Los evang¨¦licos de Lula, una minor¨ªa contra la ofensiva bolsonarista en las iglesias
El 35% del voto de los miembros de este movimiento cristiano, clave en la elecci¨®n de este domingo, fue a parar al candidato de izquierda en la primera vuelta
En la Iglesia Bautista de Agua Blanca, en S?o Paulo, hay m¨¢s rock que serm¨®n. ¡°Tu amor nunca falla, tu amor nunca acaba¡¡±, canta el coro, formado en su mayor¨ªa por mujeres j¨®venes, muchas de ellas negras. La edad media de los asistentes al culto del domingo ronda la treintena. Cuanto termina la canci¨®n, el pastor sube al escenario, vestido con pantalones pitillo y una camisa negra que lleva abrochada hasta el cuello como los hipster, y carga contra el ¡°griter¨ªo¡± que ahoga los pedidos de ayuda: ¡°Las palabras amables dejaron de existir¡±.
A diferencia de otras agrupaciones evang¨¦licas que han adoptado una postura muy activa en favor de la reelecci¨®n del presidente Jair Bolsonaro, aqu¨ª no hay llamados al voto. La corriente bautista, cuyo origen se remonta a la Inglaterra del siglo XVII y que ha sido objeto de persecuci¨®n religiosa en varios momentos de la historia, tiene como principios b¨¢sicos la separaci¨®n entre Iglesia y Estado y la libertad de conciencia de sus fieles. En un momento en que los l¨ªderes evang¨¦licos son mayoritariamente bolsonaristas, la neutralidad de Agua Blanca es un oasis para ese tercio de creyentes que vot¨® por Luiz In¨¢cio Lula da Silva en primera vuelta.
Y tambi¨¦n para Lula, que tiene una cuesta arriba en ese sector de la sociedad brasile?a. El 19 de octubre pasado, difundi¨® una Carta a los evang¨¦licos donde prometi¨® que no cerrar¨¢ iglesias ni impondr¨¢ ba?os unisex en los lugares p¨²blicos, dos de las mentiras que difunde el bolsonarismo en las redes sociales para quitarle votos en las iglesias. El candidato record¨® adem¨¢s que fue durante su gesti¨®n que se instaur¨® la gran fiesta anual de los evang¨¦licos y que si dependiese de ¨¦l no se hablar¨ªa del aborto. Pero, aclar¨® enseguida, ¡°recuerdo a todos y todas que este no es un asunto que sea decidido por el presidente de la Rep¨²blica, sino por el Congreso¡±.
En el auditorio de Agua Blanca, Maria Nilda, de 53 a?os, y Rebecca Quintinho, de 23, se contonean, baten palmas y cantan el estribillo de memoria. Madre e hija, que son negras, y el novio de esta ¨²ltima, Gustavo Vilela, dicen que votar¨¢n por Lula. No se creen ninguna de las fake news que han circulado las ¨²ltimas semanas, impulsadas por la campa?a de Bolsonaro. ?Cierre de iglesias si gana el Partido de los Trabajadores? ¡°?Mentira, eso ser¨ªa inconstitucional!¡±. ?Persecuci¨®n de cristianos y pastores? ¡°?Qu¨¦ persecuci¨®n! La persecuci¨®n es dentro de las iglesias, de cristianos contra cristianos¡±.
Saben bien de lo que hablan. Llegaron a Agua Blanca tras salir corriendo de una agrupaci¨®n neopentecostal, otra corriente del universo evang¨¦lico. ¡°Era opresora. No hab¨ªa libertad para ser quienes ¨¦ramos¡±, se?alan madre e hija, contable la primera y estudiante de lengua portuguesa la segunda. A Quintinho, por ejemplo, el pastor le oblig¨® una vez a borrar una publicaci¨®n en redes sociales que dec¨ªa ¡°Quien canta, el mal espanta¡±. El pastor vio un tinte subversivo en la frase. ¡°Dijeron que era de Xuxa [la famosa presentadora de televisi¨®n que pidi¨® el voto por Lula] y que ella era el demonio¡±. Tras el suceso, tambi¨¦n la expulsaron del grupo de bailarinas de la comunidad.
Gustavo Vilela era miembro de la Asamblea de Dios, la mayor congregaci¨®n evang¨¦lica de Brasil. Uno de sus l¨ªderes es el pastor Silas Malafaia, que cas¨® a Jair y Michelle Bolsonaro y ha llegado a decir que ¡°peor que la violaci¨®n es el asesinato¡±, en referencia al aborto legal practicado a una ni?a de 10 a?os que hab¨ªa sido violada. Vilela, estudiante de inform¨¢tica de 26 a?os, decidi¨® abandonar la iglesia en 2018 cuando vio que el p¨²lpito se empezaba a utilizar, no para predicar el Evangelio, sino para lanzar soflamas partidistas. Bolsonaro termin¨® por ganar las elecciones gracias, en parte, al alto apoyo entre los evang¨¦licos.
¡°Es un fen¨®meno real y de consecuencias imprevisibles¡±, dice Vinicius do Vale, doctor en ciencias pol¨ªticas y director del Observatorio Evang¨¦lico. ¡°Por la propaganda y la presi¨®n por votar por Bolsonaro muchos evang¨¦licos est¨¢n abandonando sus iglesias de origen y mud¨¢ndose a otras siglas. O porque est¨¢n molestos o porque se sienten perseguidos¡±, explica.
Un tercio de la poblaci¨®n
Como el ¨²ltimo censo se realiz¨® en Brasil en 2010, todas las cifras referidas a la poblaci¨®n son estimaciones o resultado de sondeos y c¨¢lculos privados. Con estas salvedades, sabemos que mientras los declarados cat¨®licos rondan la mitad de la poblaci¨®n (108 millones), los evang¨¦licos ya alcanzan a un tercio (65 millones). Al ritmo de crecimiento actual, bastar¨¢ una d¨¦cada para que la relaci¨®n se invierta. Las iglesias evang¨¦licas pentecostales, adem¨¢s, crecieron un 299% entre 1998 y 2017, contra 149% de las evang¨¦licas tradicionales y 74% de las cat¨®licas, seg¨²n un relevamiento de Forbes. Cada a?o se abren en Brasil 14.000 templos protestantes, m¨¢s de uno cada hora. De ah¨ª el peso electoral de esa parte del electorado, que ha votado entre un 60% y un 65% por Bolsonaro. ¡°El resto se reparte entre los indecisos y el voto a Lula¡±, dice Do Vale.
Ese voto evang¨¦lico a Lula se concentra m¨¢s en el nordeste y es, sobre todo, femenino. Es gente que no defiende el aborto legal, una agenda cl¨¢sica de la izquierda, pero ¡°ya no da cr¨¦dito a las fake news promovidas por Bolsonaro, que dice que Lula va a cerrar iglesias¡±, explica Do Vale. ¡°Est¨¢n en contra de la forma grosera y antifeminista del presidente y tienen malos recuerdos de c¨®mo condujo la pandemia. Por eso, mucho voto a Lula viene de las mujeres, que son quienes muchas veces tuvieron que hacerse cargo de sus familias¡±, dice.
Gabriela Leite es escritora y naci¨® y se crio en una iglesia bautista de Petr¨®polis, una ciudad de m¨¢s de 200.000 habitantes en el Estado de R¨ªo de Janeiro. El domingo votar¨¢ a Lula. ¡°Hay una porci¨®n de evang¨¦licos que han ca¨ªdo presa de pastores que manipulan a sus fieles para que voten a Bolsonaro. Pero la preocupaci¨®n de esos pastores no son sus fieles, es el poder. Tienen grandes influencias y usan esas influencias para aumentar la propia¡±, explica.
En la Iglesia Bautista de Agua Blanca, Eduardo Fetterman, uno de los pastores, marca distancias con esas agrupaciones. ¡°Nosotros nunca dir¨ªamos: ¡®Voten por A o B¡±, asegura. ¡°No veo esa batalla de la que hablan entre un lado santo y uno enemigo. Mi denominaci¨®n no est¨¢ en juego en estas elecciones y no estoy preocupado por la religi¨®n del presidente; lo fundamental son sus propuestas en salud p¨²blica, educaci¨®n¡¡±.
Antes que pastor, Fetterman, de 37 a?os, fue periodista en un diario local. Tambi¨¦n es aficionado al contrabajo, que guarda detr¨¢s de la puerta de un despacho lleno de libros. Su favorito es uno titulado ¡°Espiritualidad subversiva¡±. Para explicar que el 60% de los evang¨¦licos apoye a Bolsonaro, Fetterman apunta a la ruptura de puentes entre las iglesias y la izquierda. ¡°En las campa?as siempre hubo un elemento religioso, y este ha sido m¨¢s fuerte en la derecha. Quiz¨¢s la izquierda no se dio cuenta de que estaba perdiendo terreno. Tambi¨¦n pudo ser que las iglesias se cerraron a la izquierda¡±, dice Fetterman.
?C¨®mo hacen los evang¨¦licos lulistas para armonizar sus creencias religiosas con algunas pol¨ªticas de la izquierda que las contradicen? ¡°Yo no puedo imponer mi fe y mi religi¨®n a otra persona¡±, responde Gabriela Leite, ¡°Brasil no es un pa¨ªs de evang¨¦licos, es un pa¨ªs de pobres y ricos, blancos y negros, de todos los sitios. Cuando voto no pienso solo en mi¡±. Tambi¨¦n es el caso de Quintinho y Vilela, quienes fueron a la universidad gracias a las cuotas que instaur¨® Lula para j¨®venes desfavorecidos. ¡°En un pa¨ªs tan desigual¡±, dicen, ¡°hay muchas m¨¢s cosas de las que preocuparnos que un ba?o unisex¡±.
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