La comisi¨®n del asalto al Capitolio recomienda que se proh¨ªba a Trump presentarse de nuevo
El informe final del comit¨¦ que investiga el 6 de enero asesta un nuevo golpe a las aspiraciones del expresidente, cada vez m¨¢s aislado, de volver a la Casa Blanca
En las 814 p¨¢ginas del informe final hecho p¨²blico el jueves por la noche por la comisi¨®n del Congreso de Estados Unidos que ha investigado el ataque al Capitolio, el nombre de Donald Trump aparece en 4.207 ocasiones. La media sale a m¨¢s de cinco veces por p¨¢gina. De modo que el expresidente es el protagonista absoluto del lanzamiento m¨¢s esperado de estas navidades en Washington. Sus autores ¡ªsiete dem¨®cratas y dos republicanos que han trabajado durante 18 meses, han entrevistado a un millar de personas y han revisado un mill¨®n de documentos¡ª concluyen lo que para pocos puede ser una sorpresa a estas alturas: ¡°un solo hombre¡±, Trump, capitane¨® ¡°un plan de varias partes para revocar las elecciones presidenciales de 2020¡å, pese a las abundantes evidencias en contra de la teor¨ªa falsa del robo dem¨®crata en las urnas.
El documento ampl¨ªa y detalla los hallazgos que la comisi¨®n ha ido compartiendo en sus audiencias televisadas. Tambi¨¦n pide que el Congreso considere prohibir a Trump y a los funcionarios que colaboraron con ¨¦l en aquellos meses que puedan volver a presentarse para un cargo p¨²blico, ampar¨¢ndose en una interpretaci¨®n del castigo que la decimocuarta enmienda reserva a los insurrectos. ¡°Nuestro pa¨ªs ha llegado demasiado lejos como para permitir que un presidente derrotado se convierta en un tirano¡±, escribe en las primeras p¨¢ginas el dem¨®crata Bennie Thompson (Misisipi), presidente del ¨®rgano bipartidista.
El problema en el caso del cabecilla es que esa recomendaci¨®n ¡ªque no es sino eso, una recomendaci¨®n sin poder vinculante¡ª llega tarde. Trump ya anunci¨® a los pocos d¨ªas de las recientes elecciones legislativas (de las que sali¨® como claro perdedor) que se presentar¨¢ a las presidenciales de 2024. Solo una condena en las m¨²ltiples causas pendientes que tiene desde Washington a Nueva York, pasando por Atlanta, podr¨ªa imped¨ªrselo.
La particular semana horribilis del magnate empez¨® del mismo modo que termina. El lunes, la comisi¨®n del 6 de enero vot¨® por unanimidad acusarlo de cuatro delitos (incitaci¨®n a la insurrecci¨®n, obstrucci¨®n de un procedimiento oficial de Congreso, conspiraci¨®n para difundir falsedades electorales e intento de fraude a Estados Unidos). Despu¨¦s, publicaron un aperitivo de su informe final a modo de resumen ejecutivo. El comit¨¦ lleg¨® en ambos casos hasta donde puede: se?alar esos cr¨ªmenes al Departamento de Justicia, en cuyo tejado ha ca¨ªdo una pelota cargada de pruebas incriminatorias.
Entre medias, otra comisi¨®n del Congreso orden¨® el martes la publicaci¨®n de las declaraciones de impuestos del expresidente entre 2015 y 2020, tras una batalla judicial que se remonta a la campa?a que lo llev¨® a la Casa Blanca y a solo dos semanas de que los dem¨®cratas cedan el control de la C¨¢mara baja a los republicanos, que llegan deseosos de enterrar estas investigaciones. El mi¨¦rcoles publicaron una suerte de contrainforme que cargaba la culpa del 6 de enero en los fallos de seguridad que, afirman, vivi¨® la ciudad aquel g¨¦lido d¨ªa.
El monumental texto de la comisi¨®n bipartidista incorpora un ap¨¦ndice de 30 p¨¢ginas sobre la respuesta del Gobierno a las se?ales de los servicios de inteligencia que advirtieron de la tormenta de violencia que se avecinaba sobre Washington (tormenta que se cobr¨® cinco vidas y dej¨® heridos a centenares de agentes). Esos cap¨ªtulos finales nacen del compromiso salido de la pugna de las ¨²ltimas semanas en el seno del comit¨¦ entre quienes, como la vicepresidenta Liz Cheney, una de las republicanas m¨¢s odiadas por Trump, consideraban una distracci¨®n desviar el foco de la responsabilidad del magnate y los que, en aras de la credibilidad, apostaban por ofrecer el cuadro m¨¢s completo posible.
No est¨¢ claro qu¨¦ va a pasar en una C¨¢mara de mayor¨ªa conservadora con las 11 propuestas que incorpora el informe final de la comisi¨®n para evitar que el 6 de enero se repita. Entre ellas, destaca una reforma cuya aprobaci¨®n est¨¢ prevista para antes del relevo, como parte de un monumental paquete de gasto que pas¨® el jueves a toda prisa el tr¨¢mite del Senado, antes de que llegara el frente polar que ha puesto a Estados Unidos en alerta roja.
Ese cambio legislativo persigue aclarar el papel que, en la certificaci¨®n del resultado de las urnas, otorga al vicepresidente una ley electoral de 135 a?os de antig¨¹edad cuyas ambig¨¹edades contribuyeron, en una torticera interpretaci¨®n, al ataque a Capitolio. Trump quiso creer que estaba en la mano de Mike Pence negarse a reconocer el triunfo de Joe Biden y convenci¨® a los suyos de que, al no hacerlo, estaba traicionando a la democracia estadounidense. En realidad, el papel del vicepresidente se limitaba a certificar el resultado oficial.
Otras recomendaciones pasan por estrechar la vigilancia de las agencias federales sobre grupos extremistas como los que abastecieron aquel d¨ªa a Trump de insurrectos o la designaci¨®n de la jornada en la que se cuentan los votos electorales en el Congreso como un evento nacional especial de seguridad. Eso blindar¨ªa el tr¨¢mite democr¨¢tico que interrumpi¨® la turba del 6 de enero con la protecci¨®n reservada a ocasiones especiales como la toma de posesi¨®n del nuevo presidente o a los discursos del Estado de la Uni¨®n.
Mientras siguen los juicios contra Trump por presionar a funcionarios electorales en Georgia o la investigaci¨®n por los papeles clasificados como alto secreto que se llev¨® sin encomendarse a nadie de la Casa Blanca a su residencia en Mar-a-Lago, la pregunta ahora es cu¨¢les ser¨¢n los siguientes pasos del Departamento de Justicia. Su jefe, Merrick Garland, design¨® recientemente a Jack Smith como fiscal especial para sortear los aprietos en los que la decisi¨®n de Trump de presentarse pone a su departamento, que depende del presidente Joe Biden, probable contrincante del magnate en 2024. El anuncio tan temprano de su candidatura pretende precisamente eso: tratar de pasar esas investigaciones por una persecuci¨®n pol¨ªtica.
Al conocerse el resultado de 18 meses de escrutinio sobre sus actos, Trump reaccion¨® en Truth, la red social que fund¨® tras su expulsi¨®n de Twitter: ¡°El informe del comit¨¦ nada selecto y altamente partidista no menciona deliberadamente el hecho de que [Nancy] Pelosi [presidenta hasta fin de a?o de la C¨¢mara de Representantes] no prest¨® atenci¨®n a mi recomendaci¨®n de que se usaran tropas en Washington, no muestra las palabras ¡°Pac¨ªficamente y Patri¨®ticamente¡± que us¨¦ [en el mitin que dio aquel d¨ªa cerca del Capitolio], ni estudia el motivo de la protesta, el Fraude Electoral ?CACER?A DE BRUJAS!¡±, escribi¨® el expresidente (y, como de costumbre, las may¨²sculas son suyas).
Truth Social es el ¨²nico foro en el que se prodiga ¨²ltimamente. Independientemente de las consecuencias penales que tengan los trabajos de la comisi¨®n, sus nueve miembros podr¨¢n consolarse al menos con el da?o a la reputaci¨®n de Trump que parecen haber ocasionado los seis meses de audiencias televisadas. El magnate reaccion¨® multiplicando su perfil p¨²blico al inicio de esas sesiones, que recibieron la consideraci¨®n de hist¨®ricas y las comparecencias con otras trascendentales ocasiones en el Congreso, como el Watergate. Hasta se atrevi¨® a volver a Washington para participar en un acto del ala m¨¢s a la derecha del Partido Republicano.
Esa hiperactividad continu¨® durante la campa?a electoral, en la que dio decenas de m¨ªtines que convirti¨® en espect¨¢culos multitudinarios medidos al mil¨ªmetro, como si de una estrella del rock se tratara. Tambi¨¦n apoy¨® a candidatos cuyo extremismo e inexperiencia provocaron que los republicanos perdieran la oportunidad, que parec¨ªa cantada, de recuperar el control del Senado. Pese a la decepci¨®n electoral, y a que le han salido enemigos en casa como el gobernador Ron DeSantis ¡ªque ya lo superar¨ªa, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, en unas hipot¨¦ticas primarias ¡ª, Trump anunci¨® su intenci¨®n de presentarse por tercera vez a la Casa Blanca en un acto en Mar-a-Lago.
En la residencia de Palm Beach (Florida) vive recluido desde entonces, rodeado por un pu?ado de ¡°sicofantes inexpertos¡±, seg¨²n una investigaci¨®n de The Washington Post. Juega al golf y organiza pol¨¦micas cenas como la que sent¨® a su mesa dos d¨ªas antes de Acci¨®n de Gracias a Nick Fuentes y a Ye, el rapero antes conocido como Kanye West, dos notorios antisemitas. Tambi¨¦n comparte en su red social las revelaciones de los Twitter Files, documentos internos con informaci¨®n sobre c¨®mo la compa?¨ªa hoy propiedad de Elon Musk manej¨® los turbios negocios en el extranjero de Hunter Biden, hijo del presidente, y prepara al mundo para sus ¡°anuncios importantes¡±, como el que avanz¨® la semana pasada. La cosa acab¨® siendo m¨¢s risible que trascendental cuando present¨® una l¨ªnea de cartas de s¨ª mismo en las que se le ve disfrazado de las m¨¢s variadas maneras (astronauta, cowboy, superh¨¦roe), algunas de ellas bastante rid¨ªculas. Las vend¨ªa como criptoactivos digitales (NFT) a raz¨®n de 99 d¨®lares la pieza. En total, 45.000 im¨¢genes. A las pocas horas, asegur¨® que las hab¨ªa vendido todas.
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