Matteo Messina, una historia ligada al destino de Italia
El escritor Roberto Saviano considera que la imagen que da la mafia es reflejo fiel de la sociedad italiana y advierte de que no hay pa¨ªs de Europa en el que estas organizaciones criminales inviertan tanto como en Espa?a
Cuando se detiene a un capo mafioso de la talla de Matteo Messina Denaro, un aut¨¦ntico capo que, con sus estrategias econ¨®mico-criminales, ha moldeado durante d¨¦cadas no solo el destino de la organizaci¨®n cuya cima ocup¨®, sino tambi¨¦n el de toda Italia, es muy dif¨ªcil resumir, excluir detalles, elegir una versi¨®n de los hechos y omitir todas las dem¨¢s. Sin querer caer en la ret¨®rica, podemos decir que la historia de Matteo Messina Denaro est¨¢ indisolublemente ligada al destino de Italia, a su historia judicial y a las disputas que, inevitablemente, se han vuelto a avivar con su arresto. Incluso la propia imagen que la mafia da de s¨ª misma devuelve un reflejo fiel de la sociedad de la que forma parte.
Matteo Messina Denaro, nacido en 1962, es considerado el jefe indiscutible de una estructura piramidal: jefe anciano y enfermo de una organizaci¨®n que tiene jerarqu¨ªas obsoletas y viejas, igual que ocurre en la sociedad italiana. Viejas jerarqu¨ªas que, si bien por un lado bloquean y ralentizan toda decisi¨®n, por otro son garant¨ªa de adhesi¨®n a los c¨®digos del pasado, que son todo menos c¨®digos de honor. Son c¨®digos que imponen la venganza, que extorsionan el respeto con la violencia y envenenan el territorio que tiene la desgracia de albergar a los capos huidos de la justicia, que necesitan protecci¨®n.
Matteo Messina Denaro ha sido detenido en su Sicilia natal, resid¨ªa en un piso de Campobello di Mazara, a solo ocho kil¨®metros de Castelvetrano, donde naci¨® y donde dio sus primeros pasos como criminal. Siempre ocurre as¨ª, es una regla que no admite excepciones. Al igual que los jefes de los Casaleses ¨DAntonio Iovine y Michele Zagaria¨D, como Francesco Schiavone (conocido como Sandok¨¢n), como Paolo Di Lauro y sus hijos en Secondigliano; tampoco Matteo Messina Denaro se ha movido nunca realmente de su territorio.
Hay dos motivos, pero nada rom¨¢ntico ni sentimental. No hay nostalgia canalla ni v¨ªnculo emocional. El lugar de origen de todo jefe fugitivo es el m¨¢s seguro de todos. Los investigadores saben perfectamente que la probabilidad de que los jefes est¨¦n cerca de su casa es muy alta, pero tambi¨¦n saben que existe una red de seguridad pr¨¢cticamente infranqueable. Una red que est¨¢ ligada a intereses econ¨®micos precisos y cuyos lazos se estrechan por el miedo: los que traicionan sufrir¨¢n una venganza transversal. El silencio a cambio de la vida.
No cometamos el error de considerar que en las tierras que protegen a los jefes rige la omert¨¤: el c¨®digo del silencio deriva del miedo y el miedo viene de una ¨¦poca en la que, para la mafia, la sangre era la respuesta a cualquier desaf¨ªo, a cualquier detenci¨®n, a cualquier denuncia. Maria Falcone, hermana de Giovanni Falcone, asesinado en el atentado mafioso de Capaci en 1992, en el que otras cinco personas perdieron la vida junto con el juez antimafia, incluida su esposa Francesca Morvillo y los hombres de la escolta, habl¨® del arresto de Messina Denaro como una ¡°liberaci¨®n¡± para esos territorios. Y tiene toda la raz¨®n.
Ning¨²n territorio es libre si tiene que dar cobijo a un jefe que exige protecci¨®n. Todos presos en el Purgatorio... Y cuando termina la huida no hay Para¨ªso, sino solo la verg¨¹enza; la verg¨¹enza y la culpa por haber cobijado a un criminal. Nadie tiene piedad de los que viven en tierras desdichadas.
Adem¨¢s, hay una segunda raz¨®n por la que los jefes criminales nunca dejan su reino por mucho tiempo: son conscientes de que irse significa pasar el cetro y, por muy de fiar que sea el virrey, tarde o temprano anhelar¨¢ el mando.
Sin embargo, a pesar de su larga fuga, Matteo Messina Denaro ha viajado, y mucho. Fue situado varias veces en Espa?a, aunque no tenemos pruebas definitivas de ello, solo rastros. Pero sabemos con certeza que la Cosa Nostra ha invertido en Espa?a, tambi¨¦n bajo la regencia de Messina Denaro. La pen¨ªnsula Ib¨¦rica ha sido siempre territorio de inversi¨®n para la Cosa Nostra siciliana y para todas las principales organizaciones criminales italianas e internacionales. La mafia empieza a invertir en Espa?a poco despu¨¦s de la ca¨ªda del franquismo y se convierte en una especie de levadura en la Espa?a democr¨¢tica, anquilosada por la dictadura.
Para ser m¨¢s claros: en la Espa?a posfranquista exist¨ªan las empresas y sobreviv¨ªa la burgues¨ªa que el franquismo hab¨ªa permitido existir; a¨²n no hab¨ªa nacido una clase empresarial liberada de las rigideces del r¨¦gimen y, adem¨¢s, la burgues¨ªa espa?ola miraba con gran recelo los capitales que llegaban del extranjero para competir con las empresas aut¨®ctonas. La Cosa Nostra siciliana consigui¨® evitar esta din¨¢mica, y empez¨® a invertir en Espa?a y a apoyar a esa parte de la burgues¨ªa empresarial espa?ola que se sent¨ªa agredida por el libre mercado. En definitiva, las viejas generaciones surgidas del franquismo se aliaron con el segmento econ¨®mico de las organizaciones criminales, desencadenando inversiones en el turismo y en el sector del cemento, en un pa¨ªs que aparec¨ªa virgen, a¨²n sin colonizar, sin leyes antimafia y sin ninguna atenci¨®n a la din¨¢mica criminal.
Espa?a ha tenido leyes antiterroristas, igual que ocurri¨® en Italia. Pero en Italia, cuando la mafia ¨Dy el protagonista fue precisamente Matteo Messina Denaro¨D inici¨® la denominada temporada de las masacres, la lucha antiterrorista molde¨® las leyes para luchar contra las organizaciones criminales. Esta ¨®smosis entre legislaci¨®n antiterrorista y legislaci¨®n antimafia fue posible en Italia, y no en otros lugares, porque las mafias m¨¢s crueles nacieron en Italia y arrasaron el territorio actuando exactamente igual que las organizaciones terroristas: colocando bombas. En otros lugares, como en Espa?a, las organizaciones criminales italianas llevaron capital, no trinitrotolueno. Baste decir que Alemania no se dio cuenta de hasta qu¨¦ punto la ¡®Ndrangheta estaba arraigada en su territorio hasta la masacre de Duisburg, ocurrida en agosto de 2007. Sin sangre y sin matanzas, no parece necesario prestar atenci¨®n a los flujos de dinero de origen criminal, porque son ingentes, ¨²tiles, incluso necesarios.
Matteo Messina Denaro era el jefe favorito de Tot¨° Riina, y en su doble condici¨®n de jefe empresarial y militar encabez¨® la estrategia de masacres que situamos entre 1992 y 1993. Despu¨¦s de los atentados de 1992 en Sicilia contra los jueces Giovanni Falcone ¨Den la autopista, a la altura del desv¨ªo a Capaci¨D y Paolo Borsellino ¨Den la via D¡¯Amelio de Palermo¨D, y cuyo prop¨®sito era detener cualquier investigaci¨®n contra ellos; las bombas de 1993 llegaron a Roma (en via Fauro, frente a la Bas¨ªlica de San Juan de Letr¨¢n y la iglesia de San Giorgio al Velabro), a via dei Georgofili en Florencia y a via Palestro en Mil¨¢n. Estas ¨²ltimas pusieron emocionalmente de rodillas al pa¨ªs, ya sacudido por las masacres de Capaci y via D¡¯Amelio. Y, sin embargo, cuando una rama de la Cosa Nostra, tras la muerte del juez Paolo Borsellino, plante¨® la hip¨®tesis de interrumpir el pulso con el Estado, temiendo que las masacres hicieran demasiado da?o a los asuntos de la mafia, Matteo Messina Denaro, que se adher¨ªa completamente a la estrategia de su mentor Tot¨° Riina, se mostr¨® convencido de lo contrario.
Para entender cu¨¢les eran sus ¡°razones¡±, es necesario explicar c¨®mo se sent¨ªan los l¨ªderes mafiosos respecto a la pol¨ªtica local y nacional. La mafia consideraba que la pol¨ªtica era su emanaci¨®n y su aliada, porque la Cosa Nostra ¨Dcomo sucede con todas las organizaciones criminales¨D siempre ha tenido un caballo por el que apostar en pol¨ªtica, siempre ha proporcionado votos y apoyos. Y ahora, al parecer, hab¨ªa llegado el momento de exigir una recompensa. Matteo Messina Denaro pretend¨ªa que esa facci¨®n pol¨ªtica a la que la mafia hab¨ªa apoyado a lo largo de los a?os, evitara los juicios y bloqueara las investigaciones en los peri¨®dicos; en definitiva, quer¨ªa que la facci¨®n pol¨ªtica a la que la Cosa Nostra siempre hab¨ªa apoyado tomara medidas para defender a su segmento criminal. Si tuvieron ¨¦xito o no todav¨ªa es objeto de investigaci¨®n y constituye el centro de un acalorado debate que se desarrolla en Italia desde hace d¨¦cadas. Luego, las masacres se detuvieron realmente y aqu¨ª tambi¨¦n las razones alegadas son de lo m¨¢s dispar.
Tot¨° Riina fue detenido en 1993, y con su arresto el ala de la Cosa Nostra partidaria de las masacres perdi¨® a uno de sus m¨¢s ac¨¦rrimos defensores. Con Riina en prisi¨®n, lo m¨¢s probable es que Messina se convenciera de que las bombas han hecho m¨¢s mal que bien. Con toda probabilidad, hab¨ªa una necesidad concreta de reorganizaci¨®n que, con los muertos sobre el asfalto y demasiada atenci¨®n judicial y medi¨¢tica, nunca podr¨ªa haberse producido. Sin embargo, seg¨²n algunos, las masacres se detuvieron porque la mafia hab¨ªa encontrado un nuevo interlocutor pol¨ªtico. Pero como nada sucede por casualidad, vale la pena preguntarse sobre el momento del arresto de Messina Denaro. ?Por qu¨¦ hoy? ?Por qu¨¦ despu¨¦s de 30 a?os huido? ?Por qu¨¦ ahora que, enfermo de c¨¢ncer, parece que le queda poco para vivir?
Hay quienes relacionan la detenci¨®n de Messina Denaro con otro arresto un poco anterior, el de Antonio D¡¯Al¨¬, nacido en 1951, heredero de la familia que fund¨® la Banca Sicula de Trapani, el banco privado m¨¢s importante de Sicilia. D¡¯Al¨¬ fue uno de los fundadores de Forza Italia, subsecretario del Ministerio del Interior de 2001 a 2006 y, seg¨²n los investigadores, estaba a disposici¨®n de Tot¨° Riina y Matteo Messina Denaro, con quienes ten¨ªa una relaci¨®n familiar muy antigua. El 14 de diciembre, D¡¯Al¨¬ fue arrestado y exactamente un mes despu¨¦s terminan los 30 a?os de fuga de la pimpinela escarlata Messina Denaro.
Acaba una era, una era hecha de fichas policiales anticuadas, retratos robot m¨¢s o menos parecidos a la ¨²ltima imagen del jefe, con la cara ligeramente ladeada y gafas de sol. Termina una era a la que nadie mirar¨¢ con nostalgia. Una advertencia a Espa?a: esta detenci¨®n os afecta y espero que estimule un debate serio sobre el tema penal. No hay pa¨ªs de Europa en el que las organizaciones criminales inviertan tanto como en Espa?a y, al mismo tiempo, no hay pa¨ªs con menos conciencia de ello.
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