Giorgia Meloni quiere ser la nueva Margaret Thatcher
La primera ministra italiana explota su biograf¨ªa y su condici¨®n de primera mujer en el cargo mientras se consolida como la l¨ªder de una derecha hegem¨®nica
Giorgia Meloni tiene dos armas pol¨ªticas imbatibles que exhibi¨® con soltura durante el discurso de investidura: su g¨¦nero y su biograf¨ªa. Dos instrumentos adquiridos de forma natural y cuyo m¨¦rito personal reside ahora en el uso que har¨¢ de ellos. La nueva presidenta del Consejo de Ministros est¨¢ construyendo un personaje que explota esa idea de la mujer hecha a s¨ª misma en un mundo de hombres como la pol¨ªtica. Tambi¨¦n en un partido muy masculino, como era el posfascista Movimiento Social Italiano, donde milit¨® en su juventud. Y, sobre todo, en un pa¨ªs machista como Italia. Pero, adem¨¢s, exhibe con naturalidad su procedencia humilde, la de ¡°underdog¡±, como ella misma se autoproclam¨® en aquel primer discurso. Hija de una familia sencilla, cuyo padre abandon¨® el hogar muy pronto, se crio con su madre y su hermana en un barrio obrero. Un relato imbatible contra la oposici¨®n, pero perfecto tambi¨¦n para consolidar su liderazgo en la derecha italiana frente a sus socios de coalici¨®n. Meloni, en suma, querr¨ªa ser Margaret Thatcher. Aunque de momento todav¨ªa se parezca m¨¢s a Marine Le Pen.
La nueva primera ministra, de 45 a?os, ha comenzado su andadura combinando una agenda continuista y relativamente moderada en lo econ¨®mico con gui?os a su electorado m¨¢s conservador, que reclamaba escuchar la m¨²sica de la ley y el orden en los primeros compases de mandato. Meloni aprob¨® en su primer consejo de ministros un pol¨¦mico decreto contra las fiestas rave y ha dado muestras de seguir la pol¨ªtica de puertos cerrados contra las ONG que rescatan migrantes en el Mediterr¨¢neo, que ya comenz¨® su socio y l¨ªder de la Liga, Matteo Salvini, cuando era ministro del Interior. Sin embargo, ha querido tambi¨¦n mandar mensajes de tranquilidad a la Uni¨®n Europea eligiendo Bruselas como primer destino internacional en su agenda o trabajando en un pr¨®ximo viaje a Kiev para reunirse con el presidente Volod¨ªmir Zelenski. La idea, se?alan en su entorno, es ampliar el campo de batalla pol¨ªtico y presentarse como la l¨ªder de una derecha hegem¨®nica. Muy conservadora en lo ideol¨®gico, pero fiable en lo institucional.
La opini¨®n p¨²blica, tambi¨¦n en un sector de la izquierda femenina, la recibi¨® con curiosidad y sin poder contener algunos elogios. Aunque ella desaf¨ªe a ese sector con decisiones como hacerse llamar ¡°el presidente del Consejo¡±. El polit¨®logo y profesor de la Universidad LUISS, Giovanni Orsina, admite que hay una cierta luna de miel entre la primera ministra y un ¨¢rea ideol¨®gica que deber¨ªa ser su oposici¨®n. ¡°Es una novedad importante, pero vendr¨¢n momentos m¨¢s dif¨ªciles y hay que ver c¨®mo lograr¨¢ explotar ese elemento biogr¨¢fico. Pero el liderazgo del outsider es un gran esquema de juego. Margaret Thatcher lo usaba a la perfecci¨®n: la hija del tendero, mujer, ajena a los c¨ªrculos masculinos de las ¨¦lites econ¨®micas¡ Ese puede ser su relato, sin duda. Siempre ha dicho que quiere ser un poco la premier brit¨¢nica. Pero lo podr¨¢ explotar un tiempo determinado, especialmente en un clima antipol¨ªtico¡±, afirma.
Meloni, a diferencia de Thatcher, no encontr¨® en su padre un modelo a seguir (la abandon¨® cuando era ni?a, se march¨® a Canarias y termin¨® detenido y condenado en Mallorca por tr¨¢fico de drogas). Pero se crio igualmente en una familia humilde en un barrio obrero como la Garbatella en Roma y superando todo tipo de adversidades. Tambi¨¦n personales, como cuenta en su interesante biograf¨ªa (Io sono Giorgia. Le mie radice, le mie idee; Soy Giorgia: mis ra¨ªces, mis ideas, Rizzoli 2021). ¡°Lo est¨¢ usando y efectivamente est¨¢ poniendo en una dificultad incre¨ªble a la oposici¨®n. La izquierda italiana pierde las referencias populares. Y el Partido Democr¨¢tico no ha cuidado el ascenso de las mujeres. Y Meloni lo ha utilizado. Pero veamos c¨®mo evoluciona¡±, insiste Orsina.
Los movimientos de Meloni en Europa ser¨¢n clave para determinar el proyecto. Su mano derecha en esa ¨¢rea es el ministro para Asuntos Europeos y Plan de Recuperaci¨®n, Raffaele Fitto. Un hombre moderado con profundos conocimientos de las instituciones comunitarias a quien Meloni debe toda su estrategia en Bruselas. El partido est¨¢ hoy alineado en el grupo de los Conservadores y Reformistas, que preside la propia Meloni. Pero sabe que deber¨¢ tejer alianzas con el Partido Popular Europeo, como ya sucedi¨® a la hora de elegir a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. ¡°[El l¨ªder de Forza Italia, Silvio] Berlusconi y Salvini no atraviesan su mejor momento. Y en Bruselas, pese a las viejas disputas, ella es la m¨¢s fiable¡±, se?alan fuentes de su partido, Hermanos de Italia.
Los n¨²meros hablan de un crecimiento claro de Meloni desde que se celebraron las elecciones el pasado 25 de septiembre. Antonio Noto, experto en demoscopia y presidente de Noto Sondeos, se?ala que Meloni ha aumentado ya un 2,5% en el primer mes. ¡°Es natural, quien gana tiende a aumentar. Hay una reacci¨®n emotiva de los electores. No es que tome de otros partidos, sino que una parte del electorado que no vot¨® hoy lo har¨ªa por Hermanos de Italia. Eso es el consenso emotivo. Pero hay que ver el presupuesto, el tema de la energ¨ªa¡ as¨ª que se medir¨¢ a final de a?o. Ah¨ª se pasar¨¢ de un apoyo emotivo al racional¡±, explica. El crecimiento, sin embargo, tiene riesgos. Y consolidar esa hegemon¨ªa es ahora el primer objetivo. ¡°Est¨¢ buscando convencer a su electorado, que es nuevo y, por tanto, poco fiel. Muchos de ellos nunca la hab¨ªan votado antes y podr¨ªan irse en cualquier momento. El objetivo es consolidarlo¡±, insiste Noto.
Meloni, sin embargo, tiene dos problemas para consolidar su proyecto. El primero es enterrar definitivamente su pasado posfascista. Para ello no ahorra en declaraciones. Pero algunos de los nombramientos, como el del presidente del Senado ¨DIgnazio Benito La Russa, hijo pol¨ªtico del fascismo¨D, no ayudan. El segundo, es que prometi¨® un gobierno de primeras figuras. Y hasta la fecha, han entrado en su Ejecutivo todo tipo de perfiles que responden a favores pendientes con sus socios o a incomprensibles elecciones como Galeazzo Bignami, nuevo viceministro de Transportes e Infraestructuras (mano derecha de Salvini), que fue fotografiado disfrazado de oficial de las SS. La falta de clase dirigente ser¨¢ uno de los principales obst¨¢culos y una diferencia sustancial con la l¨ªder tory cuando lleg¨® al poder en 1979. Hasta entonces, Thatcher ser¨¢ todav¨ªa un horizonte.
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