Los exiliados de Bukele
Una funcionaria, un periodista, y un magistrado del Constitucional detallan la represi¨®n vivida por el presidente de El Salvador y el deterioro democr¨¢tico
Del presidente de El Salvador Nayib Bukele, se ha sabido en los ¨²ltimos a?os que tiene el ¨ªndice de popularidad m¨¢s alto del continente, que convirti¨® el Bitcoin en moneda oficial y que cuando la criptomoneda se desplom¨® arrastr¨® a la econom¨ªa del pa¨ªs. Al mandatario del pa¨ªs m¨¢s peque?o de Am¨¦rica Latina, se le ha visto tambi¨¦n aparecer recientemente en noticieros de medio mundo desde que decidi¨® emprender una cruzada contra las pandillas que ha conducido a la detenci¨®n de 46.000 personas en 110 d¨ªas haciendo necesaria la construcci¨®n de una nueva c¨¢rcel para albergar a los nuevos presos. Mientras todo esto pasaba, el presidente milenial de 41 a?os ha puesto en marcha un rodillo autoritario para silenciar las voces que alertan del deterioro democr¨¢tico que vive el pa¨ªs y que ha enviado al exilio a decenas de opositores, jueces o periodistas.
El teleg¨¦nico mandatario, que controla el ejecutivo y el legislativo gracias a su apabullante victoria de 2019, ratificada tres a?os despu¨¦s cuando su partido Nuevas Ideas obtuvo el control de la Asamblea, logr¨® someter tambi¨¦n al poder judicial con la ilegal destituci¨®n de todos los jueces de la Corte Constitucional y el obligado cese de miles de jueces con m¨¢s de 30 a?os de ejercicio. Del acoso no han escapado los organismo aut¨®nomos ni defensores de los derechos humanos, arrollados por el Estado de excepci¨®n que ampl¨ªa sus poderes y con el que gobierna desde marzo de 2022 y ha sido renovado tres veces hasta ahora.
Mediante amenazas en cadena nacional, la fabricaci¨®n de delitos o el asedio en las redes, el ambiente se ha hecho irrespirable para quienes se enfrenta al poder y a quienes no les queda m¨¢s remedio que el silencio o el extranjero para hablar libremente. Un goteo silencioso del que los amigos solo tienen noticia cuando el tel¨¦fono suena al otro lado para decir: ¡°Yo tambi¨¦n me fui¡±.
Una funcionaria del Instituto de acceso a la informaci¨®n, un periodista y un exmagistrado del Tribunal Constitucional cuentan a EL PA?S los motivos de su salida y el clima de terror que impera dentro del pa¨ªs entre quienes llevan la contraria a Bukele, quien ya controla casi todas las instituciones.
Bryan Avelar, periodista exiliado en M¨¦xico
Desde que fue alcalde de San Salvador entre 2015 y 2018 y hasta su llegada a la presidencia un a?o despu¨¦s, Bukele, publicista de formaci¨®n, se sirvi¨® de la prensa para golpear a sus contrincantes, descalificar la democracia y golpear el sistema de partidos, explica el periodista Bryan Avelar, que reside en M¨¦xico desde hace cuatro meses. La prensa, y su activa campa?a en redes sociales fue clave en una victoria abrumadora que se confirm¨® en 2021 cuando logr¨® el 66% de los votos y el control de la Asamblea gracias a la imagen de hombre joven y eficaz capaz de resolver los problemas de los m¨¢s pobres, daba igual que fuera el hambre o la covid. Esa relaci¨®n empez¨® a cambiar cuando la prensa comenz¨® a enlazar una exclusiva tras otra demostrando que la paz con las pandillas fue resultados de un pacto y no de su plan de seguridad, que la corrupci¨®n entr¨® en su gobierno cuando ministros muy cercanos se beneficiaron del reparto de alimentos, que un grupo de asesores venezolanos cercanos a Leopoldo L¨®pez manejaban su gobierno o sus familiares controlaban las ¨¢reas estrat¨¦gicas de la presidencia.
Brian Avelar, nacido en San Salvador hace 28 a?os, es uno de los periodistas que han participado en algunas de estas investigaciones que tanto han irritado al mandatario. ¡°La prensa es una de las pocas cosas que Bukele no ha logrado controlar y que le ha golpeado donde m¨¢s le duele al desmontar los mitos sobre los que construye su figura: la idea de que resuelve y de que termin¨® con la corrupci¨®n¡±.
El estado de excepci¨®n en el que gobierna con la excusa de terminar con las pandillas le ha dotado de nuevas facultades por las que es posible encarcelar a ni?os de 12 a?os que sean acusados de pertenecer a las maras o a quien hable o reproduzca mensaje de las pandillas violentas, lo que impide tener fuentes entre las pandillas a la prensa local. El detonante para que Avelar dejara el pa¨ªs fue el d¨ªa que el entorno de Bukele agit¨® la versi¨®n de que Avelar era hermano de un pandillero. El asunto podr¨ªa ser un intento m¨¢s de acallar la prensa que mostr¨® sus pactos con las bandas violentas si no hubiera un peque?o ¡®error¡¯: Avelar ni siquiera tiene hermanos. ¡°Yo ni siquiera tengo hermanos, pero cuando una acusaci¨®n as¨ª se hace a nivel nacional es porque ha comenzado la campa?a de desprestigio y en cualquier momento se prepara una orden de detenci¨®n. Mentiras como esta se difunden para poder encarcelar no a un periodista sino a un delincuente con un hermano pandillero¡±.
Actualmente Avelar es colaborador de The New York Times en la Ciudad de M¨¦xico. ¡°Con gobiernos anteriores ya me hab¨ªan amenazado de muerte, pero al menos hab¨ªa instituciones y organismos a los que recurrir, pero ahora ni eso. Lo ¨²nico que queda es la comunidad internacional¡±, se?ala.
Seg¨²n Avelar los ataques a la prensa responden a una estrategia bien dese?ada con cinco puntos: ¡°Primero se pone en marcha un discurso de odio a la prensa, llam¨¢ndonos vendidos o instrumentos en manos de fuerzas oscuras como George Soros, financiada desde el extranjero. Despu¨¦s sigue el bloqueo a la informaci¨®n oficial. No tenemos acceso a comunicados ni a preguntar en las ruedas de prensa. El tercer elemento ha sido extender entre los funcionarios el miedo a hablar con periodistas de medios como Factum o El Faro. Me consta que se le pasa el pol¨ªgrafo a funcionarios donde se les pregunta si hablan con periodistas. El cuarto elemento de esta estrategia es el espionaje directo: con sistemas como Pegasus o el seguimiento f¨ªsico directo con drones, veh¨ªculos o esp¨ªas. Si nada de esto funciona sigue el amedrantamiento por la v¨ªa judicial con acusaciones inventadas de lavado de dinero, por ejemplo, un delito para el que no hay libertad condicional y solo pod¨¦s defenderte desde prisi¨®n¡±, explica.
No obstante, Avelar aspira a volver a su pa¨ªs en algun momento para poder seguir ejerciendo el periodismo y romper la estad¨ªstica que se?ala que todos los medios cr¨ªticos tienen al menos un periodista fuera de El Salvador ¡°Todos los d¨ªas pienso en volver a mi pa¨ªs. Es probable que lo haga, aun cuando volver signifique tener que trabajar con una espada de Damocles sobre nuestras cabezas¡±.
Liduvina Escobar, Instituto de acceso a la informaci¨®n, exiliada
En 2021 Liduvina Escobar, nacida en San Salvador hace 39 a?os, fue suspendida de su cargo en el Instituto de Acceso a la informaci¨®n p¨²blica, despu¨¦s de denunciar la corrupci¨®n en un organismo independiente creado para garantizar el acceso a los gastos privados con dinero p¨²blico. Desde su puesto, Escobar sancion¨® a Bukele y a su ministro Oscar Luna por negarse a colaborar informando sobre sus gastos o no abrir a los archivos militares relacionados al conflicto armado.
Entre 2019 y 2020, primer a?o triunfal de Bukele en el que logr¨® 56 de los 84 diputados de la Asamblea y las encuestas de popularidad lo colocaban en lo m¨¢s alto, Escobar se convirti¨® en la piedra en el zapato del sistema y en una de las pocas voces discordante en un contexto donde el discurso azul cian (el color del partido oficial) lo controlaba todo. El entorno de Bukele considera a Escobar una enemiga que filtr¨® a la prensa las investigaciones de corrupci¨®n terminando con el mito del fin de la corrupci¨®n y de que ¡°la plata alcanza si nadie se la roba¡±, como suele repetir el mandatario.
¡°El Instituto est¨¢ controlado y silenciado por ellos. Su objetivo es mediatizarlo y convertirlo en una oficina a su servicio. Esto lo dije en los medios de comunicaci¨®n y termin¨¦ pagando por ello. Acto seguido se me notific¨® mi suspensi¨®n, explica por tel¨¦fono desde un pa¨ªs que prefiere no revelar¡±.
La estrategia del bukelismo buscaba dotar la decisi¨®n de un ropaje institucional, en este caso una denuncia de un diputado del partido oficial en la que le acusaba de algo tan surrealista como ser contraria al presidente. ¡°Ellos me quer¨ªan fuera porque al apartarme del cargo quer¨ªan evitar que hablara sobre lo que suced¨ªa¡±. Desde entonces comenz¨® un calvario laboral y personal debido a las amenazas y el hostigamiento medi¨¢tico de un gobierno construido de la mano de las redes sociales, que maneja como nadie. ¡°Te enfrentas a un sistema que maneja todos los poderes, donde ni siquiera es posible acudir a una oficina de Derechos Humanos a elevar una queja. Vivimos en la indefensi¨®n total a cualquiera que se oponga a Bukele. ¡°Te insultan y te desprestigian hasta tal punto que cuando decida privarte de libertad no tengas un ¨¢pice de dignidad para defender¡±, explica.
Rodolfo Gonz¨¢lez, exmagistrado de la Corte Constitucional, exiliado en Espa?a
La ma?ana del dos de mayo 2021, las viviendas de los magistrados de la Sala Constitucional amanecieron con un cartero que entregaba a todos una nota firmada por el secretario de Bukele, Conan Castro, que en todos los casos dec¨ªa lo mismo: desde ese momento quedan cesados para el cargo. A la casa del presidente de la sala enviaron incluso un coche de polic¨ªa por si ten¨ªa alguna duda. A pesar de haber sido elegidos hasta 2027, en lo que supuso el gran golpe para desmontar un sistema judicial que escapaba al control de Bukele, elegido dos a?os antes. Para el exmagistrado, Rodolfo Gonz¨¢lez, nacido en San Salvador hace 54 a?os, ese d¨ªa fue el punto de inflexi¨®n ante lo que se ven¨ªa encima, denuncia v¨ªa telef¨®nica desde Espa?a.
A partir de ese d¨ªa, Gonz¨¢lez, magistrado del Tribunal Constitucional entre 2009 a 2018, comenz¨® a denunciar el golpe judicial que ha pagado con el acoso hasta provocar su salida del pa¨ªs. Hasta ese momento Gonzalez, era uno de los juristas m¨¢s prestigiosos del pa¨ªs, conocido como uno de ¡°los cuatro fant¨¢sticos¡±, en referencia al grupo de jueces que trabaj¨® por abrir los archivos militares y la posibilidad de perseguir a los responsables militares de matanzas como la de Mozote, durante la guerra civil, explica v¨ªa telef¨®nica desde Espa?a.
¡°Durante la primera etapa de un proyecto autoritario y dictatorial, dif¨ªcilmente la gente logra hacer click para entender qu¨¦ ataques contra la institucionalidad y el r¨¦gimen democr¨¢tico pueden afectarle en su d¨ªa a d¨ªa¡±, explica para describir la demolici¨®n institucional del pa¨ªs en medio del aplauso colectivo al mandatario que la encabeza. ¡°A estas alturas est¨¢n anulados todos los mecanismos de control, de un gobierno: el Procurador de Derechos Humanos, la Justicia Constitucional, la Corte Suprema de Justicia o la Corte de Cuentas y a la que se a?ade el ataque al periodismo cr¨ªtico¡±, resume.
Seg¨²n Gonz¨¢lez, el populismo en El Salvador surgi¨® en medio de un leg¨ªtimo sentimiento de indignaci¨®n por la traici¨®n de la izquierda tras la esperanzadora llegada del FMLN al poder en 2009, dice en referencia a un periodo pol¨ªtico marcado por la corrupci¨®n del expresidente Mauricio Funes (2014-2018) y hoy fugado a Nicaragua. Seg¨²n el constitucionalista, ¡°el bukelismo se construye sobre los pilares de la decepci¨®n generalizada y una democracia fallida. Siempre se ha dicho que la democracia no da de comer y por eso las encuestas del Latinobar¨®metro sobre El salvador dicen que hay una mayor¨ªa de personas que les da igual vivir en dictadura o democracia¡±, concluye. Desde el golpe judicial del mes de mayo ¡°una c¨²pula policial y militar corrupta est¨¢ al servicio de un dictador que persigue a las voces, ni siquiera cr¨ªticas, sino simplemente discordantes¡±.
¡°Trabajar en libertad va m¨¢s a all¨¢ de estar preso. Un r¨¦gimen democr¨¢tico debe garantizar un ambiente donde se pueda trabajar libremente, sin un acoso tan brutal, con la posibilidad de acceder a fuentes y archivos. No sirve el argumento de que no es dictadura porque no hay encarcelamiento o asesinato de opositores¡±, resume.
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