Cr¨®nica del asesinato de una ni?a espa?ola en la Francia rural
La muerte de Vanesa, de 14 a?os, a manos de un hombre de 31, sacude a una peque?a comunidad de inmigrantes latinoamericanos en el sur del pa¨ªs
El mal irrumpe cuando nadie lo espera, golpea a quien menos lo espera. Un d¨ªa, una ni?a de 14 a?os sale de la escuela a la una del mediod¨ªa para ir a almorzar a casa y se despide del encargado de vigilar la puerta de entrada.
¡ªBuen provecho.
¡ªHasta luego.
El vigilante, Valmont Zanardo, recuerda que verific¨® la libreta que llevan los alumnos con sus horarios. La autoriz¨® a pasar tras comprobar que hab¨ªa terminado las clases de la ma?ana. Fue una de las ¨²ltimas personas en verla con vida.
¡°Te dices: ¡®Si hubiese pasado un minuto m¨¢s verificando su libreta o si hubi¨¦semos hablado un momento¡¯...¡±, dir¨¢ Zanardo una semana despu¨¦s. ¡°Qui¨¦n sabe¡±.
La escuela se encuentra en los l¨ªmites de Tonneins, un municipio de 9.000 habitantes en el sur de Francia, y la adolescente camina hacia el centro, como cada d¨ªa. Cruza el puente sobre la v¨ªa del tren. Sigue por la avenida paralela a la v¨ªa y pasa por delante de la vetusta estaci¨®n. Tuerce a la izquierda.
En la calle Lamaison, un hombre la obliga a subir a su autom¨®vil. Se la lleva a un lugar indeterminado. La viola. La estrangula. Conduce por las carreteras que surcan las tierras agr¨ªcolas entre Burdeos y Toulouse, a orillas de los r¨ªos Garona y Lot. Aparca frente a una casa abandonada junto a la carretera secundaria, a 10 kil¨®metros de Tonneins. Deja el cad¨¢ver en el interior y se marcha a su casa en Marmande, el municipio m¨¢s poblado de la zona.
Es viernes, 18 de noviembre, y hay una familia en Tonneins que se inquieta: la madre de Vanesa; el compa?ero de la madre, que hac¨ªa de padre a los peque?os, y su hermano y hermana, Boris, de 12 a?os; Sara, de 10. Son hispano-colombianos, llevan un a?o en Francia, a¨²n no dominan bien el franc¨¦s. Vanesa toca el viol¨ªn. Boris pertenece al club local de bicicleta cross.
Esta es una historia de una Francia que no es del todo rural, ni del todo urbana. Es lo que algunos ge¨®grafos llaman la Francia perif¨¦rica: pueblos rodeados de centros comerciales y restaurantes de comida r¨¢pida, rotondas donde hace cuatro a?os estall¨® la revuelta de los chalecos amarillos, estos franceses que sent¨ªan despreciados por las ¨¦lites de las grandes ciudades y de Par¨ªs.
Es tambi¨¦n una tierra de inmigraci¨®n. Hace d¨¦cadas acogi¨® a italianos, portugueses, espa?oles. Ahora, a latinoamericanos. ¡°Muchos trabajan en la agricultura, son formidables¡±, afirma Dante Rinaudo, hijo de italianos y alcalde de Tonneins. Algunos pasaron antes por Espa?a.
La madre de Vanesa ¡ªel apellido no se ha divulgado¡ª naci¨® en Cali (Colombia), lleg¨® a Granada a los siete a?os, ah¨ª creci¨®, ah¨ª nacieron sus hijos. En el verano de 2021 se mudaron a Tonneins. Una pareja de colombianos vecinos del pueblo explic¨® que hab¨ªan conocido a la madre trabajando en los campos de fresa.
¡°Vanesa lleg¨® a nuestra casa en busca de una vida mejor y fue v¨ªctima de una salvajada, de un acto que nos deja sin voz¡±, dijo el cura en una misa el viernes en la iglesia de Tonneins.
La tarde y la noche del 18 de noviembre debi¨® de hac¨¦rseles larga a aquella familia en el cuartel de la gendarmer¨ªa de Tonneins, donde hab¨ªa ido a denunciar la desaparici¨®n de Vanesa. Gracias a las decenas de c¨¢maras de videovigilancia en las calles, los gendarmes localizaron la imagen del momento del secuestro de la calle Lamaison y registraron la matr¨ªcula del veh¨ªculo, lo que les permiti¨® localizar al propietario.
Se llama Romain Chevrel, tiene 31 a?os, un hijo de cinco a?os y otra de meses, seg¨²n el diario local Le R¨¦publicain. A los 15 a?os fue condenado a dos semanas de reclusi¨®n por abusos sexuales sobre una menor. No figuraba en ning¨²n registro de agresores sexuales ni estaba sometido a ning¨²n tipo de control por parte de las autoridades. Pasadas las 10 de la noche, los gendarmes llamaron a la puerta de Chevrel, en Marmande, quien les dijo: ¡°S¨¦ por qu¨¦ est¨¢n ustedes aqu¨ª¡±. Entonces confes¨®.
Chevrel, que disfruta de la presunci¨®n de inocencia, ha sido imputado y est¨¢ en prisi¨®n. La casa abandonada est¨¢ sellada con cinta roja de la gendarmer¨ªa y en una puerta de madera est¨¢ pegado un documento oficial con unas palabras escritas a mano: ¡°Secuestro, violaci¨®n, asesinato de una menor¡±.
?Qu¨¦ hace una familia de inmigrantes con poco dominio de la lengua, en un pa¨ªs extra?o y a una hora intempestiva, cuando un coronel de la gendarmer¨ªa les anuncia que su hija ha muerto? ¡°Cuando se les dio la triste noticia, no hace falta que le diga en qu¨¦ estado se encontraba la mam¨¢ y el pap¨¢¡±, dice Annie Gourgue, presidenta de La Mouette, asociaci¨®n de defensa y protecci¨®n de la infancia. Gourgue les arrop¨® en aquel momento: ¡°Es nuestro papel: estar ah¨ª, dar la mano, abrazar, decirles que no les abandonaremos¡±.
Desde ese d¨ªa en Tonneins los vecinos avisan a sus hijos peque?os de que vigilen cuando caminen solos en la calle y no atiendan a desconocidos. En la escuela de Vanesa, esta semana, padres y madres que hasta ahora les dejaban ir solos les acompa?an por la ma?ana y les recogen por la tarde. No hay psicosis, pero s¨ª prudencia. Todos recuerdan casos recientes, como el de la peque?a Lola en Par¨ªs.
Hay una diferencia en las reacciones a la muerte de Lola y a la de Vanesa. La autora confesa de la violaci¨®n y asesinato de Lola a principios de octubre era una inmigrante argelina sin papeles. La extrema derecha no esper¨® ni un minuto para clamar contra la inmigraci¨®n y convocar una manifestaci¨®n, pese a la oposici¨®n de los padres de la v¨ªctima. El autor confeso de la violaci¨®n y asesinato de Vanesa es franc¨¦s, y la v¨ªctima, inmigrante. No ha habido, esta vez, intentos de instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica. Ni llamamientos a la venganza.
Los restos de Vanesa se trasladar¨¢n a Granada, donde ser¨¢ enterrada en los pr¨®ximos d¨ªas en una ceremonia ¨ªntima. El Ayuntamiento de esta ciudad se har¨¢ cargo del sepelio.
La familia no quiere regresar a Tonneins. Tampoco ir a Espa?a, explica el alcalde Rinaudo, quien ha iniciado los tr¨¢mites para que puedan instalarse en una ciudad francesa cerca de Suiza, donde tienen parientes. Por iniciativa del club de cross se ha abierto un bote para ayudarles. El pueblo se ha volcado en ellos. Ya no est¨¢n solos.
¡°Ahora sienten un fuerte apoyo por parte de la poblaci¨®n, del alcalde, de las instituciones, del colegio. Esto les ayuda. Como est¨¢n en este torbellino, creo que no han tenido tiempo para pensar en la situaci¨®n¡±, dice la abogada de la familia, Christine Roul, de origen espa?ol e hispanoparlante. ¡°Ser¨¢ dif¨ªcil cuando la cosa se calme y se den cuenta de que ya no est¨¢¡±.
El viernes a la siete de la tarde, despu¨¦s de la misa, los padres, el hermano, la hermana desfilaron al frente de centenares de personas en una marcha silenciosa, sobria y digna. ¡°Justicia para Vanesa¡±, dec¨ªa un cartel. ¡°Nunca m¨¢s¡±, se le¨ªa en otro. Sara, la hermana peque?a, abrazaba con fuerza durante todo el trayecto una vieja mu?eca, sin despegarse de ella.
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