El horror de las c¨¢rceles rusas en Crimea: ¡°Nos convirtieron en animales acorralados¡±
Una investigaci¨®n del medio independiente ruso en el exilio ¡®Meduza¡¯ revela el trato inhumano al que las fuerzas especiales de Mosc¨² someten a prisioneros ucranios en colonias penales de la pen¨ªnsula ocupada. Entre los torturados hay un espa?ol
En mitad de la noche, a finales de marzo de 2022, los guardias del Centro de Detenci¨®n Preventiva n¨²mero 1 de Simfer¨®pol, en la Ucrania ocupada por Rusia, despiertan a Alex¨¢nder Tar¨¢sov y a Sergu¨¦i Tsigipa, dos activistas acusados de organizar protestas contra la invasi¨®n de Ucrania en la regi¨®n de Jers¨®n. ¡°?Alguien habla espa?ol?¡±, les preguntan. Ninguno de los dos conoce la lengua, pero Tsigipa s¨ª sabe algo de portugu¨¦s. Le piden que les ayude a calmar a un preso reci¨¦n tra¨ªdo de Jers¨®n. Es Mariano Garc¨ªa Calatayud, un jubilado de 75 a?os de Carlet (Valencia) que reside en Ucrania desde 2014. Seg¨²n sus compa?eros de cautiverio, el espa?ol estaba en shock. No entend¨ªa los gritos de los carceleros. ¡°Parec¨ªa un animal acosado¡±, dicen. Y relatan la pesadilla de torturas a las que supuestamente fue sometido. Recibi¨® descargas el¨¦ctricas porque no comprend¨ªa las ¨®rdenes que le daban hasta que aprendi¨® a cumplir las m¨¢s b¨¢sicas. Los carceleros le confiscaron la medicaci¨®n para la dolencia cardiaca que sufre, seg¨²n el abogado que lo defiende. ¡°Le he dado un par de bofetadas al espa?ol, le he ense?ado el idioma ruso¡±, dijo una vez uno de sus custodios, seg¨²n los activistas ucranios. El Ministerio de Exteriores espa?ol asegura que est¨¢ en contacto con su familia.
Garc¨ªa Calatayud es uno m¨¢s de los miles de civiles ucranios y de otras nacionalidades que fueron detenidos por las fuerzas especiales de Mosc¨² desde el comienzo de la invasi¨®n rusa de Ucrania. Voluntarios, periodistas, exmilitares y funcionarios fueron sacados de los territorios ocupados y muchos de ellos permanecen apartados en colonias penales y centros de detenci¨®n preventiva rusos. No tienen el estatus de prisioneros de guerra; no se permite la entrada de sus abogados ni de sus allegados y, en la mayor¨ªa de los casos, es imposible contactar con ellos. Incluso los que lograron salir de prisi¨®n no saben a veces por qu¨¦ fueron detenidos ni por qu¨¦ los soltaron. Solo en los centros de detenci¨®n de Simfer¨®pol, en Crimea ¡ªanexionada por Rusia¡ª, hay m¨¢s de 100 civiles retenidos que reciben malos tratos sistem¨¢ticos. Palizas, descargas el¨¦ctricas, estrangulamientos o acoso con perros son algunos de los tormentos infligidos, seg¨²n una investigaci¨®n del medio independiente ruso Meduza, con sede en Letonia, basada en los testimonios de algunos de los prisioneros liberados.
Calatayud, que no habla ruso ni ucranio, celebr¨® su 75 cumplea?os en el Centro de Detenci¨®n Preventiva n¨²mero 2 de Simfer¨®pol. ¡°Llamaba constantemente al m¨¦dico en espa?ol¡±, rememora el recluso Tar¨¢sov, que estaba en la celda de al lado. ¡°A veces el m¨¦dico solo ven¨ªa despu¨¦s de una semana¡±, agrega. A lo largo de su cautiverio, aprendi¨® algunas palabras rusas, pero daba las gracias en espa?ol por las duchas ocasionales. ¡°?Perfecto, se?or comandante!¡±, dec¨ªa tras poder asearse a los guardias. A sus interrogatorios no asisti¨® ning¨²n int¨¦rprete. Ni en el centro de detenci¨®n en el que estaba recluido, ni el departamento local del FSB, el servicio secreto ruso, donde a veces los llevaban para tomarles declaraci¨®n. ¡°Cuando nos llevaron al edificio, un oficial del FSB dijo en la puerta: ¡®?Mario [como se conoce en Ucrania a Mariano] es un fascista!¡¯. ¡°En el centro de detenci¨®n le golpearon¡±, recuerda su compa?ero de reclusi¨®n, Yevgueni Yamkov¨®i. ¡°Vi cicatrices de una m¨¢quina en ¨¦l y una vez un perro le enganch¨® una pierna. Cuando brot¨® la sangre le golpe¨® la cabeza con el pu?o¡±, a?ade.
Tatiana Marina, de 39 a?os, reside en Jers¨®n y es la esposa de Garc¨ªa Calatayud. Relata que, antes de su detenci¨®n, su marido se mostr¨® muy combativo con las fuerzas de seguridad rusas. ¡°Incluso en el centro de detenci¨®n temporal de Jers¨®n, cuando acababa de ser arrestado por las manifestaciones, no paraba de gritar ¡®?gloria a Ucrania!¡±, explica. ¡°Los guardias de Mario se quedaron at¨®nitos¡±. La esposa del preso espa?ol cuenta que este se mud¨® a Ucrania en 2014 para entregar ayuda humanitaria a los orfanatos cercanos a la l¨ªnea del frente en Donb¨¢s. ¡°No pod¨ªa con esa injusticia. Hab¨ªa trabajado en el Ayuntamiento de Valencia, pero ya se hab¨ªa jubilado y quiso venir para ayudar a arreglar la situaci¨®n¡±. Ahora se pregunta c¨®mo sobrevive en un lugar as¨ª. ¡°Es un gran amante de la libertad, ?c¨®mo puede estar en una jaula el que ama respirar hondo?¡±, se pregunta.
Garc¨ªa Calatayud no es el ¨²nico extranjero que ha sido recluido en centro de detenci¨®n preventiva de Simfer¨®pol. A principios de noviembre de 2022, el ciudadano franc¨¦s Andreas Blazejak parti¨® de una ciudad cercana a Jers¨®n, rumbo a Crimea con la intenci¨®n de reunirse con su esposa ucrania en Alemania, donde hab¨ªa huido tras la invasi¨®n. Pero en un punto de control en la ciudad de Armiansk, ya en la pen¨ªnsula anexionada por Rusia, fue detenido por oficiales del FSB, cuenta a Meduza el abogado Anatoli F¨²rsov. Pas¨® 68 d¨ªas en la instalaci¨®n rusa. El bielorruso Ales Malyarchuk, que migr¨® a Ucrania a trabajar, tambi¨¦n pas¨® varios meses retenido por los carceleros rusos en Simfer¨®pol. Le llevaron a la colonia penal con una bolsa en la cabeza. ¡°Me dijeron que era un esp¨ªa y que ten¨ªa que firmar una confesi¨®n¡ Me negu¨¦. Luego comenzaron a golpearme severamente y a darme descargas el¨¦ctricas¡±, cuenta en una videoconferencia. ¡°Me rompieron los dientes¡±.
El D¨ªa de la Victoria
Ma?ana del 9 de mayo de 2022. D¨ªa de la Victoria, fiesta nacional rusa que conmemora la derrota de la Alemania nazi por la URSS. El preso del Centro de Detenci¨®n Preventiva Ruso N.? 1, el activista Alex¨¢nder Tar¨¢sov, escucha tras la puerta de la celda los gritos de los miembros especiales del Servicio Penitenciario Federal ruso: ¡°?En fila! ?Cabeza abajo, salgan! ?Corriendo, he dicho!¡±. Los cinco reclusos bajan la cabeza con un movimiento memorizado y esconden las manos detr¨¢s de la espalda. A partir de ese momento, Tar¨¢sov solo ve el suelo, sus propias piernas y las botas de las fuerzas especiales. Inclin¨¢ndose hacia abajo, en esa postura, sale de la celda y se queda de pie frente a la pared. ¡°?M¨¢s arqueado! ?Piernas m¨¢s separadas, ya te lo he dicho!¡±, vocifera uno de sus carceleros mientras golpea al activista en las pantorrillas hasta que el reo queda pr¨¢cticamente tendido con las piernas separadas.
Apoyando su frente contra la pared y pensando solo en los ligamentos desgarrados, Tar¨¢sov escucha las nuevas preguntas de los miembros de ese cuerpo especial: ¡°?Qu¨¦ festivo es hoy? ?Qu¨¦ festivo es hoy? ?Tu abuelo luch¨®? ?Responde!¡±. Da igual cu¨¢l sea la respuesta, cada uno de los compa?eros de celda recibe una descarga con una pistola el¨¦ctrica: ¡°Vosotros, fascistas, ten¨¦is abuelos revolvi¨¦ndose en sus tumbas¡±. Horas m¨¢s tarde, nuevo control en el calabozo. Los guardias aparecen de nuevo con los Taser. Uno de ellos sujeta un perro que corre hacia los prisioneros hasta que tira de la cadena, recuerda Tar¨¢sov. Los funcionarios sostienen esta vez que su compa?ero de celda es militante del grupo de extrema derecha ucranio Pravy Sektor. ¡°Le golpearon por sorpresa y le exigieron que cantara la canci¨®n sovi¨¦tica del D¨ªa de la Victoria¡±, recuerda Tar¨¢sov. Rodillazo en el est¨®mago. ¡°?Vamos, a cantar!¡±. Tar¨¢sov recuerda c¨®mo comenz¨® el himno con una voz quebradiza y temblorosa; una voz que no parec¨ªa suya. Hasta que se confundi¨® con la letra y le dieron una descarga el¨¦ctrica.
Tras su detenci¨®n, Tar¨¢sov fue torturado. Le colocaron electrodos en los l¨®bulos de las orejas y le soltaron m¨¢s descargas mientras le exig¨ªan los nombres del resto de organizadores de las manifestaciones antirrusas en Jers¨®n. ¡°El oficial del FSB lleg¨® a ponerme una pistola en la sien y me dijo: ¡®Parece ser que me est¨¢s jodiendo¡¯. Y amartill¨® el arma¡±, recuerda. ¡°No estaba claro si presionar¨ªa el gatillo o no¡±. Le exigieron que grabase un mensaje de v¨ªdeo con su confesi¨®n. ¡°Me obligaron a decir que las protestas fueron organizadas por el Servicio de Seguridad de Ucrania con el objetivo de provocar el derramamiento de sangre de los militares rusos y desacreditarles ante la comunidad internacional¡±, contin¨²a. ¡°Me amenazaron con hacerle lo mismo a mi madre y a mi hijo¡±. ¡°Nos convirtieron en animales acorralados¡±, a?ade
Reeducar a los detenidos
Seg¨²n las fuentes de Meduza, la resistencia de los ucranios a la invasi¨®n rusa dej¨® muy sorprendidos a los empleados del centro, por lo que trataron de reeducar a los detenidos. Por ejemplo, les mintieron al asegurar que las tropas del Kremlin hab¨ªan ocupado Odesa y Poltava, ciudades que nunca estuvieron bajo control de Mosc¨². En septiembre de 2022, despu¨¦s del refer¨¦ndum para la adhesi¨®n a Rusia celebrado en Jers¨®n y otros territorios ocupados por las autoridades fieles a Mosc¨², el director de la instalaci¨®n comenz¨® el control matutino diciendo: ¡°?Felicidades! Ahora sois ciudadanos de la Federaci¨®n de Rusia¡±. A algunos de los presos se les ofreci¨® la ciudadan¨ªa, seg¨²n el exprisionero y abogado ruso Alex¨¦i Ladin, que representa los intereses de varios de sus excompa?eros. ¡°Fueron obligados a aprender el himno y el juramento¡±, cuenta el letrado.
En octubre de 2022, todos los detenidos ucranios fueron transferidos del Centro de Detenci¨®n Preventiva n¨²mero 1 al reci¨¦n inaugurado n¨²mero 2, situado en la misma Simfer¨®pol. Tres exprisioneros relataron a Meduza que hab¨ªa tanta prisa con estrenar el nuevo recinto que, cuando se produjo el traslado, no se hab¨ªan completado las obras. Las autoridades rusas pintaron las ventanas para impedir la entrada de luz natural, seg¨²n Tar¨¢sov. La nueva instalaci¨®n ten¨ªa luz artificial las 24 horas del d¨ªa, al tiempo que por megafon¨ªa se escuchaban peri¨®dicamente las normas internas y el himno ruso. Los presos tienen prohibido sentarse o acostarse en sus literas desde las seis de la ma?ana hasta que se apagan las luces. Los abogados tienen prohibido acceder a los internos y solo consiguen algo de informaci¨®n sobre sus clientes por los que logran salir.
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