20 horas de reuni¨®n de crisis y sin acuerdo: la coalici¨®n alemana se enfanga en sus discrepancias
Los l¨ªderes de los tres partidos se citan de nuevo el martes para tratar de limar asperezas y sacar adelante el presupuesto
Los verdes, andando. Los liberales, en coche. Los l¨ªderes de los dos partidos que forman la coalici¨®n de Gobierno alemana con los socialdem¨®cratas de Olaf Scholz al frente llegaron a las seis y media de la tarde del domingo a la Canciller¨ªa. Ten¨ªan por delante varias horas de negociaciones nocturnas en lo que se conoce como comit¨¦ de coalici¨®n, un formato al m¨¢s alto nivel que se convoca cuando sus miembros no se ponen de acuerdo. Es decir, una reuni¨®n de crisis. El lunes por la ma?ana se esperaba que salieran a presentar los acuerdos, pero en lugar de eso, y tras 20 horas de conversaciones, anunciaron un receso hasta el martes.
¡°Es muy inusual. Lo habitual es que a lo largo de la noche solucionen sus discrepancias. Que yo recuerde, los socios de coalici¨®n nunca hab¨ªan necesitado un segundo d¨ªa¡±, se?ala Uwe Jun, profesor de ciencia pol¨ªtica en la Universidad de Trier. La reuni¨®n de las c¨²pulas de los tres partidos se produce en un momento de m¨¢xima tensi¨®n que empieza a hacer muy cuesta arriba el trabajo del Ejecutivo. Los socios chocan en infinidad de cuestiones, desde la lucha contra el cambio clim¨¢tico hasta la seguridad, pasando por prestaciones sociales como la asignaci¨®n b¨¢sica por hijo.
Casi todas las discrepancias acaban convergiendo en una: el gasto p¨²blico. El pr¨®ximo presupuesto enfrenta a los socios menores de Scholz. De un lado, los verdes, que quieren acelerar la transici¨®n a una econom¨ªa descarbonizada; del otro, los liberales del Partido Democr¨¢tico Libre (FDP), que han hecho bandera de la estabilidad fiscal. Los socialdem¨®cratas, en el medio, ejerciendo de ¨¢rbitros.
Hace unos d¨ªas el l¨ªder de los liberales y ministro de Finanzas, Christian Lindner, cancel¨® por sorpresa una conferencia de prensa convocada para presentar las l¨ªneas maestras del presupuesto. La cita se ha aplazado sine die entre acusaciones a los otros miembros de la coalici¨®n de manirrotos. El mensaje es claro: no hay dinero para todo. Lindner ha pedido recortes a todos los departamentos, lo que ha enfurecido especialmente a los ecologistas, que necesitan fondos para llevar a buen t¨¦rmino sus pol¨ªticas.
La crispaci¨®n alrededor del plan para prohibir la instalaci¨®n de nuevas calefacciones de gas o gas¨®leo a partir de 2024 es buen ejemplo del clima en el que trabaja el tripartito. La intenci¨®n del ministro de Econom¨ªa y Clima, el verde Robert Habeck, de impulsar as¨ª la instalaci¨®n de bombas de calor se filtr¨® a la prensa sensacionalista y gener¨® una enorme pol¨¦mica. Los liberales salieron inmediatamente a decir que las prohibiciones no resuelven nada y los socialdem¨®cratas se mostraron preocupados por el coste que puede suponer para familias de rentas bajas la instalaci¨®n de sistemas mucho m¨¢s caros.
Habeck, muy molesto con la filtraci¨®n, se quej¨® en una entrevista de que hab¨ªa sido algo deliberado y con el objetivo de boicotear la negociaci¨®n interna, que todav¨ªa no hab¨ªa concluido. Lleg¨® a sugerir que el chivatazo lo hab¨ªan dado los liberales. Estos respondieron tambi¨¦n airadamente, con uno de sus diputados pregunt¨¢ndose en Twitter si no habr¨ªa sido el propio Habeck. Rifirrafes en p¨²blico que en general disgustan a los alemanes.
Poco despu¨¦s, Habeck prometi¨® subvenciones para familias de ingresos bajos y medios. Es decir, fondos p¨²blicos que tiene que liberar su colega Lindner. En paralelo, los liberales, que siguen neg¨¢ndose a establecer un l¨ªmite de velocidad en las autopistas, tienen sus propias prioridades de gasto. Pretenden impulsar un plan de inversiones en nuevas carreteras que choca con las pol¨ªticas de movilidad de sus socios verdes, centrados en la mejora del ferrocarril y el transporte p¨²blico. Los ecologistas quieren aprobar tambi¨¦n una mejora de la asignaci¨®n b¨¢sica por hijo que a?adir¨ªa m¨¢s ceros a la partida de las prestaciones sociales. Lindner se niega a subir los impuestos y a incrementar el d¨¦ficit.
Pol¨ªtica exterior y seguridad
A las cuestiones presupuestarias se suma el desacuerdo en materia de pol¨ªtica exterior y de seguridad. El Gobierno de Scholz todav¨ªa no ha presentado su nueva estrategia de seguridad nacional, cuyo borrador lleva movi¨¦ndose entre ministerios al menos desde principios de a?o. La cuesti¨®n principal es c¨®mo tratar con China. En los planes del tripartido figuraba tambi¨¦n la creaci¨®n de un Consejo de Seguridad Nacional que coordinara a los distintos departamentos y ofreciera una ¨²nica voz. Finalmente se ha descartado porque los socios no se pon¨ªan de acuerdo en si deb¨ªa depender de Exteriores, en manos de Annalena Baerbock, de los verdes, o de la Canciller¨ªa.
¡°Scholz se encuentra en una posici¨®n muy delicada. Est¨¢ en el medio de dos socios que son muy diferentes y a los que cuesta poner de acuerdo¡±, apunta Jun en conversaci¨®n telef¨®nica. Y tampoco puede abusar del recurso al machtwort, literalmente palabra de poder, la facultad del canciller para imponer su criterio en caso de que la negociaci¨®n fracase. Tuvo que hacerlo en el caso de la energ¨ªa nuclear, que una vez m¨¢s enfrentaba a verdes y liberales. ¡°No puede usar esa prerrogativa a menudo porque dar¨ªa la impresi¨®n de ser un l¨ªder d¨¦bil que no es capaz de poner de acuerdo a sus socios¡±, a?ade el polit¨®logo.
¡°Hemos hecho buenos progresos¡±, asegur¨® Scholz el lunes en Rotterdam, durante una visita a Pa¨ªses Bajos con varios ministros de su Gobierno, que salieron directamente de la Canciller¨ªa en helic¨®ptero para poder llegar a tiempo a la cita. ¡°Y hemos llegado a acuerdos¡±, a?adi¨®, sin dar m¨¢s detalles. El canciller se?al¨® que los l¨ªderes de los partidos han hablado de la modernizaci¨®n del pa¨ªs. ¡°Durante muchas d¨¦cadas todo ha ido demasiado lento. Eso tiene que cambiar, y cambiar¨¢¡±, subray¨®.
Entre los verdes cunde la impresi¨®n de que Scholz se est¨¢ poniendo m¨¢s del lado de los liberales que del suyo. Un ejemplo reciente es el conflicto con la Uni¨®n Europea por la ley que fija el final de los motores de combusti¨®n para 2035. El canciller permiti¨® que el ministro de Transportes, el liberal Volker Wissing, bloqueara en el ¨²ltimo momento la aprobaci¨®n final de la norma, negociada durante dos a?os y que contaba con el visto bueno de Berl¨ªn. Los liberales tratan de marcar agenda y de definir un perfil propio que les reconcilie con sus votantes. Est¨¢n hundidos en las encuestas y han salido mal parados de todas las elecciones regionales celebradas desde que forman parte del Gobierno de coalici¨®n.
Una coalici¨®n que, pese a las muchas disputas, no peligra, opina Jun. Primero, porque no hay alternativa real, y segundo, porque nadie tiene inter¨¦s en ir de nuevo a elecciones: ¡°Dependen los unos de los otros; tendr¨¢n que ponerse de acuerdo¡±. Tarden 20 horas o varios d¨ªas.
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