Los republicanos cierran filas con Donald Trump y acusan de politizaci¨®n al FBI
El registro de la mansi¨®n del expresidente aumenta la polarizaci¨®n en Estados Unidos y marca las elecciones
?Qu¨¦ han encontrado los agentes federales en la mansi¨®n de Donald Trump? Esa pregunta sigue sin respuesta. Mientras que el FBI, el Departamento de Justicia y la Casa Blanca guardan silencio sobre el registro de Mar-a-Lago, los republicanos han salido en tromba a presentar la operaci¨®n como una maniobra pol¨ªtica ileg¨ªtima para da?ar al expresidente. El registro eleva la temperatura de la olla a presi¨®n de la pol¨ªtica estadounidense, en la que ha sido un bombazo cuya onda expansiva alcanzar¨¢ a las elecciones legislativas de dentro de tres meses y, muy probablemente, a las presidenciales de 2024.
Trump parec¨ªa ya m¨¢s que dispuesto a entrar en la carrera presidencial, pero las personas m¨¢s cercanas al expresidente creen que el registro de su casa no debilita sino que refuerza su voluntad de concurrir a las urnas, aunque sea para reivindicarse a s¨ª mismo. Trump ha optado por presentarse como un m¨¢rtir v¨ªctima de la persecuci¨®n pol¨ªtica y de un ¡°ataque coordinado de la izquierda radical¡± y de los fiscales, como lo calific¨® el martes en su red social.
Los republicanos, sobre todo los m¨¢s radicales, ya hab¨ªan abrazado el discurso de la instrumentalizaci¨®n de la justicia como arma, y algunos, empezando por el propio Trump, hablaban de un sistema ¡°sovi¨¦tico¡±. Tras el registro, el discurso se ha extremado y generalizado. Numerosos gobernadores republicanos han suscrito el mensaje del expresidente, incluido Ron DeSantis, de Florida, que suena como alternativa a Trump para las presidenciales de 2024: ¡°El registro de MAL [Mar-a-Lago] es otra escalada en el uso de las agencias federales como armas contra los oponentes pol¨ªticos del R¨¦gimen, mientras que personas como Hunter Biden son tratadas con guantes de seda¡±, tuite¨®, para concluir: ¡°Rep¨²blica Bananera¡±.
¡°Esto es el siguiente nivel de nixonismo¡±, dijo Gregg Abott, gobernador de Texas. ¡°Nunca antes el pa¨ªs hab¨ªa visto a una Administraci¨®n llegar a tal extremo para utilizar los resortes del Gobierno para atacar a un expresidente y rival pol¨ªtico. Esto convierte el poder en un arma para aplastar la disidencia. Tales abusos deben tener l¨ªmites¡±, a?adi¨®.
En el mismo sentido se pronunci¨® la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem: ¡°La redada del FBI en la casa del presidente Trump es un uso sin precedentes del Departamento de Justicia como arma pol¨ªtica. Han perseguido al presidente Trump como candidato, como presidente y ahora como expresidente. Utilizar el sistema de justicia penal de esta manera es antiamericano¡±. O el de Virginia, Glenn Youngkin: ¡°Las acciones selectivas y pol¨ªticamente motivadas no tienen cabida en nuestra democracia¡±.
La lista es interminable. Hasta Mike Pence, que fue vicepresidente con Trump, pero est¨¢ enfrentado a ¨¦l desde la sesi¨®n de certificaci¨®n de la victoria de Joe Biden del 6 de enero de 2021, se sum¨®: ¡°La acci¨®n de ayer [por el lunes] socava la confianza del p¨²blico en nuestro sistema de justicia, y el fiscal general Garland debe dar una explicaci¨®n completa al pueblo estadounidense de por qu¨¦ se tom¨® esta acci¨®n y debe hacerlo inmediatamente¡±.
Harriet Hageman, favorita para vencer en las primarias republicanas de Wyoming de la semana pr¨®xima, con lo que arrebatar¨ªa el esca?o en la C¨¢mara de Representantes a Liz Cheney, la m¨¢s feroz cr¨ªtica de Trump dentro de su partido, vio la ocasi¨®n de marcar el terreno denunciando ¡°persecuci¨®n pol¨ªtica¡±: ¡°Si el FBI puede tratar a un expresidente de esta manera, imagine lo que pueden hacer con el resto de nosotros. Es un sistema de justicia de doble rasero: uno para las ¨¦lites y otro para sus enemigos pol¨ªticos¡±.
Si faltaba algo para cargar las tintas, el congresista por Pensilvania Scott Perry denunci¨® el martes que tres agentes del FBI fueron a verle mientras viajaba con su familia y se apoderaron de su tel¨¦fono m¨®vil. ¡°Estoy indignado ¡ªaunque no sorprendido¡ª de que el FBI, bajo la direcci¨®n del Departamento de Justicia de Merrick Garland, se incaute del tel¨¦fono de un miembro del Congreso en activo¡±. Eso encendi¨® a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos de algunos de sus correligionarios.
Pa¨ªs tercermundista, politizaci¨®n del FBI, uso de la justicia como arma pol¨ªtica, persecuci¨®n de los opositores se repet¨ªa en todo el espectro republicano, siempre sin aportar ninguna prueba y sin conocer el detalle de las actuaciones. En el lado dem¨®crata domina la prudencia y, a veces, las dudas sobre si la operaci¨®n se puede volver en contra: ¡°El Departamento de Justicia debe explicar inmediatamente la raz¨®n de su redada y debe ser algo m¨¢s que una b¨²squeda de archivos intrascendentes o ser¨¢ visto como una t¨¢ctica pol¨ªtica y socavar¨¢ cualquier futura investigaci¨®n cre¨ªble y la legitimidad de las investigaciones del 6 de enero¡±, escribi¨® Andrew Cuomo, exgobernador de Nueva York.
Escenarios inciertos
Los escenarios que se abren son m¨²ltiples e inciertos y su desarrollo depende en gran medida de la evoluci¨®n de las investigaciones y los casos judiciales en que est¨¢ inmerso Trump, empezando por el relativo al manejo de documentos presidenciales.
Que Trump se hab¨ªa llevado documentos a Mar-a-Lago se sab¨ªa desde hace meses, que algunos de ellos estaban marcados como confidenciales y otros estaban da?ados, tambi¨¦n. Los propios Archivos Nacionales lo hab¨ªan contado en un amplio comunicado. ?Permite eso su procesamiento? No hay precedentes, pero ser¨ªa defendible con la letra de la ley, que contempla dos delitos diferentes relacionados con el manejo de documentos, con los que Trump nunca fue cuidadoso. ?Justifica registrar la casa de un expresidente? Depende de qu¨¦ indicios adicionales tuviera el FBI de que era necesario hacerlo.
Los responsables de los Archivos sospechaban que Trump no hab¨ªa entregado todos los documentos y dieron traslado de ello al Departamento de Justicia, que ha mantenido durante meses una investigaci¨®n y un tira y afloja con Trump que hab¨ªa pasado casi inadvertido hasta el registro del lunes. En la pr¨¢ctica, el juicio sobre lo adecuado de la actuaci¨®n depender¨¢ de lo que los agentes hayan encontrado. Si no han conseguido pruebas con la entrada en Mar-a-Lago, va a ser muy dif¨ªcil defender que el registro, del que la Casa Blanca asegura no haber recibido aviso previo, ten¨ªa sentido.
La mayor parte de los observadores y comentaristas consideran que el Departamento de Justicia y el FBI no pueden haber dado un paso as¨ª a la ligera, y que un juez no habr¨ªa autorizado un registro de la mansi¨®n de Trump sin indicios contundentes, pero a falta de explicaciones, la respuesta de los republicanos ha ocupado el terreno.
El impacto electoral a corto plazo tampoco es evidente. Trump puede verse tentado a adelantar el anuncio de que se presentar¨¢ a las presidenciales de 2024, pero eso podr¨ªa convertir las legislativas de noviembre, que los republicanos daban casi por ganadas pese a la reciente buena racha de Biden, en un refer¨¦ndum sobre el expresidente, algo que no gusta nada en su partido porque puede galvanizar y movilizar a los votantes dem¨®cratas. Pero aunque no haga ese anuncio, Trump va a estar mucho m¨¢s presente en la mente de los votantes de lo que ya lo estaba, que no era poco.
Cita con la fiscal¨ªa este mi¨¦rcoles
Los problemas judiciales se le acumulan a Donald Trump. El expresidente está citado a declarar este miércoles en el marco de la investigación de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, sobre sus negocios inmobiliarios, según publicó el martes por la noche Insider.
Según dicha publicación, está previsto que Trump sea interrogado en persona en Manhattan. La fiscal le acusa de falsedades en los documentos utilizados por su grupo para lograr cientos de millones de dólares en exenciones fiscales y préstamos bancarios. La declaración estaba inicialmente prevista para julio, pero se retrasó por la muerte de su primera esposa, Ivana Trump.
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