El Supremo israel¨ª examina la reforma de Netanyahu: ¡°Solo la anularemos si da un golpe mortal a la democracia¡±
En una audiencia hist¨®rica, los 15 magistrados del tribunal escuchan los argumentos y debaten con los oradores sobre una ley que les quita poderes
No hab¨ªan entrado en la sala los magistrados del Tribunal Supremo de Israel cuando la moneda, el s¨¦quel, ya hab¨ªa ca¨ªdo a su m¨ªnimo desde 2020 y una diputada del partido de Benjam¨ªn Netanyahu (Likud), Tally Gotlib, gritaba ante las c¨¢maras: ¡°?Esto es un circo a costa del pueblo!¡±. Era la primera prueba de la importancia ¨Dcon retransmisiones en directo¨D de la audiencia en la que los jueces del tribunal han escuchado ¨De interrumpido con frecuencia¨D este martes los argumentos a favor y en contra de la primera ley clave de la reforma judicial del Gobierno de Netanyahu. Es una norma que retir¨® al propio Supremo la posibilidad de declarar ¡°irrazonables¡± decisiones del Ejecutivo y de otros cargos p¨²blicos electos. El Parlamento la aprob¨® en julio con los votos de todos los diputados del Gobierno derechista de coalici¨®n (Likud, ultranacionalistas y ultraortodoxos) y ninguno de la oposici¨®n, que se ausent¨® en protesta.
La audiencia ha durado m¨¢s de 13 horas. Ha sido la primera en los 75 a?os de historia del Supremo con los 15 jueces al completo. Ha tardado poco en convertirse en un pimp¨®n de declaraciones y en un debate jur¨ªdico y pol¨ªtico sobre la separaci¨®n de poderes. Algunos magistrados han dejado entrever su oposici¨®n a la ley, como la presidenta, Esther Hayut, al se?alar que privar al Supremo de la potestad de supervisar la razonabilidad de las decisiones del Gobierno supone que haya ¡°ley, pero no justicia¡±; o el juez del tribunal Yitzhak Amit, con la frase: ¡°La democracia no muere de varios golpes grandes, sino a pasos peque?os¡±.
Ahora, tienen hasta enero para dictar sentencia. Si anulan la ley y el Ejecutivo se rebela (como ha sugerido alg¨²n ministro), Israel entrar¨ªa en una crisis constitucional a tres a?os de las pr¨®ximas elecciones. Esta ma?ana, 10 diputados de la coalici¨®n y el presidente de la comisi¨®n parlamentaria de Justicia, Simja Rotman, han tuiteado la misma frase: ¡°La Knesset [el Parlamento nacional] no permitir¨¢ sumisamente ser pisoteada¡±. La pronunci¨® la semana pasada el presidente del Parlamento, Amir Ohana, con tono de advertencia.
Adem¨¢s de pol¨ªticamente explosivo, el caso es in¨¦dito. A falta de Constituci¨®n, Israel se gu¨ªa por 13 leyes b¨¢sicas. Lo que el Supremo ha debatido anular es una enmienda a una de ellas. En los a?os noventa, el entonces presidente del tribunal, Aharon Barak, consagr¨® la potestad del Supremo de tumbar aquellas leyes normales que contravengan leyes b¨¢sicas, al estilo de un Tribunal Constitucional en otros pa¨ªses. As¨ª ha sucedido desde entonces en una veintena de ocasiones, pero nunca con una de las normas fundamentales. ¡°No podemos anular una ley b¨¢sica cada dos por tres. Tiene que suponer un golpe mortal a los pilares b¨¢sicos del Estado como Estado democr¨¢tico¡±, ha subrayado durante la audiencia la presidenta del tribunal.
La legitimidad del Supremo para dar este paso in¨¦dito, as¨ª como la esencia de la separaci¨®n de poderes y el Estado de derecho, han estado en el centro del debate. Los representantes del Parlamento, del Gobierno y Rotman han argumentado que el tribunal carece de la potestad. Anular la ley, han defendido, equivaldr¨ªa a hacerlo tambi¨¦n con la voluntad popular, representada por los poderes legislativo y ejecutivo.
¨D ¡°Esta es la corte... El debate no puede celebrarse en [el Tribunal de] Estrasburgo, sino aqu¨ª¡±, ha replicado a Rotman uno de los jueces
¨D ¡°Es que el debate corresponde al Parlamento¡±, respondi¨® este.
Rotman, de la formaci¨®n ultraderechista Sionismo Religioso, ha tildado adem¨¢s a los jueces del Supremo de ¡°¨¦lite¡± que solo ¡°vela por sus propios intereses¡±. La presidenta del tribunal ha respondido que solo se gu¨ªan por los ¡°intereses vitales del p¨²blico¡±. ¡°No nosotros, ni nuestro estatus, ni nuestro honor¡±, ha aclarado.
Justo antes del inicio, el ministro de Justicia y arquitecto de la reforma, Yariv Levin, calific¨® la audiencia de ¡°golpe mortal para la democracia y el estatus de la Knesset¡± con ¡°total ausencia de autoridad¡±. Por el contrario, el l¨ªder de la oposici¨®n, Yair Lapid, consider¨® ¡°inaplicables¡± a este caso las ¡°discrepancias en torno a si el Supremo puede anular una ley b¨¢sica¡±. ¡°Es un documento irresponsable en el que alguien escribi¨® ¡®ley b¨¢sica¡¯ y pide desde entonces que sea tratado como si fuese la Biblia¡±, agreg¨®.
El ¨²ltimo ?ndice de la Voz de Israel, el sondeo de agosto del think-tank Instituto Israel¨ª para la Democracia, refleja la polarizaci¨®n que est¨¢ causando la reforma, que ha sacado adem¨¢s a la luz brechas sociales m¨¢s amplias latentes en el 80% de ciudadanos jud¨ªos. Un 34% de israel¨ªes apoya que el Supremo anule la ley a debate, un 37% se opone y un 29% no se pronuncia.
Una d¨¦cada
Los detractores de la reforma consideran que el objetivo es convertir lentamente al pa¨ªs en una dictadura o en un caso similar al de Turqu¨ªa, Polonia o Hungr¨ªa. Algo a lo que aludi¨® impl¨ªcitamente este martes el representante de la consejera jur¨ªdica del Gobierno, Aner Helman, al llamar la atenci¨®n sobre ¡°lo que ha sucedido en el mundo en los ¨²ltimos 10 a?os¡±. La consejera, Gali Baharav-Miara, bestia negra del primer ministro Netanyahu, declin¨® representar al Ejecutivo, como le corresponder¨ªa por el cargo. Lo hizo Helman, abogado particular.
Desde la presentaci¨®n de la reforma, en enero, decenas de miles de israel¨ªes ¨Dcientos de miles, en las convocatorias m¨¢s multitudinarias¨D se manifiestan en su contra, sobre todo en Tel Aviv. El lunes, como v¨ªspera de la audiencia judicial, hubo una protesta peque?a ante la casa del ministro de Justicia y otra, m¨¢s numerosa (unas 20.000 personas) frente a la sede del Supremo, en Jerusal¨¦n.
La iniciativa (un paquete legislativo) pretende laminar el papel de contrapeso del Supremo. El Gobierno lo llama ¡°reequilibrar¡± o ¡°corregir¡± el equilibrio entre poderes.
Cada pata del Ejecutivo tiene sus intereses, que confluyen en la misma diana: quitar filtros al Supremo y modificar la composici¨®n del comit¨¦ que elige a los jueces. Los socios ultraderechistas vinculados al movimiento colonizador (los que m¨¢s empujan por llevarla adelante) ven en el Supremo la ¨²ltima cortapisa para sus planes en los territorios palestinos ocupados. Los ultraortodoxos quieren sacar adelante una exenci¨®n formal del servicio militar obligatorio (el Supremo tumb¨® una propuesta similar anterior). Netanyahu est¨¢ imputado en tres causas, pero ante el ruido generado lleva meses buscando una salida al embrollo que ha creado.
La reforma ha sumido a Israel en una de sus mayores crisis pol¨ªticas y sociales. Adem¨¢s de la divisi¨®n en el seno de la mayor¨ªa jud¨ªa, el s¨¦quel se ha debilitado (un 0,5% m¨¢s, al final de este mismo martes) y la protesta ha llegado a las Fuerzas Armadas, la instituci¨®n m¨¢s respetada del pa¨ªs. Netanyahu, adem¨¢s, sigue sin invitaci¨®n a la Casa Blanca, algo in¨¦dito desde los a?os setenta, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha lamentado la radicalidad de su Ejecutivo.
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