Casi un mill¨®n de brasile?os firman un manifiesto contra la deriva autoritaria de Bolsonaro
La carta, le¨ªda en la facultad de Derecho de la Universidad de S?o Paulo, rememora otra similar difundida en 1977 contra la dictadura
Brasil lleva los ¨²ltimos a?os muy acostumbrado a comunicados oficiales, notas de rechazo, manifiestos y todo tipo de escritos para expresar malestar ante las embestidas del presidente Jair Bolsonaro contra las instituciones democr¨¢ticas. En los ¨²ltimos d¨ªas, no obstante, un texto se convirti¨® en ¡®la madre de todas las cartas¡¯ y promete ser el intento m¨¢s s¨®lido y unitario de frenar la ret¨®rica golpista del presidente, que sigue cuestionando la fiabilidad del sistema electoral cuando faltan menos de dos meses para las elecciones.
Organizado por la prestigiosa facultad de Derecho de la Universidad de S?o Paulo (USP), el manifiesto lamenta que Brasil, a las puertas del inicio oficial de la campa?a electoral, est¨¢ pasando ¡°por un momento de inmenso peligro para la normalidad democr¨¢tica, riesgo a las instituciones de la Rep¨²blica e insinuaciones de desacato al resultado de las elecciones¡±. Sin citar directamente a Bolsonaro ni a ning¨²n otro pol¨ªtico, el texto critica los ¡°ataques infundados y ausentes de pruebas que cuestionan el rigor del proceso electoral y el Estado Democr¨¢tico de Derecho tan duramente conquistado por la sociedad brasile?a¡±; y pide que los brasile?os est¨¦n alerta en defensa de la democracia y del respeto al resultado de las elecciones.
La carta, lanzada a finales de julio, suscit¨® un consenso sin precedentes: al cierre de esta edici¨®n ya suma m¨¢s de 940.000 firmas, incluyendo las de pol¨ªticos de izquierda y derecha, empresarios, artistas, jueces, activistas y ciudadanos de a pie. Para ilustrar esa transversalidad, la carta se ley¨® este jueves en un acto en la Facultad de Derecho de la USP en el que pudo verse, codo con codo, a banqueros con sindicalistas, acad¨¦micos o activistas del movimiento negro, una imagen de unidad poco frecuente en un Brasil extremadamente polarizado. Incluso la Federaci¨®n de las Industrias de S?o Paulo (FIESP), poderoso lobby econ¨®mico nada sospechoso de tendencias progresistas, se sum¨® al movimiento con otra carta en la misma l¨ªnea. La fecha se escogi¨® en alusi¨®n a otra hist¨®rica Carta a los brasile?os, lanzada en la misma facultad en 1977 contra la dictadura militar.
El manifiesto protagoniz¨® el calentamiento de la campa?a electoral, que arranca formalmente la semana que viene. Lo firmaron todos los candidatos a la presidencia, incluido el favorito en todas las encuestas, Lula da Silva. Bolsonaro ridiculiz¨® la iniciativa en sus ¨²ltimas declaraciones p¨²blicas, afirmando que no hace falta ninguna ¡°cartita¡± para defender la democracia y dando muestras de nerviosismo ante el hecho de que banqueros y grandes empresarios, una ¨¦lite econ¨®mica que mayoritariamente siempre estuvo a su lado, tambi¨¦n se hayan sumado. ¡°Los que firman esa carta son unos sinverg¨¹enzas, no voy a decir ning¨²n otro adjetivo aqu¨ª porque soy una persona bastante educada¡±, dec¨ªa en una entrevista radiof¨®nica.
La gota que colm¨® el vaso y que se convirti¨® en germen del ya famoso documento fue una pol¨¦mica reuni¨®n que Bolsonaro organiz¨® en julio con una treintena de embajadores extranjeros para hablar del sistema electoral. El presidente insisti¨® en difundir sospechas de fraude en las urnas electr¨®nicas, que se usan en Brasil desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas sin problemas, y dijo que el sistema es ¡°totalmente vulnerable¡±. Fue la escenificaci¨®n m¨¢s clara, esta vez ante la comunidad internacional, de que su estrategia pasa por culpar al sistema de voto y no reconocer el resultado en caso de una eventual derrota. Esta semana, la Fiscal¨ªa acus¨® a Bolsonaro de propaganda electoral anticipada por ese acto y YouTube elimin¨® el video de la reuni¨®n, en el marco de su pol¨ªtica contra la desinformaci¨®n.
Aunque el movimiento suscitado por los manifiestos es significativo por las personalidades que se han sumado, no es algo masivo y (al menos de momento) no ha derivado en manifestaciones de unidad en las calles. El brasile?o de a pie sigue m¨¢s preocupado con la econom¨ªa y la inflaci¨®n, que dio una tregua en julio (los precios cayeron un 0,68%) gracias al recorte de impuestos sobre los combustibles. Bolsonaro, adem¨¢s, tiene otro as en la manga, unas ayudas sociales que empezaron a repartirse esta semana. M¨¢s de 20 millones de familias de los estratos m¨¢s pobres (un voto que normalmente tiende a ir a Lula) recibir¨¢n 600 reales al mes (113 euros), un desembolso millonario para las arcas p¨²blicas que se espera que catapulte la popularidad del actual presidente.
Las ayudas s¨®lo duran hasta diciembre y Lula y la oposici¨®n en general las califican de electoralistas, pero saben que tendr¨¢n un efecto en las encuestas. La ventaja del l¨ªder de la izquierda, que ahora tiene un 47% de intenci¨®n de voto frente al 29% de Bolsonaro, seg¨²n el ¨²ltimo sondeo de Datafolha, a¨²n es muy amplia, pero tiende a acortarse en las pr¨®ximas semanas. En los sondeos, el l¨ªder ultraderechista viene sumando apoyos t¨ªmidamente, mientras que Lula parece estancado.
La primera prueba de fuego de la campa?a electoral se espera para el 7 de septiembre, cuando Brasil celebra el Bicentenario de su Independencia. Bolsonaro ha convocado a sus seguidores para un acto masivo en R¨ªo de Janeiro, en paralelo al tradicional desfile militar. El a?o pasado ya aprovech¨® la fecha para movilizar a sus fieles en unas marchas de fuerte car¨¢cter antidemocr¨¢tico.
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