Bj?rn H?cke, el ide¨®logo de la ultraderechista AfD que Alemania sentar¨¢ en el banquillo por usar un lema nazi
El controvertido l¨ªder del ala m¨¢s radical del partido se enfrenta por primera vez a un proceso judicial a un a?o de unas cruciales elecciones en el Estado oriental de Turingia en las que parte como favorito
Ocurri¨® durante un discurso, en un acto de campa?a electoral de Alternativa para Alemania (AfD), el 29 de mayo de 2021 en Merseburg, en el Estado federado de Sajonia-Anhalt, en el este de Alemania. Bj?rn H?cke, l¨ªder del ala m¨¢s radical y poder en la sombra dentro del partido, acab¨® as¨ª su alocuci¨®n: ¡°Todo por nuestra patria, todo por Sajonia-Anhalt, todo por Alemania¡±. Enseguida saltaron las alarmas. La ¨²ltima frase es un conocido lema de las Sturmabteilung, las SA, la formaci¨®n paramilitar del r¨¦gimen nazi. Conocido, y prohibido, como lo est¨¢n en Alemania todos los lemas, objetos, canciones e im¨¢genes que remiten a la infausta era del nacionalsocialismo.
Tras la correspondiente denuncia, el tribunal regional de Halle (Sajonia-Anhalt) ha admitido la acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa, as¨ª que H?cke se sentar¨¢ en el banquillo para tratar de defenderse y probablemente negar que fuera consciente de estar usando un s¨ªmbolo de una organizaci¨®n inconstitucional. El proceso amenaza con enfangar la precampa?a electoral de unas elecciones cruciales para el futuro pol¨ªtico del pa¨ªs. El a?o que viene se renueva el Parlamento de Turingia, el land del este alem¨¢n donde H?cke lidera a la formaci¨®n de ultraderecha. Las encuestas indican que AfD ser¨ªa el partido m¨¢s votado, con m¨¢s del 30% de los votos.
Aunque a H?cke, de 51 a?os, no se le vea tanto como a los copresidentes de AfD, Tino Chrupalla y Alice Weidel, su influencia en la formaci¨®n es ampliamente conocida. Capitanea el ala m¨¢s extrema, xen¨®foba y ultranacionalista, y con los a?os ha conseguido imponer su ideario y expulsar a los miembros m¨¢s moderados de un partido cada vez m¨¢s radicalizado.
El lema de las SA es, como el de las SS, ¡°Mi honor es la lealtad¡±, una de las frases m¨¢s repulsivas que pueden pronunciarse hoy en d¨ªa en Alemania, donde legalmente est¨¢n al mismo nivel que s¨ªmbolos como la esv¨¢stica o el saludo hitleriano. Al menos uno de los jerarcas nazis ejecutados tras los juicios de N¨²remberg ¡ªWilhelm Keitel, excomandate del ej¨¦rcito¡ª la grit¨® durante sus ¨²ltimas palabras en el pat¨ªbulo.
La clave, la intenci¨®n
La clave es la intenci¨®n. La responsabilidad penal depende de si la persona que pronuncia la frase en cuesti¨®n sabe que est¨¢ usando simbolog¨ªa nazi. Los tribunales han hecho diferentes interpretaciones en los ¨²ltimos a?os. En el juicio a un joven neonazi en 2006, los magistrados concluyeron que el eslogan es ¡°generalmente conocido¡± y lo condenaron. En otros casos han dado por buena la excusa del desconocimiento que han alegado los acusados. H?cke asegura que no estaba pensando en las SA ni en el nazismo cuando lo us¨® como cierre de su mitin, seg¨²n un escrito que su abogado ha hecho llegar a la Fiscal¨ªa.
Es probable que el tribunal tome en consideraci¨®n que, antes de dedicarse a la pol¨ªtica, H?cke fue profesor de historia. Tampoco obviar¨¢ que no es la primera vez que su partido emplea el ¡°Todo por Alemania¡± con una intencionalidad como m¨ªnimo sospechosa. Ulrich Oehme, colega de Sajonia, hizo imprimir carteles con el eslogan durante la campa?a electoral federal de 2017. Tras las denuncias y el esc¨¢ndalo medi¨¢tico, los retir¨®. Hace unos d¨ªas la Polic¨ªa confisc¨® carteles con el mismo lema y las siglas de AfD en Passau, en Baviera, que celebra elecciones regionales el 8 de octubre. La direcci¨®n regional del partido asegura que no sabe de d¨®nde han salido, y que quiz¨¢ fueron idea de alg¨²n candidato local.
H?cke lleva a?os abonado a las pol¨¦micas por sus declaraciones xen¨®fobas y que piden revisar las pol¨ªticas de memoria hist¨®rica de Alemania. Suele calcular al mil¨ªmetro lo que dice y c¨®mo lo dice para bordear la legalidad sin llegar a cruzarla. ¡°Multiculturalidad significa multicriminalidad¡± fue uno de sus lemas en la anterior campa?a electoral de Turingia. Antes hab¨ªa provocado un intenso debate en todo el pa¨ªs al calificar el monumento que rinde tributo a las v¨ªctimas del Holocausto del centro de Berl¨ªn como ¡°memorial de la verg¨¹enza¡±. Entonces era una voz bastante marginal en el partido y lleg¨® a discutirse internamente si deb¨ªa ser apartado; ahora se le sit¨²a en el centro de poder de AfD y nadie en su formaci¨®n, al menos en p¨²blico, le ha afeado la ¨²ltima barbaridad.
El resto de partidos contienen la respiraci¨®n ante el empuje de AfD, que se alimenta de las crisis de la coalici¨®n de Gobierno, de las malas perspectivas econ¨®micas del pa¨ªs, la inflaci¨®n persistente y las incertidumbres de la transici¨®n ecol¨®gica. Las encuestas colocan a la formaci¨®n de ultraderecha en segundo lugar si se celebraran elecciones federales, con un 22% de los votos. El partido, al que el resto de formaciones aplican un hasta ahora inquebrantable cord¨®n sanitario, est¨¢ empezando a tocar poder. De momento, solo en el ¨¢mbito local y comarcal, al haber conseguido colocar a sus representantes en los primeros ayuntamientos y distritos rurales.
A H?cke le esperan m¨¢s sustos judiciales. El comit¨¦ de justicia del Parlamento de Turingia le levant¨® la inmunidad hace unos d¨ªas para despejar el camino de otra acusaci¨®n, esta vez de la fiscal¨ªa de M¨¹hlhausen (Turingia). Le atribuye un delito de incitaci¨®n al odio por una publicaci¨®n en la red social Telegram. Es la s¨¦ptima vez que se le levanta la inmunidad desde que consigui¨® por primera vez su esca?o, en 2014. Como en las otras ocasiones, salud¨® la noticia con su habitual discurso victimista y dijo en la red social X (antes Twitter) que existe ¡°un club judicial contra los disidentes¡±. Hasta ahora H?cke hab¨ªa salido indemne: ninguna de las acusaciones hab¨ªa cristalizado en un proceso judicial.
El juicio por el lema de las SA podr¨ªa traducirse en su primera condena, que si adem¨¢s se produce cerca de las elecciones regionales sin duda impactar¨¢ en la campa?a. Aunque jam¨¢s podr¨ªa formar Gobierno, una victoria de H?cke en Turingia enviar¨ªa un contundente mensaje de refuerzo de las posiciones m¨¢s radicales en un partido que los servicios de inteligencia alemanes consideran sospechoso de extremismo. En Turingia, de hecho, los servicios secretos regionales ya han clasificado a la formaci¨®n como ¡°extremista de derechas¡± y como tal la est¨¢n vigilando. Al propio H?cke se le tilda habitualmente de ¡°fascista¡± en la prensa alemana. Sin temor a querellas. Un juez dictamin¨® en 2019 se le puede definir as¨ª, porque lo es.
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