El Partido Conservador explora c¨®mo acelerar la salida de Boris Johnson de Downing Street
La direcci¨®n de la formaci¨®n decidir¨¢ el lunes el calendario de las primarias, con intenci¨®n de acortar el proceso. Downing Street echa atr¨¢s los planes del matrimonio Johnson de usar la residencia campestre de Chequers para su aniversario de boda en julio
Los jugadores de billar americano saben que el momento que marca la partida es el primer golpe. El que dispersa por la mesa el tri¨¢ngulo de bolas. Boris Johnson, que tiene la habilidad de citar de memoria un p¨¢rrafo de La Il¨ªada, rescatar una voz popular desconocida para el resto de interlocutores o inventarse sus propias palabras, dej¨® caer en su discurso de dimisi¨®n la expresi¨®n Them¡¯s the breaks. Es un modo de reconocer una situaci¨®n no deseada, en su caso la renuncia forzada a liderar el Partido Conservador (Esto es lo que hay, podr¨ªa traducirse). Y es tambi¨¦n lo que se dice en la jerga billar¨ªstica cuando comienza el juego (As¨ª queda roto, en su literalidad). Johnson ha provocado ya que una multitud de candidatos a sucederle comiencen a golpearse entre ellos como bolas enloquecidas, mientras ¨¦l contin¨²a en Downing Street, como primer ministro, y con el taco en la mano. El Partido Conservador explora f¨®rmulas diversas para que su permanencia al frente del Gobierno sea lo m¨¢s breve posible.
A ¨²ltima hora del d¨ªa m¨¢s triste de su carrera pol¨ªtica, convoc¨® a su nuevo Gobierno ¨Dhab¨ªa reemplazado precipitadamente a todos los ministros dimitidos¨D, para trasmitir una pretendida imagen de estabilidad institucional. Ya les advirti¨® de que no pensaba ¡°impulsar nuevas pol¨ªticas ni imponer cambios de rumbo¡±. Su anhelada bajada de impuestos tendr¨ªa que esperar.
Muchos miembros relevantes del Partido Conservador est¨¢n inquietos ante la idea de que Johnson se mantenga durante un tiempo que podr¨ªa ser muy largo al frente de la nave. En su primera conversaci¨®n con Graham Brady, el presidente del Comit¨¦ 1922 (el organismo que re¨²ne a los diputados tories sin cargo en el Gobierno, encargado de organizar el proceso de primarias y elecci¨®n de nuevo l¨ªder), anunci¨® su intenci¨®n de permanecer como primer ministro en funciones hasta el oto?o ¨Doctubre, previsiblemente¨D, cuando se celebrar¨ªa el congreso anual del Partido Conservador. Ese ser¨ªa el momento de elegir a la nueva persona al frente de la formaci¨®n, y de proceder al relevo del primer ministro.
¡°La propuesta de que el primer ministro permanezca en el cargo por un periodo de hasta tres meses, despu¨¦s de haber perdido el apoyo de su Gabinete, de los altos cargos del Gobierno y del grupo parlamentario es insensata, y probablemente insostenible¡±, apuntaba el ex primer ministro John Major. Enseguida se sumaban al coro otros conservadores notables, como el diputado Simon Hoare o la exministra ¨Dy excandidata a liderar el partido¨D Andrea Leadsom. Hasta Robert Buckland, que ha regresado al Gobierno para ocupar el Ministerio de Asuntos de Gales, dejaba este jueves claro que ¡°este primer ministro ya no tiene la autoridad pol¨ªtica para impulsar nada nuevo¡±.
¡°Desgraciadamente, es dif¨ªcil pensar que Johnson, dada su personalidad, sea capaz de gobernar durante tres meses con una actitud humilde y arrepentida. No ha sido ese el tono de su discurso de dimisi¨®n¡±, resum¨ªa los temores de muchos conservadores en la ma?ana del jueves el ex secretario de Estado para la Ciencia George Freeman.
La fiesta de boda aplazada
En medio de los sesudos an¨¢lisis pol¨ªticos del d¨ªa de la dimisi¨®n, el tabloide Daily Mirror soltaba otra bomba retardada: el matrimonio Johnson hab¨ªa planeado una fiesta por todo lo alto para el 30 de julio en Chequers, la residencia oficial de campo del primer ministro brit¨¢nico. La idea era celebrar en condiciones, con familiares y amigos, el primer aniversario de boda. Boris Johnson y Carrie Symonds se casaron el a?o pasado en una ceremonia privada, en la Abad¨ªa de Westminster, con todas las restricciones de aforo que impon¨ªa entonces la pandemia. Fuentes citadas por el diario aseguraban que la fiesta era una raz¨®n de peso para que Johnson intentara aguantar en Downing Street todo lo posible.
Inicialmente, los portavoces del primer ministro quisieron ridiculizar la informaci¨®n e insistieron en que la permanencia al frente del Gobierno respond¨ªa ¡°al sentido del deber¡± de Johnson, pero no desmintieron que la fiesta estuviera planeada. Y los diputados conservadores est¨¢n ya lo suficientemente escaldados con las anteriores mentiras de Johnson como para concederle un ¨²ltimo beneficio de la duda. Finalmente, Downing Street ha salido este viernes a aclarar que la residencia campestre de Chequers no albergar¨¢ el aniversario.
Estrategia de aceleraci¨®n
La ejecutiva del Comit¨¦ 1922 se reunir¨¢ este mismo lunes. En el orden del d¨ªa, como primer punto, debe convocar la votaci¨®n de una nueva ejecutiva, pero es un proceso r¨¢pido. A partir de ah¨ª, la cuesti¨®n crucial ser¨¢ c¨®mo adelantar el proceso de primarias y elecci¨®n de un nuevo l¨ªder del Partido Conservador. En 2019, la carrera tom¨® dos meses, en los que la entonces primera ministra, Theresa May, sigui¨® al frente del Gobierno.
La elecci¨®n se realiza en dos fases. En una primera, los diputados participan en sucesivas votaciones de descarte, hasta que solo quedan dos candidatos. Las reglas utilizadas en 2019 impon¨ªan que, en primera convocatoria, quedaran eliminados los aspirantes que no lograran al menos 17 apoyos (5% de los diputados). En la segunda, los que no alcanzaran los 33 (10%). Y en las sucesivas, el menos votado queda fuera hasta que solo haya dos. Es muy probable que, con al menos quince aspirantes a suceder a Johnson, y todos ellos de notable popularidad, se tome la decisi¨®n de acelerar plazos y endurecer reglas para que el proceso se realice con rapidez.
El periodo de sesiones del Parlamento concluye el 21 de julio. Para entonces, conf¨ªan muchos conservadores, deber¨ªa quedar claro al menos qui¨¦nes son los dos rivales que pasar¨ªan a una segunda fase. A partir de ah¨ª se requieren plazos m¨¢s pausados, para que los afiliados organicen encuentros con los aspirantes y puedan escucharles en persona. En el mejor de los casos, no habr¨ªa nuevo l¨ªder o nuevo primer ministro hasta finales de agosto o principios de septiembre.
Y mientras, Johnson seguir¨ªa al mando, a no ser que alguien le convenciera para entrar en raz¨®n. No existe un mecanismo constitucional para reemplazarle a la fuerza, ni una figura definida ¨Dcomo ser¨ªa en Espa?a la de una vicepresidencia del Gobierno¨D para asumir su puesto. El bot¨®n nuclear de presentar una moci¨®n de confianza en el Parlamento, sobre todo si fuera la oposici¨®n laborista la que lo hiciera, llevar¨ªa a una guerra civil entre los conservadores, y unas elecciones anticipadas ¨Den caso de prosperar¨D que no desean.
Todo es un terreno difuso y controvertido. El actual ministro de Justicia, Dominic Raab, ocupa hoy el cargo de viceprimer ministro. Pero es m¨¢s honor¨ªfico que jer¨¢rquico. Teniendo en cuenta que ha anunciado que no pretende competir por el liderazgo del partido, como s¨ª hizo en 2019, podr¨ªa ser la persona perfecta para mantener por el tiempo necesario una estabilidad anodina y sin sorpresas en el Gobierno. Pero para eso ser¨ªa necesario que Johnson, finalmente, entendiera que la partida ha terminado definitivamente.
La polic¨ªa no multar¨¢ al l¨ªder laborista por saltarse el confinamiento
La policía de Durham ha cerrado definitivamente la investigación sobre el líder del Partido Laborista después de dos meses de pesquisas. Keir Starmer no será multado por saltarse las reglas del confinamiento. La decisión supone un notable impulso político para el jefe de la oposición, por contraposición al destino final de Boris Johnson, obligado por los suyos a dimitir por su falta de credibilidad y honestidad.
En medio del escándalo de las fiestas en Downing Street durante el confinamiento, diversos medios publicaron una foto en la que, tras la ventana, se veía a Starmer tomar una cerveza con lo que parecía un grupo de personas. Era el 30 de abril del año pasado, y todavía seguían prohibidas las reuniones en el interior de habitantes de hogares distintos. Pocos días después iban a celebrarse elecciones parciales en la zona, y Starmer hacía campaña con su equipo. La reunión, explicó entonces, era un descanso de trabajo en el que él y otros (17, según la policía) encargaron comida india y unas cervezas. Entraba aparentemente dentro de las excepciones contempladas en las normas de distanciamientos social entonces vigentes. El equipo de Johnson, sin embargo, desesperado por situar a los dos líderes en el mismo rasero para descargar culpas, hizo mucho ruido con “la foto de la cerveza”.
Starmer tomó entonces una decisión arriesgada, que llevó a muchos de sus rivales dentro del partido a frotarse las manos. Se comprometió a dimitir si la policía le imponía una multa, como había hecho con Johnson por su participación en las fiestas de Downing Street. “La policía ha concluido sus investigaciones y está de acuerdo: no hay caso por el que responder”, ha escrito Starmer en su cuenta de Twitter. “Para mí, todo esto fue siempre una cuestión de principios. La honestidad y la integridad importan. Y siempre podrán contar conmigo para ello”. El líder laborista ha vuelto a reclamar a Johnson que abandone lo antes posible Downing Street.
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