El caos pol¨ªtico y la violencia agravan la crisis en Per¨²

Per¨² es un pa¨ªs acostumbrado a ver llegar y caer presidentes ¡ªlleva seis en cuatro a?os¡ª pero no tanto a votar por ellos. El adelanto electoral que ahora exige la ciudadan¨ªa solo tiene un precedente. La ¨²nica vez que se convocaron elecciones antes de tiempo fue con la ca¨ªda del fujimorismo, en el a?o 2001. La falta de costumbre ha metido a la pol¨ªtica peruana en un laberinto que cada d¨ªa se vuelve m¨¢s tenso. Las protestas en el interior del pa¨ªs ya suman 21 muertos en enfrentamientos con las fuerzas armadas. El clamor para que se cierre el Congreso y se llame a las urnas es generalizado. Pero en el Parlamento la voluntad de alcanzar alg¨²n acuerdo a¨²n se ve lejana. Los congresistas dicen que se quieren ir, pero a¨²n no han dado un solo paso en esa direcci¨®n.

El suicidio pol¨ªtico de Pedro Castillo, al intentar un autogolpe fallido, ha metido al pa¨ªs en una crisis grave incluso para Per¨², un pa¨ªs que ha aprendido a convivir con el drama pol¨ªtico. La violencia que se vive en las regiones desde hace una semana no remite. El nuevo Gobierno de Dina Boluarte ha sufrido las primeras dos dimisiones de ministros por la muerte de manifestantes, apenas una semana despu¨¦s de llegar al poder. El estado de emergencia decretado en todo el pa¨ªs no ha logrado contener la seguridad. Al contrario, este jueves, primer d¨ªa de su entrada en vigor, murieron ocho personas. Las fuerzas armadas han tomado el mando y en v¨ªdeos que circulan por redes sociales las protestas se repelen a tiros.

Boluarte y el Congreso saben que no tienen ninguna opci¨®n de completar un mandato que deber¨ªa terminar en 2026, pero tampoco se ve cercano el final de esta legislatura que comenz¨® con Pedro Castillo. El descr¨¦dito del Parlamento es enorme, con un 86% de desaprobaci¨®n. En su mano, sin embargo, est¨¢ la convocatoria electoral. El polit¨®logo Fernando Tuesta asegura que ¡°hay una resistencia al adelanto de elecciones no declarada, que se ve en la incapacidad de ponerse de acuerdo en un contexto de una tragedia nacional como el de ahora¡±.

Este viernes, el Congreso vot¨® un dictamen para celebrar elecciones en diciembre de 2023, que apenas sum¨® 49 votos, la mayor¨ªa de Fuerza Popular, el partido de la conservadora Keiko Fujimori. Para salir adelante se necesitan 87. Si los peruanos fuesen a las urnas, entonces, el nuevo Congreso y el presidente asumir¨ªan el cargo en abril de 2024. La congresista de izquierdas Sigrid Baz¨¢n vot¨® en contra y explic¨® que existe otro dictamen que pide los comicios para abril de 2023. ¡°No podemos quedarnos 16 meses m¨¢s, es insostenible. V¨¢monos todos ya. Lo antes posible¡±, dijo p¨²blicamente.

Hace a?os que la mayor¨ªa de peruanos se desconect¨® de las instituciones. El hast¨ªo es generalizado. La lucha entre presidentes y Congresos es sobre lo que gira la pol¨ªtica y frena cualquier iniciativa o reforma que atienda a los problemas reales del pa¨ªs. La pobreza, la educaci¨®n, el desempleo, el medio ambiente. Esa distancia que marcan los ciudadanos con su clase pol¨ªtica es rec¨ªproca. Este viernes, primer d¨ªa que entr¨® en vigor un toque de queda en 15 regiones, el presidente del Consejo de Ministros mostr¨® en redes sociales algunas de las actividades a las que hab¨ªa dedicado la jornada. Por ejemplo, recibir a asociaciones que ofrecieron al Gobierno ¡°contribuir con campa?as de limpieza de playas, r¨ªos y calle, y de donaci¨®n de sangre¡±.

Eso dec¨ªa su cuenta de Twitter mientras cientos de personas iban llenando la Plaza de San Mart¨ªn, en Lima. Las protestas en la capital han ido aumentando en los ¨²ltimos d¨ªas, aunque el verdadero foco est¨¢ en las regiones que votaron mayoritariamente por Castillo hace un a?o y medio. A Lima han ido llegando personas desde Cajamarca, Jun¨ªn o el Vraem y las marchas son cada vez m¨¢s numerosas. El dispositivo policial en la capital es inmenso. Existe la idea de que lo que no pasa aqu¨ª no ocurre, como si el resto del pa¨ªs no contara. Lima concentra casi un tercio de la poblaci¨®n del pa¨ªs (33 millones) y el poder pol¨ªtico y econ¨®mico.

Para la poblaci¨®n de las regiones, el triunfo de Castillo supuso imponerse a las ¨¦lites lime?as que siempre han ocupado el poder. Su ca¨ªda en desgracia se ve como una oportunidad perdida y se niegan a que sea el maestro rural el ¨²nico que pague esta crisis con la c¨¢rcel. Exigen que los 130 congresistas se vayan a su casa y lo hagan cuanto antes. Los parlamentarios oyen, pero no se sabe si escuchan.

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