La corrupci¨®n de PDVSA golpea de lleno al chavismo: de modelo a lastre para la econom¨ªa de Venezuela
La empresa que en los noventa fue considerada un modelo en la regi¨®n se ha convertido en un lastre para la econom¨ªa venezolana por su politizaci¨®n
Los a?os de mayores ingresos petroleros en Venezuela por el alza que vivi¨® el precio del barril en los tiempos de Hugo Ch¨¢vez han desencadenado la mayor corrupci¨®n que ha vivido el pa¨ªs. Ahora, cuando la producci¨®n de la industria venezolana ha llegado a sus m¨ªnimos, los malos manejos pol¨ªticos siguen dilapidando el escaso dinero que entra en el pa¨ªs petrolero. La empresa estatal PDVSA vive un nuevo proceso de purgas con las detenciones de altos funcionarios y la renuncia, este lunes, de Tareck El Aissami como ministro del ¨¢rea tras una investigaci¨®n por corrupci¨®n en las entra?as de la petrolera estatal venezolana. El chavismo ha tenido que enfrentarse a la que durante a?os fue la gallina de los huevos de oro de Venezuela y se convirti¨® en la caja chica de una enorme ¨¦lite que creci¨® en los a?os del chavismo.
La empresa estatal inici¨® sus operaciones en enero de 1976, tras la nacionalizaci¨®n del petr¨®leo, y durante las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX fue una rara avis en medio de la tradicionalmente corrupta y disfuncional administraci¨®n p¨²blica latinoamericana. Un a?o antes de que Hugo Ch¨¢vez llegara al poder, PDVSA produc¨ªa 3,2 millones de barriles al d¨ªa y agrupaba a un conglomerado de empresas extranjeras fusionadas de las que hered¨® los procesos de operaci¨®n, los sistemas de balance y control, est¨¢ndares y pr¨¢cticas que la hicieron funcionar como las grandes transnacionales del petr¨®leo.
La cultura de la llamada meritocracia convirti¨® a su n¨®mina en una plantilla de grandes capacidades, contra la que el chavismo fue en 2003 despu¨¦s de la huelga a la que se sumaron los trabajadores petroleros por el viraje que estaba tomando el Gobierno. Fue una de las primeras crisis pol¨ªticas de la revoluci¨®n bolivariana. De esos a?os es la recordada escena de Ch¨¢vez en televisi¨®n, haciendo sonar un pito mientras declara el ¡°off side¡± a un grupo gerente de PDVSA, al que sigui¨® una lista de m¨¢s de 18.000 trabajadores que fueron despedidos por participar en el paro, publicada en la prensa oficialista. Ese modelo de empresa p¨²blica que funcionaba con la eficiencia de una privada, la idea de que su personal con alta calificaci¨®n y sueldos competitivos eran una suerte de privilegiados choc¨® contra el socialismo bolivariano de Ch¨¢vez.
De esa purga que llev¨® a la desprofesionalizaci¨®n vienen los lodos de este colapso de una industria altamente tecnificada. Durante m¨¢s de una d¨¦cada, gobern¨® PDVSA Rafael Ram¨ªrez, uno de los grandes alfiles de Ch¨¢vez, y la sombra bajo la cual tambi¨¦n se perdieron grandes cantidades de recursos en distintos esquemas de corrupci¨®n. La convirti¨® entonces en la PDVSA ¡°roja, rojita¡±, un brazo pol¨ªtico del chavismo que teji¨® una red de apoyo internacional con la llamada petrodiplomacia, es decir, la venta con descuentos a aliados ideol¨®gicos. Sin embargo, el principal cliente de PDVSA sigui¨® siendo Estados Unidos, con la venta de 500.000 barriles diarios hasta 2019, con la entrada en vigor de las sanciones que impuso Donald Trump. Ram¨ªrez sali¨® de la empresa con Nicol¨¢s Maduro, tras la muerte de Ch¨¢vez, y se convirti¨® en un opositor a su Gobierno.
Maduro profundiz¨® el foso en el que hab¨ªa ca¨ªdo la empresa. La salida de Ram¨ªrez trajo detenciones de gerentes y la entrada de nuevos grupos de poder en el manejo de la caja registradora del Gobierno. El presidente venezolano nombr¨®, por primera vez, a un militar a cargo, que un par de a?os despu¨¦s declar¨® la emergencia en la industria petrolera. El ahora defenestrado El Aissami fue el encargado de resolver un escenario en que el petr¨®leo venezolano ya estaba vetado por las sanciones sectoriales de Estados Unidos.
El cerco que levant¨® Washington oblig¨® a Venezuela a depender de una compleja y opaca red de intermediarios para poder ofrecer su petr¨®leo. Se qued¨® con India, China y Rusia como principales compradores con importantes descuentos que han mermado los ingresos. Venezuela vende m¨¢s petr¨®leo del que termina cobrando, un dinero que se pierde entre los intermediarios, que no puede controlar, y la corrupci¨®n que orbita un negocio que se mueve m¨¢s de forma subterr¨¢nea. La salida del juego de Rusia por las sanciones impuestas tras la guerra contra Ucrania hicieron mucho m¨¢s oscuras estas redes. Bajo la administraci¨®n de El Aissami se cre¨® una estructura basada en el uso de criptomonedas para poder soportar el cobro de los ingresos por venta, de la que se perdieron los 3.000 millones de d¨®lares que han desatado este nuevo esc¨¢ndalo en la petrolera.
Sobre esta incertidumbre se construye la err¨¢tica pol¨ªtica fiscal del Gobierno que impacta en toda la econom¨ªa. Algunos economistas calculan que entre 2020 y 2022, las p¨¦rdidas de PDVSA por todas estas circunstancias representan alrededor del 34% del ingreso percibido. En un informe de 2022, Transparencia Venezuela revel¨® que durante los ¨²ltimos 20 a?os que ha gobernado el chavismo se han abierto unos 127 expedientes de corrupci¨®n en 16 pa¨ªses relacionados con PDVSA, que se traducen en irregularidades que comprometieron m¨¢s de 42.000 millones del patrimonio p¨²blico venezolano.
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