Los republicanos llegan sin candidato claro a la votaci¨®n para presidente de la C¨¢mara de Representantes

Fue otra de esas interminables jornadas en el Capitolio. Pasaban las nueve de la noche de este martes y a¨²n segu¨ªan las reuniones de los dos candidatos a presidir la C¨¢mara de Representantes, Jim Jordan (Ohio) y Steve Scalise (Luisiana), con miembros de su partido, el Partido Republicano, para reclamar los votos que les permitir¨¢n suceder a Kevin McCarthy. El speaker fue destituido en una votaci¨®n hist¨®rica la semana pasada: por primera vez en 234 a?os qued¨® vacante el puesto de tercera autoridad del pa¨ªs y segundo en la sucesi¨®n presidencial tras una moci¨®n de censura planteada por un solo hombre, el representante de Florida Matt Gaetz, y asumida por siete otros miembros del ala m¨¢s dura, que sumi¨® al Congreso en el caos y a Estados Unidos en la par¨¢lisis legislativa.

Los republicanos est¨¢n convocados a una ronda de votaciones secretas este mi¨¦rcoles por la ma?ana. Si uno de los aspirantes saca los votos suficientes (217) su candidatura se llevar¨¢ al pleno, donde se espera que los dem¨®cratas, que est¨¢n en minor¨ªa (con 212 esca?os), voten en contra de cualquiera de las opciones. Al final de una jornada de intenso proselitismo, declaraciones de intenciones y promesas varias, todo qued¨® en el aire. Preguntados por los reporteros en los pasillos del Capitolio, muchos a¨²n se declaraban indecisos sobre a cu¨¢l de los suyos piensan promover.

El ataque sin precedentes de Ham¨¢s de este pasado fin de semana y la declaraci¨®n posterior de guerra de Israel han venido a a?adir presi¨®n a la crisis institucional en Washington. El ¨®rdago un tanto nihilista de Gaetz no puede llegar en peor momento para la pol¨ªtica internacional de Estados Unidos. Con el Congreso cerrado, incapaz de discutir ni de votar nada hasta que no se elija un nuevo speaker, los legisladores conservadores, muchos de los cuales corrieron estos d¨ªas a solidarizarse con Israel, tienen las manos atadas para avanzar ninguna medida, ni siquiera simb¨®lica. Al menos 14 de sus compatriotas permanecen secuestrados por las milicias de Ham¨¢s en la franja de Gaza.

El tiempo corre: la ayuda militar a Ucrania est¨¢ congelada y por el horizonte asoma el 17 de noviembre, d¨ªa en que expira la pr¨®rroga firmada con los dem¨®cratas para evitar un cierre parcial de la Administraci¨®n. Aquel fue el compromiso que le cost¨® el puesto a McCarthy. Podr¨ªa votarse tan pronto como ma?ana. Tambi¨¦n es posible que la agon¨ªa se alargue durante varios d¨ªas. Los republicanos esperar¨¢n a estar seguros de tener un candidato viable. Quieren ahorrarse el espect¨¢culo que ofrecieron en enero pasado, cuando hicieron falta 15 votaciones, otro caso sin apenas precedentes, para que saliera adelante el anterior presidente de la C¨¢mara. Para garantizarlo, ha surgido una propuesta para alterar las reglas. Hasta ahora, bastaba que alguien obtuviese el 50% de los votos en una votaci¨®n secreta del partido para que su nombre se llevara al hemiciclo. Con el cambio, ese umbral pasa a 217, lo que les permitir¨¢ dirimir sus diferencias a puerta cerrada y no en p¨²blico.

Giro a la derecha

Lo ¨²nico claro a estas alturas es que tanto la elecci¨®n de Jordan como la de Scalise significar¨ªan un giro a la derecha del partido con respecto al rumbo que le imprim¨ªa McCarthy, quien la semana pasada anunci¨® que no se volver¨ªa a presentar para el puesto, pero este lunes a?adi¨® m¨¢s emoci¨®n diciendo que se prestar¨ªa a volver si sus compa?eros se lo ped¨ªan. Varios congresistas moderados maniobraron durante el martes para recabar apoyos a su candidatura. Gaetz reaccion¨® a esa posiblidad en Twitter/X, con un mensaje en el que dudaba de que llegaran a ser suficientes. ¡°Es hora de seguir adelante¡±, sentenci¨®. El propio McCarthy insisti¨® a los reporteros: ¡°Se presentan dos personas. No soy una de ellas¡±.

Jordan ha obtenido el apoyo p¨²blico de Donald Trump, cuya figura sigue teniendo una enorme influencia en el partido, pero sobre todo conserva un inoxidable hechizo sobre en torno a una tercera parte de los electores, indispensables para cualquiera de los suyos que quiera reconquistar la Casa Blanca. El respaldo del expresidente no fue una sorpresa: Jordan es un trumpista convencido y colabor¨® con sus intentos de revertir el leg¨ªtimo resultado electoral tras su derrota en las elecciones de 2020, una derrota que el magnate y m¨¢s que probable candidato de su partido en 2024 sigue neg¨¢ndose a aceptar.

El congresista por Ohio ¡°sab¨ªa m¨¢s sobre lo que se preparaba para el 6 de enero [de 2021], que ning¨²n otro miembro de la C¨¢mara de Representantes¡±, dijo la semana pasada su excompa?era de las filas republicanas Liz Cheney, que particip¨® en la comisi¨®n bipartidista que investig¨® durante a?o y medio el ataque al Capitolio. En el informe presentado al final de esos trabajos, el nombre de Jordan aparece en 22 ocasiones, algunas de ellas, en pasajes incriminatorios. La idea de que un simpatizante de aquella maniobra que pretendi¨® interrumpir el tr¨¢mite del Congreso del traspaso de poder a Joe Biden pueda acabar dirigi¨¦ndolo despierta las suspicacias del ala moderada.

Scalise, por su parte, aglutin¨® el martes el respaldo de algunos miembros centristas, as¨ª como de representantes de distritos indecisos. El espect¨¢culo ofrecido por los republicanos durante la semana pasada tiene el potencial de alienar a los votantes no convencidos, de esos que unas veces votan dem¨®crata, y otras, republicano. Hasta la salida de McCarthy, Scalise era su segundo de a bordo, aunque fueron manifiestos los desencuentros entre ambos.

Ambos han prometido que resolver¨¢n la amenaza de cierre del Gobierno de manera duradera, aunque no est¨¢ a¨²n claro c¨®mo piensan lograrlo. Y Jordan ha dicho que el dinero destinado a Ucrania, congelado desde antes de la destituci¨®n del speaker de la semana pasada, pasar¨¢ a enviarse a Israel si resulta elegido.

En un discurso este martes desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden asegur¨® que Estados Unidos garantizar¨¢ que Israel ser¨¢ capaz de defenderse ¡°como siempre hemos hecho¡±. Pero para eso, necesita un Congreso en funcionamiento. Y no las tiene todas consigo

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