Blinken viaja a Riad para reparar las relaciones entre EE UU y Arabia Saud¨ª
¡°No dejaremos un vac¨ªo en Oriente Medio para que lo llenen otros¡±, ha asegurado un alto funcionario estadounidense
Pelillos a la mar. Despu¨¦s de una trayectoria de desencuentros durante a?os, y de meses de tensi¨®n diplom¨¢tica entre dos antiguos aliados inseparables, Estados Unidos espera reencauzar su relaci¨®n con Arabia Saud¨ª con el viaje la semana pr¨®xima de su secretario de Estado, Antony Blinken, a Riad. Es la segunda visita de un alto cargo estadounidense al pa¨ªs ¨¢rabe en un mes, tras la completada por el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, el 7 de mayo.
El Departamento de Estado ha confirmado este viernes el desplazamiento en un sucinto comunicado. Blinken, informa, se reunir¨¢ a lo largo de una visita de tres d¨ªas con funcionarios saud¨ªes para abordar ¡°la cooperaci¨®n estrat¨¦gica EE UU-Arabia Saud¨ª en cuestiones regionales y globales, as¨ª como una gama de cuestiones bilaterales, incluida la cooperaci¨®n econ¨®mica y de seguridad¡±. Adem¨¢s participar¨¢ en un foro con representantes del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) y en un encuentro sobre la lucha contra el terrorismo del Estado Isl¨¢mico (ISIS).
Los lazos entre la primera potencia y su tradicional mejor aliado en Oriente Medio arrastran un desgaste de a?os, agravado por el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi, asfixiado y descuartizado en el consulado saud¨ª en Estambul en 2018. Durante d¨¦cadas, la relaci¨®n se bas¨® en un intercambio que conven¨ªa a ambos: Riad proporcionaba a Washington petr¨®leo a buen precio, y Estados Unidos suministraba armamento y protecci¨®n de Defensa a Arabia Saud¨ª. Pero el pa¨ªs norteamericano trata de reducir su dependencia de los combustibles f¨®siles y desarrollar el uso de fuentes de energ¨ªa alternativas; la monarqu¨ªa wahab¨ª percibe que la protecci¨®n militar de su te¨®rico socio est¨¢ en duda.
Cuestiones como la pol¨ªtica hacia Ir¨¢n complican a¨²n m¨¢s los v¨ªnculos: el r¨¦gimen saud¨ª estall¨® en c¨®lera por las negociaciones en 2015 para un acuerdo nuclear entre Occidente y Teher¨¢n, que Riad consideraba que pon¨ªa en peligro la seguridad de las monarqu¨ªas del Golfo. El giro de Washington en su pol¨ªtica exterior, donde Oriente Medio ha dejado de ser la prioridad y Asia-Pac¨ªfico acapara ahora la atenci¨®n, es otro factor que enrarece la relaci¨®n bilateral.
En 2019, durante la campa?a electoral, el que acabar¨ªa siendo presidente Joe Biden asegur¨® que, de llegar a la Casa Blanca, tratar¨ªa a Riad como ¡°el paria que es¡±. Dos a?os m¨¢s tarde, hizo publicar un informe de los servicios de inteligencia en el que se denunciaba que el pr¨ªncipe heredero saud¨ª y el verdadero poder del pa¨ªs, el pr¨ªncipe Mohamed bin Salman, hab¨ªa estado detr¨¢s de la operaci¨®n para asesinar a Khashoggi.
En 2022, Biden viaj¨® a Arabia Saud¨ª en una pol¨¦mica visita para tratar de estabilizar la relaci¨®n, y de conseguir un compromiso de Bin Salman para estabilizar los precios del crudo. Pero en oto?o volvieron los encontronazos, cuando Riad encabez¨® una decisi¨®n de la OPEP de limitar la producci¨®n de petr¨®leo, despu¨¦s de un verano en el que los altos precios de la energ¨ªa hab¨ªan contribuido a disparar la inflaci¨®n. A pocas semanas de unas elecciones de medio mandato en las que la marcha de la econom¨ªa era un factor crucial, la Casa Blanca puso el grito en el cielo.
Mientras tanto, el gobierno saud¨ª ha ido tendiendo puentes hacia China, el gran rival sist¨¦mico de Estados Unidos. Pek¨ªn es ahora el principal comprador del petr¨®leo del reino, y el principal suministrador de las importaciones de Riad. El Gobierno del presidente Xi Jinping se apunt¨® un gran logro diplom¨¢tico cuando a comienzos de este a?o patrocin¨® el acuerdo entre Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n, enemigos ac¨¦rrimos, para el restablecimiento de sus relaciones diplom¨¢ticas.
El anuncio de ese acuerdo cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa en Washington. Y dej¨® en evidencia hasta qu¨¦ punto, por tensos e inc¨®modos que sean los lazos, la relaci¨®n con Riad, una pieza clave en el tablero de Oriente Medio y de la seguridad energ¨¦tica -incluidos unos precios moderados del petr¨®leo-, es imprescindible.
En Oriente Medio ¡°una de las mejores cosas que podemos hacer es asegurarnos de que las relaciones bilaterales son firmes. est¨¢n actualizadas y reflejan nuestras prioridades, y que la regi¨®n entiende que Estados Unidos es un actor destacado que est¨¢ ah¨ª para quedarse¡ no dejaremos un vac¨ªo para que otros lo llenen¡±, ha declarado este viernes el subsecretario de Estado adjunto para la regi¨®n, Daniel Benaim, en una charla telef¨®nica con periodistas.
Para Riad, la relaci¨®n con Washington tambi¨¦n contin¨²a siendo fundamental. Pese a sus dudas, Estados Unidos se mantiene como su principal valedor en materia de seguridad y el ¨²nico actor que, hoy por hoy, est¨¢ dispuesto a garantizar la libre circulaci¨®n de los petroleros por el Golfo P¨¦rsico. Rusia no puede y China, al menos por el momento, no quiere, o tampoco puede.
Adem¨¢s de la estabilidad de la relaci¨®n, del papel de China en la regi¨®n y de la guerra en Ucrania, en sus conversaciones Blinken tambi¨¦n lleva otro objetivo delicado, tratar de comenzar a allanar el camino para que Arabia Saud¨ª se plantee seguir en el futuro el camino de los Emiratos ?rabes Unidos y Bahrain en los llamados acuerdos de Abraham de 2020 y normalice sus relaciones con Israel. Una posibilidad, en el mejor de los casos, a¨²n muy lejana hoy por hoy.
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