La terrible muerte de Lola, un crimen que horroriza a Francia y que la ultraderecha usa contra la inmigraci¨®n
Una ni?a de 12 a?os fue asesinada supuestamente por una argelina sin papeles en el edificio de Par¨ªs donde viv¨ªa
Paraguas en la oscuridad. Son las siete de la tarde del jueves 20 de octubre, ya es de noche. En la plaza Denfert-Rochereau de Par¨ªs se han concentrado unos centenares de personas. Las ha convocado una organizaci¨®n llamada Instituto por la Justicia. Una pantalla gigante emite testimonios de padres de ni?os y j¨®venes asesinados en a?os recientes en Francia.
¡°El laxismo mata¡±, reza un lema de la concentraci¨®n. Entre quienes han llamado a la movilizaci¨®n, figura una de las figuras se?eras de la nueva ultraderecha francesa, el candidato fallido a la presidencia de Francia en la primavera de 2022: ?ric Zemmour. Junto a ¨¦l, Marion Mar¨¦chal-Le Pen, sobrina d¨ªscola de Marine Le Pen, la jefa de la extrema derecha parlamentaria. Su t¨ªa no est¨¢ aqu¨ª. Esto es demasiado incluso para ella, en busca de la respetabilidad que la lleve por fin al poder.
El acto se presenta como un homenaje a Lola, la ni?a de 12 a?os que el viernes 14 de octubre por la tarde fue violada, torturada y asesinada en el edificio donde viv¨ªa en el distrito XIX de Par¨ªs. Por la noche, apareci¨® en el patio del edificio dentro de un ba¨²l.
Horas despu¨¦s, la polic¨ªa detuvo a la sospechosa, identificada en la prensa francesa como Dahbia B., una mujer nacida en Argelia hace 24 a?os. Desde 2016, vive en Francia, adonde lleg¨® con un visado de estudiante ya caducado y sujeta a la obligaci¨®n de abandonar el territorio franc¨¦s por carecer de documentos legales de residencia.
La ultraderecha ¡ªtambi¨¦n Marine Le Pen¡ª no tard¨® ni un instante, tras conocerse estos detalles, en se?alar de manera m¨¢s o menos directa al Gobierno y al presidente Emmanuel Macron por su supuesto laxismo con la inmigraci¨®n. Zemmour ha aplicado al asesinato de Lola una etiqueta de nuevo cu?o: Francocidio. Vendr¨ªa a ser el asesinato de un franc¨¦s por el mero hecho de ser franc¨¦s, aunque nada indique que sea as¨ª en este caso.
El barrio al pie de las Buttes-Chaumont, un parque sobre una colina en el noreste de Par¨ªs, es uno de aquellos rincones que todav¨ªa conservan el sabor popular de la capital en plena gentrificaci¨®n. Aqu¨ª se mezcla poblaci¨®n de origen magreb¨ª, jud¨ªos ortodoxos, viejos inmigrantes espa?oles.
Lola y sus padres, conserjes en el edificio de 12 pisos del 119 de la rue Manin, eran originarios del norte de Francia. Cada d¨ªa, al salir por la tarde del colegio Georges Brassens, Lola recorr¨ªa los 350 metros que separan el centro de su casa.
¡°Le habr¨ªa podido suceder a cualquiera¡±
¡°Esto es como un pueblecito, todos nos conocemos y nos llevamos bien¡±, describe Awa, una vecina de 32 a?os. La acompa?a su hija: va a la misma escuela a la que iba Lola. ¡°Le habr¨ªa podido suceder a la hija de cualquiera¡±, suspira.
Aquel viernes, Lola acab¨® las clases a las 15.00 horas. Un cuarto de hora despu¨¦s, las c¨¢maras de vigilancia registraron la escena en la entrada del edificio: Dahbia, cuya hermana viv¨ªa ah¨ª, abord¨® a Lola. No se sabe c¨®mo, la mujer convenci¨® a la ni?a para que subiese al apartamento de la hermana, en el sexto piso.
Lo que all¨ª debi¨® de suceder lo han reconstruido, sobre la base de las filtraciones de la confusa declaraci¨®n de Dahbia a la polic¨ªa en los interrogatorios, Le Parisien y otros medios. La mujer oblig¨® a la ni?a a desnudarse. Abus¨® de ella. La at¨® de manos y pies y le cubri¨® la cara con un esparadrapo. La estrangul¨® y apu?al¨®. Meti¨® el cad¨¢ver en un ba¨²l y lo baj¨® a la calle a las 17.00 junto a otras dos maletas.
¡°?Ella era incapaz de sacar sola la maleta!¡±, aventura Sarafina, una inmigrante gallega que lleg¨® a Francia en los setenta y, jubilada tras una vida de trabajos precarios, vive en el barrio. Como otros, elabora teor¨ªas de todo tipo: insin¨²a que hubo un c¨®mplice. El caso es que Dahbia buscaba alguien que le echase una mano para trasladar su cargamento a las afueras de Par¨ªs. En el periplo, un amigo la llevar¨¢ con sus maletas a las afueras de la capital. Despu¨¦s regresar¨¢ a la calle del crimen. All¨ª dejar¨¢ el ba¨²l antes de volverse a marchar a las afueras de la ciudad. A las 23.15, una persona sin hogar descubrir¨¢ el cad¨¢ver en el patio interior del edificio de la rue Manin.
En la madrugada del s¨¢bado 15, Dahbia fue detenida. Est¨¢ imputada por ¡°asesinato de menor de 15 a?os acompa?ado de tortura y de actos de barbarie¡± y por ¡°violaci¨®n de menor¡±. Desde entonces, ha dado versiones contradictorias. En la prensa han circulado detalles que dan a entender que sufre graves problemas ps¨ªquicos, pero tambi¨¦n que quer¨ªa vengarse por un contencioso con la madre de Lola.
¡°?No est¨¢ loca!¡±, opina Sarafina, la vecina gallega. Delante del edificio donde vivi¨® y muri¨® Lola se amontonan vecinos, curiosos, periodistas. ¡°Aqu¨ª vivimos en la inseguridad permanente¡±, dice Claire-Am¨¦lie, comercial de 47 a?os. Y V¨¦ronique, profesora de 52 a?os, se queja: ¡°Hay muchas personas sin hogar: algunos inofensivos, tambi¨¦n migrantes que no han encontrado alojamiento, toxic¨®manos y enfermos mentales de los que nadie se encarga¡±.
La entrada del edificio, y la de la escuela, se han convertido en peque?os santuarios: decenas de ramos de rosas blancas, dibujos y mensajes. ¡°Para ti, mi Lola. Reposa en paz, mi princesa¡±. ¡°Querida Lola, sentimos lo que te ha ocurrido [¡]. Tienes nuestra edad y pensamos que volv¨ªas superfeliz de clase y que nunca pudiste regresar por ¨²ltima vez a tu casa. Te queremos, mi vida. De parte de S. y S.¡±
El dolor y la solidaridad recorren el pa¨ªs. Los padres de Lola han pedido repetidas veces que no se use a su hija con fines pol¨ªticos. No todos les han hecho caso.
¡°Lo m¨¢s chocante es que este drama habr¨ªa podido evitarse¡±, comentaba Jean Messiha, antiguo colaborador de Le Pen y Zemmour, en la terraza de un caf¨¦ de Denfert-Rochereau tras la concentraci¨®n del jueves. ¡°Si el Estado hubiese hecho su trabajo y ejercido su responsabilidad, esta persona habr¨ªa sido expulsada de Francia y Lola a¨²n estar¨ªa aqu¨ª¡±.
Macron, que el martes recibi¨® a los padres de la ni?a en el El¨ªseo, ha declarado: ¡°Pienso sobre todo en los padres de Lola, en su hermano y su hermanastro, en el golpe a esta familia incre¨ªblemente digna y unida en este momento, y pienso que ante todo necesitan el respeto y el afecto de la naci¨®n¡±.
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