Meloni desaf¨ªa a la izquierda y comparece en el congreso del mayor sindicato de Italia
La l¨ªder ultraderechista, en pleno proceso de organizar un proyecto pol¨ªtico hegem¨®nico, es la primera jefa del Gobierno en 27 a?os que da un discurso en el encuentro del CGIL
Giorgia Meloni tiene un plan claro: gobernar mucho tiempo y quedarse con el mayor espectro de votantes posibles. Para ello, desafiando las hostilidades que iba a afrontar, se present¨® este viernes en el congreso del sindicato mayoritario de la izquierda, CGIL. Se trataba de unas jornadas importantes, deb¨ªa elegirse al nuevo secretario general. Un momento en el que toda la ¨®rbita progresista miraba hacia R¨ªmini, la ciudad de la costa adri¨¢tica donde se reuni¨® toda la familia de la izquierda. A la cita acudieron incluso representantes de otros pa¨ªses, como la vicepresidenta segunda del Gobierno espa?ol y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, la sensaci¨®n del evento. Y era tambi¨¦n la puesta de largo de la nueva jefa de la oposici¨®n en Italia, la flamante secretaria del Partido Democr¨¢tico, Elly Schlein. Pero Meloni, como en otras ocasiones, quiso salir tambi¨¦n en esa foto y colocar su discurso para los trabajadores. Provocando, de paso, que una parte de los asistentes abandonase la sala con el pu?o en alto y cantando el himno partisano Bella Ciao.
A Meloni le encantan esas situaciones. Y la aprovech¨® para arrancar desafiante, como siempre hace la primera ministra. ¡°Algunos dec¨ªan que no vendr¨ªa por miedo a que me silbasen, a esto, a las protestas. Escuchad, a m¨ª me silban desde que ten¨ªa 16 a?os. Tengo la orden del m¨¦rito en esa materia¡±, ironiz¨®. ¡°Pero hoy es 17 de marzo, Fiesta de la Unidad Nacional. El d¨ªa en que se celebra el nacimiento estatutario de nuestra naci¨®n. Y aqu¨ª ha estado ausente el presidente del consejo de ministros desde hace 27 a?os. Con esta presencia, este debate, hoy podemos verdaderamente intentar celebrar la unidad nacional. Porque la unidad no es anular la contraposici¨®n, que tiene un papel educativo para cualquier comunidad. La unidad es el inter¨¦s superior, el com¨²n destino que da un sentido a la contraposici¨®n¡±.
Hac¨ªa 27 a?os que ning¨²n primer ministro asist¨ªa y tomaba la palabra en el congreso de la CGIL. Maurizio Landini, el secretario saliente, la llam¨® hace unas semanas y la invit¨® a la cita. ¡°El sindicato dialoga con todos sin prejuicios¡±, le dijo para convencerla de que era una propuesta sincera. La primera ministra lo medit¨® y decidi¨® aceptar. Solo tres predecesores hab¨ªan intervenido en los 18 congresos celebrados por la CGIL a lo largo de su historia: Giovanni Spadolini, Bettino Craxi y Romano Prodi. Pero se trataba de otra ¨¦poca, en la que el sindicato era un interlocutor imprescindible para cualquier gobierno o partido que quisiera tener voz en el mundo de los trabajadores. La llegada de Matteo Renzi en 2014, que mantuvo un profundo enfrentamiento con los sindicatos, confirm¨® la desconexi¨®n que mantuvieron luego otros primeros ministros, como Giuseppe Conte, que rechaz¨® la invitaci¨®n al congreso de 2019 en el que fue elegido Landini.
El proyecto pol¨ªtico de Meloni pasa en Italia por lograr una posici¨®n de hegemon¨ªa en el mundo conservador. Pero tambi¨¦n por consolidar el avance de un cierta derecha en el mundo de los trabajadores. Y lo demostr¨® sobre el estrado, acusando de ¡°extrema derecha¡± al grupo de radicales que asalt¨® la sede del sindicato hace dos a?os. La l¨ªder de Hermanos de Italia, que en ese punto arranc¨® los aplausos del p¨²blico, quiere completar el recorrido que comenz¨® la Liga de Matteo Salvini hace unos a?os hacia el voto obrero y aprovechar la platea que le ofrec¨ªa el congreso del mayor sindicato italiano, con casi 5,2 millones de afiliados y 1.000 delegados presentes en el acto. As¨ª lo hizo para defender su reforma fiscal y oponerse, entre otras cosas, a la implantaci¨®n del salario m¨ªnimo. Una medida que, en realidad, tampoco compart¨ªa completamente la directiva saliente de la CGIL.
El propio sindicato ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. De hecho, Landini fue ya el primer secretario que no proced¨ªa del Partido Comunista o de sus rescoldos. Su orientaci¨®n es de izquierda, claro, pero un espectro que debe ahora ampliarse a partidos como el Movimiento 5 Estrellas y, cada vez m¨¢s, a formaciones populistas de una derecha social, como lo fue durante muchos a?os Hermanos de Italia. Ahora, sin embargo, Meloni quiere m¨¢s y su discurso de este viernes, mucho m¨¢s liberal, no dej¨® dudas. ¡°Italia es el ¨²nico pa¨ªs de la UE que tiene salarios m¨¢s bajos que en los a?os noventa. Y eso significa que hay una emergencia. Y que las recetas utilizadas hasta ahora no han funcionado. Hay que imaginar un nuevo camino, apuntar al crecimiento econ¨®mico. Y el desaf¨ªo es poner a esas empresas y trabajadores en las mejores condiciones para crear esa riqueza¡±, apunt¨®. Trabajadores, s¨ª. Pero tambi¨¦n empresarios. A los que ya ha convencido en otro tipo de congresos para que la consideren la nueva referencia del mundo econ¨®mico y empresarial.
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