Justicia incompleta: los infanticidios cometidos por la enfermera Lucy Letby abren dudas y preguntas en el Reino Unido
Los familiares de los siete beb¨¦s asesinados por la sanitaria exigen una comisi¨®n de investigaci¨®n con poderes para determinar si la direcci¨®n del hospital actu¨® con negligencia
Cuando el doctor Stephen Brearey, jefe de la unidad neonatal de cuidados intensivos del Hospital Condesa de Chester, puso en una misma hoja de Excel las causas y circunstancias de las extra?as muertes s¨²bitas de beb¨¦s prematuros ocurridas en los ¨²ltimos nueve meses ¡ªera el 15 de febrero de 2016¡ª, solo hab¨ªa un factor com¨²n en todos los casos: la enfermera presente era la misma. ¡°Fue la primera vez que comenc¨¦ a preocuparme por la naturaleza poco habitual de todos estos fallecimientos. Escrib¨ª al equipo directivo para abordar la relaci¨®n de Lucy con lo sucedido¡±, cont¨® el m¨¦dico al comparecer en el juicio, y m¨¢s tarde en la BBC. El hospital tard¨® hasta tres meses en convocar esa reuni¨®n. Y mucho m¨¢s en acabar trasladando el asunto a la polic¨ªa. En medio de ese tiempo, el equipo gestor trat¨® incluso de proteger a la sanitaria acusada por sus compa?eros, y forz¨® una disculpa por escrito de los m¨¦dicos que hab¨ªan planteado sus sospechas.
Ante el horror desatado por la enfermera Lucy Letby (Hereford, Reino Unido, 33 a?os), condenada este lunes a cadena perpetua sin remisi¨®n por el asesinato de siete beb¨¦s y el intento de asesinato de otros seis, la pregunta que atormentar¨¢ a los padres de las v¨ªctimas el resto de sus vidas es por qu¨¦ lo hizo. Y lo m¨¢s probable es que nunca obtengan una respuesta. Pero la segunda pregunta m¨¢s acuciante es por qu¨¦ tardaron tanto en actuar los superiores de la sanitaria.
¡°No forma parte de mis funciones llegar a una conclusi¨®n sobre la raz¨®n ¨ªntima o las razones para tus actos. Ni siquiera podr¨ªa, porque solo t¨² las conoces¡±, admit¨ªa el juez James Goss al leer su sentencia a una Letby que hab¨ªa elegido no estar presente en la sala de Manchester, para irritaci¨®n de gran parte de la opini¨®n p¨²blica. ¡°Lo ¨²nico que puedo hacer es dictar la sentencia apropiada conforme a la ley, que tenga en cuenta la gravedad de tus delitos¡±, conclu¨ªa el magistrado. Por cuarta vez en la historia del Reino Unido, una mujer ha sido condenada a ¡°pasar el resto de su vida en la c¨¢rcel¡±, como pago a una ¡°campa?a cruel, calculada y c¨ªnica de infanticidios¡±, dice el texto condenatorio.
¡°Soy malvada y yo hice esto¡±
El fiscal Nick Johnson lleg¨® a plantear, durante los nueve meses que dur¨® el juicio, hasta cinco motivos que permitieran entender qu¨¦ fue lo que impuls¨® a Letby a inyectar aire en las venas de los beb¨¦s prematuros, envenenarlos con insulina o provocar su muerte con sobrealimentaci¨®n. Quiz¨¢s le gustaba jugar a ser Dios (playing God, en la expresi¨®n inglesa), y ser la primera en alertar a sus compa?eros despu¨¦s de haber provocado la tragedia; o excitaba su adrenalina la tensi¨®n que surg¨ªa en la unidad de cuidados intensivos cada vez que un beb¨¦ fallec¨ªa; la acusaci¨®n lleg¨® a sugerir que Letby buscaba, con cada maniobra asesina, reclamar la atenci¨®n de un m¨¦dico internista del que estaba enamorada; o simplemente, se aburr¨ªa; o ella misma escarb¨® en su interior la semilla de su propia maldad: ¡°Los mat¨¦ a prop¨®sito porque no soy lo suficientemente buena para poder cuidar de ellos. SOY MALVADA Y YO HICE ESTO¡±, dec¨ªa el post-it amarillo que la polic¨ªa encontr¨® entre las p¨¢ginas del diario de Letby.
¡°[Esas notas] nos han permitido ver un peque?o destello dentro de su cabeza¡±, asegura Sohom Das, uno de los psiquiatras que ha seguido al detalle el juicio contra Letby. ¡°Una peque?a parte de ella sent¨ªa cierto remordimiento o verg¨¹enza, aunque no result¨® suficiente como para impedir que llevara adelante sus atroces asesinatos, ni para que fuera capaz de admitir la verdad durante la vista¡±, concluye Das.
La enfermera ha negado hasta el final todas las acusaciones, aunque a medida que se acumulaban las pruebas en su contra, sus respuestas eran m¨¢s breves y esquivas.
El ¡°deber de honestidad¡± profesional
Los padres de los beb¨¦s asesinados o lesionados de por vida ¡ªla ¡°Beb¨¦ G¡±, como se la llam¨® durante el juicio, sufre par¨¢lisis cerebral tetrapl¨¦jica, despu¨¦s de que Letby le inyectara dosis excesivas de leche¡ª respiran m¨¢s tranquilos con la sentencia. Pero para obtener un alivio moral completo, y la sensaci¨®n de justicia, necesitan saber por qu¨¦ el equipo directivo del Hospital Condesa de Chester, en cuya unidad de neonatos ocurrieron los asesinatos, tard¨® tanto en actuar. No basta con la responsabilidad individual de la enfermera. Alguien fall¨® en su deber de vigilancia. Y el ¡°deber de honestidad¡±, que obliga a decir la verdad a los pacientes y sus familiares, no queda completamente asumido por parte del hospital si simplemente ofrece sus disculpas despu¨¦s de conocer el contenido de la sentencia.
El Gobierno de Rishi Sunak ofreci¨® en un principio la puesta en marcha de una comisi¨®n de investigaci¨®n ¡°no reglamentaria¡±, con el argumento de que la flexibilidad de este tipo de indagaciones independientes permitir¨ªa dar a los familiares una respuesta r¨¢pida a sus dudas y angustias. Las v¨ªctimas, sin embargo, reclaman una comisi¨®n de investigaci¨®n reglamentaria y p¨²blica, que otorgue al magistrado que se ponga al frente poderes legales para obligar a comparecer a cualquier testigo o reclamar de las autoridades los documentos que estime necesarios para sus pesquisas. Es un procedimiento m¨¢s garantista y, por lo tanto, m¨¢s lento. Algunas comisiones, como la que investig¨® el incendio tr¨¢gico de la torre Grenfell de Londres, se han demorado hasta siete a?os. Pero otras, como la encargada de evaluar la gesti¨®n de la pandemia, tiene previsto alcanzar sus conclusiones en tres a?os.
Los abogados del bufete Slater & Gordon, que representa a dos de las familias, aseguran en un comunicado: ¡°Los errores cometidos en este caso son muy serios. Cualquier investigaci¨®n necesita tener una base legal para hincar realmente el diente en lo sucedido¡±. Y a?aden: ¡°No creemos que el ¡®deber de honestidad¡¯ sea un sustituto adecuado de un informe obligatorio y formal. Cualquier investigaci¨®n necesita examinar lo ocurrido de modo correcto, para que no suceda algo similar en cualquier otro departamento del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en ingl¨¦s)¡±.
A lo largo del juicio, y por informaciones publicadas durante los ¨²ltimos meses en medios brit¨¢nicos diversos, se han conocido presuntas negligencias administrativas de dif¨ªcil justificaci¨®n. El pediatra y jefe de la unidad de neonatos, Brearey, expres¨® en varias ocasiones a la direcci¨®n del centro sus sospechas de Letby, sin que nadie le hiciera caso. ¡°Lo razonable habr¨ªa sido que hubieran acudido en ese momento a la polic¨ªa. De haberlo hecho, es admisible concluir que al menos dos de los trillizos [O y P, en el juicio] estar¨ªan hoy vivos¡±, acusa el m¨¦dico. Se acumularon las torpezas y negligencias. Brearey tard¨® dos a?os en conocer los an¨¢lisis de laboratorio que se?alaban una cantidad inexplicable de insulina en la sangre de uno de los beb¨¦s asesinados. Una revisi¨®n posterior mostr¨® el mismo fen¨®meno en los resultados de otro de los prematuros fallecido. ¡°En un mundo ideal, uno esperar¨ªa que el laboratorio hiciera sonar la alarma, pero no fue as¨ª. Para m¨ª est¨¢ claro que esta es la prueba evidente del caso, y no tengo la menor duda de que Letby quiso hacer da?o a estos beb¨¦s¡±, se?ala.
Algunos padres aseguran que, al expresar sus dudas y recelos al director m¨¦dico del hospital, Ian Harvey, no recibieron nunca una respuesta. Y personal sanitario del centro, que ha decidido mantenerse en el anonimato, asegura que la direcci¨®n hospitalaria estaba m¨¢s preocupada por proteger su reputaci¨®n que por vigilar a Letby. Llegaron incluso a plantearse que regresara a la unidad de neonatos despu¨¦s de haberla retirado de manera preventiva durante un tiempo a un departamento administrativo, donde la enfermera entr¨® en un estado depresivo.
El Hospital Condesa de Chester funciona como un trust (fundaci¨®n) del NHS, lo que le permite tener mayor autonom¨ªa de gesti¨®n y capacidad de recaudar fondos propios. De ah¨ª la presunta obsesi¨®n de la direcci¨®n del centro por preservar su buena imagen. Su director ejecutivo, Tony Chambers, se retir¨® poco despu¨¦s del arresto de Letby, en 2018. Ganaba 187.000 euros al a?o. El director m¨¦dico, Harvey, vive en una finca de la Provenza francesa despu¨¦s de cobrar 2,1 millones de euros provenientes de un fondo de pensiones.
Ambos se han comprometido a colaborar en la investigaci¨®n de la comisi¨®n, al margen de que sea o no reglamentada.
Ante la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica, el Gobierno de Sunak se inclina cada vez m¨¢s por otorgar poderes completos al juez que se ponga al frente del proyecto. Lucy Letby puso en marcha un plan diab¨®lico del que nunca se conocer¨¢n sus impulsos ocultos, pero la idea de que algo tan terrible ocurriera a los seres humanos m¨¢s vulnerables, los beb¨¦s prematuros, hace inevitable una revisi¨®n a fondo de los procedimientos y m¨¦todos de una instituci¨®n p¨²blica como el NHS, que durante d¨¦cadas fue el depositario incondicional de la confianza de los ciudadanos brit¨¢nicos.
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