Berger, el sindicalista m¨¢s popular de Francia, cede el mando tras el pulso por las pensiones
La CFDT y la CGT, los principales sindicatos franceses, tendr¨¢n ahora mujeres al frente. Macron, recibido con abucheos en su primer desplazamiento en Francia tras promulgar la ley
Laurent Berger, el sindicalista m¨¢s popular de Francia, cede el mando. Su marcha de la secretar¨ªa general de la moderada CFDT, anunciada este mi¨¦rcoles en una entrevista en Le Monde, coincide con la adopci¨®n definitiva de la ley que aumentar¨¢ de los 62 a los 64 a?os la edad de jubilaci¨®n en Francia y que habr¨¢ sido su ¨²ltimo caballo de batalla.
La c¨®lera en la calle por la reforma no se ha apagado, como pudo comprobar Emmanuel Macron en un desplazamiento a Alsacia, donde fue recibido con abucheos y caceroladas. ¡°No son las cacerolas las que har¨¢n avanzar a Francia¡±, dijo el presidente.
Berger, en el cargo desde 2012, explic¨® a Le Monde que ya hab¨ªa previsto apartarse antes del final de su mandato de cuatro a?os y que ahora era el momento. Asegur¨® que se marchaba sin ninguna intenci¨®n de saltar a la pol¨ªtica.
En una entrevista reciente con EL PA?S, Berger adelant¨®: ¡°Cuando lo deje, seguir¨¦ siendo un militante, pero no me meter¨¦ en pol¨ªtica. Mi motor es lo colectivo¡±. Pero a?adi¨®: ¡°Si lleg¨¢semos a una situaci¨®n de completa locura democr¨¢tica y en un momento dado fuese necesario participar en una reflexi¨®n, evidentemente que ah¨ª estar¨ªa. No me ir¨¦ a vivir a una isla desierta cuando termine mi mandato¡±.
Con ¨¦l al frente, la CFDT ha superado a la CGT como primer sindicato de Francia y ha liderado el mayor movimiento social en d¨¦cadas. Un sondeo realizado a finales de marzo por el instituto Odoxa se?ala a Berger como el principal ganador del conflicto por las pensiones: un 58% de franceses tienen una opini¨®n favorable sobre ¨¦l, 20 puntos m¨¢s que dos meses antes.
Una etapa se cierra en el sindicalismo franc¨¦s. Hace dos semanas, abandon¨® el cargo el hom¨®logo de Berger en el sindicato CGT, Philippe Martinez. Le sustituy¨® Sophie Binet. El lugar de Berger lo ocupar¨¢, a partir del 21 de junio, su actual n¨²mero dos, Marylise L¨¦on. Por primera vez, los dos mayores sindicatos franceses estar¨¢n dirigidos por mujeres.
Berger ha representado una voz de moderaci¨®n y consenso en una izquierda hoy dominada por el sector m¨¢s radical de La Francia Insumisa de Jean-Luc M¨¦lenchon. Hasta el punto de que su nombre no ha dejado de sonar como un posible l¨ªder de la socialdemocracia, hoy hu¨¦rfana de votantes y dirigentes.
Berger ha alertado de que Francia vive una ¡°crisis democr¨¢tica¡± tras la adopci¨®n de la reforma, por decreto y en contra de la voluntad de la mayor¨ªa de los franceses. El l¨ªder saliente de la CFDT teme que la actual crisis allane el camino para la victoria de Marine Le Pen, l¨ªder de la extrema derecha, en las elecciones presidenciales de 2027.
¡°Creo que el cohete [Le Pen] ha despegado, pero ahora hay que evitar que se ponga en ¨®rbita¡±, dijo Berger en la citada entrevista. ¡°Esto significa que hay que despertar colectivamente¡±.
Berger ha sido estos a?os un sindicalista proclive a la negociaci¨®n. Durante la presidencia del socialista Fran?ois Hollande, consensu¨® con el Gobierno sucesivas reformas a las que la m¨¢s intransigente CGT se opon¨ªa. Tambi¨¦n apoy¨® la anterior reforma de las pensiones de Macron, en 2019, reforma que qued¨® archivada al inicio de la pandemia en 2020.
La nueva reforma, presentada en enero, traspasaba una l¨ªnea roja para la CFDT: el aumento de la edad de jubilaci¨®n. La ruptura entre Berger y Macron dej¨® al presidente sin un aliado clave. Y propici¨®, por primera vez en 13 a?os, la unidad sindical con la CGT y otros seis sindicatos.
Sin la ins¨®lita unidad sindical, dif¨ªcilmente el movimiento social se habr¨ªa prolongado durante cuatro meses y las manifestaciones, 12 hasta la fecha, no habr¨ªam sido tan masivas, con m¨¢s de un mill¨®n de participantes en toda Francia en muchas ocasiones. Es un ¨¦xito de Berger, Mart¨ªnez y el resto de sindicatos.
Los sindicatos, debilitados en las ¨²ltimas d¨¦cadas y con una de las tasas de militancia m¨¢s bajas de los pa¨ªses desarrollados, han salido reforzados de esta crisis. Pero han fracasado en lo esencial: no han convencido a Macron para que renunciase a la reforma, o al menos, la dejase en suspenso. En oto?o entrar¨¢ en vigor.
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