Masacre de M? Lai: a 55 a?os de uno de los episodios m¨¢s tr¨¢gicos de la Guerra de Vietnam
Soldados estadounidenses asesinaron a cientos de mujeres, ni?os y ancianos inocentes. El Ej¨¦rcito trat¨® de encubrirlo
La Masacre de M? Lai se mantiene como uno de los episodios m¨¢s infames en la historia del Ej¨¦rcito de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. Hace 55 a?os, el 16 de marzo de 1968, m¨¢s de 500 personas inocentes, campesinos no armados, fueron asesinadas de forma brutal por un batall¨®n cuyas ¨®rdenes -seg¨²n testificaron algunos soldados en los juicios posteriores- eran erradicar a cualquiera que se encontrara en la zona, incluyendo mujeres (algunas de las cuales fueron violadas en grupo), ni?os y hasta animales. Miembros de distintos niveles del ej¨¦rcito posteriormente trataron de encubrir el suceso, hasta que un veterano de esa misma guerra se encarg¨® de llevarlo a la luz, mostrando un inesperado hero¨ªsmo dentro de esta oscura historia.
La misi¨®n
En enero de 1968, el Ej¨¦rcito de Vietnam del Norte y el Vietcong lanzaron una operaci¨®n militar llamada Ofensiva del Tet. Un mes antes, en diciembre de 1967, la Compa?¨ªa Charlie (Primer Batall¨®n, 20? Regimiento de Infanter¨ªa, 11? Brigada, 23? Divisi¨®n de Infanter¨ªa) lleg¨® al Sur de Vietnam y pasaron varios meses sin entrar en contacto directo con las fuerzas enemigas. Sin embargo, para mediados de marzo, la compa?¨ªa perdi¨® a 28 miembros por trampas o minas.
Los ataques de la Ofensiva del Tet fueron realizados en la provincia de Qu?ng Ng?i por el 48? Batall¨®n de Fuerzas Locales del Viet Cong, por lo que la inteligencia militar de Estados Unidos asumi¨® que posteriormente las fuerzas se hab¨ªan retirado y dispersado hacia la villa de S?n M? en esa misma provincia, que alberga varias aldeas designadas con el nombre M? Lai. Como parte de la estrategia militar, se estableci¨® una operaci¨®n de ¡°b¨²squeda y destrucci¨®n¡± contra el batall¨®n.
Para esta misi¨®n, se cre¨® la Task Force Barker, un batall¨®n de la 11? Brigada liderado Teniente Coronel Frank A. Barker, comandante en Tierra, con la villa de S?n M? formando parte de su ¨¢rea de operaciones. Seg¨²n testimonios posteriores por parte de los involucrados, el Coronel Oran K. Henderson, comandante de la 11? brigada, dio instrucci¨®n a sus oficiales de ¡°entrar agresivamente, cerrar con el enemigo y eliminarlos de una vez por todas¡±. De igual forma, el teniente coronel Barker orden¨® a los comandantes del Primer batall¨®n que quemaran las casas, mataran al ganado, destruyeran suministros de comida y que envenenaran los pozos.
Seg¨²n documentos oficiales, la noche antes de la masacre, el Capit¨¢n Ernest Medina de la Compa?¨ªa Charlie, le dijo a sus hombres que todos los residentes civiles de S?n M? dejaran la villa para ir al mercado a las siete de la ma?ana. El prop¨®sito era identificar como posible miembros del Vietcong o simpatizantes a los que se quedaran. Algunos de los soldados preguntaron si eso inclu¨ªa mujeres y ni?os, y seg¨²n sus testimonios posteriores aseguraron que hab¨ªan recibido la orden de asesinar tanto a vietnamitas del Norte, como a los integrantes del Viet Congs, al igual que ¡°sospechosos¡± y hasta animales. Un testimonio se?al¨® que un capit¨¢n dijo: ¡°Todos son vietcongs, as¨ª que vayan y matenlos¡±.
La masacre
El 16 de marzo de 1968, a las 7.30 de la ma?ana, el coronel Medina dirigi¨® a alrededor de 100 soldados de la Compa?¨ªa Charlie, una peque?a artiller¨ªa y helic¨®pteros de combate en S?n M?, buscando enfrentar al Batall¨®n 48 de la Fuerza Local del Vietcong. Cerca de M? Lai uno de los helic¨®pteros dispar¨® contra un grupo armado, asesinando a cuatro personas.
Los asesinatos comenzaron de forma inesperada, seg¨²n declar¨® Harry Stanley, artillero de la Compa?¨ªa Charlie, en la investigaci¨®n posterior a los hechos. El soldado declar¨® que vio a un miembro del primer pelot¨®n golpear a un hombre vietnamita con una bayoneta, quien tambi¨¦n empuj¨® a otro aldeano hacia un pozo, despu¨¦s arrojando una granada dentro. Asimismo, declar¨® que vio de entre 15 a 20 personas, principalmente mujeres y ni?os, arrodillados, rezando alrededor de un templo. Todos murieron por disparos en la cabeza.
Un grupo de entre 70 y 80 aldeanos fueron reunidos por el primer pelot¨®n en Xom Lang. Los soldados los empujaron dentro de una zanja, donde despu¨¦s los asesinaron a disparos. El soldado de primera clase Paul Meadlo dijo que le dispar¨® a ancianos y mujeres (quienes les dec¨ªan a los soldados ¡°No VC¡±, mientras proteg¨ªan a sus hijos). Afirm¨® que lo hizo porque estaba convencido que todos ten¨ªan trampas con granadas y que en cualquier momento atacar¨ªan.
¡°Le disparaban a mujeres y a ni?os como a cualquier otro. No hubo resistencia y s¨®lo vi tres armas capturadas. No tuvimos muertes. Fue como cualquier otra villa vietnamita, viejos ¡®papa-sans¡¯, mujeres y ni?os. De hecho, no recuerdo haber visto a ning¨²n hombre de edad militar en todo el lugar, vivo o muerto¡±, se?al¨® el soldado de primera clase Michael Bernhardt.
La masacre sigui¨® con miembros del Segundo Pelot¨®n matando alrededor de 70 vietnamitas al norte de M? Lai. El tercero asesin¨® a un grupo de siete a 12 mujeres y ni?os. Charlie Company y Bravo Company llegaron a C? L?y donde asesinaron de entre 60 a 155 personas, incluyendo mujeres y ni?os. Adem¨¢s de esto, de acuerdo con la investigaci¨®n posterior, se encontr¨® que al menos 20 mujeres y ni?as vietnamitas fueron violadas durante la masacre, algunas por grupos de soldados.
H¨¦roes en la masacre
Hugh Thompson Jr., un oficial t¨¦cnico, piloto de helic¨®ptero de la Compa?¨ªa B, 123? Batall¨®n de Aviaci¨®n, Divisi¨®n Americana, fue uno de los h¨¦roes que logr¨® salvar la vida de algunos de los inocentes que se encontraban en la zona, y su testimonio mostr¨® la brutalidad con la que actu¨® la Compa?¨ªa Charlie.
Antes de la masacre, el soldado volaba con su helic¨®ptero de observaci¨®n Hiller OH-23 Raven junto con el artillero Lawrence Colburn y el jefe de tripulaci¨®n Glenn Andreotta, despu¨¦s de recibir ¨®rdenes de apoyar a las operaciones de la Task Force Barker en S?n M?. La aeronave sali¨® primero para intentar atraer fuego enemigo, sin embargo, no fueron atacados.
El Ej¨¦rcito bombarde¨® la zona asesinando a varios civiles para despu¨¦s darle paso a la Compa?¨ªa Charlie hacia S?n M?, liderada por el capit¨¢n Ernest Medina, quien dio ¨®rdenes de realizar la matanza. En el helic¨®ptero, Thompson segu¨ªa haciendo reconocimiento en la zona. ¡°A donde fuera que vi¨¦ramos, hab¨ªa cad¨¢veres. Estaban estos infantes de dos, tres, cuatro o cinco a?os, mujeres, hombres muy viejos, no eran personas de edad para ser reclutados de ninguna forma¡±, declar¨® en una conferencia sobre los eventos d¨¦cadas despu¨¦s.
Primero, el soldado y su tripulaci¨®n pensaron que el bombardeo inicial hab¨ªa causado las muertes. En su recorrido vieron a una mujer civil herida y Thompson solicit¨® evacuaci¨®n m¨¦dica usando una se?al de humo verde (que significaba que era seguro acercarse). Sin embargo, vieron acercarse al capit¨¢n Medina quien se acerc¨®, la pate¨®, y le dispar¨®. ¡°Cuando vimos a Medina hacer eso, lo entendimos. Eran nuestros muchachos los asesinos¡±.
Despu¨¦s de ese asesinato, Thompson descubri¨® la zanja con las v¨ªctimas de Calley, por lo que decidi¨® enviar un mensaje de radio hacia los cuarteles de la Task Force Barker se?alando: ¡°Parece que hay muchas muertes innecesarias ah¨ª abajo. Algo no est¨¢ bien con esto. Hay cad¨¢veres por todos lados. Hay una zanja llena de cad¨¢veres que acabamos de ver. Hay algo mal aqu¨ª¡±.
Thompson regres¨® al helic¨®ptero con su tripulaci¨®n. Comenzaron a buscar a civiles y encontraron a un grupo de personas que hu¨ªan. Al darse cuenta de que los soldados estaban listos para matarlos, Thompson aterriz¨® su helic¨®ptero. Las declaraciones posteriores de la Colburn y Andreotta se?alaron que Thompson orden¨® disparar al pelot¨®n si trataban de matar a los civiles. Antes de irse, Andreotta not¨® movimiento en la zanja de cad¨¢veres, donde pudo identificar a un ni?o con vida, de entre cinco a seis a?os, cubierto de sangre y en estado de shock. El ni?o fue trasladado a un hospital en Qu?ng Ng?i. Al regresar a los cuarteles generales, Thompson report¨® la situaci¨®n a sus superiores, incluyendo al Teniente Coronel Frank Barker, quien se encarg¨® de enviar se?ales de radio para detener los asesinatos. Una vez que su helic¨®ptero recarg¨® gasolina, se encarg¨® de regresar a la villa para asegurarse que los heridos fueran evacuados.
Encubriendo la masacre
Los reportes iniciales sobre el suceso aseguraron que ¡°128 vietcongs y 22 civiles¡± hab¨ªan sido asesinados en una aldea durante una ¡°intenso tiroteo¡±. Una nota en la revista Stars and Stripes, se?al¨® que soldados estadounidenses mataron a 128 comunistas en una batalla sangrienta que dur¨® todo el d¨ªa¡±.
La primera investigaci¨®n sobre la operaci¨®n en M? Lai fueron realizadas por el Coronel Henderson, quien entrevist¨® a varios soldados involucrados en el incidente, lo que result¨® en un reporte en el que se dec¨ªa que 20 civiles fueron asesinados de forma inadvertida durante la operaci¨®n, que estas fueron accidentales y se atribu¨ªan a disparos de artiller¨ªa de largo rango.
Por su parte, Thompson y sus compa?eros recibieron condecoraciones, sin embargo, las razones por los premios contaban una versi¨®n diferente de los hechos, mencionando que Thompson llev¨® a un ni?o vietnamita a un hospital despu¨¦s de quedar atrapado entre fuego cruzado, y que su juicio hab¨ªa mejorado las relaciones estadounidenses-vietnamitas en la zona. En las condecoraciones de su tripulaci¨®n, que tambi¨¦n contaban otras versiones de los hechos, se falsific¨® la firma de Thompson.
Esto mostr¨® los intentos en varios niveles del Ej¨¦rcito Estadounidense de cubrir los eventos de la masacre, y mostrar una imagen m¨¢s positiva de su involucramiento en el territorio.
Ridenhour, sacando la verdad a la luz
Ronald L. Ridenhour, artillero de puerta de la Secci¨®n de Aviaci¨®n, Compa?¨ªa del Cuartel General, 11? Brigada de Infanter¨ªa, escuch¨® sobre la masacre de M? Lai durante su tiempo en Vietnam por parte de sus amigos. Mientras se manten¨ªa activo, se encarg¨® de reunir testimonios y recuentos de los soldados que participaron en la masacre.
Al regresar a Estados Unidos, en Marzo de 1969, envi¨® una carta a treinta miembros del Congreso, y al Presidente Richard Nixon, pidi¨¦ndoles investigar el incidente de Pinkville (como era apodada la zona). Aunque la mayor¨ªa ignor¨® su escrito, el congresista Mo Udall abri¨® la puerta a que el Comit¨¦ de Servicios Armados de la C¨¢mara de Representantes llamara a oficiales del Pent¨¢gono para conducir una investigaci¨®n.
Bajo presi¨®n de esta carta, el 9 de septiembre de 1969, el Ej¨¦rcito acus¨® a William Calley de asesinato premeditado de 109 civiles del Sur de Vietnam, cerca de la villa de S?n M? en el ¨¢rea conocida como M? Lai. Aunque los cargos fueron presentados de forma silenciosa para evitar la atenci¨®n de la prensa, el periodista Seymour Hersh pudo obtener las acusaciones, lo que le permiti¨® revelar al p¨²blico estadounidense la masacre, casi dos a?os despu¨¦s del incidente, el 13 de noviembre de 1969, con un art¨ªculo en el Dispatch News Service.
H¨¦roes o villanos
El Coronel William Calley fue enjuiciado el 17 de noviembre de 1970. Un jurado de seis oficiales militares lo condenaron el 28 de marzo de 1971 por el asesinato premeditado de 22 civiles del sur de Vietnam. El 31 de marzo fue sentenciado a cadena perpetua con labores forzadas en Fort Leavenwoth, siendo el ¨²nico de los 26 soldados y oficiales acusados en recibir un castigo.
Sin embargo, distintas figuras de la pol¨ªtica estadounidense -incluyendo al entonces gobernador de Georgia y futuro presidente, Jimmy Carter- mostraron indignaci¨®n por la sentencia contra Calley. Tres d¨ªas despu¨¦s de su condena, Richard Nixon orden¨® que fuera sacado de prisi¨®n y que le fuera concedido arresto domiciliario. Tres a?os y cuatro meses despu¨¦s consigui¨® la libertad condicional.
En 2009, se disculp¨® por la participaci¨®n en M? Lai: ¡°No hay un d¨ªa que pase que no sienta remordimiento por lo que pas¨® ese d¨ªa en M? Lai. Siento remordimiento por los vietnamitas que fueron asesinados, sus familias, por los soldados estadounidenses involucrados y sus familias. Lo siento mucho¡±.
Por su parte, Hugh Thompson Jr., h¨¦roe que rescat¨® a personas antes de ser asesinadas, dio su testimonio durante su recuento en una audiencia cerrada del Comit¨¦ de Servicios Armados de la C¨¢mara de Representantes. En 2004, el piloto revel¨® hostigamiento y amenazas. No fue hasta 1989 que la percepci¨®n del p¨²blico cambi¨®. Thompson y su compa?ero Lawrence Colburn fueron entrevistados para el documental Four Hours in M? Lai (1989), en el que hicieron un recuento de los hechos.
Durante una visita que Thompson hizo con su compa?ero Lawrence Colburn en 1998 a M? Lai, se?al¨® que una de las mujeres a las que hab¨ªa ayudado se acerc¨® y le pregunt¨® la raz¨®n de por qu¨¦ las personas que hab¨ªan cometido esos actos no hab¨ªan ido con ellos. El ex piloto estaba devastado hasta que ella explic¨® el por qu¨¦ quer¨ªa verlos: ¡°Para que podamos perdonarlos¡±. El hombre respondi¨®: ¡°No soy hombre suficiente para hacer eso. Lo siento. Desear¨ªa serlo, pero no le mentir¨¦ a nadie. No soy tan hombre.¡±
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