Humberto Ortega: ¡°Si Daniel Ortega no rectifica, se va a aislar y le va a ser dif¨ªcil gobernar¡±
El hermano del presidente de Nicaragua y antiguo jefe del Ej¨¦rcito sandinista reflexiona en entrevista con EL PA?S sobre la deriva del r¨¦gimen y las posibles salidas a la crisis pol¨ªtica del pa¨ªs centroamericano
A finales de diciembre, Humberto Ortega Saavedra (Managua, 76 a?os), otrora jefe del Ej¨¦rcito sandinista, recibi¨® una visita que no esperaba en su casa de la capital nicarag¨¹ense, donde se recuperaba ¡°de la ¨²ltima insuficiencia cardiaca¡±, aunque nunca ha tenido un infarto, asegura. Al frente de aquella caravana de un kil¨®metro de largo, como la describe el general retirado, estaba el presidente del pa¨ªs, su hermano mayor, ...
A finales de diciembre, Humberto Ortega Saavedra (Managua, 76 a?os), otrora jefe del Ej¨¦rcito sandinista, recibi¨® una visita que no esperaba en su casa de la capital nicarag¨¹ense, donde se recuperaba ¡°de la ¨²ltima insuficiencia cardiaca¡±, aunque nunca ha tenido un infarto, asegura. Al frente de aquella caravana de un kil¨®metro de largo, como la describe el general retirado, estaba el presidente del pa¨ªs, su hermano mayor, Daniel Ortega. Hac¨ªa tiempo que no se ve¨ªan. No han sido pocas las descalificaciones que se han proferido en los ¨²ltimos tiempos, la distancia que han marcado y, a la vez, sigue permeando la inc¨®gnita del peso de sus conversaciones, de la ascendencia del exgeneral sobre el anta?o revolucionario ahora devenido en aut¨®crata. Semanas despu¨¦s del encuentro, Ortega liber¨® a 222 presos pol¨ªticos, los desterr¨® y despoj¨® de su nacionalidad, para despu¨¦s hacerlo con 93 m¨¢s. No pocos piensan que la liberaci¨®n fue una petici¨®n de algunos mandos militares a los que Humberto Ortega puso voz.
No obstante, cuesta descifrar de las palabras del exgeneral durante la hora larga de conversaci¨®n por videollamada esta semana si tiene una buena o mala relaci¨®n con el presidente o si, como repite, son hermanos con ¡°sus propias particularidades¡± y a los que les une algo insondable. Lo critica, s¨ª, pero no deja de acumular ataques contra la oposici¨®n que, dada la deriva del pa¨ªs, terminan por resultar exculpatorios para Daniel Ortega.
Los cr¨ªticos con el r¨¦gimen desconf¨ªan de la figura conciliadora que muestra Humberto Ortega, un superviviente nato. Esta semana escribi¨® un art¨ªculo en La Prensa, de Nicaragua, en el que llamaba a una ¡°tregua santa¡±. El exgeneral no ceja en la idea de apostar por una negociaci¨®n que desemboque en un acuerdo para las elecciones de 2026. ¡°Es un poco dif¨ªcil mi posici¨®n¡±, admite Humberto Ortega antes de describirla: ¡°Es lo que yo llamo el centrismo, no porque quiera buscar un movimiento pol¨ªtico de centro, sino una actitud que logre equilibrios¡±.
Pregunta. ?C¨®mo es la relaci¨®n con su hermano, el presidente Daniel Ortega?
Respuesta. Mi relaci¨®n con Daniel es la de siempre, respetuosa y fraterna, una relaci¨®n donde tratamos de articular cada uno lo que piensa. Siempre hemos tenido distintos puntos de vista sobre algunos asuntos, yo tomo mis decisiones y ¨¦l las suyas. Me visit¨® ac¨¢ en mi casa, conversamos durante tres horas a solas y nos vino a fortalecer ese lazo humano que tienen dos hermanos que son los ¨²nicos sobrevivientes de toda la familia.
P. ?Es cierto que usted le plante¨® a su hermano la necesidad de liberar a los presos pol¨ªticos?
R. ?l vino preocupado por mi insuficiencia cardiaca. Pero no ocult¨® que ven¨ªa a verme, se mueve con una caravana de un kil¨®metro de largo, era imposible ocultarlo. Claro que pudimos haberlo hecho sin que nadie se enterara, tenemos experiencia en el clandestinaje y perfectamente pudo haber llegado disfrazado en una moto, pero no. L¨®gicamente, no solo vamos a hablar de eso [de sus padecimientos]. Pero es importante dejar bien claro que Daniel puede escuchar un buen consejo de cualquiera, que le guste o no, pero al final ¨¦l decide lo que va a hacer.
P. ?Se considera partidario del Gobierno de Daniel Ortega?
R. Yo no soy partidario del Gobierno, ni del Frente Sandinista ni de ning¨²n partido de la oposici¨®n. En fin, no soy partidario de ninguna de las fuerzas que act¨²an en la contradicci¨®n pol¨ªtica por la lucha del poder en Nicaragua. Me he venido proyectando como una especie de personaje que, por su trayectoria hist¨®rica, opina sobre diferentes temas. Como hago con las conversaciones privadas que tengo con diferentes personajes de la oposici¨®n o del Gobierno, como el propio Daniel, ya no como hermano, sino como presidente.
P. Usted ha escrito que la liberaci¨®n de los presos abre una nueva etapa. A esos 222 presos se les expuls¨® y quit¨® la nacionalidad, y despu¨¦s a 93 m¨¢s. La oposici¨®n cre¨ªble ha dejado de ser nicarag¨¹ense. ?A qu¨¦ etapa se refiere entonces?
R. Es un reto. Todo eso que usted dice es cierto, ha pasado y tambi¨¦n que el Gobierno tiene otro discurso sobre las cosas que dice que le est¨¢n incumpliendo. Mientras no haya una forma de superar esa total falta de comunicaci¨®n entre dos que se est¨¢n negando yo no veo c¨®mo se pueden montar en un di¨¢logo, una negociaci¨®n que pueda producir un acuerdo. Yo lo que trato es no tanto de estar lament¨¢ndome de lo que pas¨®, sino de ver c¨®mo no vuelva a pasar nunca y que Nicaragua no se derrumbe de nuevo. Hay algunas fuerzas que dicen que no se puede negociar con un Gobierno que es criminal, que est¨¢ acusado de cr¨ªmenes de lesa humanidad, un mont¨®n de cosas. Y el Gobierno dice tambi¨¦n que ellos [la oposici¨®n] son los que causaron la situaci¨®n en el 2018. No veo que haya otro camino m¨¢s que buscar de nuevo el encuentro.
P. Pero no son actitudes equiparables. Un di¨¢logo como el que usted propone solo es ¨²til para volver a un sistema democr¨¢tico. ?Usted cree que al presidente, a su hermano Daniel Ortega, le interesa restablecer un sistema democr¨¢tico?
P. Hay situaciones en las que ya no se trata de seguir imponiendo lo que uno quiere, sino lo que uno debe, aunque no quiera. Es el jefe de Estado, el presidente, quien debe tener la iniciativa de buscar una forma de comunicaci¨®n para generar un di¨¢logo con los mismos opositores a los que ha negado el espacio. Para buscar un di¨¢logo tendr¨¢ que rectificar todos los excesos, esta situaci¨®n en que ha colocado a la oposici¨®n, porque con ella excluida no puede haber ning¨²n acuerdo de cara a las elecciones de 2026. Si no rectifica, le va a ser muy dif¨ªcil continuar, se va a aislar y va a ser dif¨ªcil poder gobernar. Aqu¨ª hay problemas serios, de todo tipo, sociales, econ¨®micos, de desempleo, de canasta b¨¢sica. Que ¨¦l o el partido quieran mantener el rumbo que hasta hoy ha mantenido ya no es posible.
P. Y entre todos esos problemas tambi¨¦n hay una falta de democracia.
R. Aqu¨ª lo que no hay es democracia. La posibilidad de tener democracia en Nicaragua nace cuando cae Somoza y se legitima con la constituci¨®n pol¨ªtica de 1987. Ese acuerdo que hicimos con la Contra odi¨¢ndonos, con los fusiles a¨²n humeantes, los nuestros y los de ellos, donde tuvimos que soltar a los prisioneros que bombardeaban las ciudades, a los torturadores que, en mi caso, mataron a un hermano. Tuvimos que soltar a esa gente porque la gente de la Contra lo ped¨ªa. Y yo dije: ¡°Bueno, no se trata de matar a todos los somocistas, sino al somocismo como fen¨®meno¡±. Despu¨¦s vino la elecci¨®n de do?a Violeta [Chamorro] y hasta ese momento se comienza a forjar el rumbo de lo que hoy llamamos revoluci¨®n democr¨¢tica. Eso todav¨ªa est¨¢ por hacerse. Actualmente, hay una dirigencia que vino de aquellas luchas, que se ha salido del rumbo democr¨¢tico y que est¨¢ marcando un autoritarismo que no es correcto, como tambi¨¦n es un desastre la posici¨®n de opositores pol¨ªticos que no quieren ninguna negociaci¨®n porque est¨¢n esperando que el Gobierno se derrumbe totalmente y que por s¨ª solo se desplome.
P. Sergio Ram¨ªrez o Dora Mar¨ªa Tellez, que fueron compa?eros suyos durante aquella revoluci¨®n, son 2 de las m¨¢s de 300 personas a las que se les ha despojado de la nacionalidad. ?A usted eso qu¨¦ le parece?
R. Eso es totalmente arbitrario y desproporcionado. No solamente a ellos, sino a cualquiera, al m¨¢s sencillo campesino. Eso no es por lo que luchamos, por lo que murieron decenas de miles para botar a Somoza. No era para poner un sistema autoritario, era para realmente hacer una democracia nueva. Pero tampoco fue perfecta la democracia durante do?a Violeta, ni tampoco con el doctor Alem¨¢n ni con Enrique Bola?os. ?ltimamente, se ha empantanado m¨¢s. Entonces, ?qu¨¦ planteamos? ?Una guerra? No podemos llegar a una situaci¨®n de caos y que despu¨¦s de los escombros se vengan a resolver las cosas. Aqu¨ª todav¨ªa est¨¢ la mayor parte de la sociedad nicarag¨¹ense. No se ha ido, no ha emigrado, la mayor¨ªa vive aqu¨ª y con problemas econ¨®micos, de carencia en la vida¡
P. ?Hasta d¨®nde cree que llega el poder de Rosario Murillo sobre Daniel Ortega?
R. Rosario Murillo tiene el peso que Daniel Ortega le quiera dar. P¨²blicamente ha dicho, aunque no sea constitucional, que para ¨¦l ella es copresidenta. Est¨¢ diciendo que ah¨ª mandan ¨¦l y ella. No hay que investigar mucho.
P. ?Y qu¨¦ le parece el peso que tiene ella?
R. Mire, ah¨ª el fundamental es Daniel Ortega, por eso yo nunca menciono a nadie m¨¢s que a ¨¦l, porque sin Daniel Ortega no hay nadie que pueda sostener esta situaci¨®n en Nicaragua. Yo siempre hablo de Daniel Ortega, sin tratar de irrespetarla a ella, porque ¨¦l es responsable de lo que pasa en Nicaragua. Yo no puedo estar viendo el lente a trav¨¦s de ella.
P. ?Usted se imagina una Nicaragua gobernada solamente por Rosario Murillo?
R. Yo recuerdo que el famoso Comandante Cero, Ed¨¦n Pastora, dijo en una ocasi¨®n que ella no pod¨ªa ser la sucesora impuesta en el movimiento sandinista. Yo pienso que ser¨ªa muy dif¨ªcil, muy complejo. Hasta ahora le da toda la fuerza y tiene su derecho, pero veo muy dif¨ªcil pensar en una situaci¨®n con ella sola al frente.
P. Usted es un gran conocedor del Ej¨¦rcito de Nicaragua. Se van a cumplir cinco a?os de las protestas de 2018. ?C¨®mo calificar¨ªa la represi¨®n por parte de los uniformados?
R. No hubo una represi¨®n planificada para ir a matar¡
P. Hubo m¨¢s de 300 muertos¡
R. S¨ª, pues s¨ª, si eso ya est¨¢ claro. Pero los muertos se fueron dando en el camino, no de una sola vez. ?Qu¨¦ es lo que hubo aqu¨ª? Para m¨ª, un exceso del Estado, que no supo manejar correctamente la situaci¨®n.
P. ?Y por qu¨¦ nunca fueron juzgados los paramilitares?
R. Eso es lo que hay que ir a ver a una negociaci¨®n. Lo pr¨¢ctico ser¨ªa hacer una comisi¨®n de la verdad desde los ochenta hasta la actualidad, porque aqu¨ª hay quien cree que todos tenemos que ser juzgados.
P. Pero es que tras las protestas fueron encarcelados centenares de personas, todos opositores, pero ni los cargos militares, policiales ni los paramilitares fueron juzgados nunca. ?Por qu¨¦?
R. Eso es lo que hay que arreglar, pero no se puede ver en el sentido de venganza y odio, hay quien quiere ver en una hoguera y ahorcados a Daniel Ortega y Rosario Murillo. No vamos a dar ese espect¨¢culo de circo. Eso no nos lleva a nada. Yo no estoy tolerando al Gobierno o al Estado y sus excesos. Yo no soy juez para estar condenando a nadie. ?Usted cree que el problema de Nicaragua se resuelve matando, como quieren estos, a Ortega, Murillo y a los que consideran los responsables? ?As¨ª va a haber una democracia?
P. Lo que yo le planteo es que la mayor¨ªa de los muertos solo fueron de un lado y los que los causaron estaban del lado del Gobierno.
R. S¨ª, s¨ª, correcto. Tambi¨¦n el Estado manej¨® mal la situaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ le parece la persecuci¨®n contra la Iglesia y que el obispo ?lvarez est¨¦ preso?
R. Ya he dicho que deber¨ªa ser libre. Enfrentarse con la Iglesia como lo est¨¢ haciendo es un error pol¨ªtico. Yo no te puedo decir si es porque es anticat¨®lico, porque ahora es evangelista o que es cualquier otra cosa. Eso no importa. Enfrentarse a la Iglesia, m¨¢s en Am¨¦rica Latina, en Nicaragua, es un error. El sentimiento cristiano, cat¨®lico, es muy profundo.
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