Italia decreta el estado de emergencia migratorio durante seis meses
El Ejecutivo de Giorgia Meloni habilita una partida inicial de cinco millones de euros para agilizar los procesos de identificaci¨®n y expulsi¨®n de migrantes
El Gobierno italiano ha declarado en el Consejo de Ministros celebrado el martes por la tarde el estado de emergencia en el pa¨ªs para afrontar la cuesti¨®n migratoria. Las consecuencias de la medida, con un solo precedente en esta materia, a¨²n no est¨¢n claras porque el Ejecutivo no ha explicado su alcance ni ha detallado sus planes. El anuncio tiene un claro componente de advertencia a Bruselas y al resto de socios comunitarios ante una cuesti¨®n que Italia considera que no est¨¢ siendo afrontada de manera conjunta. Es tambi¨¦n evidente que la decisi¨®n abre una brecha legal para derogar normas del ordenamiento vigente y tomar decisiones que hasta ahora, por distintos motivos, el Gobierno ultraderechista que preside la l¨ªder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, no hab¨ªa puesto sobre la mesa. Especialmente en relaci¨®n con la expulsi¨®n de migrantes que se encuentren en situaci¨®n irregular.
El estado de emergencia se ha declarado en Italia 128 veces en los ¨²ltimos 20 a?os. Normalmente, se utiliza para cat¨¢strofes naturales como terremotos o inundaciones. Solo en 2011, el entonces primer ministro, Silvio Berlusconi, opt¨® por este recurso para una cuesti¨®n de este tipo, pero subrayando su car¨¢cter ¡°humanitario¡± y con la idea de fondo de redistribuir a los migrantes por todo el pa¨ªs para aliviar la presi¨®n que sufr¨ªan algunas regiones a causa del aumento de las llegadas por mar. La ¨²ltima vez que se emple¨® esta figura legal, que permite tomar decisiones de car¨¢cter excepcional sin consultar al Parlamento, fue durante la pandemia. La medida ya fue entonces muy discutida cuando avanzaban los meses y el Ejecutivo segu¨ªa imponiendo restricciones que en algunos casos fueron contestadas por parte de la ciudadan¨ªa. Ahora parece m¨¢s complicado de justificar que el Ejecutivo de Meloni ¡ªella misma estuvo entre quienes contestaron y atacaron la prolongaci¨®n del estado de emergencia entonces¡ª recurra a una figura de este tipo para afrontar un problema para el que te¨®ricamente tiene las herramientas necesarias.
El problema es que el Gobierno lleg¨® al Palacio Chigi prometiendo afrontar con convicci¨®n y dureza el fen¨®meno migratorio. Los reproches a los anteriores Ejecutivos sobre c¨®mo hab¨ªan tratado la cuesti¨®n fueron uno de los principales caballos de batalla de la campa?a del pasado septiembre. Pero desde entonces, y pese a las promesas electorales, los flujos migratorios se han triplicado. La foto para el electorado de Meloni no es buena: en los ¨²ltimos tres d¨ªas han desembarcado en las costas italianas m¨¢s de 3.000 personas, seg¨²n los medios italianos; las negociaciones con la Uni¨®n Europea, adem¨¢s, tampoco han dado el resultado esperado. Y la desastrosa gesti¨®n de cat¨¢strofes como el naufragio en las costas de Calabria el pasado febrero (con 91 v¨ªctimas) no han transmitido una sensaci¨®n de fiabilidad del Ejecutivo.
El Gobierno declara ahora el estado de emergencia sobre todo el territorio nacional, a propuesta del ministro para la Protecci¨®n Civil y las Pol¨ªticas del Mar, Nello Musumeci. En teor¨ªa, se?ala el promotor de la medida, se busca hacer frente al aumento de llegadas por mar a trav¨¦s de la ruta del Mediterr¨¢neo. El estado de emergencia contar¨¢ con una primera partida de cinco millones de euros y durar¨¢ seis meses. Un tiempo en el que el Gobierno cree que podr¨¢ dominar una situaci¨®n que, en t¨¦rminos num¨¦ricos, ha dejado de controlar hace bastante tiempo. Las llegadas a Italia, de hecho, ascendieron a 28.285 desde el inicio de 2023, casi cuatro veces m¨¢s que las 6.938 en el mismo periodo de 2022. La mayor parte se ha producido en el mes de marzo (13.216), y a los 3.002 migrantes llegados en los ¨²ltimos tres d¨ªas, cabe sumar el r¨¦cord de 1.389 el pasado viernes. Todos estos datos permiten pensar, opina el Gobierno de Meloni, en una tendencia disparada para las pr¨®ximas semanas a la que no se puede hacer frente sin medidas extraordinarias.
El estado de emergencia, seg¨²n el ordenamiento legal italiano, puede declararse solo para afrontar con medios y poderes extraordinarios una calamidad: de las crisis humanas a los desastres naturales. Un acto administrativo, en suma, regulado por el art¨ªculo 24 del c¨®digo de la Protecci¨®n Civil que debe deliberarse en el Consejo de Ministros bajo propuesta del primer ministro, tal y como ha sucedido ahora. Con su declaraci¨®n, puede nombrarse tambi¨¦n a un comisario que deber¨¢ cumplir con los objetivos de la medida: superar la emergencia, reducci¨®n de los riesgos generados por los residuos derivados de la cat¨¢strofe, restablecimiento de los servicios esenciales y asistencia a la poblaci¨®n que haya sufrido las consecuencias de la emergencia en cuesti¨®n. Elementos, todos ellos, algo alejados del momento actual.
El responsable de inmigraci¨®n de la asociaci¨®n de promoci¨®n social Arci, Filippo Miraglia, lo ha resumido de esta manera: ¡°El Gobierno ha declarado el estado de emergencia a causa del n¨²mero de llegadas a nuestras costas y fronteras terrestres. Pero ni los n¨²meros ni las condiciones objetivas sugieren que haya una emergencia, ya que se declara por la llegada de 30.000 migrantes, cuando en 2015 acogimos a 200.000 y nadie pens¨® en declararlo¡±.
El estado de emergencia, ha subrayado el Ejecutivo, permitir¨¢ en este caso realizar procesos y acciones m¨¢s ¨¢giles y ofrecer a los migrantes soluciones de acogida en tiempos breves con los est¨¢ndares exigidos. Adem¨¢s, filtra el Ejecutivo, se implicar¨¢ a Protecci¨®n Civil y a la Cruz Roja italiana. Meloni solo dio una breve explicaci¨®n: ¡°Lo hemos decidido para dar respuestas m¨¢s eficaces y r¨¢pidas a la gesti¨®n de los flujos¡±. Por el lado restrictivo, tambi¨¦n se podr¨¢n reforzar las estructuras y los sistemas para expulsar a migrantes que no tengan derecho a asilo, potenciando la identificaci¨®n y el retorno r¨¢pido.
La mayor parte de los migrantes que piden asilo en Italia proceden de Costa de Marfil, Guinea, Pakist¨¢n y T¨²nez. Y casi siempre procedentes de los mismos puertos de salida. ¡°El problema de Italia es que los pa¨ªses que alimentan el tr¨¢fico hacia sus costas son algo parecido a estados fallidos. Libia y T¨²nez no tienen gobierno con los que negociar y los italianos se preparan para futuras oleadas¡±, aseguran fuentes diplom¨¢ticas europeas. ¡°No es la primera vez que gobiernos bajo presi¨®n recurren a estas medidas. Sucedi¨® con Grecia, en relaci¨®n con el ataque h¨ªbrido de Turqu¨ªa, y con Lituania y Polonia¡± en relaci¨®n con las tensiones previas a la invasi¨®n de Rusia en Ucrania, insisten las mismas fuentes.
La medida, explic¨® Musumeci, ¡°permite derogar algunas normas del ordenamiento vigente¡± y ¡°ser¨¢ nacional¡± porque hay que ¡°ayudar a las regiones donde existe el riesgo de que el sistema colapse si contin¨²a este ritmo de llegadas¡±. La iniciativa es una clara llamada de atenci¨®n a Bruselas para que llegue a acuerdos con los pa¨ªses miembros para tomar decisiones conjuntas en esta materia. De hecho, Musumeci insisti¨® en que lo importante es que ¡°Europa se d¨¦ cuenta de que no hay mucho tiempo¡±. Las cifras, en eso, le dan la raz¨®n. Desde 2013 han muerto unos 26.000 migrantes (seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones) en el Mediterr¨¢neo.
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