Zelenski en el Capitolio: ¡°La ayuda econ¨®mica a Ucrania no es caridad; es una inversi¨®n en la seguridad global¡±
En su primer viaje al extranjero desde el principio de la invasi¨®n rusa, el presidente ucranio se dirige al Congreso, que estudia apoyar a Kiev con 45.000 millones de d¨®lares. ¡°Estamos vivos y coleando¡±
El presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, puede presumir de una apabullante colecci¨®n de apariciones en parlamentos a lo largo del ancho mundo desde que el 24 de febrero comenz¨® la invasi¨®n rusa, pero hasta ahora nunca hab¨ªa hablado en persona ante ninguno de ellos. El Capitolio de Estados Unidos lo recibi¨® este mi¨¦rcoles por la noche para escucharlo ¡ªesta vez, no a trav¨¦s de una pantalla¨D en una sesi¨®n especial conjunta que se anunciaba como ¡°hist¨®ri...
El presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, puede presumir de una apabullante colecci¨®n de apariciones en parlamentos a lo largo del ancho mundo desde que el 24 de febrero comenz¨® la invasi¨®n rusa, pero hasta ahora nunca hab¨ªa hablado en persona ante ninguno de ellos. El Capitolio de Estados Unidos lo recibi¨® este mi¨¦rcoles por la noche para escucharlo ¡ªesta vez, no a trav¨¦s de una pantalla¨D en una sesi¨®n especial conjunta que se anunciaba como ¡°hist¨®rica¡±. Y Zelenski recogi¨® ese guante salpicando sus palabras de referencias a heroicos episodios del pasado: de la batalla de Saratoga, punto de inflexi¨®n de la Guerra de la Independencia estadounidense, a la ret¨®rica del presidente Franklin Roosevelt, l¨ªder del pa¨ªs durante gran parte de la Segunda Guerra Mundial, pasando por la ¡°resistencia de los Aliados frente a los nazis en la Navidad de 1944¡å en las Ardenas. Todo eso condujo a Zelenski a una conclusi¨®n: la batalla que su ej¨¦rcito est¨¢ librando ahora mismo en el coraz¨®n de Europa es crucial para el futuro de la democracia, y por eso sus tropas necesitan, m¨¢s que nunca, ¡°toda la ayuda posible¡±, tanto econ¨®mica como militar. ¡°Estamos en condiciones de cambiar el curso de la guerra¡±, sentenci¨®. ¡°Su dinero no es caridad, es una inversi¨®n en la seguridad global que nosotros manejamos de la manera m¨¢s responsable¡±.
Vestido con su habitual uniforme verde batalla, Zelenski fue recibido por los congresistas con cuatro minutos de v¨ªtores y aplausos que retrasaron el inicio de su apasionado discurso, un discurso que abri¨® con las palabras ¡°queridos estadounidenses¡± para dejar claro que tambi¨¦n se dirig¨ªa a ellos, que apoyan con sus impuestos, les guste o no, esa cruzada. ¡°Contra todo pron¨®stico, Ucrania no cay¨®. Est¨¢ viva y coleando¡±, proclam¨® el l¨ªder al final de una jornada intensa en Washington, en la que se reuni¨® con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca.
Era su primer viaje al extranjero desde el inicio de la guerra, hace casi 10 meses; un itinerario no exento de riesgos, que quiso vender como un periplo en defensa de la democracia. ¡°Derrotamos a Rusia. No tenemos miedo. Nadie deber¨ªa tenerlo¡±, afirm¨® el presidente ucranio en el Capitolio. ¡°Esta victoria servir¨¢ para inspirar a la comunidad global. Tambi¨¦n es un triunfo de los estadounidenses. Europa est¨¢ m¨¢s unida y es m¨¢s libre que nunca. La tiran¨ªa rusa ha perdido su control sobre nosotros. Y los ciudadanos rusos tambi¨¦n ser¨¢n libres, pero solo cuando derroten al Kremlin en sus mentes¡±.
Su comparecencia se produjo mientras el Congreso se halla estudiando la aprobaci¨®n, antes de que los dem¨®cratas cedan el control de la C¨¢mara de Representantes, de una ley ¨®mnibus que contempla muchas cosas, entre ellas, una l¨ªnea de ayuda a Ucrania de 45.000 millones de d¨®lares (42.340 millones de euros). As¨ª que sus palabras sonaron inevitablemente a presi¨®n para garantizarse el abastecimiento de tanques, misiles y otros equipamientos militares. Tambi¨¦n, a cortejo de los legisladores republicanos, que se dicen m¨¢s preocupados por asuntos dom¨¦sticos como la gesti¨®n de la frontera o la epidemia de fentanilo y no est¨¢n por la labor de continuar extendiendo un cheque en blanco a Kiev. ¡°Tenemos artiller¨ªa, s¨ª, gracias. ?Es suficiente? No, sinceramente¡±, dijo Zelenski. El mandatario buscaba desde hace meses el p¨²lpito que por fin ocup¨® el mi¨¦rcoles para plantarse ante los legisladores estadounidenses y hacerles entender que sus decisiones ¡°pueden salvar a Ucrania¡±.
El golpe de efecto final del presidente, que antes fue actor, lleg¨® cuando llevaba hablando unos 20 minutos y sac¨® una bandera de su pa¨ªs. Estaba llena de firmas que varios soldados ucranios estamparon el d¨ªa anterior en el frente de Bajmut, una ciudad en la regi¨®n de Donetsk, en Donb¨¢s, donde ahora mismo se libran los combates m¨¢s duros contra el ej¨¦rcito ruso. El enemigo ¡°usa todo¡± en esta ofensiva, dijo Zelenski. Pese a ello, a?adi¨®, entre continuas interrupciones por los aplausos, Ucrania ¡°mantiene sus l¨ªneas y nunca se rendir¨¢¡±. ¡°El a?o pasado, 70.000 personas viv¨ªan all¨ª... Ahora solo quedan unos pocos civiles. Cada cent¨ªmetro de esa tierra est¨¢ empapado en sangre... Donb¨¢s cambi¨® de manos varias veces en feroces combates. Pero su alma ucrania sigue en pie¡±.
El presidente ucranio entreg¨® la ense?a a la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y a la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, que le correspondi¨® con una bandera estadounidense, que hab¨ªa ondeado durante el d¨ªa en el Capitolio. Ambas siguieron el discurso desde la tribuna superior, a la espalda de Zelenski, una figura que casi se antojaba un espejismo: seguramente, en los compases previos al inicio del conflicto, nadie hubiera apostado que 10 meses despu¨¦s seguir¨ªa, a sus 44 a?os, con vida.
Pelosi lo hab¨ªa recibido hora y media antes en los pasillos del Congreso al t¨¦rmino de una jornada atareada en la Casa Blanca. Zelenski, que lleg¨® en tren a la frontera con Polonia para embarcar en un avi¨®n que aterriz¨® en Washington a mediod¨ªa, se reuni¨® durante dos horas con el presidente Joe Biden en el Despacho Oval, donde escuch¨® de su boca que Estados Unidos lo apoyar¨ªa ¡°mientras fuera necesario¡±, tambi¨¦n con el env¨ªo de una bater¨ªa de misiles Patriot de largo alcance, un viejo deseo de Kiev finalmente concedido. Despu¨¦s, ambos atendieron a la prensa en un sal¨®n del ala Este.
Pelosi, de 82 a?os, dirigi¨® la sesi¨®n conjunta del Senado y la C¨¢mara de Representantes en la que seguramente ser¨¢ su ¨²ltima aparici¨®n de calado antes de dejar, la semana que viene, un puesto que ha ocupado en dos ocasiones (de 2007 a 2011, y desde 2019). Es el final de una carrera de 35 a?os en el Capitolio y muy probablemente nunca pudo so?ar con una despedida tan en lo alto. El Partido Dem¨®crata perdi¨® el control de la C¨¢mara de Representantes en las ¨²ltimas elecciones legislativas y est¨¢ previsto que su cargo lo ocupe, con el nuevo a?o, el republicano de California Kevin McCarthy.
La veterana pol¨ªtica, a la que Zelenski agradeci¨® su visita a Kiev ¡°en lo m¨¢s crudo de la guerra¡±, tambi¨¦n ech¨® mano de la historia al recordar que otro ¡°presidente en guerra¡±, un tal Winston Churchill, se dirigi¨® a los congresistas estadounidenses a finales de 1941. Ella lo sabe bien, porque su padre era miembro de la C¨¢mara cuando Churchill habl¨® entonces en el mismo dram¨¢tico escenario. ¡°Ochenta y un a?os despu¨¦s, esta semana, es particularmente conmovedor para m¨ª estar presente cuando otro l¨ªder heroico se dirige al Congreso en tiempos de guerra, y con la democracia misma en juego¡±, escribi¨® en una carta enviada por la ma?ana a sus colegas para animarlos a que asistieran al discurso de Zelenski.
Pese a los esfuerzos de Pelosi, el hemiciclo no se llen¨®. Es la semana de Navidad en Washington y en un Congreso que vive sus ¨²ltimos d¨ªas antes de su renovaci¨®n, no todos los representantes contaban con estar a¨²n en la ciudad. La visita del l¨ªder ucranio, que se fragu¨® en secreto y solo se adelant¨® a la prensa el martes por la noche, fue tambi¨¦n una sorpresa para ellos. Por si fuera poco, se avecina una tormenta de proporciones ¨¦picas para dar la bienvenida al invierno que promete convertir en un infierno los desplazamientos a trav¨¦s de vastas zonas del centro y el norte del pa¨ªs.
Zelenski despidi¨® su discurso deseando a los presentes un ¡°feliz y victorioso a?o nuevo¡±, antes de coger el avi¨®n de regreso al frente. El l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata, Chuck Schumer, uno de los senadores que s¨ª asisti¨® a la cita, explic¨® despu¨¦s a los periodistas del Capitolio lo que aquel, que ya se dirigi¨® en marzo pasado a los legisladores en un mensaje en v¨ªdeo en el que invoc¨® el 11-S y el bombardeo de Pearl Harbor, le hab¨ªa hecho saber durante una reuni¨®n previa: que si el Congreso no aprueba la ayuda pendiente, eso ¡°significar¨ªa perder la guerra¡±.
Su oponente, Mitch McConnell, consider¨® en declaraciones a los reporteros que ¡°lo m¨¢s importante ahora mismo en el mundo es derrotar a Rusia¡±, aunque no todos en su partido piensan del mismo modo. Cada vez son m¨¢s las voces en el bando republicano, sobre todo aquellas que defienden la visi¨®n nacionalista del America First (Estados Unidos primero), que empiezan a mostrar signos de cansancio por una inversi¨®n sin precedentes: sin contar las que est¨¢n en estudio. En estos casi 10 meses han aprobado ayudas por valor de 65.000 millones de d¨®lares. McCarthy resumi¨® esas suspicacias: ¡°Mi posici¨®n nunca ha cambiado. Apoyo a Ucrania, pero no que se le d¨¦ un cheque en blanco. Queremos asegurarnos de que haya responsabilidad por cada centavo que se gasta¡±, dijo a los periodistas al final de una jornada en la que Washington estuvo a punto de agotar las reservas del adjetivo ¡°hist¨®rico¡±.
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