La violencia se cuela en el debate por las pensiones en Francia
Los disturbios en las manifestaciones, la dureza policial y las amenazas a diputados alteran las protestas contra la reforma de Macron
Francia tiene una relaci¨®n peculiar con la violencia pol¨ªtica. Este es un pa¨ªs que se fund¨® con una revoluci¨®n extremadamente violenta y con la decapitaci¨®n de un rey. En su himno nacional se habla de los ¡°estandartes ensangrentados¡± y se anima a los ciudadanos a que ¡°tomen las armas¡± y ¡°formen batallones¡± para que ¡°una sangre impura¡± inunde los campos. Hay una mitificaci¨®n de la barricada y, al mismo tiempo, una tradici¨®n de uso robusto de la fuerza por parte de la autoridad.
En la crisis por la reforma de las pensiones, la violencia ha hecho acto de presencia. Despu¨¦s de meses de manifestaciones pac¨ªficas, desde hace 15 d¨ªas se han multiplicado los disturbios en protestas espont¨¢neas o al final de las marchas sindicales. El Gobierno ha denunciado que hay individuos y grupos que buscan directamente ¡°destruir al poli¡± en las protestas. Se han producido choques con los gendarmes en una marcha ecologista en una zona rural con un balance de dos manifestantes en coma. Las denuncias por excesos policiales se multiplican. Hay diputados que han recibido amenazas o actos vand¨¢licos en sus oficinas o domicilios. El debate sobre la violencia ¨Dla de los manifestantes y la de la polic¨ªa¨D ha sustituido al debate sobre los detalles t¨¦cnicos del aumento de la edad de jubilaci¨®n de los 62 a los 64 a?os.
El uso de la violencia para fines pol¨ªticos goza de una comprensi¨®n considerable entre la poblaci¨®n en Francia. El instituto demosc¨®pico Ifop plante¨® hace unos d¨ªas, en el contexto de las protestas contra la reforma de las pensiones, la siguiente afirmaci¨®n en un sondeo: ¡°A veces es necesario recurrir a acciones violentas para hacer avanzar la causa de uno o sus ideas¡±. Un 35% de franceses est¨¢n de acuerdo, seg¨²n el sondeo. Entre los simpatizantes de La Francia Insumisa (LFI), el partido hermano en Francia del espa?ol Podemos y hegem¨®nico en la izquierda de este pa¨ªs, la cifra aumenta hasta el 60%.
¡°El poder, estos ¨²ltimos a?os, ha dado varias veces la sensaci¨®n a la gente de que ser violento era m¨¢s eficaz que votar o manifestarse pac¨ªficamente¡±, se?ala la polit¨®loga Chlo¨¦ Morin, autora del ensayo On aura tout essay¨¦... (Lo habremos probado todo...). Y cita tres ejemplos. El primero es la revuelta de chalecos amarillos, los franceses de las peque?as ciudades que se levantaron en 2018 tras un aumento del precio del carburante. Al principio fueron ignorados. Pero, cuando empezaron a manifestarse violentamente, quemaron decenas de veh¨ªculos en el centro de Par¨ªs, vandalizaron el Arco del triunfo y amenazaron con asaltar edificios institucionales, el presidente Emmanuel Macron retir¨® la tasa y desembols¨® m¨¢s de 10.000 millones de euros para mejorar el poder adquisitivo.
Segundo ejemplo, menos conocido internacionalmente pero significativo: el abandono del proyecto de aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, cerca de Nantes, considerado clave para el desarrollo del oeste de Francia, aprobado por una consulta popular y apoyado por los poderes regionales tras a?os de deliberaciones. Y, sin embargo, la ocupaci¨®n durante a?os de los terrenos y los episodios de violencia y choques con la polic¨ªa acabaron disuadiendo a Macron, que a principios de 2018 dio marcha atr¨¢s.
El tercer ejemplo que menciona Morin es C¨®rcega. La polit¨®loga recuerda que, durante a?os, Par¨ªs se hab¨ªa negado a hablar de autonom¨ªa, pese a que los corsos votaban mayoritariamente por los autonomistas en las elecciones. Pero hace un a?o bastaron, para que Macron cambiase de opini¨®n, unos d¨ªas de disturbios en la isla, tras la agresi¨®n en prisi¨®n y posterior muerte del nacionalista Yvan Colonna, condenado a cadena perpetua por el asesinato, en 1998, del prefecto Claude ?rignac. Entonces el presidente ofreci¨® hablar de autonom¨ªa. ¡°Todo esto son se?ales¡±, reflexiona Morin. ¡°Esto invita a pasar a la violencia¡±.
Dos semanas de altercados
Ahora, con la reforma de las pensiones, se plantea un problema parecido. Dos meses de manifestaciones masivas y ampliamente pac¨ªficas no disuadieron a Macron para que retirase la ley. Dos semanas de altercados han abierto el debate sobre si solo retirando la ley Francia volver¨¢ a la calma. ¡°El recurso a la violencia nunca es una palanca de negociaci¨®n¡±, zanja en su despacho de la Asamblea Nacional Aurore Berg¨¦, presidenta del grupo macronista Renaissance (Renacimiento), el primero en el hemiciclo. ¡°Nunca puede servir para obtener satisfacci¨®n en una democracia.¡±
Berg¨¦ ha experimentado en carne propia el acoso. Hace unos d¨ªas, recibi¨® una carta manuscrita amenazando a su beb¨¦ de cuatro meses. ¡°Es tan peque?o su reto?o, no podr¨¢ escapar. Fuego, bate de b¨¦isbol, barra de hierro: todo vale¡±, se lee en el mensaje. ¡°As¨ª que vigile. Todos los d¨ªas. Y sobre todo de noche¡±. Berg¨¦ argumenta: ¡°La violencia jam¨¢s es gratuita: es un medio de acci¨®n que usan ciertas organizaciones, m¨¢s o menos estructuradas, para que los cargos electos, independientemente de sus ideas, tengan un nudo en el est¨®mago al pensar que puede haber represalias contra ellos o su familia si no dicen la frase adecuada o emiten el voto adecuado¡±. A?ade la l¨ªder macronista: ¡°Esto, en democracia, deber¨ªa generar una condena un¨¢nime. Desgraciadamente, no siempre es as¨ª. Hay organizaciones pol¨ªticas, sobre todo en la extrema izquierda, que no son claras en cuanto al uso de la violencia como medio de acci¨®n¡±.
La pol¨ªtica francesa ha cambiado en el ¨²ltimo a?o. Primero fue la reelecci¨®n de Macron en abril de 2022 para un segundo y ¨²ltimo mandato, hasta 2027. Despu¨¦s, las legislativas de junio, en las que los macronistas perdieron la mayor¨ªa absoluta en la Asamblea Nacional. Aunque siguieron siendo el primer bloque en n¨²mero de diputados, ya no pod¨ªan aplicar el obediente rodillo como en la legislatura anterior. Se reforzaron el Reagrupamiento Nacional, el partido de extrema derecha de Marine Le Pen, y La Francia Insumisa. La vida parlamentaria se anim¨®. Al mismo tiempo, el ambiente se crisp¨®. Durante estos meses se ha visto a un diputado de la izquierda radical llamando asesino a un ministro y a un ministro haciendo un corte de mangas. El griter¨ªo y los c¨¢nticos en la bancada insumisa son constantes durante algunas intervenciones del Gobierno. Mientras tanto, la extrema derecha se esfuerza por adoptar un comportamiento institucional.
Laurent Berger, secretario general del sindicato moderado CFDT, l¨ªder de la oposici¨®n sindical a la reforma y voz de la socialdemocracia francesa, dec¨ªa esta semana a EL PA?S: ¡°Era simp¨¢tico lo de ¡®ni de izquierdas ni de derechas¡¯ [la posici¨®n de Macron al llegar al poder en 2017], pero al cabo de un tiempo el resultado es un gran centro y los extremos. Y una palabra pol¨ªtica que no siempre es responsable. Cuando yo era joven, nos hac¨ªa gracia el Parlamento indonesio, viendo a unos y otros pele¨¢ndose. La imagen que da ahora el Parlamento franc¨¦s es desastrosa¡±.
Macron, en un encuentro en peque?o comit¨¦ esta semana sobre el que inform¨® Le Monde, se?al¨® espec¨ªficamente a Jean-Luc M¨¦lenchon y a su partido, La Francia Insumisa: ¡°Quieren socavar nuestras instituciones y deslegitimar a los defensores del orden responsables. En frente, estamos nosotros. Seremos el ¨²ltimo muro ante la violencia y la anarqu¨ªa¡±. M¨¦lenchon, en declaraciones recogidas por Le Figaro, denunci¨®: ¡°Los insumisos se han convertido en un objetivo de la politiquer¨ªa que, intervenci¨®n tras intervenci¨®n, intenta hacerlos personalmente responsables de una violencia que, en todo momento de nuestra historia, hemos rechazado como m¨¦todo pol¨ªtico¡±. Y a?adi¨®: ¡°Se producen en Francia acontecimientos que recuerdan al funcionamiento de reg¨ªmenes totalitarios m¨¢s que a reg¨ªmenes que tienen autoridad¡±.
Brutalidad policial
El veterano l¨ªder de LFI alud¨ªa a los dur¨ªsimos enfrentamientos el 25 de marzo en Sainte-Soline, municipio del oeste de Francia donde se proyecta una megapiscina para el riego agr¨ªcola. Se aplica tambi¨¦n a las acusaciones de violencia policial. Hasta la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, ha avisado: ¡°Los actos de violencia espor¨¢dica por parte de algunos manifestantes y otros actos reprobables cometidos por otras personas en el curso de una manifestaci¨®n no justifican el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes del Estado¡±.
El soci¨®logo Sebastien Roch¨¦, autor de De la police en d¨¦mocratie (Polic¨ªa en democracia) y estudioso del mantenimiento del orden, se?ala un momento clave en esta reforma de las pensiones: el 16 de marzo, cuando Macron orden¨® activar el art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n, que permite aprobar una ley sin voto. Este d¨ªa comenzaron las protestas espont¨¢neas con incendios de mobiliario urbano y basuras sin recoger.
¡°En este momento, el presidente de la Rep¨²blica y el ministro del Interior deb¨ªan decidir c¨®mo responder, y eligieron una respuesta dura¡±, se?ala Rocher. ?Qu¨¦ ocurri¨®? ¡°Cuando Macron esquiva al Parlamento y env¨ªa a la polic¨ªa a las calles en contra de los descontentos, todav¨ªa sale m¨¢s gente a la calle¡±. Roch¨¦ subraya que ¡°el Gobierno debe hacer algo ante los des¨®rdenes¡±, pero a?ade: ¡°El problema consiste en la elecci¨®n de una estrategia policial agresiva¡±.
Desde hace dos semanas, las protestas ya no son solo protestas contra la reforma, sino contra la manera como se hab¨ªa adoptado. Fue una ¡°denegaci¨®n de democracia¡±, seg¨²n la oposici¨®n, aunque el Gobierno sigui¨® perfectamente los procedimientos constitucionales e incluso se jug¨® su continuidad con dos mociones de censura, que fracasaron. Ahora las protestas tambi¨¦n apuntan a la polic¨ªa. Al mismo tiempo, ante la violencia en las protestas, el Gobierno intenta redefinir los t¨¦rminos de la discusi¨®n: ya no reforma s¨ª o no, sino orden o caos.
¡°En Francia no se sabe hacer las cosas sin drama, de manera apaciguada y serena¡±, comenta la polit¨®loga Morin. ¡°Sistem¨¢ticamente, hay que llegar a una situaci¨®n de bloqueo y de violencia para que se empiece a contemplar algo que antes no era posible contemplar¡±. Y concluye: ¡°Es bastante brutal¡±.
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