La reforma de las pensiones abre una brecha entre Macron y la mayor¨ªa de franceses
El Gobierno adopta la propuesta para subir de 62 a 64 a?os la edad de jubilaci¨®n e inicia el procedimiento parlamentario pese a la amplia contestaci¨®n social
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se niega aparcar, como ya hizo en 2020, su iniciativa m¨¢s impopular desde que lleg¨® al poder: la reforma de las pensiones. El Consejo de Ministros, pese a las movilizaciones en la calle y a los sondeos adversos, adopt¨® este lunes la propuesta de ley para aumentar la edad de jubilaci¨®n de 62 a 64 a?os a partir de 2030 y adelantar a 2027, ocho a?os antes de lo previsto, la exigencia de 43 a?os de cotizaciones para cobrar la pensi¨®n completa.
La reforma topa con una amplia contestaci¨®n social. Un 68% de franceses se oponen, seg¨²n un sondeo del instituto Ifop. El pasado jueves, mientras Macron firmaba en Barcelona un tratado de amistad con Espa?a junto al presidente espa?ol, Pedro S¨¢nchez, m¨¢s de un mill¨®n de personas protestaban en Francia contra la propuesta.
La primera jornada de huelgas y manifestaciones evidenci¨® el divorcio entre el presidente y la ciudadan¨ªa. La paradoja es que en el Parlamento posiblemente Macron disponga de los votos suficientes para adoptarla.
Pese a perder en junio la mayor¨ªa absoluta, los macronistas prev¨¦n contar con el apoyo de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha moderada. Si no lograse votos suficientes de LR, el Gobierno podr¨ªa optar por la v¨ªa del decreto, aunque se arriesgar¨ªa a un mayor descontento social. Se oponen a la reforma toda la izquierda y la extrema derecha de Marine Le Pen, adem¨¢s de los sindicatos, incluido el moderado CFDT, el primer de Francia y habitualmente conciliador con Macron.
Tras el Consejo de Ministros del lunes, el titular de Trabajo, Olivier Dussopt, declar¨® que el Gobierno mantendr¨¢ los dos puntos esenciales de la reforma: la jubilaci¨®n a los 64 a?os y la exigencia de 43 a?os cotizados. Pero se mostr¨® abierto a introducir mejoras durante la tramitaci¨®n parlamentaria.
¡°El Gobierno debe poder hacer su trabajo con el Parlamento, con serenidad y la voluntad de convencer y hacer avanzar el pa¨ªs¡±, dijo el domingo Macron durante una rueda de prensa junto al canciller alem¨¢n, Olaf Scholz. El mensaje del presidente es que, diga lo que diga la calle, esta reforma es fundamental en su segundo y ¨²ltimo quinquenio --en 2027 no puede volverse a presentar-- y, aunque acepte modificaciones, no va a renunciar a ella.
M¨¢s all¨¢ de los argumentos econ¨®micos, es una cuesti¨®n de credibilidad: lleg¨® hace casi seis a?os al poder prometiendo transformar econ¨®micamente Francia y su legado depender¨¢ de que lo haya logrado.
Tras reforma el mercado laboral, los ferrocarriles p¨²blicos o el impuesto sobre las fortunas durante el primer quinquenio, aplaz¨® la reforma de las pensiones cuando estaba a punto de aprobarse en invierno del 2020, al inicio del primer confinamiento por la pandemia. En la campa?a para las presidenciales de 2022, prometi¨® que, esta vez s¨ª, acometer¨ªa la madre de todas las reformas.
Los partidarios y detractores de la reforma esgrimen argumentos paralelos. Ambos se postulan como los defensores del modelo social franc¨¦s y acusan a los otros de socavarlo.
Los detractores de la reforma acusan a Macron de erosionar el estado del bienestar con pol¨ªticas neoliberales. Recuerda que, seg¨²n un informe oficial, en 2021 el sistema de pensiones tuvo un excedente de 900 millones de euros, y en 2021 de 3.200 millones (seg¨²n el mismo informe, ser¨¢ deficitario en los 25 a?os siguientes). Y subrayan que la reforma penalizar¨¢ a las personas sin estudios avanzados que entraron m¨¢s j¨®venes en el mercado laboral y, con frecuencia, con empleos precarios y causantes de un desgaste f¨ªsico.
Los partidarios dicen que hay que trabajar m¨¢s para que sea viable este pilar de la protecci¨®n social en un contexto de envejecimiento de la poblaci¨®n. Afirman que su opci¨®n es preferible a subir impuestos para financiar el sistema o a reducir las pensiones. Explican que en 2002, por cada jubilado hab¨ªa dos activos cotizando; en 2022, son un 1,7; en 2030 ser¨¢n 1,6 y en 2040, 1,5. Consideran que con su propuesta las cuentas se equilibrar¨¢n en 2030. Y se?alan que en los pa¨ªses del entorno europeo la edad de jubilaci¨®n es superior a los 64 a?os.
La movilizaci¨®n del jueves, una de las mayores de las ¨²ltimas d¨¦cadas, reflejaba el rechazo mayoritario en Francia a la reforma. Es como si Macron hubiese tocado la fibra m¨¢s sensible de esta sociedad.
¡°En Francia, desde el momento en que se toca a lo que constituye el fundamento de nuestras sociedades desde la posguerra, como el Estado del bienestar y los avances sociales, hay contestaci¨®n¡±, resum¨ªa el viernes, en un encuentro con corresponsales, Adelaide Zulfikarpasic, directora general de la empresa de sondeos BVA France. ¡°Con las pensiones, se toca a algo ¨ªntimo de los franceses: su equilibrio en la vida, su monedero, su proyecci¨®n hacia el futuro¡±.
La inc¨®gnita es doble. Primero, si la presi¨®n popular se mantendr¨¢. La segunda jornada de huelgas y manifestaciones, el 31 de enero, permitir¨¢ tomar la temperatura. La segunda inc¨®gnita, si las protestas se mantienen o aumenta, es si Macron ceder¨¢.
Zulfikarpasic cree que, aunque la calle pueda obligar a Macron a descafeinar su reforma, no dar¨¢ marcha atr¨¢s. ¡°Puedo equivocarme¡±, dice, ¡°pero tengo la impresi¨®n de que lo m¨¢s importante, para ¨¦l, es poder impulsar esta reforma. No afronta ninguna reelecci¨®n y es algo que quiere inscribir en el final de su mandato: ¡®He hecho la reforma de las pensiones, soy un reformador¡¯¡±.
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