Ron DeSantis, el republicano que se propone salvar Am¨¦rica, es ya la mayor amenaza para Trump
El gobernador de Florida avanza hacia la Casa Blanca gracias a su aplastante victoria del martes y a un discurso ultraconservador que adelanta al del expresidente
El hombre que amenaza las expectativas de Donald Trump de volver a la Casa Blanca tiene a Dios de su parte, al menos como voz en off. En el anuncio que Ron DeSantis, revalidado el martes como gobernador de Florida, lanz¨® en el tramo final de la campa?a, un locutor repite el nombre de Dios 10 veces en minuto y medio. La nueva estrella republicana, m¨¢s que probable candidato a la presidencia en 2024, es un avezado conservador. DeSantis, al que el magnate que habit¨® la Casa Blanca entre 2017 y 2021 tilda de mojigato o meapilas para desautorizarlo como un beato inofensivo, es presentado en el anuncio como un elegido, revestido de una autoridad casi celestial.
El v¨ªdeo, de un tono tan ¨¦pico que para s¨ª lo querr¨ªa cualquier superproducci¨®n de Hollywood, repasa la obra del Creador y c¨®mo, al octavo d¨ªa, dot¨® al mundo de alguien que velase por sus intereses. ¡°Un guerrero¡±, sentencia la voz del locutor mientras se suceden las im¨¢genes en blanco y negro de DeSantis: ¡°Alguien que sepa lo que es justo y bueno (¡) un hombre de familia¡±. El v¨ªdeo, titulado Nunca dejes de luchar por la libertad, fue retuiteado por su esposa, Casey DeSantis.
I love you, Ron.
— Casey DeSantis (@CaseyDeSantis) November 4, 2022
On behalf of millions of people, never stop fighting for freedom. pic.twitter.com/5wcopo041U
Hace cuatro a?os, cuando su marido optaba por primera vez a gobernar Florida, la aspirante a primera dama del Estado present¨® otro anuncio en el que DeSantis instru¨ªa a sus hijos en el trumpismo: la construcci¨®n del muro con M¨¦xico como si fuera un colorista mecano; el movimiento MAGA (Make America Great Again), explicado como un cuento de hadas. O la escena en la que interpreta para el m¨¢s peque?o de la casa, un beb¨¦, uno de los gags caracter¨ªsticos del reality show que presentaba Trump antes de ser presidente, El aprendiz. ¡°Y entonces Trump dice: ¡®?Est¨¢s despedido!¡¯. Me gusta esta parte¡±, bromea pap¨¢ DeSantis. Pero la admiraci¨®n por Trump parece haber descendido en los ¨²ltimos tiempos. Desde entonces, enfrentado cada vez m¨¢s al expresidente, DeSantis ha emprendido su propio camino hacia la cumbre. Solo cuatro a?os de diferencia y un abismo entre ellos.
La trayectoria de DeSantis va desde el pol¨ªtico biso?o impulsado por el Tea Party al l¨ªder consolidado gracias al reflujo de la marea trumpista, coronado por la aplastante victoria del martes ¨D20 puntos de ventaja sobre su contrincante, el exgobernador Charlie Christ¨D, en la que logr¨® el apoyo de condados y comunidades, como la hispana, antes dem¨®cratas.
La vida de DeSantis (Jacksonville, Florida, 44 a?os) sigue el orden natural de las cosas, una progresi¨®n hacia el ¨¦xito digna de un conservador estadounidense con pedigr¨ª: familia de clase media; universitario brillante y profesor en una escuela secundaria, baloncestista de cierto renombre y hasta veterano de la guerra de Irak, previo paso por la base de Guant¨¢namo, adem¨¢s de comentarista en la ultraconservadora cadena Fox News. Un devoto DeSantis frente al laxo Trump; un gestor al que no se le conocen corruptelas como n¨¦mesis de un empresario con varias investigaciones abiertas por supuesto fraude fiscal en sus negocios.
Adem¨¢s de embridar su car¨¢cter, y dar muestras de morigeraci¨®n desconocida para Trump, DeSantis proyecta tambi¨¦n fama de buen gestor. Con alguna que otra sospecha, eso s¨ª, como la investigaci¨®n federal en curso sobre el supuesto desv¨ªo de fondos covid para pagar el traslado desde Florida de migrantes venezolanos a otros Estados en septiembre. No fue un desv¨ªo directo, en cualquier caso, sino de parte de los intereses generados en las arcas estatales por el chorro de ayudas del Gobierno federal, el llamado Plan de Rescate Americano que sac¨® adelante su rival, el presidente Joe Biden.
La popularidad cosechada por DeSantis se debe en buena parte a su actuaci¨®n durante la pandemia, cuando levant¨® unilateralmente las restricciones sanitarias para impulsar la econom¨ªa, sin incremento del n¨²mero de casos en el Estado (como pronosticaban sus detractores), adem¨¢s de oponerse a la vacunaci¨®n obligatoria o al uso de las mascarillas.
Abanderado de la ley ¡®No digas gay¡¯
Ha sobrevivido a un pulso con Disney, el mayor empleador de Florida, tras criticar la multinacional la pol¨¦mica ley No digas gay, o ley de protecci¨®n de derechos parentales, la ya famosa HB1557, que proh¨ªbe hasta los nueve a?os la ense?anza en las escuelas p¨²blicas de educaci¨®n sexual y de g¨¦nero y que es una de las banderas de su mandato. Tambi¨¦n ha excluido a las transexuales de los deportes femeninos de competici¨®n, y prohibido la ense?anza de la teor¨ªa cr¨ªtica de la raza y, por extensi¨®n, de todo cuanto huela a woke, la clave de las guerras culturales ¨Des decir, ideol¨®gicas¨D que polarizan el pa¨ªs.
DeSantis es una versi¨®n corregida y aumentada de Trump. Ideol¨®gicamente, puede que sea a¨²n m¨¢s radical, hasta bordear la teocracia: en un acto de precampa?a, alent¨® a sus seguidores a ponerse ¡°la armadura de Dios¡±. ¡°Manteneos firmes contra los planes de la izquierda. Os enfrentar¨¦is a flechas incendiarias, pero si ten¨¦is el escudo de la fe, las vencer¨¦is¡±.
Pero, antes que de la izquierda, las saetas que recibe DeSantis puede que provengan de su propio partido, sobre todo de un cada vez m¨¢s enfadado Trump. A principios de semana, el exmandatario dej¨® caer ante un grupo de periodistas que ten¨ªa trapos sucios sobre ¨¦l y que pod¨ªa usarlos. ¡°Si se presentara [a la presidencia]¡±, amenaz¨® Trump, ¡°os dir¨¦ cosas sobre ¨¦l que no ser¨¢n muy halagadoras. S¨¦ m¨¢s de ¨¦l que cualquier otra persona, salvo quiz¨¢s su esposa¡±.
La aparici¨®n del gobernador de Florida en el escenario, la noche de la victoria, con su esposa y sus tres hijos fue la representaci¨®n del ¨¦xito, pero tambi¨¦n un par¨¦ntesis previo a la tormenta: la que desencadenar¨¢ el pulso entre Trump y DeSantis, dos hombres que rivalizan en valores conservadores y dicen luchar para salvar Estados Unidos de los males que lo rodean.
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