La primera gran nevada en Ucrania congela a los ciudadanos: ¡°Ni siquiera tenemos le?a para afrontar el invierno¡±
M¨¢s de 10 millones de ucranios viven sin electricidad tras la oleada de ataques rusos, seg¨²n Zelenski
?Qu¨¦ es una nevada en el noreste de Ucrania? Un granito de arena en medio del S¨¢hara. Si a algo est¨¢ habituada esta poblaci¨®n es al rigor del invierno. Todos est¨¢n siempre preparados cuando este aterriza con sus bajas temperaturas, la ventisca y el hielo. Siempre menos este a?o. El de la invasi¨®n. El a?o en que Rusia emplea el fr¨ªo como arma contra los civiles. Un manto blanco dio los buenos d¨ªas el viernes a los habitantes de J¨¢rkov y de otras regiones del pa¨ªs. Pero no es el mismo manto que otros a?os. Es un manto de miedo y de ansiedad. Nadie piensa eso de a?o de nieves, a?o de bienes. Sab¨ªan que la nevada llegar¨ªa irremisiblemente. Pero nadie quer¨ªa que se hiciera realidad. En un pa¨ªs en el que, seg¨²n su presidente, Volod¨ªmir Zelenski, 10 millones de personas no tienen acceso a la electricidad, los copos han ca¨ªdo como metralla, como misiles, como perdigones de bombas de racimo que golpean indiscriminadamente a todo el que pilla por medio. Ha llegado el invierno de la guerra a Ucrania.
Apenas hay pisadas en la nieve de Petropavlivka porque apenas queda gente que la pise. A 125 kil¨®metros al este de la ciudad de J¨¢rkov y a menos de 10 del frente de batalla, en este pueblo habitaban unas 1.000 personas hasta el comienzo de la ocupaci¨®n rusa del 24 de febrero. Ahora apenas quedan 200. ¡°Pensionistas, pensionistas, pensionistas¡¡±, describe el ingeniero Ivan Nikolaevich, de 49 a?os, que trabajaba, como muchos de los vecinos, en una granja que se encuentra parcialmente destruida. La cobertura telef¨®nica va y viene, hay que ir en su b¨²squeda, comenta. Junto a otro hombre, Ivan carga cajas de comida que van a repartir entre el vecindario que convive con camiones armados con ametralladoras, carros de combate y amasijos de lo que en su d¨ªa fueron coches diseminados por el paisaje. Pese a que las hostilidades se han alejado algo, los proyectiles rusos siguen golpeando cada poco, al igual que en otras localidades de la zona. ¡°Los j¨®venes se han ido, pero yo nac¨ª aqu¨ª. No me voy¡±.
Las heridas de los combates en casas y edificios p¨²blicos van a doler m¨¢s estas semanas de term¨®metro helador. La localidad no dispone de electricidad ni de agua ni de gas para caldear las viviendas. Muchos, encima, viven sin cristales en las ventanas y con puertas, tejados o paredes da?ados por los enfrentamientos. La inmensa mayor¨ªa de las casas del pueblo est¨¢n conectadas a la red de gas y ya casi ninguna dispone de estufas de le?a, explica Valentina, una m¨¦dica de 52 a?os que vive con su marido. Sus hijos y su nieto de tres a?os volaron hacia zonas m¨¢s seguras del pa¨ªs, cuenta.
Nadezhda, de 70 a?os, pasea su amargura junto a su vecina Valentina por una calle cuya quietud solo rompe el paso de un tractor. La nieve no ha conseguido camuflar un proyectil que permanece incrustado en el terreno. Nadezhda no es que no tenga ni luz ni agua ni gas¡ es que se qued¨® el mes pasado hasta sin su hijo Aleksei, de 47 a?os. Un disparo en la cabeza acab¨® con ¨¦l. No tienen claro desde qu¨¦ bando se apret¨® el gatillo. Llora sin consuelo, y se lleva las manos al rostro mientras su dolor es sacudido de fondo por los combates. ¡°Es horrible¡±, repite quej¨¢ndose de la incesante banda sonora. Junto a Valentina va en busca de ayuda humanitaria con la que poder sobrevivir. Junto a otros vecinos recurren a un generador para obtener algo de agua. ¡°A las cuatro ya es de noche y una vela nos cuesta 20 grivnas (medio euro)¡±, se quejan. Las dos se aferran a su casa, a su pueblo, y no tienen pensado irse. La m¨¦dica, que vive con su marido, hasta la invasi¨®n empleado en los ferrocarriles, teme que saqueen su casa. Mientras ambas conversan con el reportero, una mujer deambula por la zona buscando ayuda. La nevada le ha pillado sin cristales en casa y necesita que alguien cubra las ventanas. Un drama lleva a otro drama en Petropavlivka.
Casi la mitad de las infraestructuras energ¨¦ticas del pa¨ªs invadido est¨¢n da?adas por los ¨²ltimos ataques rusos, ha se?alado el primer ministro, Denis Shmihal. Esto ocurre con las temperaturas bajo cero durante una parte importante del d¨ªa y la primera gran nevada de la temporada cubriendo de blanco algunas regiones. Es la coyuntura perfecta para que la poblaci¨®n eleve un consumo que la red no soporta. ¡°Desafortunadamente, Rusia contin¨²a llevando a cabo ataques con misiles contra la infraestructura civil y esencial de Ucrania. Casi la mitad de nuestro sistema energ¨¦tico se encuentra desactivado¡±, dijo Shimal.
Volod¨ªmir, un tractorista de 62 a?os, tuvo la feliz idea de colocar en su casa un cartel advirtiendo de la presencia de ni?os, sus nietos. Est¨¢ convencido de que eso fue lo que atrajo al dron que les dej¨® caer la primera bomba en casa, que cay¨® en el pajar. Despu¨¦s vinieron m¨¢s. Y la vivienda es hoy un desastre. Falta medio techo del sal¨®n, hay escombros por todos los sitios y las ventanas no sobrevivieron a los ataques pese a que las hab¨ªa tratado de reforzar por fuera con chapas y maderas. Pese a todo, Volod¨ªmir sigue habitando en ella. Fuera, el tractor, las gallinas, los patos y un perro nervioso por la presencia de extra?os. El hombre guarda los fragmentos de alguna de las bombas y de un proyectil de mortero.
Los d¨ªas m¨¢s duros fueron durante septiembre y octubre, cuando la contraofensiva del ej¨¦rcito ucranio empuj¨® a las tropas invasoras hacia la vecina regi¨®n de Lugansk. Nueve meses de guerra han hecho ya callo. ¡°Espera, mira¡±, le dice al periodista mientras lo saca a la calle. Con precisi¨®n escarba en la nieve y extrae un primer proyectil sin detonar. Lo ten¨ªa perfectamente localizado. Unos metros m¨¢s all¨¢, dos m¨¢s.
Los da?os en las infraestructuras del pa¨ªs causados por la guerra ascienden a 127.000 millones de d¨®lares (una cifra similar en euros) hasta el 22 de septiembre, seg¨²n estimaciones del Gobierno de Kiev junto a la Kyiv School of Economics (KSE). Adem¨¢s, m¨¢s de 10 millones de ucranios viven sin electricidad tras la ola de ataques contra el sistema energ¨¦tico de ese pa¨ªs que puso en marcha Rusia en octubre, seg¨²n datos ofrecidos por el presidente Volod¨ªmir Zelenski el jueves. Las regiones m¨¢s afectadas son Kiev, Odesa, Sumi y Vinitsia, a?adi¨®.
¡°Nos estamos preparando para diferentes escenarios, incluyendo un apag¨®n completo¡±, coment¨® en televisi¨®n Mykola Povoroznik, n¨²mero dos de la autoridad municipal de Kiev. Desde el ataque del 31 de agosto, las autoridades han contemplado la posibilidad de que haya que evacuar a poblaci¨®n de la capital o su regi¨®n hom¨®nima si la red no es capaz de sostener el consumo. No parece que sea el plan en caso de que el hundimiento de la red vaya a afectar a Petropavlivka, donde la ¨²nica concentraci¨®n de varias decenas de habitantes es en el punto en el que se va a repartir la ayuda humanitaria.
Valentina, la m¨¦dica de Petropavlivka, dibuja as¨ª el escenario invernal en el que se hallan ya inmersos: ¡°Ni siquiera tenemos le?a suficiente para afrontar el invierno. No lo ten¨ªamos previsto y nos compramos un coche. Cocinamos y nos calentamos con cocina y estufas artesanales, como en la antig¨¹edad. Hemos vuelto a la Edad de Piedra¡±.
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