Trump sortea el fuego amigo para anunciar este martes su candidatura para 2024
El expresidente se prepara para optar a la Casa Blanca por tercera vez mientras los republicanos se echan las culpas de la decepci¨®n electoral en las legislativas
Por esta vez, los dos partidos estadounidenses est¨¢n de acuerdo en algo: las elecciones de medio mandato del pasado 8 de noviembre en Estados Unidos no provocaron la ¡°marea roja¡± que los republicanos esperaban; seis d¨ªas despu¨¦s del cierre de las urnas, el recuento no ha terminado a¨²n, pero ya est¨¢ claro que los dem¨®cratas retienen el control del Senado; y, aunque lo m¨¢s probable es que los conservadores se lleven el Congreso, no lo har¨¢n con la holgura que garantizar¨ªa dos a?os de pesadilla legislativa para el presidente Joe Biden. Ni siquiera podr¨ªa bastar esa ventaja para elegir sin sobresaltos a Kevin McCarthy como l¨ªder de esa mayor¨ªa.
Todos coinciden tambi¨¦n en que Donald Trump err¨® en sus c¨¢lculos en estas elecciones, y que apoy¨® a candidatos extremistas que, en Estados clave, alienaron a los indecisos inclinando la balanza en favor de los dem¨®cratas. En Washington, se ha convertido de pronto en moneda corriente la idea de que ha llegado la hora de pasar la p¨¢gina de la influencia del magnate en el partido, un partido que vive desde hace seis a?os bajo su sombra.
Tambi¨¦n hay acuerdo sobre que ¨¦l no est¨¢ dispuesto a dejarse apartar f¨¢cilmente. Trump prev¨¦ anunciar este martes desde su mansi¨®n de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, su intenci¨®n de presentarse a las elecciones presidenciales de 2024. ¡°Ojal¨¢ se convierta en uno de los d¨ªas m¨¢s importantes de la historia de nuestro pa¨ªs¡±, escribi¨® el lunes el expresidente en un mensaje en su red social Truth. Ser¨ªa su tercera candidatura.
No est¨¢ claro si la urgencia de propios y extra?os en pasar la p¨¢gina de su legado es un voluntarioso deseo o una realidad que acarician con la yema de los dedos. Conviene no olvidar que Trump cuenta con ¡°un instinto de supervivencia que probablemente no tenga parang¨®n en la historia pol¨ªtica estadounidense¡±, seg¨²n escribe la periodista de The New York Times Maggie Haberman, una de las personas que ha disfrutado de un mejor acceso al entorno del magnate, en Confidence Man, uno de los libros de la temporada en Washington. En ¨¦l, Haberman cuenta la vida de Trump tambi¨¦n (o sobre todo) como una saga neoyorquina (la reportera lo sigue desde sus tiempos en el tabloide New York Post, mucho antes de acabar encargada de cubrir su ca¨®tica Casa Blanca).
Algunos prominentes republicanos se han ido quitando la careta en los programas televisivos del fin de semana pasado para reclamar que ha llegado la hora de dejar atr¨¢s la era Trump. Larry Hogan, el a¨²n gobernador de Maryland, un Estado que han recuperado los dem¨®cratas con un candidato, Wes Moore, que ha hecho historia al convertirse en el primer afroamericano en ocupar el puesto, acudi¨® al s¨ªmil beisbol¨ªstico. ¡°Es la tercera elecci¨®n consecutiva en la que Trump nos ha hecho perder, y, ya se sabe, al tercer strike, quedas expulsado¡±, dijo Hogan en la CNN. El gobernador de Massachussetts, por su parte, hizo su propia lectura de los resultados para concluir que ¡°los votantes no est¨¢n interesados en los extremismos¡±.
Aunque nadie ha ido de momento tan lejos como Mo¡¯ Brooks, congresista republicano por Alabama: ¡°Ser¨ªa un grave error de los republicanos presentar a Donald Trump como su candidato en 2024¡å, ha declarado Brooks en una entrevista en AL.com. ¡°Ha demostrado ser deshonesto, desleal, incompetente, grosero y muchas otras cosas que alienan a tantos independientes y republicanos. Incluso un candidato que haga campa?a desde un s¨®tano puede vencerlo¡±.
Trump, por su parte, se ha dedicado a uno de sus pasatiempos favoritos: atacar a sus enemigos. Los m¨¢s viejos, como Mitch McConnel, l¨ªder de la minor¨ªa republicana en el Senado, al que culpa de los errores en la campa?a, y los m¨¢s nuevos. Entre ellos, est¨¢n Ron DeSantis, gobernador de Florida ¡ªque sale de las elecciones convertido en el favorito de los simpatizantes en Estados decisivos, seg¨²n las encuestas, de gran parte del establishment del partido y, lo que es m¨¢s importante, de los donantes¨D o Glenn Youngkin, otro gobernador (Virginia) que suena para la lucha por la Casa Blanca en 2024.
El anuncio de Trump, que plane¨® como un pl¨¢cido paseo (con esa confianza lo adelant¨® el d¨ªa antes de las elecciones en un mitin en Ohio), est¨¢ previsto para las 21.00 de este martes. Y en su inoportunidad podr¨ªa ensombrecer la noticia de que la C¨¢mara de Representantes cae del lado conservador (de momento, ya ha arruinado la presentaci¨®n del segundo libro de memorias de Michelle Obama, que tendr¨¢ lugar en Washington m¨¢s o menos a la misma hora). Cuando los republicanos, muchos de los cuales firmar¨ªan que el expresidente retrasara su acto, se aseguren el Congreso, empezar¨¢ otra pelea por decidir qui¨¦n es el l¨ªder de la mayor¨ªa.
El principal candidato es Kevin McCarthy (California), pero ese camino ¡ªque, de nuevo, parec¨ªa un paseo¨D tambi¨¦n se ha llenado de obst¨¢culos: una mayor¨ªa tan corta como la salida de las urnas le obligar¨¢ a negociar con el ala m¨¢s extremista de la formaci¨®n; esta amenaza con no brindarle su apoyo.
En una carta abierta el lunes a los miembros republicanos del Congreso, 72 l¨ªderes conservadores pidieron que decisiones tan trascendentales como elegir qui¨¦n llevar¨¢ el tim¨®n republicano en ambas C¨¢maras no se tomen a la ligera, o no, al menos, hasta que se decida la lucha por el Senado en Georgia, que ha ido a una segunda vuelta, prevista para el 6 de diciembre.
La lista de los abajo firmantes es un qui¨¦n es qui¨¦n de la derecha estadounidense e incluye personalidades como Virginia ¡°Ginni¡± Thomas, abogada y esposa del juez del Tribunal Supremo Clarence Thomas o Mark Meadows, que fue jefe de gabinete en la Casa Blanca de Trump.
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