ind¨ªgenas se sienta a la mesa de negociaci¨®n en un clima de desconfianza e incredulidad. Ambas partes tienen en su mano poner fin en los pr¨®ximos d¨ªas a una movilizaci¨®n que, adem¨¢s de dar voz a las comunidades campesinas, ha acentuado la polarizaci¨®n de la sociedad. A los manifestantes les arrecian cr¨ªticas de una mayor¨ªa de ciudadanos que no viven las mismas estrecheces pero que han visto desvanecerse sus esfuerzos de recuperaci¨®n econ¨®mica debido a los cierres de carreteras y al boicot a las actividades productivas.
Como en el actual, en el paro nacional de octubre de 2019, las demandas sociales planteadas ante el entonces presidente Len¨ªn Moreno tambi¨¦n se diluyeron por la infiltraci¨®n de violentos en las protestas y por la canibalizaci¨®n del di¨¢logo por la agenda pol¨ªtica de la oposici¨®n. Fueron de nuevo los aliados de Correa, que no puede volver a Ecuador ni participar en pol¨ªtica por tener una condena en firme por sobornos, quienes avivaban la cr¨ªtica a la gesti¨®n gubernamental. El clamor de las calles solo se silenci¨® cuando Moreno cedi¨®. Devolvi¨® las ayudas del Estado a las gasolinas de venta al p¨²blico, pero luego resucit¨® ese recorte en plena pandemia de la covid-19 con una f¨®rmula de porcentajes que promet¨ªa que la liberaci¨®n de los precios del combustible ser¨ªa progresiva y no se sentir¨ªa tanto en los bolsillos de las familias.
Concluidos los confinamientos por coronavirus y ante un nuevo Gobierno, el del conservador Guillermo Lasso, los l¨ªderes ind¨ªgenas volvieron a pedir audiencia en el Palacio de Carondelet para trasladar las dificultades de las zonas rurales de Ecuador. Viven, principalmente, de la agricultura a peque?a escala y de la cadena de transporte. Tras un a?o de conversaciones, la Confederaci¨®n de Nacionalidades Ind¨ªgenas rompi¨® la cuerda y convoc¨® a sus bases a movilizarse. Ni el Ejecutivo ni el brazo pol¨ªtico ind¨ªgena en la Asamblea Nacional -el bloque de Pachakutik, que es el segundo con m¨¢s esca?os despu¨¦s de los leales a Correa- atendieron oportunamente sus reivindicaciones y, como reacci¨®n, salieron a bloquear las principales carreteras del pa¨ªs hace dos semanas con una carta de pedidos de 10 puntos.
Bajar el precio de la gasolina y congelarlo para compensar la escalada del petr¨®leo a nivel internacional es la exigencia principal. Pero no la ¨²nica relacionada con el encarecimiento de la vida en el pa¨ªs latinoamericano. Las organizaciones ind¨ªgenas piden al Gobierno que controle los precios de los alimentos y de las materias primas que se usan en los cultivos. Cualquier incremento de los costes en la agricultura local, con la que se alimenta todo el pa¨ªs, impacta en el precio final de los v¨ªveres y en si las familias ecuatorianas consiguen o no llegar a final de mes. Como gesto de que el Ejecutivo est¨¢ dispuesto a escuchar cu¨¢les son las urgencias sociales, Lasso anunci¨® en las jornadas m¨¢s violentas del paro nacional que subvencionar¨ªa el precio de la urea para que el fertilizante cueste lo mismo que antes del ataque de Rusia, debido a la dependencia de Am¨¦rica Latina de esta materia prima agr¨ªcola procedente de Ucrania.
Como trasfondo a todas las peticiones de los manifestantes est¨¢ la carest¨ªa de la vida y la falta de soluciones ofrecidas por el presidente Guillermo Lasso en sus primeros doce meses de gesti¨®n. Esa sensaci¨®n de insatisfacci¨®n no es propia ¨²nicamente de los ind¨ªgenas indignados sino de una generalidad de la poblaci¨®n que ha visto c¨®mo la inseguridad ciudadana com¨ªa terreno a sus rutinas diarias, a medida que el crimen organizado y las bandas relacionadas al narcotr¨¢fico sembraban de asesinatos y asaltos violentos el d¨ªa a d¨ªa de los ecuatorianos.
Ecuador tampoco ha resuelto el alarmante problema de corrupci¨®n en la salud p¨²blica, que copa las noticias de forma recurrente por las denuncias de m¨¦dicos y pacientes de que en los hospitales no hay medicamentos b¨¢sicos y, en algunos casos, ni siquiera hilo de sutura. El desgaste de la credibilidad del Gobierno es una percepci¨®n compartida por los manifestantes y por quienes los critican. Y es la baza que ha aprovechado la oposici¨®n leal a Rafael Correa para ahondar la crisis pol¨ªtica nacional con un intento de destituci¨®n del presidente Lasso y para forzar el adelanto de las elecciones.
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