Una estrategia para comunidades de acogida que ayude a gestionar la migraci¨®n
Para hacer frente al caos hay que actuar con decisi¨®n con el prop¨®sito de estabilizar las comunidades de acogida de migrantes en todo el continente americano
Desde la anta?o impenetrable selva del Dari¨¦n hasta la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico, pasando por ciudades del interior de Estados Unidos como Nueva York y Chicago -todas ellas bajo presi¨®n por el creciente n¨²mero de migrantes-, el desplazamiento de personas en las Am¨¦ricas parece estar a punto de descontrolarse.
Para evitar el caos, y como parte de un enfoque m¨²ltiple para gestionar y ordenar la migraci¨®n, es hora de actuar con decisi¨®n para estabilizar las comunidades de acogida de migrantes en todo el continente americano, de las que hay muchas m¨¢s en Estados Unidos de las que se suele pensar.
En la actualidad, casi el 20% de la poblaci¨®n desplazada del mundo procede de Am¨¦rica Latina y el Caribe, una regi¨®n que s¨®lo representa el 8% de la poblaci¨®n mundial. Un aspecto fundamental es que la gran mayor¨ªa de los desplazados no llegan a Estados Unidos, en gran medida debido al notable, aunque infravalorado, ¨¦xito de Am¨¦rica Latina y el Caribe en la gesti¨®n de unos niveles hist¨®ricos de desplazamiento.
Tomemos el grupo m¨¢s numeroso del continente americano: los m¨¢s de 7,7 millones de venezolanos que se han visto obligados a huir desde 2015. M¨¢s del 84% vive actualmente en otros puntos de la regi¨®n, incluidos casi tres millones en la vecina Colombia, un pa¨ªs de 50 millones de habitantes. Estados Unidos, en comparaci¨®n, solo acoge al 6% de la di¨¢spora venezolana. Lo mismo ocurre con otras importantes poblaciones de emigrantes. Costa Rica, un pa¨ªs de cinco millones de habitantes que acoge a m¨¢s de 300.000 nicarag¨¹enses, as¨ª como M¨¦xico, figuran entre los l¨ªderes mundiales en recepci¨®n de solicitudes de asilo.
Una de las claves del ¨¦xito de la regi¨®n ha sido el esfuerzo por integrar r¨¢pidamente a las poblaciones migrantes. La prestaci¨®n de servicios sociales b¨¢sicos y, en los casos de mayor ¨¦xito, la posibilidad formal de trabajar han acortado considerablemente el tiempo que tardan las nuevas poblaciones en pasar de ser cargas fiscales a ser contribuyentes fiscales. Los esfuerzos de integraci¨®n liderados por los municipios en lugares como Bogot¨¢ y Barranquilla (Colombia) han permitido a ambas ciudades gestionar un crecimiento demogr¨¢fico del 10% impulsado por los inmigrantes y que ofrece valiosas lecciones para otras ciudades de las Am¨¦ricas.
La protecci¨®n temporal por 10 a?os que ofrece Colombia a los venezolanos es el mejor ejemplo de legislaci¨®n facilitadora a nivel nacional, pero no es el ¨²nico. El ejemplo m¨¢s reciente es Panam¨¢, un pa¨ªs tradicionalmente reacio a acoger a inmigrantes irregulares, pero que ha empezado a aplicar su propio r¨¦gimen de protecci¨®n temporal.
Pero la capacidad de absorci¨®n de la regi¨®n est¨¢ llegando a un punto de inflexi¨®n tras los estragos econ¨®micos de la pandemia de coronavirus; las perturbaciones de los mercados energ¨¦tico y alimentario provocadas por la invasi¨®n rusa de Ucrania; la fuga de capitales y el aumento de la carga financiera de la deuda a medida que suben los tipos de inter¨¦s estadounidenses; entre otros contratiempos geopol¨ªticos. Las tensas condiciones fiscales est¨¢n dificultando la reactivaci¨®n de las econom¨ªas y el apoyo a las comunidades que acogen a importantes poblaciones migrantes.
Se necesita un audaz plan de estabilizaci¨®n de las comunidades de acogida para abrir un espacio fiscal a los pa¨ªses que acogen a un gran n¨²mero de inmigrantes, reincentivar sus pol¨ªticas de acogida e invertir esta tendencia. Esto no es una tarea para la ayuda exterior directa sufragada por los contribuyentes estadounidenses. Los miles de millones necesarios deben ser movilizados por instituciones financieras de desarrollo que trabajen en colaboraci¨®n con los gobiernos, el sector privado y la comunidad filantr¨®pica. Con el tiempo, un plan de estabilizaci¨®n a escala de las comunidades de acogida exigir¨¢ la reforma y recapitalizaci¨®n de instituciones fundamentales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero mientras tanto, se puede actuar de inmediato.
A trav¨¦s de un fondo de garant¨ªa de m¨²ltiples donantes, por ejemplo, Estados Unidos junto con otros pa¨ªses como Espa?a, Canad¨¢ y quiz¨¢s incluso l¨ªderes econ¨®micos regionales como M¨¦xico y Brasil, se podr¨ªa facilitar financiaci¨®n de car¨¢cter concesional, o casi, a los pa¨ªses de renta media que acogen a importantes poblaciones migrantes, condicionada a la inversi¨®n en esfuerzos de regularizaci¨®n e integraci¨®n. El fondo podr¨ªa funcionar de forma similar al Mecanismo Internacional de Financiaci¨®n de la Educaci¨®n, que aprovecha una combinaci¨®n de decenas de millones de capital desembolsado y subvenciones, o al Mecanismo de Financiaci¨®n Innovadora para el Clima en Asia y el Pac¨ªfico, que utiliza garant¨ªas financieras para reducir el riesgo de los pr¨¦stamos soberanos, para desbloquear miles de millones de financiaci¨®n de car¨¢cter concesional para los pa¨ªses de renta media-baja.
El BID y el Banco Mundial prometieron hace poco mayor colaboraci¨®n. Como accionista principal de ambos, Estados Unidos tiene que insistir que estos bancos, acorde con la Declaraci¨®n de Los ?ngeles sobre Migraci¨®n y Protecci¨®n de junio 2022, trabajen para mejorar su ambici¨®n y coordinaci¨®n a la hora de apoyar los esfuerzos de integraci¨®n e inclusi¨®n de migrantes. Ambas entidades deber¨ªan enfocarse en la movilizaci¨®n de capital privado hacia la inversi¨®n en ciudades que albergan importantes comunidades de migrantes, donde se podr¨ªa catalizar un crecimiento que resulta esencial para estabilizar tanto a los desplazados como a las poblaciones que desean emigrar.
Con af¨¢n de promover mayor financiaci¨®n para grandes desaf¨ªos globales, el BID y el Banco Africano de Desarrollo han propuesto conjuntamente que se recanalicen los derechos especiales de giro (SDR por sus siglas en ingl¨¦s) del Fondo Monetario Internacional a trav¨¦s de bancos de desarrollo multilaterales, con objeto de aprovechar la capacidad de apalancamiento de los bancos. En las Am¨¦ricas, un plan de estabilizaci¨®n para comunidades de acogida ¨C posiblemente hecho a medida para comunidades que acogen a desplazados por la crisis clim¨¢tica ¨C deber¨ªa ser un beneficiario principal de esta financiaci¨®n creativa para el desarrollo.
Una estrategia para las comunidades de acogida es tan solo un componente del necesario enfoque m¨²ltiple para mitigar y gestionar la migraci¨®n. Una con un historial de ¨¦xito comprobado a lo largo y ancho del continente y que debe ser reforzado a escala antes de que sea demasiado tarde.
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