Biden recupera fuelle a tres meses de unas elecciones legislativas muy complicadas para los dem¨®cratas
La aprobaci¨®n del plan contra la inflaci¨®n, los buenos datos de paro, el s¨ª al aborto en Kansas y la muerte del l¨ªder de Al Qaeda ofrecen al presidente de EE UU su mejor racha desde que lleg¨® a la Casa Blanca y le devuelven la esperanza ante los comicios de noviembre
No est¨¢ todo perdido. El pesimismo se hab¨ªa instalado en el bando dem¨®crata ante las elecciones legislativas del pr¨®ximo 8 de noviembre. El relato republicano de un pa¨ªs de precios disparados, inmigraci¨®n descontrolada y delincuencia rampante se ha instalado en el electorado; la popularidad de Joe Biden hab¨ªa ca¨ªdo por los suelos y las previsiones apuntaban ¡ªa¨²n lo hacen¡ª a una derrota clara de su partido. El presidente de Estados Unidos, sin embargo, ha encadenado una racha de ¨¦xitos en las ¨²ltimas semanas que ha devuelto las esperanzas a los suyos.
El humorista Bill Maher hizo un chiste en su programa: ¡°Escuchen esto, Biden ha vuelto a coger la covid y ha tenido la mejor semana de su presidencia¡±. El lunes, Estados Unidos anunci¨® que hab¨ªa culminado con ¨¦xito una operaci¨®n para matar con un dron al l¨ªder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, en Kabul. El martes, Kansas rechaz¨® en refer¨¦ndum una reforma de su constituci¨®n estatal, que habr¨ªa permitido prohibir el aborto. El mi¨¦rcoles, el Senado aprob¨® una ley de ayuda a los veteranos de guerra. El jueves, Biden se asegur¨® el apoyo del voto decisivo para su ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n y el Senado aprob¨® por abrumadora mayor¨ªa la ampliaci¨®n de la OTAN para dar cabida a Suecia y Finlandia. El viernes, la tasa de paro baj¨® al 3,5% e igual¨® su m¨ªnimo en el ¨²ltimo medio siglo, con una cifra de empleo r¨¦cord, por encima del nivel prepandemia. El s¨¢bado, Biden dio negativo en covid, y el domingo, el Senado aprob¨® la citada ley, el proyecto estrella de Biden, con medidas fiscales, clim¨¢ticas y sanitarias.
Este ¨²ltimo es con diferencia el triunfo que m¨¢s valora Biden. La Casa Blanca ha lanzado decenas de comunicados esta semana en defensa de una ley que sube los impuestos a las grandes empresas, rebaja el coste de algunos medicamentos para parte de la poblaci¨®n y dedica un paquete de incentivos sin precedentes a la transici¨®n energ¨¦tica para reducir las emisiones de efecto invernadero. Preguntado sobre el efecto que puede tener en las elecciones, Biden ha dicho este lunes antes de viajar a Kentucky para visitar la zona que ha sufrido unas recientes inundaciones: ¡°?Espero que ayude? S¨ª, lo espero. Va a ayudar inmediatamente¡±.
Aunque contenga medidas de calado en diversas materias, la ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n no servir¨¢ para reducir la inflaci¨®n. Su denominaci¨®n es pol¨ªtica, no t¨¦cnica, y permite a los dem¨®cratas un relato con el que afrontar la campa?a. En junio y julio, la gasolina marcaba precios r¨¦cord, la ley de Biden parec¨ªa muerta, las sentencias del Supremo impon¨ªan su agenda conservadora, la palabra recesi¨®n asomaba en el horizonte y la popularidad de Biden ca¨ªa a los niveles m¨¢s bajos que se recuerdan para un presidente a esta altura de su mandato. En su propio partido se abr¨ªa el debate sobre si habr¨ªa que buscar un candidato alternativo para 2024. La moral dem¨®crata estaba por los suelos.
Todo eso no se cambia de la noche a la ma?ana, pero los dem¨®cratas tienen ahora un mensaje que vender en las elecciones de dentro de tres meses, en las que se renueva un tercio de los 100 senadores (el mandato es de seis a?os) y la totalidad de la C¨¢mara de Representantes, por dos a?os.
Los precedentes, contra los dem¨®cratas
Los precedentes juegan en contra de los dem¨®cratas. Hist¨®ricamente, el partido del presidente pierde esca?os en las elecciones de mitad de mandato. Es as¨ª desde que existen las elecciones intermedias directas y as¨ª ha ocurrido salvo en 1934 (Franklin D. Roosevelt), 1998 (Bill Clinton) y 2002 (George W. Bush). En el Senado hay alguna excepci¨®n m¨¢s, pero no demasiadas: en el ¨²ltimo siglo solo lograron mejorar su posici¨®n Roosevelt (1934), John F. Kennedy (1962), Richard Nixon (1970), George W. Bush (2002) y Donald Trump (2018).
El Senado est¨¢ partido ahora por la mitad y es la vicepresidenta, Kamala Harris, la que deshace el empate cuando los dos partidos votan en sentido contrario. Con perder un solo esca?o, los dem¨®cratas se quedan sin el control. Tienen la ventaja de que la mayor¨ªa de los senadores que toca renovar son ahora republicanos y tienen sus mayores esperanzas en dos Estados en los que Biden gan¨® a Trump en 2020 y en los que sendos senadores republicanos acaban su mandato: Wisconsin y, sobre todo, Pensilvania. Los republicanos, por su parte, creen que pueden arrebatar a los dem¨®cratas Nevada, Arizona y Georgia, principalmente. En la mayor¨ªa de los otros Estados, la suerte est¨¢ casi echada.
En la C¨¢mara Baja se renuevan los 435 representantes, aunque en la pr¨¢ctica solo hay 40 o 50 esca?os verdaderamente disputados. La culpa es del gerrymandering, la ingenier¨ªa electoral que permite a los gobernantes de cada Estado redibujar los distritos para maximizar los representantes asegurados, salvo debacle, claro. Pero la mayor¨ªa dem¨®crata es tan precaria (tiene 220 esca?os y la mayor¨ªa son 218) que la derrota se da casi por segura.
El peso de la econom¨ªa
La econom¨ªa parece el tema dominante en las elecciones. Echar gasolina, hacer la compra, pagar la luz, viajar o salir a cenar es ahora mucho m¨¢s caro que hace un a?o. Las subidas de tipos encarecen las hipotecas. La confianza de los consumidores, pese al alto nivel de empleo, est¨¢ en m¨ªnimos. Quiz¨¢ la inflaci¨®n afloje un poco en estos tres meses (este mi¨¦rcoles se publica el dato de julio), pero no va a ser suficiente. Adem¨¢s, los expertos prev¨¦n un deterioro del empleo. ¡°Mi previsi¨®n es que en torno al d¨ªa de las elecciones estaremos en recesi¨®n, o si t¨¦cnicamente no estamos en recesi¨®n, se sentir¨¢ como una recesi¨®n¡±, sentenciaba recientemente en una charla con periodistas el profesor James Hughes, de la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey), que quitaba un poco de hierro a su pron¨®stico al decir que hab¨ªa previsto ¡°nueve de las ¨²ltimas cinco recesiones¡±.
Ross Baker, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la misma universidad, subrayaba, no obstante, que en las legislativas pueden tener un peso imprevisto otros factores, en particular la movilizaci¨®n por las ¨²ltimas sentencias del Tribunal Supremo: ¡°Cu¨¢l es el tipo de alquimia precisa entre la econom¨ªa y estas decisiones del Tribunal Supremo y c¨®mo afectar¨¢n a las elecciones de mitad de mandato es una cuesti¨®n abierta¡±. Los dem¨®cratas conf¨ªan en utilizar el aborto como arma electoral, m¨¢s a¨²n despu¨¦s del refer¨¦ndum de Kansas.
El grado de participaci¨®n de Trump en la campa?a y el perfil de algunos de los candidatos tambi¨¦n puede jugar un papel. ¡°Muchos republicanos est¨¢n muy nerviosos ante la posibilidad de que el expresidente Trump anuncie su candidatura de 2024 antes del 8 de noviembre y vuelva a ser un factor en las elecciones¡±, se?ala Baker. En cuanto a los candidatos, los dem¨®cratas conf¨ªan en que el perfil m¨¢s extremista de algunos de los patrocinados por Trump les favorezca. De hecho, en algunas circunscripciones los dem¨®cratas han apoyado de forma apenas encubierta a los candidatos m¨¢s trumpistas en las primarias republicanas por considerarlos rivales m¨¢s f¨¢ciles de batir.
Hay multitud de gobernadores y otros cargos locales que est¨¢n en juego y para los que esa inyecci¨®n de moral dem¨®crata puede ser decisiva. Incluso si el fuelle recuperado por Biden no sirve para retener el Congreso, la aprobaci¨®n de su ley estrella tiene tambi¨¦n otra lectura. De no haberla sacado adelante ahora, ya no habr¨ªa podido con un Congreso republicano que puede convertir en un infierno pol¨ªtico la segunda mitad de su mandato.
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