Ecologistas alemanes que aceptan la nuclear, el carb¨®n y el env¨ªo de armas: renunciar a los dogmas beneficia a Los Verdes
El partido de los populares ministros Habeck y Baerbock ampl¨ªa su poder regional y mantiene el segundo lugar en intenci¨®n de voto por delante de los socialdem¨®cratas de Scholz
Alemania est¨¢ quemando cantidades ingentes de carb¨®n, el m¨¢s contaminante de los hidrocarburos, para producir electricidad. Est¨¢ enviando armas pesadas a un pa¨ªs en guerra, Ucrania, algo que hasta hace unos meses era el mayor de los tab¨²es. Va a destinar ...
Alemania est¨¢ quemando cantidades ingentes de carb¨®n, el m¨¢s contaminante de los hidrocarburos, para producir electricidad. Est¨¢ enviando armas pesadas a un pa¨ªs en guerra, Ucrania, algo que hasta hace unos meses era el mayor de los tab¨²es. Va a destinar 100.000 millones de euros para modernizar un Ej¨¦rcito que llevaba d¨¦cadas infrafinanciado. Las ¨²ltimas centrales nucleares, que deb¨ªan apagarse para siempre el 31 de diciembre, seguir¨¢n funcionando al menos unos meses m¨¢s. Y todo ello con Los Verdes, un partido de profundas ra¨ªces pacifistas y ecologistas, en el Ejecutivo de coalici¨®n que encabeza el socialdem¨®crata Olaf Scholz. Se produce una aparente paradoja: las dolorosas concesiones que han tenido que hacer desde que gobiernan no solo no les perjudican entre sus votantes, sino que les han aupado en las encuestas.
Enterrados los dogmas, el pragmatismo domina la formaci¨®n. La receta ha venido impuesta por la situaci¨®n internacional, con una guerra en Europa y una crisis energ¨¦tica que amenaza con gripar el motor industrial alem¨¢n y sacar a la calle a quienes se ven incapaces de pagar las facturas. Pero el caso es que funciona. Tanto que el partido verde est¨¢ capitalizando los ¨¦xitos de la coalici¨®n gubernamental sin apenas sufrir desgaste por los errores. Si hoy se convocaran nuevas elecciones generales, conseguir¨ªa el voto de entre un 20 y un 22% de los alemanes, seg¨²n distintos pron¨®sticos. Los Verdes llevan meses instalados en el segundo puesto en intenci¨®n de voto, por detr¨¢s de los democristianos y superando ampliamente a los socialdem¨®cratas.
Todas las elecciones regionales que se han celebrado desde los ¨²ltimos comicios federales, en septiembre del a?o pasado, les han reportado resultados espectaculares. En Renania del Norte-Westfalia, el land m¨¢s poblado del pa¨ªs (18 millones de habitantes), pr¨¢cticamente triplicaron sus apoyos, al pasar del 6,5% de 2017 al 18,3% del pasado 15 de mayo. En Schleswig-Holstein, una semana antes, superaron a los socialdem¨®cratas y son ya la segunda fuerza del Parlamento. Y hace unos d¨ªas alcanzaron un resultado hist¨®rico en Baja Sajonia, otro de los grandes Estados, con el 14,5% de las papeletas. Cinco a?os antes hab¨ªan obtenido el 8,7%. Si, como parece, entran en el Ejecutivo de Baja Sajonia en coalici¨®n con los socialdem¨®cratas, tendr¨¢n presencia en los gobiernos de 12 de los 16 Estados federados.
Pragmatismo y lealtad a la coalici¨®n
Pocos de los que fundaron el partido hace 42 a?os podr¨ªan haberlo imaginado. Pero desde entonces la metamorfosis de Los Verdes ha sido progresiva e imparable, ¡°radical¡±, como dice Ulrich von Alemann, profesor em¨¦rito de Pol¨ªticas en la Universidad Heinrich Heine de D¨¹sseldorf. En su fundaci¨®n, los valores quedaban ordenados as¨ª: primero, ecologismo; segundo, pacifismo; y tercero, feminismo. Hoy se han invertido, seg¨²n el polit¨®logo, con el feminismo en una posici¨®n preponderante, seguido del pragmatismo y de la lealtad y el apoyo al Gobierno de coalici¨®n con socialdem¨®cratas y liberales. As¨ª se desprende de las mociones votadas hace unos d¨ªas en el congreso de Los Verdes, celebrado en Bonn. Hubo debate, y muy encendido, entre quienes lamentan que el partido se est¨¦ alejando de su esencia, y la corriente pragm¨¢tica. Pero las votaciones mostraron a las claras cu¨¢l es la visi¨®n mayoritaria: todas las mociones impulsadas por el ministro de Econom¨ªa y Clima, Robert Habeck, y la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, acabaron siendo respaldadas por la ampl¨ªsima mayor¨ªa de los delegados.
Habeck y Baerbock, las estrellas del partido, se han convertido tambi¨¦n en las caras y las voces del Gobierno. Mejor valorados que Scholz durante meses ¡ªel canciller acaba de empatar con Baerbock en la encuesta de la televisi¨®n p¨²blica ZDF¡ª, han sabido explicar por qu¨¦ apoyan decisiones controvertidas en Alemania y entre sus votantes como el env¨ªo de armas a Ucrania o la puesta en marcha de centrales de carb¨®n ya jubiladas. Solo la valoraci¨®n de Habeck ha ca¨ªdo ¨²ltimamente, en l¨ªnea con el desgaste que est¨¢ sufriendo el Gobierno ante una crisis que podr¨ªa empeorar durante los pr¨®ximos meses de invierno por la escasez del suministro de gas, la inflaci¨®n y la amenaza de recesi¨®n. Ni siquiera la renuncia al apag¨®n nuclear, que se encuentra en el ADN del partido, ha hecho excesiva mella en los ministros verdes.
Los votantes tambi¨¦n han cambiado
La explicaci¨®n, apunta el polit¨®logo Peter Matuschek, investigador del instituto demosc¨®pico Forsa, est¨¢ en que sus votantes tambi¨¦n han cambiado. ¡°La resistencia a usar energ¨ªa nuclear ya no es la que era. Los votantes son mucho m¨¢s pragm¨¢ticos que hace unos a?os¡±, asegura. Varias encuestas realizadas antes de las elecciones de Baja Sajonia mostraron que hasta un 70% de la poblaci¨®n estaba a favor de permitir que la central de Emsland ¡ªuna de las tres ¨²ltimas que quedan abiertas, y que seg¨²n el calendario nuclear pactado hace una d¨¦cada deb¨ªan cerrar este 31 de diciembre¡ª siguiera produciendo electricidad el a?o que viene. ¡°Los Verdes no se beneficiar¨ªan en absoluto de la oposici¨®n a alargar la vida de las nucleares, porque la gente cree que en estos momentos hay que usar lo que sea. La ideolog¨ªa ya no importa¡±, a?ade.
La energ¨ªa nuclear ha protagonizado uno de los momentos m¨¢s tensos de la coalici¨®n en sus 10 meses de vida. Los liberales, partidarios de dejar que las centrales funcionen como m¨ªnimo hasta 2024 e incluso de volver a poner en marcha las cerradas el a?o pasado, rechazaban el plan de Habeck de permitir una pr¨®rroga solo a dos de las tres nucleares hasta abril. El bloqueo, arrastrado durante semanas, amenazaba con hacer saltar las costuras de la coalici¨®n. Finalmente, Scholz hizo uso de una prerrogativa del canciller que se emplea en rar¨ªsimas ocasiones y a la que ¨¦l, de hecho, hab¨ªa prometido no recurrir. En el ejercicio de su autoridad, inform¨® por carta a sus socios de su decisi¨®n: las tres centrales seguir¨¢n abiertas, pero solo hasta abril. Los liberales se mostraron encantados y lo vendieron como un triunfo; Los Verdes, en cambio, lo aceptaron diciendo que pod¨ªan tolerarlo. En realidad todos salvaron la cara. La l¨ªnea roja, esa que nadie cree que Los Verdes puedan cruzar, ser¨ªa la compra de nuevas barras de combustible. Y esa, por ahora, est¨¢ descartada.
Los alemanes resisten la fatiga b¨¦lica
Ni la inflación (del 10% en septiembre) ni los precios de electricidad y gas que poco a poco van trasladándose a los hogares están cambiando la opinión de los alemanes sobre el papel que debe desempeñar Berlín en la invasión de Ucrania. La llamada fatiga bélica no se aprecia en las encuestas. El apoyo a Kiev no solo se mantiene, sino que aumenta ligeramente en los sondeos periódicos que publica la televisión pública ZDF.
El 74% de los encuestados dicen estar dispuestos a mantener ese apoyo pese a los elevados costes energéticos que provoca en Alemania. En julio eran el 70%; en agosto, el 71%. Una mayoría de alemanes (54%) todavía describen su situación económica actual como "buena" pero las perspectivas para dentro de un año son pesimistas. Solo el 9% espera una mejora, mientras el 43% teme que su situación empeorará.
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