Si hab¨ªa un voto opaco a los sondeos era el de Jair Bolsonaro. El presidente llevaba meses disparando contra las encuestas de opini¨®n que le daban menos del 35%. Aniquil¨® todas las expectativas. Con el 99% escrutado, obtuvo el 43,2% de los votos, a cinco puntos de distancia de Lula da Silva. Las previsiones m¨¢s optimistas le daban entre 10 y 15 puntos abajo. Bolsonaro incluso lider¨® el conteo hasta bien entrada la noche. Los seguidores de Luiz In¨¢cio Lula da Silva apretaban los dientes, confiados en el voto del noreste y los grandes centros urbanos. Pudieron celebrar, pero sufrieron. La ultraderecha era m¨¢s fuerte de lo que mostraban todas las encuestas y emprende la carrera final hacia la segunda vuelta con la adrenalina de quien se siente vencedor en la derrota.
Ya lo hab¨ªa dicho Bolsonaro en el momento de votar en la ma?ana del domingo. ¡°Es el momento de datapovo¡±, o datapueblo, dijo a los periodistas que lo abordaron en la puerta del colegio de R¨ªo de Janeiro, donde tiene su residencia electoral. Fue un ataque directo a Datafolha, la gran encuestadora de Brasil, que lo daba bien atr¨¢s. No se equivocaron demasiado con Lula, que finalmente termin¨® con el 48% y cerca de un triunfo en primera vuelta, pero no vieron venir el fen¨®meno de un electorado ultra que estaba ah¨ª, dispuesto a dar batalla.
¡°Vencimos las mentiras¡±, dijo el presidente ya con el resultado definitivo. Su presentaci¨®n, sin embargo, no fue lo efusiva que se hubiese esperado. Habl¨® incluso con cierto tono de derrota desde Brasilia, frente a su residencia y ante unos pocos periodistas. ¡°Entiendo que hay mucho voto [a Lula] que fue por la condici¨®n del pueblo brasile?o, que sinti¨® el aumento [del precio] de los productos. En concreto, de la cesta b¨¢sica. Entiendo que hay un deseo de cambio por parte de la poblaci¨®n, pero s¨¦ tambi¨¦n que hay cambios que pueden ser para peor¡±, dijo.
Ha sido clave para Bolsonaro el resultado en el Estado de S?o Paulo, un pa¨ªs dentro de otro, con 46 millones de habitantes, lo mismo que Colombia o Argentina. Bolsonaro obtuvo all¨ª el 47,8% de los votos, siete puntos m¨¢s que Lula, equivalentes a 1,8 millones de votos. El empuje electoral del presidente se traslad¨® incluso a la disputa por la gobernaci¨®n. Bolsonaro puso como aspirante a un desconocido en el distrito, Tarc¨ªsio Gomes, un militar nacido en otro Estado, R¨ªo de Janeiro, que fue su ministro de Infraestructura. Gomes sac¨® el 42% de los votos, casi siete puntos por delante de Fernando Haddad, un peso pesado de la pol¨ªtica que fue candidato a presidente por el Partido de los Trabajadores en 2018, justamente contra Bolsonaro.
El presidente queda en buenas condiciones para la pelea en la segunda vuelta, prevista para el 30 de octubre. Sabe que, adem¨¢s, cualquiera sea el ganador definitivo, se ha hecho fuerte en el Parlamento, que ser¨¢ m¨¢s conservador que el actual. Los brasile?os podr¨¢n esperar un presidente m¨¢s radicalizado en sus discursos contra ¡°el presidiario¡±, como llama despectivamente a Lula cada vez que recuerda que estuvo 20 meses en prisi¨®n condenado por corrupci¨®n, antes de que sus causas fuesen anuladas por cuestiones formales. Bolsonaro ocup¨® buena parte de su campa?a en difundir noticias falsas contra Lula y en atacar al Tribunal Superior Electoral. Puso en duda la seguridad de las urnas electr¨®nicas, las mismas que ahora lo colocaron en la carrera por un segundo mandato.
El Partido de los Trabajadores celebraba la noche del domingo en la avenida Paulista, coraz¨®n de la mayor ciudad del pa¨ªs. Fue una gran fiesta, pero con un sabor amargo. El partido de Lula sabe que tiene a un duro rival que acecha a la vuelta de la esquina.
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Es corresponsal de EL PA?S en Argentina desde 2016. Fue editor de la edici¨®n Am¨¦rica. Es licenciado en Ciencias de la Comunicaci¨®n por la Universidad de Buenos Aires y m¨¢ster en Periodismo por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.