El Gobierno de Sunak rechaza que la discriminaci¨®n a los homosexuales sea motivo para recibir asilo
La ministra del Interior, Suella Braverman, propone restringir la interpretaci¨®n de la Convenci¨®n de Naciones Unidas para los Refugiados
El Gobierno conservador de Rishi Sunak ¡ªcomo antes el de sus predecesores Liz Truss o Boris Johnson¡ª ha descubierto que el incumplimiento de la legalidad internacional puede ser un arma ¨²til de pol¨ªtica nacional. Lo fue para enfrentarse a la Uni¨®n Europea con el Brexit y lo est¨¢ siendo para estimular el voto conservador con ...
El Gobierno conservador de Rishi Sunak ¡ªcomo antes el de sus predecesores Liz Truss o Boris Johnson¡ª ha descubierto que el incumplimiento de la legalidad internacional puede ser un arma ¨²til de pol¨ªtica nacional. Lo fue para enfrentarse a la Uni¨®n Europea con el Brexit y lo est¨¢ siendo para estimular el voto conservador con el delicado asunto de la inmigraci¨®n irregular y los refugiados. La ministra del Interior, Suella Braverman, ha decidido que ha llegado la hora de reinterpretar la Convenci¨®n Europea para los Refugiados de 1951, de la que forma parte el Reino Unido, y restringir en buena medida el n¨²mero de casos en que se concede asilo a una persona. Por ejemplo, ha sugerido Braverman, el hecho mismo de temer una posible discriminaci¨®n por ser gay o lesbiana no deber¨ªa bastar para obtener la protecci¨®n que el derecho internacional otorga con el estatuto de refugiado.
¡°A medida que se ha ido aplicando la ley [la Convenci¨®n, asimilada por el derecho nacional brit¨¢nico], hemos visto en la pr¨¢ctica un giro interpretativo por el que ya no se protege frente a la persecuci¨®n, sino por algo m¨¢s parecido a la definici¨®n de discriminaci¨®n¡±, ha dicho Braverman este martes en Washington.
La ministra hab¨ªa sido invitada por el centro de pensamiento ultraconservador estadounidense American Enterprise Institute, dentro de una visita de tres d¨ªas al pa¨ªs. En teor¨ªa, era una conferencia en la que Braverman, que no oculta su l¨ªnea dura respecto a asuntos como el Brexit, la inmigraci¨®n o la seguridad, se limitaba a expresar sus ideas pol¨ªticas. Pero en el comienzo de un a?o profundamente electoral, y con la obsesi¨®n del Gobierno de Sunak por frenar la llegada de irregulares a suelo brit¨¢nico, el mensaje de la responsable de Interior iba m¨¢s dirigido a sus votantes conservadores que al p¨²blico estadounidense.
Seg¨²n las cifras que maneja el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en el Reino Unido hay en la actualidad casi 232.000 personas con estatuto de refugiado. A eso se suman casi 128.000 pendientes de que la administraci¨®n brit¨¢nica resuelva su petici¨®n. Sunak se comprometi¨® en su momento a reducir a la mitad este bloqueo, pero hace ya meses que matiz¨® esa promesa, consciente de su imposibilidad.
La frustraci¨®n de Downing Street, incapaz de frenar la llegada de inmigrantes irregulares a sus costas a trav¨¦s del canal de la Mancha, se ha convertido en un ataque contra la justicia europea, contra sus propios tribunales y contra el derecho internacional. El Gobierno de Sunak se prepara para una importante batalla judicial en el Tribunal Supremo, despu¨¦s de que un tribunal de apelaci¨®n tumbara su plan de deportar a Ruanda a los reci¨¦n llegados, sin darles el derecho a solicitar asilo en territorio brit¨¢nico. ¡°Las deficiencias en el sistema de asilo de Ruanda son tales como para admitir que existen bases s¨®lidas para creer que haya un riesgo real de que las personas enviadas a aquel pa¨ªs sean devueltas a sus pa¨ªses de origen y acaben sufriendo persecuci¨®n o trato inhumano, cuando de hecho tendr¨ªan argumentos para recibir asilo¡±, sentenciaron los magistrados.
Si la primera orden de frenar los vuelos de deportaci¨®n vino del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la segunda de la propia justicia brit¨¢nica, Acnur tambi¨¦n se ha convertido en un poderoso rival de Sunak frente a su estrategia para frenar la llegada de embarcaciones con irregulares. Por todo ello, el Gobierno conservador ha decidido, con el aplauso de sus filas, que debe atacar lo que, seg¨²n su entender, es la ra¨ªz del problema: la Convenci¨®n Europea para los Refugiados.
¡°Perm¨ªtanme expresarme con claridad¡±, ha dicho Braverman en Washington. ¡°Hay muchas zonas del mundo donde resulta extremadamente dif¨ªcil ser gay o ser mujer. Y all¨ª donde esas personas sean perseguidas, lo justo es que nosotros les ofrezcamos un santuario¡±, ha proseguido. El discurso de la ministra, sin embargo, es m¨¢s importante por los matices y excepciones que plantea. Como dicen los anglosajones, el diablo est¨¢ en los detalles. ¡°No seremos capaces de sostener el actual sistema de asilo si, por el simple hecho de ser gay o mujer, y temer una posible discriminaci¨®n en tu pa¨ªs de origen por ese motivo, sea suficiente requisito como para obtener protecci¨®n. El actual statu quo, por el que cualquiera puede viajar a una amplia variedad de pa¨ªses seguros e incluso residir en ellos durante a?os, mientras se deciden por un destino concreto en el que solicitar asilo, es absurdo e insostenible¡±, ha proclamado Braverman.
Cifras infladas
Braverman y Sunak se aferran a unos c¨¢lculos dudosos para inflamar sus previsiones. El Centro para Estudios Pol¨ªticos, una fundaci¨®n de an¨¢lisis creada en su d¨ªa por Margaret Thatcher, asegura que, bajo la definici¨®n actual de potencial refugiado defendida por la ONU, hasta 780 millones de personas podr¨ªan acogerse a ese estatuto legal. Se refieren al n¨²mero total de personas que, seg¨²n sus propias estimaciones, podr¨ªan en estos momentos tener ¡°un miedo fundado de ser perseguidos por su raza, religi¨®n, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones pol¨ªticas¡±. Esta previsi¨®n, deliberadamente exagerada, contrasta con los 35 millones de refugiados que seg¨²n Naciones Unidas hab¨ªa en todo el mundo en 2022.
En cualquier caso, la batalla de cifras ha sido utilizada por Braverman para reclamar un cambio en el modo de hacer las cosas. ¡°Es nuestra competencia, la de los pol¨ªticos y l¨ªderes mundiales, preguntarnos si la Convenci¨®n para los Refugiados y, sobre todo, el modo en que ha sido interpretada en los tribunales, se ajusta al mundo moderno. O si es necesario reformarla¡±, ha propuesto la ministra.
Las palabras de Braverman han elevado la tensi¨®n entre su ministerio y las organizaciones humanitarias de ayuda a los refugiados, en alerta constante desde que el Gobierno de Sunak comenz¨® a endurecer su pol¨ªtica de fronteras. ¡°Un mundo en el que el Reino Unido y otros pa¨ªses de Occidente levantan el puente levadizo y dan la espalda a todos aquellos que han sido perseguidos, torturados o aterrorizados por su g¨¦nero, sexo o cualquier otro motivo es un mundo que ha dado la espalda a la creencia en una humanidad y unos derechos comunes¡±, ha denunciado Enver Solomon, el director ejecutivo de la organizaci¨®n UK Refugee Council.
La oposici¨®n laborista, acostumbrada a cierto funambulismo argumental cuando se trata de la inmigraci¨®n, consciente de la sensibilidad electoral del asunto, ha arremetido en esta ocasi¨®n contra el discurso ¡°profundamente divisivo¡± de Braverman: ¡°Ha perdido el control del caos conservador respecto a la concesi¨®n de asilos. Utiliza como chivos expiatorios a las personas LGBT, y lleva a cabo un juego profundamente divisivo y pol¨ªticamente da?ino que no se corresponde con el nivel exigido a su ministerio¡±, ha denunciado Yvette Cooper, la portavoz de asuntos de Interior del principal partido de la oposici¨®n.
Sunak ha apostado en gran medida su posible reelecci¨®n, a finales de 2024, a la lucha contra la inmigraci¨®n irregular, uno de los asuntos que m¨¢s irrita al electorado conservador, seg¨²n todas las encuestas. Las medidas desplegadas hasta ahora, sin embargo, ¡ªdeportaciones a Ruanda, prisiones flotantes o la negativa a solicitar asilo si se llega al pa¨ªs por v¨ªas irregulares¡ª han provocado la condena internacional de muchas organizaciones humanitarias, y la desaprobaci¨®n mayoritaria de la ciudadan¨ªa brit¨¢nica.
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