La huella de la crisis econ¨®mica eleva los suicidios en Venezuela
La mayor¨ªa de los ciudadanos sienten preocupaci¨®n, rabia y tristeza ante la situaci¨®n nacional, seg¨²n un estudio reciente
Un mismo fin de semana de mayo un joven de 15 a?os y un hombre de 37 se lanzaron por un viaducto de M¨¦rida, una ciudad enclavada entre monta?as en los Andes venezolanos, donde se concentran cerca del 40% de las muertes por suicidio que ocurren en el pa¨ªs sudamericano. Durante este 2023, luego de una ligera disminuci¨®n, este indicador parece comenzar a repuntar. El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) ha contabilizado hasta mediados de mayo 162 suicidios en todo el pa¨ªs y 32 intentos, seg¨²n registros de medios de comunicaci¨®n.
La falta de estad¨ªsticas p¨²blicas y la caja negra que conforman ¡°las muertes de intenci¨®n no determinada¡±, que vienen creciendo en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas en las informaciones oficiales, hacen dif¨ªcil analizar el fen¨®meno del suicidio del que se estima un subregistro de al menos el 49% de los casos. Pero los datos publicados por investigadores encienden una preocupaci¨®n. ¡°Se est¨¢n produciendo 1,2 suicidios al d¨ªa y de mantenerse esa tendencia superaremos los 400 casos al cierre de a?o, un valor superior al de los a?os pasados¡±, apunta el ge¨®grafo Gustavo P¨¢ez, director del OVV en M¨¦rida, quien agrega que la ¡°violencia autoinflingida en Venezuela va fluctuando al ritmo que le imprime la crisis humanitaria¡±.
Venezuela no tiene las cifras de suicidio m¨¢s altas de Suram¨¦rica, encabezadas por Guyana, Surinam, Bolivia y Uruguay. Ni siquiera est¨¢ por encima del promedio mundial de unas nueve muertes por cada 100.000 personas. Pero entre 2015 y 2018 pas¨® 3,8 a 9,3 suicidios por cada 100.000 habitantes. Hoy la cifra todav¨ªa se mantiene cerca de ocho y son los hombres de 30 a 64 a?os y los j¨®venes de entre 15 y 24 los perfiles m¨¢s vulnerables. En los ¨²ltimos dos a?os se registr¨® un leve descenso que P¨¢ez atribuye a la migraci¨®n masiva de venezolanos y a cierta recuperaci¨®n econ¨®mica, pero que no lleg¨® retroceder todav¨ªa las tasas previas al comienzo de la que ha sido una de las mayores crisis econ¨®micas que ha vivido el pa¨ªs petrolero, en la que se redujo el tama?o de su econom¨ªa a un tercio en menos de una d¨¦cada y aument¨® la desigualdad.
Si bien el investigador advierte que el suicidio es un fen¨®meno multifactorial en el que se combinan condiciones individuales, familiares y sociales, la tendencia este 2023, en que comienzan a verse las grietas de esa fr¨¢gil mejor¨ªa econ¨®mica, pudiera volver a ser al alza. ¡°Si la situaci¨®n se vuelve a agravar podemos esperar un alza. El a?o pasado hubo cierta recuperaci¨®n, salimos de hiperinflaci¨®n, pero este 2023 volvi¨® el frenazo econ¨®mico y eso empieza a impactar, por eso vemos que se sigue yendo mucha gente por el Dari¨¦n. La emergencia humanitaria que no ha terminado combinada con factores individuales y familiares hacen mella y erosionan la salud mental del venezolano¡±, apunta P¨¢ez.
El estudio Psicodata, presentado este a?o por la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello, da cuenta del estado de ¨¢nimo nacional. Basados en una encuesta realizada a finales de 2022 y principios de 2023, encontraron que el 90% siente preocupaci¨®n ante la situaci¨®n nacional, el 79% afirm¨® sentir rabia por saber a d¨®nde ha llegado Venezuela y al 73% le entristece pensar en el futuro del pa¨ªs. Cuatro de cada 10 venezolanos aseguraron que, con frecuencia, su estado de ¨¢nimo se ha ido deteriorando por estas razones. Para seis de cada 10 personas (64%), la principal fuente de estr¨¦s son los problemas econ¨®micos. La investigaci¨®n encontr¨® que el duelo asociado a la muerte o el ¨¦xodo masivo de venezolanos tambi¨¦n est¨¢ afectando la estabilidad emocional y personal de quienes se quedan.
P¨¢ez acaba de terminar una investigaci¨®n basada en entrevistas a familiares y personas relacionadas con 80 casos de suicidios ocurridos en 17 municipios rurales de M¨¦rida, que tambi¨¦n alimentan las estad¨ªsticas que colocan a esta entidad en el primer lugar en Venezuela. En al menos 21,6% de los casos los problemas familiares vinculados a p¨¦rdidas econ¨®micas, pobreza, imposibilidad de conseguir empleo, que el dinero no alcanza para vivir o para siquiera comprar alimentos y la migraci¨®n de alg¨²n familiar figuran entre los principales factores de riesgo identificados.
A la par est¨¢n los problemas sentimentales de pareja, el padecimiento de trastornos de depresi¨®n y ansiedad y el acceso a agroqu¨ªmicos por la vocaci¨®n agr¨ªcola de estos pueblos, que fueron determinantes en buena parte de los casos estudiados. Otro grupo est¨¢ relacionados con la violencia machista que se manifiesta en la imposibilidad de hombres y mujeres para expresar emociones y en el bullying por la orientaci¨®n sexual e identidad de g¨¦nero.
M¨¦rida vive su cuota de la crisis que toca a todos los venezolanos. Entre los estados andinos ha sido uno de los m¨¢s afectados por los apagones as¨ª como por la escasez de combustible, por lo que las filas de varios d¨ªas para poner gasolina siguen siendo parte de la cotidianidad fuera de la burbuja de Caracas. ¡°En M¨¦rida se cruza varias veces al d¨ªa el umbral de la frustraci¨®n¡±, dice la psiquiatra Stefany Pinto, que dirige un grupo de apoyo de personas con ideaci¨®n suicida ¡ªal que acuden entre 30 y 50 personas de manera regular¡ªpromovido por la ONG Movimiento Somos.
¡°La emergencia humanitaria sigue siendo un problema que no ha acabado. En las regiones es donde m¨¢s se percibe. Hay muchos duelos no trabajados asociados a la pandemia y la emergencia¡±, agrega Jau Ram¨ªrez, al frente de esta ONG defensora de los derechos de la comunidad LGBTIQ y que ha abierto grupos de apoyo en otras ciudades del pa¨ªs como San Crist¨®bal, Maracaibo y Caracas. Pero en M¨¦rida, sede de la Universidad de los Andes, el deterioro de la casa de estudios de la que han desertado el 60% de los estudiantes en los ¨²ltimos cinco a?os ha minado la econom¨ªa y el ¨¢nimo, coinciden los especialistas. ¡°Los factores de riesgo para el suicidio pueden ser muchas cosas, desde la precariedad econ¨®mica hasta un diagn¨®stico de VIH sin tener herramientas para asumirlo o la violencia de g¨¦nero. A finales de abril hubo un caso de una chica lesbiana que viv¨ªa en un entorno homof¨®bico. Esto no es algo de lo que se hable en nuestra sociedad¡±, advierte Ram¨ªrez.
Hace unos 20 a?os alguna autoridad regional hizo una fortaleza alrededor de uno de los viaductos de M¨¦rida para evitar ingenuamente que la gente se lanzara del que alg¨²n momento fue un mirador tur¨ªstico de la ciudad sobre un vac¨ªo de 70 metros de altura. Pero en M¨¦rida hay otros dos viaductos sin barreras desde los que siguen lanz¨¢ndose personas. Con este nuevo incremento de los casos, la gobernaci¨®n ha desplegado polic¨ªas y bomberos y grupos religiosos han realizado misas en estos puentes con la misma premisa equivocada de que as¨ª pueden prevenir nuevos casos.
Para quienes est¨¢n trabajando en el tema, estas acciones son contraproducentes, sobre todo cuando los especialistas en salud mental son insuficientes, no son asequibles para la mayor¨ªa en un pa¨ªs de pobres y en el sistema p¨²blico la atenci¨®n se presta con grandes limitaciones. La econom¨ªa, que es la principal fuente de estr¨¦s de los venezolanos, una vez m¨¢s marca el abordaje de esta problem¨¢tica, advierte P¨¢ez: ¡°Si alguien tiene 20 d¨®lares en la cartera, antes de pagar una consulta con un psiquiatra los va a usar en comprar algo de comida¡±.
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