Lula impone el orden con arrestos masivos y el apoyo del poder judicial y legislativo

Las m¨¢ximas autoridades de la rep¨²blica de Brasil han sido convocadas de urgencia por el reci¨¦n estrenado presidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, este lunes, un d¨ªa despu¨¦s de que una turba de partidarios de su predecesor, Jair Bolsonaro, asaltara los tres poderes en Brasilia. El mandatario, de 77 a?os, se ha reunido en el palacio presidencial de Planalto con la presidenta del Tribunal Supremo, Rosa Weber, y con los del Congreso, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco. Lira es un aliado de Bolsonaro y se sum¨® a la condena un¨¢nime del asalto de los m¨¢ximos representantes de las instituciones. Tambi¨¦n han sido convocados el ministro de Defensa, Jos¨¦ M¨²cio, y los reci¨¦n nombrados jefes de las Fuerzas Armadas. Tras la reuni¨®n, los m¨¢ximos representantes de los tres poderes han difundido una nota conjunta en la que afirman: ¡°Rechazamos los actos terroristas, vand¨¢licos, delictivos y golpistas¡± del domingo.

Adem¨¢s, el gobernador del Distrito Federal (DF), Ibaneis Rocha, ha sido suspendido del cargo durante tres meses por no haber evitado el paso a los extremistas que asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado. Por la tarde Lula se ha reunido con los gobernadores de los 26 Estados, despu¨¦s de conversar por tel¨¦fono con el primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Costa, y con su hom¨®logo estadounidense, Joe Biden, que le ha invitado a visitar EEUU a principios de febrero. El brasile?o ha aceptado, seg¨²n una nota de su equipo. El presidente Biden le ha expresado el ¡°apoyo incondicional de EEUU a la democracia brasile?a y a la voluntad expresada por el pueblo en las ¨²ltimas elecciones, que venci¨® Lula¡±.

Esta tarde, el ministro de Justicia, Flavio Dino, ha declarado en una comparecencia que ¡°gracias a Dios el pa¨ªs camina hacia la normalizaci¨®n absoluta institucional a alta velocidad¡±.

Lula se enfrenta en el noveno d¨ªa de su nuevo mandato al desaf¨ªo m¨¢s grave sufrido por la democracia brasile?a desde el fin de la dictadura, en 1985. Es la culminaci¨®n de meses de tensi¨®n, azuzada por el expresidente ultraderechista Bolsonaro, que se encuentra en Florida (Estados Unidos), y refleja la extrema polarizaci¨®n que divide Brasil en dos mitades.

Los bolsonaristas, vestidos con los colores de la bandera del pa¨ªs (amarillo y verde), emularon a los trumpistas para protagonizar una versi¨®n tropical del asalto al Capitolio de Washington, hace dos a?os, con la diferencia de que en Brasilia las instituciones no estaban reunidas en sesi¨®n, que no hubo muertos y que no fue ninguna sorpresa, sino un ataque temido por los dem¨®cratas durante meses. En el caso de Brasil, tres horas despu¨¦s las fuerzas de seguridad hab¨ªan retomado el control de los tres edificios.

Miles de bolsonaristas a los que el expresidente ha convencido de que les robaron las elecciones celebradas en octubre invadieron el Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo, ubicados en torno a la plaza de los Tres Poderes dise?ada por el arquitecto ?scar Niemeyer. El presidente derrotado conden¨® con tibieza el ataque perpetrado por los sectores m¨¢s radicales de sus seguidores, a los que durante meses ha alentado a desconfiar del sistema de votaci¨®n, del recuento y del m¨¢ximo tribunal de justicia. Cuando la toma de las sedes del poder pol¨ªtico a¨²n estaba en marcha, Lula acus¨® a su predecesor de instigar a los ¡°v¨¢ndalos fascistas¡±.

Los asaltantes destruyeron mobiliario y obras de arte, rompieron piezas de las fachadas acristaladas e inundaron el Congreso antes de ser desalojados por la polic¨ªa. Son piezas muy valiosas, parte del patrimonio modernista dise?ado por Niemeyer cuando, junto al urbanista Lucio Costa, ide¨® Brasilia, inaugurada en el centro del pa¨ªs en 196o. Uno de los motivos para trasladar la capital de R¨ªo de Janeiro al interior era dificultar las hipot¨¦ticas protestas contra las autoridades, adem¨¢s de blindarlas de un posible ataque como el perpetrado el domingo. El asalto ocurri¨® en el mismo lugar en el que una semana antes una multitud festiva de 300.000 personas arrop¨® a Lula, junto a decenas de jefes de Estado extranjeros, en su regreso al poder para un tercer mandato.

Campamentos golpistas

El lunes por la ma?ana, la polic¨ªa desaloj¨® el campamento golpista montado frente el cuartel general del Ej¨¦rcito en Brasilia. Entre 1.200 y 1.400 personas fueron retenidas para su identificaci¨®n, seg¨²n dijo el portavoz del Ej¨¦rcito, coronel Marcos Andr¨¦ Benzecry. Los bolsonaristas no fueron detenidos, sino llevados a un lugar donde est¨¢n siendo identificados y cacheados. ¡°Ah¨ª es donde empieza la investigaci¨®n para ver si tienen algo que ver con los actos vand¨¢licos¡± del domingo, ha dicho Benzecry.

Un juez del Tribunal Supremo orden¨® el desmantelamiento de todos los campamentos levantados hace dos meses, tras las elecciones, por bolsonaristas radicales que ponen en duda el resultado oficial que dio la victoria, por la m¨ªnima, a Lula frente a Bolsonaro (51% frente a 49%). Hace unos d¨ªas, el nuevo ministro de Defensa calculaba que hab¨ªa unas 5.000 personas en las protestas dispersas por todo el pa¨ªs. Firma la decisi¨®n el juez Alexandre de Moraes, el m¨¢s activo de los magistrados del m¨¢ximo tribunal, que tambi¨¦n orden¨® suspender por 90 d¨ªas al gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, un aliado de Bolsonaro que estaba al tanto de la marcha hacia las instituciones y era el m¨¢ximo responsable de la Polic¨ªa Militar del DF, que no cort¨® el paso a los extremistas.

El gobernador ahora destituido pidi¨® disculpas a Lula el domingo tras apartar del cargo al secretario de Seguridad, un polic¨ªa antiguo ministro de Bolsonaro que est¨¢ de vacaciones en Florida, donde tambi¨¦n se encuentra el antiguo mandatario y l¨ªder ultraderechista. Bolsonaro viaj¨® a Orlando dos d¨ªas antes del final de su mandato para no dar el relevo a su n¨¦mesis, Lula. En el instante en que el nuevo presidente juraba el cargo, Bolsonaro perd¨ªa la inmunidad presidencial, y por tanto, puede ser formalmente procesado en cualquiera de las m¨²ltiples investigaciones abiertas en su contra.

El asalto a¨²n estaba en marcha cuando Lula, en su calidad de jefe del Estado, orden¨® la intervenci¨®n federal de la seguridad p¨²blica en el DF, es decir, que el Gobierno federal asumiera el mando de las fuerzas de seguridad que hasta ese momento depend¨ªan del gobernador. ¡°Este genocida est¨¢ alimentando esto [el ataque] v¨ªa redes [sociales] desde Miami¡±, dijo el jefe del Ejecutivo en una improvisada rueda de prensa.

Buena parte de los invasores llegaron hasta el coraz¨®n pol¨ªtico de Brasil en un centenar de autobuses y caminando tranquilamente, escoltados incluso por la Polic¨ªa Militar, desde el campamento golpista instalado en la sede del Cuartel General del Ej¨¦rcito, otro espectacular edificio de Niemeyer ubicado a nueve kil¨®metros de los edificios asaltados.

Las fuerzas de seguridad detuvieron a unas 300 personas acusadas de participar en la invasi¨®n, a los que la prensa brasile?a define ya como ¡°terroristas¡±, un t¨¦rmino inusual a nivel interno en este pa¨ªs hasta que el d¨ªa de Nochebuena la polic¨ªa detuvo a un bolsonarista acusado de un atentado fallido con explosivos.

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