Un extranjero en el frente de Ucrania: ¡°Ganar cada pueblo cuesta mucha sangre¡±
Ciudadanos de m¨¢s de 50 pa¨ªses, entre ellos Espa?a, integran la Legi¨®n Internacional. Entre sus motivos est¨¢ apoyar la causa ucrania y un sueldo que llega a superar los 3.000 euros
¡°La primera vez lloras. Ahora soy como una piedra¡±. Cuatro meses en la primera l¨ªnea de la guerra de Ucrania curten. As¨ª lo transmite un integrante de la Legi¨®n Internacional que lleg¨® como voluntario a la frontera polaca y que, pese a no tener experiencia militar y contar con m¨¢s de 50 a?os, acab¨® vistiendo el uniforme y desplegado en el frente noreste del pa¨ªs. Por puro compromiso personal decidi¨® dar el salto y pasar de repartir ayuda humanitaria a combatir a los rusos. Sin embargo, reconoce que las bajas en su batall¨®n, en el que hay espa?oles, colombianos, peruanos, franceses o brit¨¢nicos...
¡°La primera vez lloras. Ahora soy como una piedra¡±. Cuatro meses en la primera l¨ªnea de la guerra de Ucrania curten. As¨ª lo transmite un integrante de la Legi¨®n Internacional que lleg¨® como voluntario a la frontera polaca y que, pese a no tener experiencia militar y contar con m¨¢s de 50 a?os, acab¨® vistiendo el uniforme y desplegado en el frente noreste del pa¨ªs. Por puro compromiso personal decidi¨® dar el salto y pasar de repartir ayuda humanitaria a combatir a los rusos. Sin embargo, reconoce que las bajas en su batall¨®n, en el que hay espa?oles, colombianos, peruanos, franceses o brit¨¢nicos, est¨¢n siendo numerosas. Habla ¡°de muchos muertos¡±, pero no se arrepiente ni se arredra. Se muestra firme ante la necesidad de su regreso al frente al d¨ªa siguiente de este encuentro, que tiene lugar en el ¨²ltimo de sus tres ¨²nicos d¨ªas de descanso en un mes.
Su ¨¢mbito de trabajo ha sido siempre las regiones de J¨¢rkov ¡ªdonde combati¨® durante la contraofensiva llevada a cabo en septiembre¡ª, Donetsk y Lugansk, las dos regiones que integran lo que se conoce como Donb¨¢s. ¡°Siempre de Liman hacia el norte¡±, concreta, refiri¨¦ndose al que fue uno de los bastiones rusos que cay¨® en esas semanas en manos de las tropas locales. Cuenta, adem¨¢s, que particip¨® en la liberaci¨®n de localidades como Kupiansk. Pero las p¨¦rdidas sufridas en su grupo hacen que tanto ¨¦l como sus compa?eros est¨¦n ahora a la sombra de los Krakers, un conocido cuerpo de las fuerzas especiales ucranias.
Este hombre, que ha dejado atr¨¢s un negocio de hosteler¨ªa, mujer e hija adolescente, est¨¢ convencido de que, si el presidente Vlad¨ªmir Putin se sale con la suya, ir¨¢ a por otros pa¨ªses. Ese es el motivo que esgrime para su alistamiento. ¡°Si estos de aqu¨ª pierden la guerra, el hijoputa de Putin ir¨¢ a por Polonia y otros pa¨ªses¡±, argumenta este combatiente de un pa¨ªs centroeuropeo, que prefiere ocultar detalles m¨¢s precisos sobre su identidad. ¡°Yo en casa cobro m¨¢s que aqu¨ª. Adem¨¢s, con menos estr¨¦s, menos fr¨ªo, menos peligro¡ pero los americanos lo hacen por dinero¡±, comenta refiri¨¦ndose a sus compa?eros latinoamericanos. ¡°Algunos son gente que sabe y tiene experiencia y aqu¨ª se sacan 3.000 o 4.000 d¨®lares al mes¡±.
¡°Cada pueblo cuesta mucha sangre¡±, lamenta, refiri¨¦ndose a los compa?eros que ha ido dejando en el camino y por los que cada vez vierte menos l¨¢grimas. El fuego de artiller¨ªa o los misiles Grad y Kalibr rusos est¨¢n haciendo estragos, asegura. Tambi¨¦n hay ocasiones en los que han de adelantar sus posiciones para tratar de hacer retroceder al enemigo, que les espera apostado en una zona boscosa donde son recibidos con todo tipo de fuego. El Ej¨¦rcito de Ucrania trata estas semanas de ganar terreno en la regi¨®n de Lugansk, que hasta hace poco estaba casi ¨ªntegra en manos de las tropas invasoras. Ya en la retaguardia, el legionario asegura que se ha acostumbrado a descansar por la noche, aunque suenen las detonaciones de fondo. Consciente de su falta de experiencia y de que no tiene excesivas habilidades armament¨ªsticas, desde el principio se aferr¨® al rifle AK47, el Kal¨¢shnikov de toda la vida, que ¡°se usa y se limpia f¨¢cilmente¡±.
Es muy duro ¡°cuando sale el grupo y te quedas de guardia y alguno no vuelve de la misi¨®n. La primera vez lloras. Ahora estoy como una piedra¡±. Lamenta c¨®mo, hace unos d¨ªas, un chaval de 20 a?os se qued¨® sin pierna en sus 10 primeros minutos de misi¨®n, nada m¨¢s salir del veh¨ªculo. Pese a todo, lo que m¨¢s le duele es ver a ni?os y mujeres desasistidos a bajo cero. Recuerda en ese momento de nuevo los meses que estuvo de voluntario repartiendo ayuda humanitaria.
Sorprendido, rememora tambi¨¦n el d¨ªa en que detuvieron a una veintena de militares rusos procedentes de la rep¨²blica de Buriatia, una zona muy pobre en los confines de Rusia, al norte de Mongolia. Se trata de una minor¨ªa ¨¦tnica de la que el Kremlin ha tirado de manera especial para engrosar sus tropas en la invasi¨®n de Ucrania. El integrante de la Legi¨®n Internacional relata que los detuvieron mientras estaban dormidos y ni siquiera ten¨ªan sus armas preparadas para reaccionar. Por el camino hacia la base, ¡°ve¨ªan un pueblo con 30 casas y algo de asfalto y eso ya era para ellos una ciudad. `Estas casas son de mucho dinero¡±, dice que coment¨® uno de los prisioneros.
En la Legi¨®n Internacional hay alistadas miles de personas de m¨¢s de medio centenar de pa¨ªses, entre ellos Espa?a. Firman un contrato y tienen un salario de unas 120.000 grivnas al mes (unos 3.130 euros), detalla el entrevistado. Su jefe directo es tambi¨¦n un extranjero, aunque las decisiones m¨¢s altas llegan de mandos locales. El estatus de los integrantes de la Legi¨®n Internacional es diferente, por ejemplo, del de otros extranjeros que llegan a Ucrania como instructores militares, adiestran a miembros del Ej¨¦rcito en bases y campamentos sin ir al frente y han de abandonar el pa¨ªs pasados 90 d¨ªas. Para volver a entrar deben solicitar el visado de nuevo, seg¨²n explica un estadounidense con experiencia en Panam¨¢ y Afganist¨¢n.
La pol¨¦mica rodea tambi¨¦n a la Legi¨®n Internacional, seg¨²n una investigaci¨®n publicada el pasado agosto por el diario Kyiv Independent. ¡°Algunos de los comandantes de la unidad est¨¢n implicados en el robo de armas y bienes, acoso sexual, asalto y env¨ªo de soldados no preparados en misiones imprudentes¡±, se?ala el reportaje, publicado tras obtener un informe de denuncia de 78 p¨¢ginas hecho llegar a las autoridades de Kiev as¨ª como una docena de entrevistas a integrantes en activo o que hab¨ªan renunciado por esas irregularidades. El entrevistado en ning¨²n momento se refiere a abusos de ese tipo, aunque reconoce que su vida no es un camino de rosas y que sus jefes son igual de exigentes con ¨¦l que con los que tienen 30 a?os menos. Eso s¨ª, afirma que est¨¢n bien equipados para hacer frente a las bajas temperaturas que sacuden ya el pa¨ªs.
Las autoridades nunca han ofrecido detalles del n¨²mero de integrantes de este cuerpo, de los lugares en los que se encuentran desplegados o de sus bajas. En junio, el que entonces era su portavoz, Damien Magrou, inform¨® de que contaban con efectivos de 55 pa¨ªses de todos los continentes. El movimiento tiene sus cimientos en el ya existente de voluntarios llegados de diferentes pa¨ªses para apoyar a las fuerzas de Ucrania tras el levantamiento de separatistas prorrusos contra Kiev en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk. A lo largo de estos ocho a?os, algunos grupos han ganado notoriedad, como los comandados por georgianos, chechenos o bielorrusos. En los primeros compases de la invasi¨®n, Kiev tuvo incluso que echar el freno al reclutamiento, pues sobraban voluntarios y faltaba preparaci¨®n y armamento.
Pese a todo, y consciente de que pod¨ªan necesitar de su ayuda, el presidente Volod¨ªmir Zelenski elimin¨® el 1 de marzo por decreto la exigencia de visado a todos los extranjeros que quisieran acceder a Ucrania para unirse a la Legi¨®n Internacional, salvo para aquellos que proceden de Estados considerados agresores. La eliminaci¨®n temporal de ese requerimiento se va a mantener mientras siga vigente la Ley Marcial que, a su vez, impide salir del pa¨ªs, salvo algunas excepciones, a los ucranios de entre 18 y 65 a?os. Esa Ley Marcial acaba de ser ampliada 90 d¨ªas, por lo que se mantendr¨¢, como m¨ªnimo, hasta el 19 de febrero de 2023, cinco d¨ªas antes de que se cumpla un a?o de la invasi¨®n rusa. Como ellos, el contrato que firman los soldados de la Legi¨®n Internacional, les impide salir a trav¨¦s de las fronteras ucranias.
Tambi¨¦n entre las filas invasoras que combaten a Ucrania en esta guerra hay milicianos extranjeros. El ¨²ltimo caso que sali¨® a la luz fue el de un colombiano que lleg¨® desde Espa?a y que muri¨® el mes pasado en Donb¨¢s. Se trataba de Alexis Castillo, de 24 a?os, al que el presidente Gustavo Petro despidi¨® desde su Twitter as¨ª: ¡°Ha muerto un joven que quiso ser revolucionario. Y la revoluci¨®n es la paz¡±.
Avanzada la entrevista en J¨¢rkov, realizada el martes pasado, suenan las alarmas y se escuchan varias detonaciones lejanas. Acaba de tener lugar un ataque ¡ªotro m¨¢s¡ª sobre una estaci¨®n el¨¦ctrica. La segunda ciudad de Ucrania se queda a oscuras, pero el militar no se inmuta y sigue dando testimonio en la penumbra. ¡°Esto no es la PlayStation, que si te hieren sigues jugando la partida¡±, zanja mientras se?ala con el dedo el parche adherido a su chaqueta en el que se lee: ¡°Fuck orcs¡± (que os jodan, orcos), el insulto con los que los ucranios se refieren a los militares rusos.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.