La red de traficantes responsable del naufragio del J¨®nico mantiene v¨ªnculos con el se?or de la guerra del este de Libia
Las mafias del barco que naufrag¨® en el sur de Grecia est¨¢n estrechamente relacionadas con Jalifa Hafter, el se?or de la guerra del este de Libia, con quien algunos Estados de la UE, incluida Italia, quieren ¡°colaborar¡± para frenar la inmigraci¨®n, seg¨²n revela una investigaci¨®n de EL PA?S con Lighthouse Reports
La noche del 9 de junio no ten¨ªa que haber nadie en las calles de Tobruk, una ciudad costera del este de Libia. Unos d¨ªas antes se hab¨ªa decretado un toque de queda para emprender una operaci¨®n contra el tr¨¢fico de personas y drogas. Pero esa misma noche y desde esas playas, un pesquero de nombre Adriana zarpaba clandestinamente, sin encontrar oposici¨®n, con 750 hombres, mujeres y ni?os hacinados a bordo. Este es el barco que cuatro d¨ªas despu¨¦s, el 14 de junio, se hund¨ªa frente a la ciudad costera de Pylos, en aguas territoriales griegas, dejando solo 104 supervivientes. Una investigaci¨®n de EL PA?S con Lighthouse Reports, Reporters United, Monitor, SIRAJ y Der Spiegel ha identificado a la red de tr¨¢fico de migrantes que organiz¨® el viaje y ha encontrado evidencias de que est¨¢ estrechamente relacionada con Jalifa Hafter, el poderoso se?or de la guerra que domina el este de Libia y con el que algunos Estados europeos quieren negociar para frenar la inmigraci¨®n irregular.
D¨ªas despu¨¦s del naufragio del Adriana, otra investigaci¨®n de EL PA?S con los mismos socios revel¨® los esfuerzos de la Guardia Costera griega para ocultar el papel que desempe?¨® en el siniestro. El tribunal naval de Grecia abri¨® una investigaci¨®n para dirimir la posible responsabilidad de los guardacostas, pero hasta el momento no se han tomado medidas contra los implicados a pesar de los indicios. De hecho, las ¨²nicas detenciones hasta la fecha son las de nueve hombres egipcios en el marco de una pieza separada que indaga la red de tr¨¢fico de personas que organiz¨® esta traves¨ªa mortal. Los arrestados est¨¢n acusados de seis delitos que incluyen tr¨¢fico ilegal de extranjeros, pertenencia a organizaci¨®n criminal y homicidio imprudente por negligencia, y se encuentran en prisi¨®n preventiva.
El Ministerio de Asuntos Mar¨ªtimos y Pol¨ªtica Insular de Grecia no ha respondido a las preguntas de este peri¨®dico sobre el caso porque se trata de ¡°una investigaci¨®n penal estrictamente confidencial, de acuerdo con las directrices de la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo¡±, han indicado desde su gabinete de prensa.
Sin embargo, las fuentes y los documentos a los que ha tenido acceso EL PA?S con el equipo de Lighthouse Reports revelan que la traves¨ªa del Adriana no es un hecho aislado, sino que tiene que ver con una floreciente actividad de tr¨¢fico de migrantes en las costas del este de Libia, y que sus responsables act¨²an bajo la protecci¨®n de la familia Hafter.
Hasta 17 supervivientes del naufragio han prestado su testimonio, y varios de ellos han facilitado los nombres de los traficantes involucrados en la organizaci¨®n del viaje desde Tobruk. De los mafiosos mencionados, ninguno zarp¨® con ellos en el barco, y de hecho, algunos eran originarios del este de Libia y tienen lazos con la Armada de las Fuerzas Navales de esa zona del pa¨ªs.
De entre esos nombres, uno se mencion¨® m¨¢s que el resto: Muhammad Saad Al-Kahshi Al-Mnfi. Hasta tres fuentes distintas lo identifican como una figura esencial en la operaci¨®n de tr¨¢fico humano: un superviviente, un traficante de menor rango y una fuente interna con informaci¨®n privilegiada. ¡°?l es quien expidi¨® la licencia que permite a la embarcaci¨®n navegar en aguas libias¡±, afirma el superviviente del naufragio, que pide mantener el anonimato.
Al-Kahshi trabaja para una unidad especial de la Armada llamada hombres rana que lidera un pariente suyo, Bahar Al-Tawati Al-Mnfi. Este, a su vez, se encuentra bajo las ¨®rdenes directas de Jalifa Hafter, seg¨²n ese relato. Este testigo tambi¨¦n explica que todas las salidas en barco se produc¨ªan ¡°bajo la supervisi¨®n de Sadam Hafter, el hijo de Jalifa Hafter¡±. La importancia de los hombres rana est¨¢ en que ning¨²n barco puede entrar o salir de las playas y puertos libios sin contar con el visto bueno de esta unidad y de la Marina. ¡°O bien el propio Sadam dirige la operaci¨®n o bien la asigna a uno de los batallones de hombres rana¡±, dice esta fuente. Los guardacostas libios reciben dinero a cambio de apagar los radares marinos que permiten detectar movimiento de barcos, facilitando as¨ª la salida de las embarcaciones clandestinas.
¡°El barco que naufrag¨® en Grecia zarp¨® de Egipto, cruz¨® las aguas territoriales de Libia hasta Tobruk y volvi¨® a zarpar desde esa ciudad libia. Este tipo de cosas solo son posibles si la Marina controlada por Hafter est¨¢ de acuerdo¡±, coincide Jalel Harchaoui, investigador del Royal United Services Institute (RUSI).
Cinco supervivientes del hundimiento que viajaron en avi¨®n desde Siria a Libia para subirse al pesquero en Tobruk describen lo f¨¢cil que fue para ellos salir del aer¨®dromo militar de Bengasi, la principal ciudad del este libio, gracias a la ayuda de los oficiales al mando. ¡°En el aeropuerto, una persona cogi¨® mi pasaporte, fue a la oficina de inmigraci¨®n, puso un sello y nos llev¨® fuera¡±, describe uno de ellos.
La noche de la salida del Adriana, en pleno toque de queda, otros supervivientes aseguran que ellos, junto a otros centenares de pasajeros, fueron conducidos sin ning¨²n incidente a una peque?a bah¨ªa cerca de Wadi Arzouka, en el este de Tobruk, y a continuaci¨®n embarcaron.
El control de los Hafter
Jalifa Hafter controla los territorios del este de Libia, convertida en un Estado fallido y controlada por distintas facciones desde la ca¨ªda de Muamar el Gadafi en 2011 y, con ¨¦l, del poder estatal que imperaba.
Tras a?os de luchas internas, existen dos grupos mayoritarios que controlan el territorio. En el oeste, la direcci¨®n pol¨ªtica est¨¢ a cargo del Gobierno de Unidad Nacional, auspiciado por Naciones Unidas. En el este tuvo lugar una guerra entre 2014 y 2017 que enfrent¨® a Hafter y sus aliados contra todo oponente pol¨ªtico. Y gan¨® el mariscal, que es lo m¨¢s parecido a un jefe de Estado. ¡°Todos los actores armados tienen que rendir cuentas de alguna manera a Hafter porque ¨¦l tiene la capacidad de proyectar poder en la mayor parte de la regi¨®n de Cirenaica¡±, describe Harchaoui. ¡°Hafter no puede decir que no sabe lo que est¨¢ pasando. No puede decir que no est¨¦ involucrado¡±, asegura.
Pablo Sapag, investigador en comunicaci¨®n y conflictos armados de la Universidad Complutense de Madrid, indica que este periodo coincide con una ¨¦poca de menor violencia debido a que los grupos armados han llegado a un pacto por el cual se reparten salidas a los puertos, rutas de petr¨®leo, rutas de tr¨¢fico de personas, etc¨¦tera. ¡°En el periodo de gran inestabilidad militar en Libia, entre el a?o 2012 y 2018, era m¨¢s dif¨ªcil el tr¨¢fico de personas por las condiciones de seguridad¡±, abunda Sapag. ¡°Esto ha hecho que desde 2021 y 2022 se haya disparado el n¨²mero de personas v¨ªctimas de tr¨¢fico¡±, completa.
La conexi¨®n europea
Estos hallazgos plantean serias dudas sobre las pol¨ªticas de prevenci¨®n de la inmigraci¨®n de los Estados miembros de la Uni¨®n Europea, que ya han pactado en el pasado con el Gobierno de Unidad Nacional del oeste y ahora han iniciado conversaciones con Hafter.
Es bien sabido por la UE que las autoridades del este de Libia se benefician del tr¨¢fico de migrantes. De hecho, un documento interno del Gobierno alem¨¢n muestra que los funcionarios de la UE fueron informados hace meses sobre el aumento de las salidas del este de Libia, y las describ¨ªan como ¡°una lucrativa fuente de ingresos con los gobernantes del este de Libia involucrados¡±. La propia comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, declar¨® a principios de julio que en la Comisi¨®n tienen indicios de que existen grupos criminales en la Guardia Costera. Un portavoz explica que la Comisi¨®n Europea ¡°no tiene el mandato de llevar a cabo investigaciones ni de establecer de forma concluyente los hechos¡± en este caso. ¡°La referencia que la comisaria Johansson se produjo en el contexto del informe de los investigadores independientes de derechos humanos designados por la ONU, publicado en marzo¡±, ha indicado por correo electr¨®nico.
Pese a estas evidencias, la UE dota a Libia de recursos y formaci¨®n, a pesar de que no tiene manera de controlar d¨®nde van sus fondos. La Uni¨®n Europea cuenta con un interlocutor en Tr¨ªpoli, pero este no tiene capacidad para imponerse en todo el pa¨ªs. ?Y c¨®mo puede tener constancia de que sus fondos se est¨¢n utilizando bien? ¡°Es muy dif¨ªcil, no puedes pedir a una milicia que te d¨¦ una factura para garantizar si han interceptado embarcaciones de migrantes y cu¨¢ntas han sido. Es absolutamente imposible. Evidentemente, el dinero se va a perder en muchas cosas¡±, explica Sapag.
En los ¨²ltimos meses, Italia y Malta han entablado conversaciones con Hafter para luchar contra la migraci¨®n irregular. En mayo de 2023, Hafter se reuni¨® con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. En junio, el ministro de Interior italiano, Matteo Piantedosi, declar¨® que iban a pedirle que colaborara con ellos para detener las salidas clandestinas.
¡°Esta es una admisi¨®n muy clara de c¨®mo Italia pretende trabajar y de lo que prometi¨® a Hafter: ¡®Si reduces los vol¨²menes de contrabando de personas, nosotros, como naci¨®n, inyectaremos capital porque sabemos que est¨¢s ocupado reconstruyendo Bengasi¡±, sostiene Harchaoui. ¡°Quiz¨¢ un porcentaje de ese dinero se destine realmente a reconstruir Bengasi, pero hay otro porcentaje que se destinar¨¢ a todo tipo de fines¡±, analiza el experto.
Pero Italia no es el ¨²nico actor europeo en tratos con Hafter. Tambi¨¦n ese mismo mes, una delegaci¨®n de Malta viaj¨® por vez primera a Bengasi para reunirse con el militar libio y discutir los desaf¨ªos de seguridad de la regi¨®n, con particular ¨¦nfasis en la migraci¨®n irregular. Adem¨¢s, unos documentos internos de la UE a los que han tenido acceso este peri¨®dico y sus socios revelan que la Comisi¨®n est¨¢ buscando maneras para frenar las llegadas desde el aeropuerto de Bengasi, con la colaboraci¨®n de operadores locales.
Implicaci¨®n en devoluciones en caliente
Las milicias apoyadas por Hafter no solo est¨¢n involucradas en operaciones de tr¨¢fico humano; tambi¨¦n participan activamente en la expulsi¨®n ilegal de embarcaciones de migrantes que ya han llegado a aguas europeas. En al menos dos devoluciones en caliente en mayo y julio de este a?o ¡ªuna de ellas en aguas maltesas¡ª estuvo implicada una milicia denominada Tariq Bin Ziyad que est¨¢ controlada, de nuevo, por Sadam Hafter.
Crew member Jacob reflects on the shocking interception of a distress case by the Libyan militia vessel TAREQ BIN ZEYAD last week. They made fun of #Seabird while we witnessed them executing an illegal pushback of ~250 people despite the Maltese Armed Forces telling them not to. pic.twitter.com/HJQodkmggy
— Sea-Watch International (@seawatch_intl) July 10, 2023
Cuatro de las personas que murieron en el naufragio del J¨®nico estaban tambi¨¦n en el otro barco que fue capturado por esta milicia el pasado 25 de mayo, seg¨²n afirman los familiares de las v¨ªctimas. El padre de uno de ellos ha aportado los mensajes de WhatsApp que enviaba su hijo, y que lo demuestran: ¡°Padre, llevamos seis d¨ªas en el mar y quiz¨¢ no alcancemos nuestro destino. El barco se ha averiado y los guardacostas libios nos han capturado¡±. En un segundo mensaje, le dice: ¡°No pudimos llegar, nuestro barco estaba en alta mar, cerca de Grecia, pero se produjeron problemas y aver¨ªas. La Guardia Costera libia, el batall¨®n Tariq Bin Ziyad, que pertenece a Bengasi, nos arrastr¨® durante tres d¨ªas. Ahora estamos cerca del puerto. Cuando estemos conectados a internet, recibir¨¢s el mensaje¡±. Este chico y sus compa?eros pasaron ocho d¨ªas en prisi¨®n y luego fueron puestos en libertad. Los tres iban en el pesquero que naufrag¨® cerca de Pylos y siguen desaparecidos.
Mientras tanto, cada vez existen m¨¢s pruebas que indican que los nueve egipcios que permanecen en la c¨¢rcel como presuntos responsables del naufragio no son sino chivos expiatorios. En sendas entrevistas con familiares de cuatro de ellos, todos han declarado que eran pasajeros, no traficantes, y tres han proporcionado pruebas, incluidas capturas de pantalla de conversaciones sobre los gastos, de que sus parientes pagaron por un pasaje en el barco. Esto indica que es muy improbable que estuvieran implicados en la organizaci¨®n del viaje o en la red de contrabandistas.
De hecho, esta investigaci¨®n de EL PA?S en el proyecto Lighthouse ha verificado la identidad de uno de los traficantes que pidi¨® dinero para el viaje a uno de los arrestados porque tambi¨¦n dio informaci¨®n sobre tarifas a un reportero de esta investigaci¨®n que se hizo pasar por pasajero. Primero le pide 4.500 dinares libios, unos 850 euros. A continuaci¨®n le pregunta su nacionalidad y cuando este le responde que es egipcio, le rebaja el precio a 160 dinares, unos 30 euros. ¡°La tarifa es diferente para egipcios¡±, le dice.
Igualmente, la comparaci¨®n de los testimonios de los testigos que ha proporcionado la Guardia Costera revela que estos fueron manipulados, incluso tambi¨¦n las respuestas de los supervivientes a las preguntas sobre los contrabandistas: en los documentos se puede ver que dos respuestas a las preguntas son id¨¦nticas.
Adem¨¢s, aquellos que fueron interrogados por la Guardia Costera griega aseguran que recibieron presiones para culpar a los nueve egipcios que posteriormente fueron incriminados y arrestados. Un superviviente cuenta que le dijo a la polic¨ªa que los verdaderos contrabandistas hab¨ªan perecido en el naufragio, pero luego cambi¨® su versi¨®n: ¡°Me retuvieron hasta las 10 de la noche, cuando terminaron los interrogatorios con los dem¨¢s [supervivientes]. Entonces volvieron a m¨ª y me dijeron que todos hab¨ªan testificado en su contra [de los egipcios]. Yo estaba cansado, as¨ª que les dije lo que quer¨ªan o¨ªr¡±, reconoce.
Con informaci¨®n de: Mohannad Najar, Eman El-Sherbiny, Felix Kesssler, Klaas van Dijken, Lina Verschwele, Janine Louloudi, Maud Jullien, Mohammed Bassiki, Muriel Kalisch, Sara Creta y Steffen L¨¹dke.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.