Un paseo por las heridas de Irlanda del Norte ante el desaf¨ªo del Brexit
El unionismo se resiste a desbloquear las instituciones de autogobierno, a pesar del nuevo acuerdo con la UE anunciado por el primer ministro brit¨¢nico
Peader Whelan se aventura a dar unos pasos al otro lado de la ¡°l¨ªnea de la paz¡±, el muro de hormig¨®n y alambre que separa todav¨ªa hoy los barrios protestante y cat¨®lico en Belfast Oeste. Aprovecha para despedirse del pu?ado de turistas que han caminado con ¨¦l y atendido sus explicaciones durante casi dos horas. Los deja en manos de Mark (se resiste a dar su apellido).
Peader perteneci¨® al IRA. Arrestado en 1977, estuvo 16 a?os en la c¨¢rcel por posesi¨®n de explosivos e intento de asesinato de un oficial del Royal Ulster Constabulary (antigua polic¨ªa de Irlanda del Norte). Mark sirvi¨® en el ej¨¦rcito brit¨¢nico durante 35 a?os. Muchos de ellos, durante los llamados The Troubles (ese eufemismo que podr¨ªa traducirse como los problemas o los disturbios, y que se refiere a d¨¦cadas de violencia sectaria, conflicto armado y miles de muertos). Vio morir a varios amigos y familiares.
Los dos colaboran en una actividad que cuenta con partidarios y detractores: Historias Conflictivas. Un Paseo Pol¨ªtico por Belfast. Tres horas de caminata por Falls Road, cuna del republicanismo partidario de la unificaci¨®n de Irlanda, o por Shankill Road, basti¨®n del unionismo, la poblaci¨®n protestante partidaria de permanecer en el Reino Unido. Definitivamente, un turismo alternativo, pero que cobra todo el sentido del mundo en una ciudad que sigue teniendo kil¨®metros de herida abierta. Al menos, en una parte. Hay otras zonas, en el centro o en los muelles, reconvertidos en un foco de empresas tecnol¨®gicas, donde se quiere dejar descansar el pasado. Pero en algunos lugares, como escribi¨® William Faulkner, ¡°el pasado nunca muere, ni siquiera es pasado¡±.
El Protocolo de Irlanda, ese intento de encajar a Irlanda del Norte en la era post-Brexit, ha vuelto a remover ese pasado. ¡°Lo que no logr¨® durante d¨¦cadas de enfrentamiento el IRA lo va a lograr el Gobierno brit¨¢nico con su pacto con la UE: imponer una frontera en el mar de Irlanda que separe definitivamente este territorio del Reino Unido¡±, se lamenta una y otra vez Mark. Intenta explicar al grupo de turistas c¨®mo Irlanda del Norte ¡°se halla en un momento decisivo y muy delicado, en el que tendremos que elegir entre protocolo o paz¡±.
El primer ministro brit¨¢nico, Rishi Sunak, anunci¨® a principios de esta semana un nuevo acuerdo con la UE. Lo present¨® conjuntamente con la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen. El Acuerdo Marco de Windsor, bautizaron lo pactado. Un modo de comenzar a borrar del imaginario p¨²blico la palabra ¡°protocolo¡±, que mantiene incendiado el ¨¢nimo de la comunidad protestante norirlandesa m¨¢s radical. Consideran una traici¨®n la idea de que Irlanda del Norte permanezca dentro del mercado interior de la UE, la soluci¨®n dise?ada entre Londres y Bruselas para no volver a imponer una frontera que partiera en dos la isla y resucitaran las tensiones acalladas en el acuerdo de paz de Viernes Santo (1998).
El Partido Unionista Democr¨¢tico (DUP, en sus siglas en ingl¨¦s), el m¨¢s votado entre la poblaci¨®n protestante ¡ªpero no el ¨²nico¡ª, bloquea desde hace un a?o la formaci¨®n de un Parlamento y Gobierno aut¨®nomos. Ha exigido hasta ahora la desaparici¨®n o reforma radical del protocolo. Su respuesta ante el nuevo pacto alcanzado por Sunak, que todav¨ªa no han expresado oficialmente, ser¨¢ fundamental para desencallar la situaci¨®n. Pero el l¨ªder del DUP, Jeffrey Donaldson, no deja de mirar de reojo a formaciones m¨¢s extremistas, como la Voz Unionista Tradicional, una escisi¨®n reciente, o las fuerzas paramilitares unionistas.
¡°A pesar de todas las fanfarronadas y amenazas, no existe el menor apetito, ni siquiera entre la comunidad unionista, de regresar a un nuevo periodo de violencia¡±, defiende Peader frente al muro que conmemora a Bobby Sands, el hist¨®rico dirigente del IRA fallecido en prisi¨®n al final de una larga huelga de hambre, en 1981. ¡°Las fuerzas leales [loyalists, como se conoce a las formaciones paramilitares que siguen presentes] han degenerado en gran parte hacia la criminalidad y el tr¨¢fico de drogas. Ya no tienen apoyo de su propia comunidad¡±, acusa.
Irlanda del Norte tiene 1,9 millones de habitantes. M¨¢s de 800.000 son de tradici¨®n protestante. El ¨²ltimo censo, en 2021, registr¨® un vuelco hist¨®rico. Por primera vez, el n¨²mero de cat¨®licos fue mayor. En las elecciones auton¨®micas de mayo de 2022, se produjo otro vuelco a¨²n m¨¢s potente: el Sinn F¨¦in, el partido considerado durante d¨¦cadas el brazo pol¨ªtico de la organizaci¨®n terrorista IRA, obtuvo la primera posici¨®n.
¡°?C¨®mo van a gobernar esas personas! La mitad de los diputados del Sinn F¨¦in pertenecieron al IRA, y tienen sangre en las manos. No es democr¨¢tico¡±, se lamenta Mark frente al local donde estuvo un d¨ªa la pescader¨ªa Frizzell¡¯s. Una bomba acab¨® con la vida de 10 personas, incluido uno de los miembros del IRA y dos ni?os que hab¨ªa dentro.
Peader y Mark mantienen vivo un pasado que aplasta como una losa el futuro de parte de Belfast.
Whisky y tecnolog¨ªa
Hay otra parte de Belfast, como hay otra parte de Irlanda del Norte, que se resiste a mirar atr¨¢s. ¡°Un d¨ªa me considero m¨¢s norirland¨¦s, otro irland¨¦s a secas y otro, sencillamente brit¨¢nico. Tengo de hecho mi pasaporte irland¨¦s, a¨²n no me he sacado el brit¨¢nico¡±, cuenta Wally McBride. Tiene 45 a?os. Trabaja como consultor tecnol¨®gico en Citibank, un banco global con miles de sucursales por todo el mundo. La instituci¨®n financiera apost¨® por ocupar varios de los edificios en The Catalyst, un complejo inmobiliario e industrial en los muelles de la ciudad, que hoy concentra varias empresas tecnol¨®gicas donde hace una d¨¦cada todo era ruina. ¡°Sinceramente, yo lo que quiero es que se acabe este embrollo de una vez, y que volvamos a tener instituciones propias de Gobierno¡±, explica. ¡°Yo crec¨ª en una granja, cerca de la frontera. Mi abuelo combati¨® en la I Guerra Mundial, cuando Irlanda era solo una, en el Imperio Brit¨¢nico. Mi padre vot¨® a favor del Brexit. Ahora se arrepiente. Ya no llegan las ayudas europeas a la ganader¨ªa¡±. Sonr¨ªe ante la iron¨ªa. ¡°Creo que pertenezco al grupo de irlandeses que desea avanzar¡±, resume.
Cerca de all¨ª est¨¢ el hist¨®rico edificio de The Pump House. Preserva los motores y bombas de agua que vaciaban y llenaban el dique donde el Titanic recibi¨® los ¨²ltimos retoques antes de emprender su fat¨ªdico viaje.
Hoy, Damien Rafferty, de 36 a?os, y un equipo de trabajadores a su mando terminan de acondicionar la Destiler¨ªa Titanic, que inaugurar¨¢ sus instalaciones el 31 de marzo. Whisky irland¨¦s de pura malta, o de mezcla, en barricas de roble americano que contuvieron antes durante a?os litros de bourbon. ¡°Me gusta pensar que condensamos el pasado y el futuro de Irlanda del Norte¡±, dice Rafferty mientras muestra con orgullo los viejos motores y los nuevos alambiques, hechos a mano en Escocia. ¡°Aqu¨ª se termin¨® el Titanic, y aqu¨ª surgir¨¢ la primera destiler¨ªa norirlandesa en muchas d¨¦cadas¡±, presume.
Comprar¨¢ la malta a agricultores del sur, de la Rep¨²blica de Irlanda, del otro lado de esa frontera que hoy, para descanso de muchos habitantes de la isla, es invisible. ¡°Yo viv¨ª el final de The Troubles, y todav¨ªa recuerdo el miedo que daba pasar por algunas zonas de Belfast. El Protocolo de Irlanda, o mejor a¨²n el acuerdo alcanzado por Sunak, supone tener lo mejor de los dos mundos, y vender nuestro whisky en el Reino Unido y en el mercado Interior de la UE. Prefiero una frontera en el agua, en el mar de Irlanda, que no se ve y es una met¨¢fora, a recuperar la frontera real¡±, dice Damien.
Curiosamente, revela, el diputado de la circunscripci¨®n electoral donde vota es Jeffrey Donalds, el l¨ªder del DUP. ¡°No le conozco personalmente, pero te puedo decir que no me representa¡±, ironiza.
El pr¨®ximo 10 de abril se cumplir¨¢n 25 a?os del acuerdo de Viernes Santo, que puso fin a uno de los conflictos m¨¢s cruentos que perviv¨ªa en Europa. Y todav¨ªa no est¨¢ claro si habr¨¢ quedado solucionado el problema del protocolo firmado con la UE. Si habr¨¢ un ambiente propicio para celebrarlo con un buen whisky irland¨¦s ¡ªpara muchos entendidos, muy superior al escoc¨¦s¡ª, o si el pasado seguir¨¢ pesando como el plomo.
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