Miles de personas marchan en Montevideo por los desaparecidos en la dictadura
Desde la recuperaci¨®n democr¨¢tica en 1985, las madres y familiares han denunciado el silencio y la negaci¨®n de los mandos militares en torno a la cuesti¨®n
Miles de uruguayos marcharon este s¨¢bado por la avenida principal de Montevideo para pedir verdad y justicia por los detenidos desaparecidos durante la ¨²ltima dictadura (1973-1985). Como cada a?o desde 1996, la Marcha del Silencio fue convocada por madres y familiares de las v¨ªctimas y estuvo encabezada por la pregunta que reiteran desde hace medio siglo: ?D¨®nde est¨¢n? Una multitud silenciosa de ni?os, j¨®venes, adultos y mayores camin¨® bajo un cielo encapotado con las im¨¢genes de los 197 desaparecidos. ¡°Nunca m¨¢s terrorismo de Estado¡±, fue la consigna que atraves¨® la jornada, cuando falta un mes para que se cumplan 50 a?os del golpe c¨ªvico militar.
¡°La Marcha del Silencio es lo m¨¢s gratificante que ha existido y que sigue existiendo; ha permitido que pudi¨¦ramos sostener una lucha que solo crece¡±, dice Elena Zaffaroni, viuda de Luis Eduardo Gonz¨¢lez, detenido desaparecido en 1974. Ese a?o, Zaffaroni y Gonz¨¢lez fueron llevados al Regimiento de Caballer¨ªa n¨²mero 6, donde ella ¨Dcon 24 a?os y embarazada de cuatro meses¨D fue obligada a presenciar las torturas que le inflig¨ªan a su marido, de 22 a?os. Gonz¨¢lez, estudiante de medicina, militante gremial y del Partido Comunista Revolucionario, muri¨® a causa de las torturas, seg¨²n el informe de la Comisi¨®n para la Paz de 2003. Su cuerpo a¨²n permanece desaparecido.
Desde la recuperaci¨®n democr¨¢tica en 1985, las madres y familiares han denunciado el silencio y la negaci¨®n de los mandos militares en torno a los desaparecidos. En ese contexto, buscaron informaci¨®n dentro y fuera del pa¨ªs, sin ser recibidos por los expresidentes Julio Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) y Luis Lacalle Herrera (1990-1995). Reci¨¦n en el a?o 2000, subraya Zaffaroni, el entonces presidente Jorge Batlle (Partido Colorado) reconoci¨® el problema y marc¨® un hito con la instauraci¨®n de la Comisi¨®n para la Paz. En 2005, bajo el primer Gobierno del Frente Amplio (centroizquierda), comenz¨® la b¨²squeda de los desaparecidos en territorio uruguayo. Desde entonces han sido aclarados seis casos.
¡°Los perpetradores directos no hablan. Hay un pacto de silencio y lo han respetado a fondo¡±, explica Wilder Tayler, encargado de la b¨²squeda de desaparecidos en la Instituci¨®n Nacional de Derechos Humanos. Cuando las hubo, la mayor¨ªa de las versiones sobre el destino de los cuerpos han sido contradictorias y desmentidas por la v¨ªa de los hechos, se?ala. Tayler considera necesario un llamamiento p¨²blico desde la c¨²spide del Estado para que se entregue toda la informaci¨®n. ¡°Ser¨ªa muy importante un gesto p¨²blico desde las m¨¢s altas jerarqu¨ªas porque le dar¨ªa confianza a aquellos que tienen algo para decir¡±, a?ade.
Ese gesto institucional, contin¨²a Tayler, estar¨ªa en sinton¨ªa con el consenso social que existe en torno a los desaparecidos y que tiene su ¡°expresi¨®n m¨¢s viva¡± en esta marcha, con la presencia masiva de las nuevas generaciones. ¡°Es un fen¨®meno mayormente de gente joven¡±, destaca. En esa participaci¨®n de los j¨®venes est¨¢ vivo el reclamo por los desaparecidos, acota Zaffaroni, pero tambi¨¦n el ¡°nunca m¨¢s¡± terrorismo de Estado. En Uruguay hubo 6.000 presos pol¨ªticos procesados por la justicia militar, recuerda, de los cuales la gran mayor¨ªa fue torturada. Adem¨¢s, el aparato represor del Estado uruguayo coordin¨® sus acciones con las dictaduras de la regi¨®n en el marco del Plan C¨®ndor. De hecho, la mayor parte de los casos de uruguayos detenidos desaparecidos ocurri¨® en Argentina.
¡°La sociedad uruguaya no tolera este tipo de cosas. No puede ser que en Uruguay haya familias que no sepan qu¨¦ pas¨® con sus hijos, sus t¨ªos, sus hermanos, sus primos, sus padres¡±, dice Santiago Guti¨¦rrez, de 28 a?os, presente en la marcha. Guti¨¦rrez es nieto de H¨¦ctor Guti¨¦rrez Ruiz, pol¨ªtico uruguayo asesinado en Buenos Aires en 1976. El 20 de mayo es especial para Santiago, porque ese d¨ªa del a?o 76 el cuerpo de su abuelo fue hallado junto a los cad¨¢veres de los uruguayos Zelmar Michellini, Rosario Barredo y William Whitelaw. En homenaje a su memoria, los uruguayos empezaron a marchar en silencio el 20 de mayo de 1996.
¡°El hecho de mantener viva la llama es la ¨²nica forma de que podamos construir una memoria fiel a los hechos y que eso nos pueda permitir aprender y que no vuelva a pasar nunca m¨¢s¡±, remarca Guti¨¦rrez. Como su abuelo, el joven forma parte del Partido Nacional (hoy en el Gobierno), aunque asegura que esta movilizaci¨®n ciudadana est¨¢ por encima de los colores partidarios. La militancia de las nuevas generaciones es mayor en causas significativas como esta, opina, que dentro de los partidos pol¨ªticos. ¡°Creo que los j¨®venes hemos ido cambiando nuestra manera de expresarnos pol¨ªticamente¡±, agrega.
Guti¨¦rrez considera que el actual Gobierno (formado por una coalici¨®n centroderecha) ha continuado con las investigaciones sobre los detenidos desaparecidos y cree probable que m¨¢s responsables de delitos cometidos durante la dictadura terminen en la c¨¢rcel, junto a los 24 represores, sobre todo militares y polic¨ªas, que actualmente est¨¢n en prisi¨®n. No obstante, reconoce: ¡°Por supuesto que a m¨ª me encantar¨ªa que el presidente (Luis Lacalle Pou) se manifestara p¨²blica y abiertamente sobre la causa, y que el Partido Nacional que integro fuera mucho m¨¢s enf¨¢tico, por su historia de resistencia y sacrificio democr¨¢tico¡±.
Elena Zaffaroni se muestra bastante m¨¢s esc¨¦ptica con respecto a lo que pueda ocurrir durante este Gobierno y la posibilidad de que los militares rompan el silencio. Basa su pron¨®stico en lo ocurrido en el pasado, pero tambi¨¦n en la actuaci¨®n de Cabildo Abierto, el socio de la coalici¨®n gobernante que ha cuestionado p¨²blicamente a la Justicia por el procesamiento de militares y polic¨ªas. En ese sentido, advierte de los proyectos de ley revisionistas impulsados por ese partido y la repetici¨®n de discursos que buscan equiparar la violencia de Estado con la ejercida por la guerrilla de izquierda.
¡°Ojal¨¢ logr¨¢ramos de este Gobierno la voluntad pol¨ªtica de encontrar a los desaparecidos y devolvernos la verdad de lo que pas¨®. Como siempre han dicho las madres: queremos toda la verdad, la podemos soportar. Queremos saber lo que hicieron, qui¨¦nes, c¨®mo y por qu¨¦ lo hicieron¡±, concluye Zaffaroni.
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