Lula y el bolsonarista m¨¢s poderoso exhiben sinton¨ªa tras las lluvias mortales en S?o Paulo
El presidente y el gobernador paulista se han coordinado para atender a los damnificados y rescatar a las v¨ªctimas de la regi¨®n costera
Como si fuera una maldici¨®n b¨ªblica, las lluvias torrenciales han vuelto a causar una tragedia en el verano brasile?o. Al menos 48 personas fallecieron a parti del el domingo, cuando en dos d¨ªas llovi¨® en la zona de S?o Sebasti?o, en la costa del Estado de S?o Paulo, el equivalente a las precipitaciones de dos meses. Las autoridades a¨²n buscan desaparecidos mientras los comentaristas aplauden la sinton¨ªa que exhiben para atender a los damnificados y rescatar a las v¨ªctimas el presidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y el gobernador de S?o Paulo, Tarcisio de Freitas, el aliado de Bolsonaro con m¨¢s poder territorial.
En unos tiempos tan polarizados como los actuales, que el Gobierno federal, liderado por el izquierdista Partido de los Trabajadores, y el de S?o Paulo, principal basti¨®n bolsonarista, se hayan coordinado desde el primer momento ante una cat¨¢strofe se ha convertido en noticia. No fue as¨ª durante el mandato de Jair Bolsonaro, sobre todo durante la pandemia, cuando el entonces presidente convirti¨® en enemigos a gobernadores y alcaldes que apostaban por el confinamiento e impidi¨® una estrategia coordinada para afrontar la pandemia por lo que el Senado pidi¨® su procesamiento por genocidio. Hace un a?o Bolsonaro rechaz¨® la oferta argentina de ayuda humanitaria para los afectados por otras lluvias torrenciales en el estado de Bah¨ªa. En el trasfondo, que era una oferta de un Gobierno alineado a la izquierda para un Estado gobernado por el PT.
Tanto el gobernador Freitas como el presidente Lula aterrizaron horas despu¨¦s de la tragedia en S?o Sebasti?o, el epicentro de la destrucci¨®n, ubicado a 200 kil¨®metros de S?o Paulo capital, para solidarizarse con los afectados. El presidente interrumpi¨® por unas horas su descanso de Carnaval en una base naval de Bah¨ªa.
Miles de turistas brasile?os hab¨ªan viajado hasta estas peque?as ciudades de la costa norte de S?o Paulo para disfrutar las fiestas de Carnaval y han estado atrapados casi sin agua ni alimentos en condiciones muy complicadas. Las fuertes tormentas tambi¨¦n da?aron gravemente las carreteras de la zona.
Ambos pol¨ªticos alabaron la presencia del otro. El gobernador Freitas, un antiguo militar que fue ministro y al que Bolsonaro lanz¨® como candidato en el Estado m¨¢s rico de Brasil, declar¨®: ¡°Necesitamos trabajar en r¨¦gimen de cooperaci¨®n¡± tras se?alar que la presencia del presidente de la rep¨²blica tra¨ªa a los paulistas ¡°amparo y consuelo¡±. El propio Lula replic¨® en una tono similar: ¡°La presencia del gobernador y del alcalde demuestra que es posible que ejerzamos nuestra funci¨®n en democracia incluso cuando pensamos de manera distinta. El bien com¨²n del pueblo es mucho mayor que nuestras diferencias pol¨ªticas¡±.
Pese a los halagos de comentaristas y editoriales, tanto las palabras de Lula como de Freitas como las fotos de ambos sonrientes mostrando complicidad irritaron a los seguidores m¨¢s ultras de uno y del otro.
Las lluvias torrenciales, adem¨¢s de llevarse por delante viviendas y otros edificios, da?aron gravemente algunas de las carreteras, complicando las tareas de rescate. Los m¨¢s pudientes echaron mano de la cartera para organizar su propia evacuaci¨®n en helic¨®pteros privados llegados desde S?o Paulo. Familias con ni?os y mascotas pagaron miles de reales para regresar a su casa en aeronaves llegadas a la zona cero de la cat¨¢strofe con ayuda donada por particulares y empresas. El resto tuvo que emprender el viaje de vuelta por unas carreteras convertidas en barrizal en las que se cruzan con veh¨ªculos militares con los soldados desplegados para repararlas.
Como cada a?o ocurre por estas fechas en uno u otro punto de Brasil, unas lluvias extremadamente intensas causaron deslizamientos de tierras que arrasaron decenas de precarias viviendas. En pocas horas, cayeron como 600 litros por metro cuadrado. Decenas de personas fueron engullidas por el lodo.
Los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos son cada vez m¨¢s frecuentes en Brasil, como suelen recordar los cient¨ªficos que investigan el cambio clim¨¢tico. Y en Brasil el resultado suele ser a menudo letal porque unos cuatro millones de brasile?os pobres viven en zonas consideradas oficialmente de alto riesgo porque no consiguen mudarse a ¨¢reas menos peligrosas.
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