La guerra en Sud¨¢n devuelve Darfur al infierno
La regi¨®n es escenario de numerosas atrocidades, mientras los combates entre el ej¨¦rcito y los paramilitares siguen en Jartum y se extienden a otros puntos del pa¨ªs africano
Se empiezan a consumar algunos de los peores presagios que planeaban sobre Sud¨¢n cuando estall¨® en abril una lucha de poder entre el ej¨¦rcito y las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido. Despu¨¦s de dos meses y medio de guerra, y tras varios intentos de mediaci¨®n fallidos, el conflicto se adentra en una fase cr¨ªtica marcada por una alarmante escalada de la violencia y la apertura de nuevos frentes, lo que est¨¢ agravando la crisis humana en el pa¨ªs y est¨¢ propiciando la proliferaci¨®n de graves violaciones de derechos humanos.
El deterioro m¨¢s vertiginoso se est¨¢ produciendo en la regi¨®n occidental de Darfur, feudo tradicional de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido. All¨ª, tanto los militares como la polic¨ªa se han retirado de muchas ciudades y pueblos, lo que ha dejado grandes vac¨ªos de poder que han allanado el camino para el despliegue de los paramilitares y de milicias ¨¢rabes afines. Ambos est¨¢n sembrando el terror en muchos de estos puntos del territorio sudan¨¦s y est¨¢n bloqueando corredores humanitarios y la llegada de ayuda exterior, algo que ellos niegan.
Los peores episodios de violencia se est¨¢n documentando en El Geneina, capital de Darfur Occidental. Los ataques de paramilitares y de milicias ¨¢rabes en la ciudad, que ya en los ¨²ltimos a?os ha sido escenario de grandes matanzas, tienen un marcado car¨¢cter ¨¦tnico contra personas de grupos no ¨¢rabes, que se han armado en un intento de frenar los asaltos. Varios grupos de derechos humanos locales y regionales estiman que los asaltos han dejado solo en El Geneina m¨¢s de 1.000 muertos.
Desde mediados de mayo, los servicios de comunicaci¨®n y de internet en El Geneina han sufrido interrupciones, lo que complica determinar la magnitud de lo que est¨¢ sucediendo. Pero la masacre coincide con una escasez generalizada de comida y agua, as¨ª como con el colapso de servicios b¨¢sicos como la atenci¨®n m¨¦dica. Se est¨¢n registrando asimismo denuncias de violencia sexual y asesinatos selectivos de l¨ªderes y activistas comunitarios.
M¨¦dicos Sin Fronteras ha observado que el camino de huida hacia Chad, a apenas 20 kil¨®metros, est¨¢ ¡°plagado de peligros¡±, sobre todo por la presencia de grupos armados, y ha se?alado que decenas de personas han sido asesinadas y centenares han resultado heridas de bala mientras trataban de huir. Tambi¨¦n se han producido violaciones. Pese a estos riesgos, unas 117.000 personas de Darfur, la mayor¨ªa de El Geneina, han escapado al pa¨ªs vecino desde el inicio de la guerra, y casi 300.000 se han desplazado internamente, seg¨²n datos de la ONU.
La situaci¨®n en la ciudad toc¨® fondo a mediados de junio, cuando el gobernador de Darfur Occidental, Jamis Abdallah Abkar, de una tribu no ¨¢rabe, fue asesinado tras conceder una entrevista a una televisi¨®n saud¨ª. En ella, Abkar calific¨® de genocidio lo que est¨¢ sucediendo en la regi¨®n, responsabiliz¨® a las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y a milicias ¨¢rabes afines y pidi¨® la intervenci¨®n de la comunidad internacional. Un portavoz de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido niega a EL PA?S que se encuentren detr¨¢s de los hechos, y afirma que disponen de pruebas que incriminan al ej¨¦rcito, aunque no ofrece ninguna. En un v¨ªdeo verificado del arresto de Abkar, que ha sido difundido en las redes sociales, se pueden observar hombres con uniformes de los paramilitares y a un comandante suyo en la regi¨®n. Su portavoz declar¨® que lo estaban protegiendo.
La asesora especial de la ONU para la prevenci¨®n del genocidio, Alice Wairimu, catalog¨® entonces de ¡°espantosa¡± la violencia en Darfur Occidental, y alert¨® de que puede derivar ¡°en nuevas campa?as de violaciones, asesinatos y limpieza ¨¦tnica¡±. Un sindicato de doctores de la regi¨®n ha comparado la situaci¨®n en El Geneina al genocidio de Ruanda de 1994.
M¨¢s all¨¢ de El Geneina, en las ¨²ltimas semanas se ha registrado un repunte de la violencia en el resto de Estados de Darfur. Algunos de los lugares m¨¢s castigados incluyen la ciudad de Kutum, que ha sido declarada zona de desastre humanitaria por el Gobierno de Darfur Norte, y campos de desplazados en este mismo Estado. La capital de Darfur Central, Zalingei, y de Darfur Meridional, Nyala, tambi¨¦n han sido escenario de fuertes combates.
Darfur ya sufri¨® a principios de los 2000 una feroz ofensiva y campa?a de limpieza ¨¦tnica liderada por milicias que hoy integran en gran medida las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, a las que recurri¨® el dictador Omar Al Bashir, derrocado en 2019, para aplacar un levantamiento armado contra la represi¨®n, el sectarismo y el expolio de su r¨¦gimen. En 2008, la ONU estim¨® que hab¨ªan muerto en la regi¨®n m¨¢s de 300.000 personas y 2,5 millones hab¨ªan huido.
Intensos enfrentamientos
En Jartum, la capital de Sud¨¢n y el otro punto del pa¨ªs m¨¢s afectado por los combates, la intensidad de la violencia solo se ha rebajado de forma puntual durante los dos meses y medio de guerra, con la declaraci¨®n de algunas treguas que, una vez terminadas, han dado paso a intensos enfrentamientos armados. El ¨²ltimo alto el fuego venci¨® a finales de junio. Buena parte de la ciudad contin¨²a hoy controlada por las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, que se han incrustado en muchos barrios residenciales en los que han sembrado el terror. El ej¨¦rcito est¨¢ sobre todo combatiendo por el aire, lo que est¨¢ provocando gran devastaci¨®n.
En las ¨²ltimas semanas, tambi¨¦n se han abiertos nuevos frentes en regiones perif¨¦ricas del pa¨ªs que inicialmente hab¨ªan quedado al margen de la violencia. Uno de los puntos donde la situaci¨®n m¨¢s se ha deteriorado es la capital de Kordof¨¢n Norte, El Obeid, que se sit¨²a estrat¨¦gicamente entre Jartum y Darfur y permanece sitiada desde hace varias semanas por las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido. En los Estados de Kordof¨¢n Sur y Nilo Azul, en la frontera con Sud¨¢n del Sur y Etiop¨ªa, se ha movilizado un importante movimiento armado que act¨²a de forma independiente y ha atacado posiciones del ej¨¦rcito.
Arabia Saud¨ª y Estados Unidos mediaron durante semanas entre ambos bandos para frenar las hostilidades, pero sus esfuerzos han sido en gran medida est¨¦riles y solo han asegurado treguas espor¨¢dicas en Jartum, que se han aprovechado para movilizar a m¨¢s tropas y abastecerlas. Ante la falta de avances, Washington suspendi¨® en junio las conversaciones.
Aunque las cuentas son cada vez m¨¢s dif¨ªciles de mantener, desde el inicio de la guerra se ha registrado la muerte de al menos 3.000 civiles y casi el doble de heridos. Alrededor de 2,8 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, y, de ellas, m¨¢s de 600.000 han huido del pa¨ªs.
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