La ¨²ltima gran batalla del Brexit: el rescate de la City de Londres
El Gobierno de Sunak presenta las ¡°reformas de Edimburgo¡±, un paquete de medidas para profundizar en la desregulaci¨®n del sector financiero. La salida de la UE ha restado competencia a la capital brit¨¢nica frente a centros como Par¨ªs o Frankfurt
El ultraliberal y malogrado pen¨²ltimo ministro brit¨¢nico de Econom¨ªa, Kwasi Kwarteng, quiso llamar a la reforma el Big Bang 2.0, en homenaje a la profunda desregulaci¨®n de los servicios financieros de la era de Margaret Thatcher. Su sucesor, el prudente Jeremy Hunt, ha preferido bautizar el paquete de 30 medidas como las ¡°reformas de Edimburgo¡± porque ha sido en la ciudad escocesa donde las ha anunciado este viernes. Y por enviar el mensaje de que su puesta en marcha beneficiar¨¢ a todo el Reino Unido, y no solo a la metr¨®polis. El Gobierno de Sunak quiere presentar los cambios como un ejemplo de la energ¨ªa liberadora que trajo consigo el Brexit. La realidad, sin embargo, sugiere m¨¢s bien que son un esfuerzo desesperado por frenar la p¨¦rdida de competitividad de la City de Londres, de la que huye en los ¨²ltimos a?os un goteo de bancos, firmas de inversi¨®n y altos ejecutivos, provocado por la salida de la UE.
¡°Nos comprometemos a asegurar que el Reino Unido siga siendo uno de los centros financieros m¨¢s abiertos, din¨¢micos y competitivos del mundo¡±, ha anunciado Hunt. ¡°Las reformas de Edimburgo utilizar¨¢n las libertades recuperadas gracias al Brexit para elaborar un r¨¦gimen regulatorio aut¨®ctono que sirva a los intereses de las empresas y ciudadanos brit¨¢nicos[¡] Reformaremos todas las gravosas leyes de la UE que han asfixiado el crecimiento de sectores como el de la tecnolog¨ªa digital o las biociencias¡±, ha asegurado el ministro de Econom¨ªa.
Parad¨®jicamente, la medida m¨¢s llamativa ¡ªy criticada¡ª de las propuestas no tiene nada que ver con la regulaci¨®n aparentemente impuesta desde Bruselas. Downing Street quiere relajar las normas de compartimentaci¨®n (ring-fencing, en el t¨¦rmino ingl¨¦s empleado) que el propio Gobierno del Reino Unido impuls¨® despu¨¦s de la cat¨¢strofe financiera de 2008. La Comisi¨®n Bancaria Independiente (IBC, en sus siglas originales), presidida por el economista John Vickers, introdujo una serie de propuestas para mejorar la capacidad de los bancos de absorber p¨¦rdidas y reducir riesgos. Inclu¨ªan una exigencia de capital adicional durante las fases expansivas, pero, sobre todo, la obligaci¨®n de separar su negocio de banca minorista del de banca de inversi¨®n para todas aquellas entidades que manejaran dep¨®sitos por valor superior a los 25.000 millones de libras esterlinas (29.000 millones de euros al cambio actual). Las nuevas normas supusieron un enorme esfuerzo de cambios estructurales y operativos para muchas entidades como, por ejemplo, Santander UK.
Junto a una mayor flexibilizaci¨®n de esas normas de compartimentaci¨®n, el Gobierno brit¨¢nico quiere acabar tambi¨¦n con el R¨¦gimen de Sanciones de Directivos (Senior Managers Regime), tambi¨¦n una consecuencia directa de los desmanes de la ¨²ltima crisis financiera, y que supon¨ªa hacer personalmente responsables a los altos directivos de las entidades financieras de las infracciones cometidas por la firma, si ¡°no hab¨ªan adoptado las medidas razonables para evitarlas¡±. A pesar del grito de protesta que surgi¨® en la City ante tal r¨¦gimen, lo cierto es que su aplicaci¨®n ha sido bastante laxa durante estos a?os.
Finalmente, Hunt ha preservado una parte importante del desastroso legado de su predecesor, Kwarteng, al confirmar la eliminaci¨®n del l¨ªmite cuantitativo de los bonos para altos ejecutivos.
¡°Reformas como la compartimentaci¨®n o el r¨¦gimen de sanciones a directivos se introdujeron en su momento por las razones acertadas. La City no est¨¢ pidiendo al Gobierno premios de consolaci¨®n para compensar el da?o provocado por el Brexit del Partido Conservador, ni quiere nuevas promesas vac¨ªas de una mayor desregulaci¨®n¡±, ha dicho Tulip Siddiq, el portavoz de la oposici¨®n laborista para Asuntos Financieros. ¡°La competitividad de Londres depende de la aplicaci¨®n de est¨¢ndares elevados, no de poner en marcha una carrera para rebajarlos¡±, ha denunciado Siddiq.
Las propuestas que m¨¢s chocan con la legislaci¨®n comunitaria a¨²n vigente en los servicios financieros brit¨¢nicos hacen referencia a la llamada Solvencia II de la UE, el marco regulatorio aprobado en su d¨ªa para gestionar el riesgo del sector de seguros y reaseguros. Downing Street quiere relajar las exigencias a esta industria de provisi¨®n de fondos, para liberar nuevas inversiones en la llamada ¡°econom¨ªa verde¡±. Pero esto es exactamente lo que ya propuso hace un a?o la Comisi¨®n Europea respecto a sus propias normas, con lo que, al menos en este caso, la supuesta libertad recuperada gracias al Brexit consiste b¨¢sicamente en replicar las decisiones adoptadas en Bruselas.
¡°El Reino Unido siempre tendr¨¢ un sistema regulatorio robusto y respetado para el sector financiero, porque eso es lo correcto¡±, ha respondido este viernes Rishi Sunak a las acusaciones de una nueva desregulaci¨®n. ¡°Pero debemos asegurarnos de que la industria contin¨²e siendo competitiva, porque da empleo a un mill¨®n de personas no solo en Londres, sino en Edimburgo, Belfast, Leeds o Bournemouth¡±, ha dicho el primer ministro brit¨¢nico.
La lucha por las c¨¢maras de compensaci¨®n
Las medidas anunciadas por Hunt, que suponen un claro intento de presentar a la City de Londres como un polo atractivo de negocios, a pesar de las r¨¦moras desatadas por el Brexit, se han conocido la misma semana en que Bruselas ha dado un nuevo golpe al Reino Unido. La Comisi¨®n Europea hizo p¨²blicos el mi¨¦rcoles nuevos borradores para arrebatar a la capital brit¨¢nica gran parte del multimillonario negocio de las c¨¢maras de compensaci¨®n que operan en valores denominados en euros. Estas entidades act¨²an como intermediarios en las grandes transacciones, para asegurar la estabilidad del mercado financiero.
A pesar de la salida de la UE, muchas entidades europeas segu¨ªan utilizando la London Stock Exchange (LSE) para la contrataci¨®n de derivados, unos productos financieros vinculados a las variaciones de los tipos de inter¨¦s que las firmas utilizan para protegerse frente a incrementos de sus obligaciones de deuda. Un 90% de esas operaciones se realizan a trav¨¦s de la LSE, y Bruselas quiere obligar a que parte importante de ese negocio se derive a c¨¢maras de compensaci¨®n radicadas en el continente, como parte del esfuerzo por crear un Mercado ?nico de Capitales. La ¡°equivalencia¡±, el permiso provisional otorgado a la LSE para seguir prestando servicio a sus clientes comunitarios, expira el 30 de junio de 2025. Si salieran adelante las medidas propuestas, que todav¨ªa deben ser respaldadas por el Consejo y el Parlamento europeos, las posibilidades de prorrogar esa equivalencia se reducir¨ªan notablemente, y Londres perder¨ªa otro de los parches que le han permitido sortear, hasta el momento, los efectos negativos del Brexit.
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