Omar Alshogre, opositor sirio: ¡°Bajo tortura me forzaron a decir que hab¨ªa matado a polic¨ªas... Ten¨ªa 15 a?os¡±
El activista por los derechos humanos, afincado en Estados Unidos y Suecia, sobrevivi¨® a las prisiones de El Asad y hoy urge a no olvidar los cr¨ªmenes del r¨¦gimen en Siria
¡°He perdido a mi padre, a mis hermanos, y pas¨¦ tres a?os en estas celdas, pero aun as¨ª, vale la pena hacer esta revoluci¨®n: tenemos a unos monstruos en el poder¡±, dice Omar Alshogre (Baniyas, Siria, 27 a?os). Lo cuenta en Sciences Po, el instituto de ciencias pol¨ªticas de Par¨ªs, mientras nos muestra en una de sus salas la exposici¨®n de fotograf¨ªas de C¨¦sar, pseud¨®nimo del antiguo fot¨®grafo de la polic¨ªa militar siria que en 2013 sali¨® de su pa¨ªs con 55.000 im¨¢genes que documentan los cr¨ªmenes contra la humanidad del r¨¦gimen de Bachar el Asad. Alshogre sabe de lo que habla: ¨¦l fue detenido durante las protestas al inicio de la llamada primavera ¨¢rabe contra El Asad y estuvo en aquellas prisiones entre 2011 y 2015, siendo un adolescente. Sobrevivi¨®. Ahora vive a medio camino entre Estados Unidos y Suecia y est¨¢ al cargo de los asuntos sobre detenidos en la organizaci¨®n Syrian Emergency Task Force. ¡°Cuando te detienen y te llevan a prisi¨®n, te interrogan y te hacen preguntas imposibles de responder¡±, arranca la conversaci¨®n. ¡°Por ejemplo, ?cu¨¢ntos polic¨ªas ha matado usted en su vida, Marc?¡±.
Pregunta. ?Yo? Ninguno.
Respuesta. Y eso mismo es lo que yo respond¨ª. No solo porque no mat¨¦ a ninguno, sino porque no muri¨® ninguno. Pero bajo tortura me forzaron a decir que hab¨ªa matado a polic¨ªas, para designarme como criminal y terrorista. Yo ten¨ªa 15 a?os. Y mientras te est¨¢n torturando, oyes a otros prisioneros que suplican que les maten por el dolor que est¨¢n sufriendo.
P. Usted era muy joven.
R. Yo estaba en la prisi¨®n 215, en Damasco. Mi encargo era trasladar los cad¨¢veres de los prisioneros muertos a la habitaci¨®n donde certificaban su muerte. Est¨¢s bajo shock. No entiendes qu¨¦ ocurre. ?C¨®mo es posible que un guardia que parece ser un padre te trate as¨ª? Pero, al ser tan joven, es m¨¢s probable que te adaptes a la situaci¨®n. Hay una rutina.
P. ?Qu¨¦ rutina?
R. Te levantabas a las cuatro de la ma?ana. Despu¨¦s te obligaban a retirar los cad¨¢veres. Entonces te daban de comer, una vez al d¨ªa. Ibas al ba?o. Despu¨¦s te torturaban. Y ten¨ªas 14 horas m¨¢s en la celda con otros prisioneros. No eran criminales, eran buenas personas. A la derecha puedes tener un m¨¦dico que te ayuda a curar las heridas. A la izquierda, un psic¨®logo que te ayuda tambi¨¦n. Enfrente, un abogado y un profesor. Si pasas tres d¨ªas en prisi¨®n, no te preocupas por aprender nada. Si pasas a?os en prisi¨®n, debes adaptarte, debes aprender.
P. ?C¨®mo sobrevivi¨®?
R. Ten¨ªa tuberculosis, llegu¨¦ a pesar 34 kilos. Mi madre soborn¨® con mucho dinero a los guardias y jueces para salir de prisi¨®n. Me llevaron a Turqu¨ªa y de ah¨ª pas¨¦ a Grecia en barco y hasta Suecia, donde obtuve un tratamiento m¨¦dico.
P. ?Qu¨¦ edad ten¨ªa cuando sali¨®?
R. Me hab¨ªan arrestado por primera vez a los 15, poco despu¨¦s me soltaron y me volvieron a arrestar a los 17 y sal¨ª a los 20.
P. ?C¨®mo le cambiaron esos a?os?
R. En vez de vivir la experiencia normal de un estudiante de instituto, tuve que hacerme adulto pronto. Aprend¨ª a sobrevivir. Tuve que luchar por una causa que era demasiado joven para entender. Dicho esto, la prisi¨®n me hizo lo que soy hoy. Me dio la fuerza para luchar contra la dictadura y la injusticia.
P. ?No teme que se est¨¦ olvidando a Siria y las torturas? Algunos inclusos piensan que El Asad es un mal menor: ha ganado la guerra, el Estado Isl¨¢mico o ISIS ha perdido, y debemos adaptarnos.
R. La idea de que el r¨¦gimen sirio luch¨® contra el ISIS es falso, porque el ISIS apareci¨® en 2014 y el r¨¦gimen mat¨® a gente desde 2011 y hasta ahora.
P. ?Se sienten olvidados?
R. El mundo se vuelve insensible a las malas noticias: esto ocurre desde hace 12 a?os, pero se permite que contin¨²e ocurriendo. No deber¨ªamos acostumbrarnos. Detr¨¢s de estas fotos y de estos cad¨¢veres hay emociones, sentimientos, familias. El dolor no afecta solo a las personas encarceladas, sino tambi¨¦n a sus familias y amigos. Y el r¨¦gimen sirio ha encarcelado y torturado a m¨¢s de 1,5 millones de personas en estos a?os y ahora, en estos momentos, hay m¨¢s de 100.000 personas en estas prisiones. Es decir, no hay familia en Siria que no tenga a alguien encarcelado o torturado. Es un r¨¦gimen que ha matado a m¨¢s de medio mill¨®n de personas, desplazado a 14 millones y sigue torturando. Este r¨¦gimen no deber¨ªa seguir en el poder, El Asad debe caer: es el peor criminal de guerra que hemos tenido. ?Cometi¨® el ISIS cr¨ªmenes peores que El Asad? No. No mat¨® a tanta gente. Ambos son terribles, pero el r¨¦gimen sirio es la raz¨®n por la que tuvimos al ISIS en Siria.
P. ?Qu¨¦ debe hacer Occidente?
R. ?Ayudar a la oposici¨®n! ?Sabe que hace hoy Occidente? Esperar que la oposici¨®n sola lo cambie todo, pero no podemos sin apoyo. El r¨¦gimen ha sobrevivido porque tiene aliados: sin Ir¨¢n, Rusia y China caer¨ªa en dos semanas.
P. El r¨¦gimen y muchas personas fuera creen que El Asad ya ha ganado la guerra.
R. No es as¨ª: no controlan todo el pa¨ªs, m¨¢s de siete millones de personas est¨¢n fuera de su control. Pero intenta vender el relato de que ha ganado la guerra para forzar al mundo a aceptarlo.
P. Y ahora El Asad participar¨¢ en la cumbre de la Liga ?rabe.
R. Lo m¨¢s decepcionante es que la poblaci¨®n ¨¢rabe no salga a la calle para protestar por el retorno de un dictador que mat¨® no solo a sirios, sino a iraqu¨ªes, palestinos, jordanos, egipcios... Estos dirigentes desprecian las violaciones de los derechos humanos. Acoger de nuevo a El Asad no mejorar¨¢ las cosas: no puede negociarse una soluci¨®n pol¨ªtica con un Gobierno que sigue usando la violencia y matando. Este r¨¦gimen se aprovecha de la debilidad de la comunidad internacional y de la falta de presi¨®n por parte de gobiernos como el de Estados Unidos sobre los pa¨ªses que normalizan las relaciones con El Asad.
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