Los ecuatorianos buscan un presidente que les devuelva su pa¨ªs
Las elecciones anticipadas que se celebran el domingo est¨¢n marcadas por el asesinato de uno de los candidatos, un magnicidio que mostr¨® la grave crisis de inseguridad que se vive en Ecuador
Poca gente puede decir que ha estado m¨¢s cerca de todos los presidentes ecuatorianos de los ¨²ltimos cien a?os que la familia Salazar. Desde la Peluquer¨ªa Amazonas, en los bajos comerciales del palacio de Carondelet, la residencia presidencial, Clara Salazar ha visto cambiar un pa¨ªs desde la Plaza Grande, el kil¨®metro cero de la capital ecuatoriana, mientras su padre le cortaba el pelo a los vecinos. Recuerda sobre todo la tranquilidad que se respiraba y que siempre hab¨ªa alg¨²n despistado que se acordaba de cortarse el pelo a las ocho de la noche, con la ciudad a oscuras. Ahora el cierre se echa a las cinco. Cuando el sol empieza a ponerse, la plaza se vac¨ªa. ¡°La gente corre a su casa por miedo¡±, explica Salazar mientras le rasura los lados de la cabeza a un ni?o. Desde los bajos de la casa del presidente hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de Ecuador, la inseguridad es el monotema de este pa¨ªs que se cre¨ªa a salvo de la violencia y que el domingo votar¨¢ a su pr¨®ximo presidente con el miedo en el cuerpo.
En medio del silencio electoral que marca la ley y sin encuestas desde el 10 de agosto, las peluquer¨ªas pueden funcionar como term¨®metro social. Mientras la peluquera Salazar cuenta en voz alta que con el expresidente Rafael Correa todo estaba ¡°mucho mejor¡± ¡ªpor lo que votar¨¢ a la candidata corre¨ªsta Luisa Gonz¨¢lez¡ª entra por la puerta Alba Castro, de 60 a?os. La mujer anuncia a voz en grito que viene a poner guapo a su esposo y luego sentencia: ¡°El domingo sepultamos al socialismo que quiere llevarnos al abismo¡±. Salazar la recibe con una sonrisa (un cliente es un cliente) y responde amable pero sin mover el rictus: ¡°Esperemos al resultado¡±. La se?ora Castro no la escucha: ¡°Yo voy a votar por nuestro ¨¢ngel que est¨¢ en el cielo: Fernando Villavicencio¡±.
Si estas elecciones iban desde mayo sobre la posible vuelta del corre¨ªsmo al poder, ahora van sobre el asesinato a balazos del candidato Fernando Villavicencio a la salida de un mitin el pasado 9 de agosto. Una muerte que mostr¨® a los ecuatorianos lo hondo del pozo de violencia en el que se han ido adentrando en los ¨²ltimos tres a?os. Villavicencio no era favorito para pasar a segunda vuelta, aunque se hab¨ªa hecho conocido por sus denuncias contra la corrupci¨®n y el crimen organizado, que lo hab¨ªa amenazado de forma directa. Un amigo suyo, el periodista Christian Zurita, sustituir¨¢ a Villavicencio el domingo, pero sin tiempo material para cambios, los 13,5 millones de electores ver¨¢n en la papeleta la cara y el nombre del candidato muerto.
Es imposible medir los efectos del magnicidio en la carrera electoral. Las ¨²ltimas encuestas publicadas manten¨ªan a Luisa Gonz¨¢lez en cabeza, aunque lejos de una victoria en primera vuelta (en el entorno de un 30%). La inc¨®gnita, si las encuestas no fallan, es qui¨¦n la acompa?ar¨¢ a las urnas en octubre de entre los otros siete candidatos. La violenta campa?a podr¨ªa beneficiar al final a Otto Sonnenholzner, exvicepresidente de Len¨ªn Moreno (2017-2021), y a Jan Topic, el llamado Bukele ecuatoriano, precisamente por sus apuestas de mano dura frente a la inseguridad.
A Patricia Toasa no le gustar¨ªa que ninguno de los dos llegara a la Presidencia. Desde su puesto m¨®vil de refrescos, dulces y cigarrillos lleva 33 a?os recorriendo la ciudad. Muchas veces le toca una esquina privilegiada de la Plaza Grande, desde donde ha sido testigo de las entradas y salidas de los m¨¢s altos cargos del pa¨ªs en Carondelet. Los ha visto a todos, pero solo uno le habl¨® una vez, dice con un brillo en los ojos. Ser¨ªa un s¨¢bado de entre 2007 y 2017. El presidente Correa acaba de terminar la sabatina y de vuelta al Palacio se par¨® con Toasa, la llam¨® compa?erita y le dio un beso. ¡°?Qu¨¦ presidente me va a besar a m¨ª!¡±, se carcajea mostrando unos dientes ribeteados de oro. Y ese beso bien le vale su voto eterno, porque aunque Correa se fue a B¨¦lgica en 2017 y no ha vuelto a Ecuador por una condena por cohecho, el expresidente sigue manejando su partido. Votar por Gonz¨¢lez es hacerlo por Correa. M¨¢rtir para unos y verdugo para otros, el exvicepresidente sigue protagonizando la pol¨ªtica nacional.
Estas elecciones adelantadas llegaron en el mejor momento para el corre¨ªsmo desde la ca¨ªda en desgracia de su l¨ªder. La disoluci¨®n de la Asamblea de Ecuador y la convocatoria de elecciones anticipadas que decret¨® el presidente, Guillermo Lasso, ¡ªla llamada muerte cruzada¡ª en el mes de mayo para eludir un juicio pol¨ªtico en su contra por supuesta corrupci¨®n encontraron al corre¨ªsmo m¨¢s fuerte de los ¨²ltimos a?os. El movimiento Revoluci¨®n Ciudadana, que Correa maneja a distancia, acababa de ganar las elecciones locales y regionales de febrero. El expresidente sinti¨® que Lasso le pon¨ªa la victoria en bandeja. Esa autosuficiencia se resquebraj¨® a medias en los ¨²ltimos d¨ªas despu¨¦s del asesinato de Villavicencio, donde se vio a un Correa m¨¢s nervioso que de costumbre. La incertidumbre ya se hab¨ªa apoderado del pa¨ªs.
¡°?Por qui¨¦n votamos?¡±, pregunta Imelda Chango, de 69 a?os, mientras le agarra la mano a Reyna Morocho, de 26, vestida de brillos y con una banda que reza: Miss Star Ecuador 2023. Esta miss se pasea por el centro de Quito sac¨¢ndose fotos con grandes y peque?os porque se est¨¢ preparando, explica, para el certamen internacional que se celebrar¨¢ en Barcelona. Chango se encomienda a ella como una aparici¨®n y Morocho, como si estuviera ante el jurado del concurso, responde sin jug¨¢rsela por ning¨²n candidato: ¡°Ecuador est¨¢ de rodillas, la delincuencia ha llegado a un lugar que no puede ser, alguien tiene que sacarnos de aqu¨ª¡±. La se?ora Chango se da por satisfecha con la respuesta. ¡°Estamos aterrados, pero hay un Dios en el cielo que nos guiar¨¢¡±, a?ade.
Quito sigue siendo a¨²n la zona m¨¢s tranquila del pa¨ªs, aunque la violencia ya comienza a permear sus calles y comercios. El foco m¨¢s violento est¨¢ en Guayaquil y en las provincias de la costa, donde la salida del pa¨ªs al Pac¨ªfico convierte Ecuador en un territorio apetecido por los grupos narcotraficantes mexicanos y colombianos. En lo que va de 2023, se han registrado 4.574 muertes violentas, mientras que 2022 cerr¨® con la cifra m¨¢s alta en la historia, con 4.600, el doble que en 2021. Al ritmo actual, para finales de este a?o podr¨ªa alcanzar una tasa de criminalidad de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, que lo colocar¨ªa entre los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo.
En Guayaquil, la segunda ciudad del pa¨ªs, el clima es irrespirable. Ashly Silva es madre de cuatro hijos a los que la violencia ha expulsado de su casa en la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil, donde las balaceras y los muertos se cuentan por cientos. Trabaja limpiando casas desde que su marido fue asesinado por las redes del microtr¨¢fico hace un a?o y solo pide un candidato que tenga ¡°temple para enfrentar a los narcotraficantes¡±, informa Carolina Mella. Aunque no se decanta por ninguno, piensa que el corre¨ªsmo vive del pasado y que el pa¨ªs tiene que mirar al futuro con un primer objetivo: acabar con las matanzas.
La m¨¢s que probable segunda vuelta, que se celebrar¨ªa el 15 octubre, dar¨¢ nombre al presidente que tendr¨¢ que lidiar con un escenario incierto en un espacio corto de tiempo. Estas elecciones no marcan el inicio de una nueva legislatura, sino que el pr¨®ximo mandatario concluir¨¢ el mandato de Lasso, por lo que estar¨¢ apenas 18 meses en el poder. Poco tiempo para un presidente al que los ecuatorianos le piden nada menos que les devuelva un pa¨ªs que ya no reconocen. El taxista Luis Noboa hace recuento: ¡°Nunca de los nuncas vimos esto. Ni los descuartizamientos, ni los cuerpos colgados, ni las vacunas... ?Si ni siquiera sab¨ªamos que exist¨ªa eso de la muerte cruzada!¡±.
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