La Autoridad Palestina pierde apoyo en la calle frente a un Ham¨¢s fortalecido tras la matanza en Israel
El partido laico, que enarbola la causa pol¨ªtica de los palestinos y que gobierna Cisjordania, llevaba tiempo cuestionado antes de los ataques del 7 de octubre perpetrados por el movimiento islamista
Seis de la tarde del martes 31 de octubre en la plaza central de Ramala. La noche ya se ha echado sobre la capital administrativa de Cisjordania y centro de poder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Como todos los d¨ªas, hay manifestaci¨®n de solidaridad con las v¨ªctimas de Gaza. Entre c¨¢nticos y consignas, la leve brisa hace flamear varias banderas amarillas de Fatah, partido que lidera la ANP, que gobierna Cisjordania; otras verdes de Ham¨¢s, movimiento islamista que gobierna en la Franja, y algunas palestinas. De repente, se produce un peque?o tumulto. Varios de los presentes tratan de evitar que los seguidores de Ham¨¢s, minoritarios fuera de Gaza, se hagan notar. El incidente no va m¨¢s all¨¢ de un forcejeo. Las banderas verdes siguen ondeando. Lo ocurrido explica bien, sin embargo, la olla a presi¨®n en la que vive la pol¨ªtica palestina. La ANP ya estaba cuestionada con anterioridad a la actual coyuntura b¨¦lica. Ahora, tras el ataque de la milicia fundamentalista isl¨¢mica en territorio israel¨ª el pasado 7 de octubre, m¨¢s todav¨ªa.
Solo una de las personas que hablan en este reportaje ha criticado a Ham¨¢s por haber matado a civiles. Es Aarab Barguti, de 33 a?os y uno de los hijos del preso palestino m¨¢s famoso, Marwan Barguti. Pieza fundamental de Fatah y eterno candidato a presidente, cumple cinco cadenas perpetuas en una prisi¨®n israel¨ª. ¡°Yo, personalmente, no defiendo matar a civiles. Es un error, pero cuando la gente pierde la cabeza, ve morir a civiles, a ni?os¡ (¡) S¨ª creo que se puede matar y secuestrar soldados¡±, afirma Aarab en su casa de Ramala, desde donde critica al actual liderazgo de la ANP porque no lucha por el ¡°sue?o de la independencia¡±.
En la capital cisjordana, el sentir general es que esa matanza ha hecho subir como la espuma la popularidad de Ham¨¢s (acr¨®nimo en ¨¢rabe de Movimiento Isl¨¢mico de Resistencia), seg¨²n todas las fuentes consultadas. En todo caso, frente a un posible tsunami islamista impulsado por los bombardeos indiscriminados de Israel en el enclave palestino, la idea transmitida es que las diferentes facciones y grupos pol¨ªticos de Cisjordania y Gaza han de cerrar filas y unirse. Fatah naci¨® a mediados del siglo XX y Ham¨¢s en 1987, con el comienzo de la primera Intifada. Los islamistas, que defienden la lucha armada contra Israel, ganaron en 2006 las elecciones y desplazaron a Fatah del gobierno de la Franja, que controlan desde 2007. En la sorpresiva incursi¨®n desde ese enclave de hace cuatro semanas mataron a 1.400 personas en territorio israel¨ª y secuestraron a otras 240. La reacci¨®n de Israel, con la aviaci¨®n, la artiller¨ªa y la invasi¨®n militar por tierra, ha matado ya a m¨¢s de 9.000 habitantes de Gaza, seg¨²n fuentes sanitarias locales.
Ghassan Khatib, profesor de la Universidad de Bir Zeit y exministro de Trabajo y exministro de Desarrollo en el Gobierno de Palestina, explica a trav¨¦s del tel¨¦fono: ¡°Hay un aumento en la esfera p¨²blica del apoyo a Ham¨¢s y, en paralelo, un descenso de Fatah y la ANP. Pienso que los ¨²ltimos acontecimientos han tra¨ªdo una mayor marginalizaci¨®n de la ANP frente al sector m¨¢s moderado de la sociedad palestina. As¨ª que el efecto es el de una mayor radicalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica¡±. Eso coincide, a?ade, con un Ejecutivo en Israel como el del primer ministro derechista Benjam¨ªn Netanyahu que pretende ¡°absorber¡± los territorios palestinos, especialmente Cisjordania, mediante una pol¨ªtica de ¡°expandir los asentamientos y dar m¨¢s poder a los colonos¡±, que son ya en torno al medio mill¨®n.
Los medios occidentales ven en el ataque de Ham¨¢s ¡°una matanza¡±, pero no lo entienden as¨ª los palestinos en la calle, que ¡°sienten una especie de liberaci¨®n y comprueban que Ham¨¢s ha conseguido golpear a Israel como nunca antes¡±, se?ala un analista palestino buen conocedor de los entresijos de la actualidad en Cisjordania y que prefiere no ser citado. Cree que unas elecciones hoy en d¨ªa dar¨ªan la victoria al movimiento islamista frente a los laicos de Fatah.
El papel del presidente Mahmud Abbas, de 87 a?os, ya estaba en entredicho antes de la presente guerra. El l¨ªder de Fatah va camino de las dos d¨¦cadas sin someterse al escrutinio de las urnas. Ahora, ¡°se encuentra bajo la presi¨®n de dos frentes. Por un lado, la comunidad internacional e Israel. Por otro, la calle palestina, que le presiona en sentido contrario¡±, opina Ghassan Khatib. El presidente ¡°podr¨ªa hacer m¨¢s. M¨¢s en la esfera diplom¨¢tica y, adem¨¢s, ser m¨¢s activo a nivel internacional para tratar de lograr un alto el fuego y mejorar la situaci¨®n humanitaria de Gaza¡±, considera. ¡°Yo y mi generaci¨®n, los que crecimos en la segunda Intifada, hemos sufrido una falta de liderazgo y nos sentimos traicionados¡±, comenta Aarab Barguti. Por parte de Israel, se?ala, ¡°el gran error es pensar que los palestinos tenemos algo que perder¡±; por la de Occidente, el ¡°doble rasero¡± por el que se mide a Israel con respecto a Rusia.
Hay grietas abiertas en el armaz¨®n institucional del Gobierno palestino. Alguno de los asistentes a una reuni¨®n esta misma semana en la que se encontraba Mahmud Abbas no quiso saludar al presidente, seg¨²n ha podido saber EL PA?S de altas esferas de la ANP que prefieren no ser citadas. Ghassan Khatib no cree que dentro del Gobierno palestino haya surgido una fractura tras el ataque de Ham¨¢s, aunque s¨ª puede haber ¡°diferencias de car¨¢cter menor¡±. Un prominente miembro del comit¨¦ central de Fatah, Abbas Zaki, aplaudi¨® durante una intervenci¨®n televisiva el ataque de Ham¨¢s. Sus palabras fueron desautorizadas a trav¨¦s de la agencia oficial palestina, Wafa. Para el exministro Khatib, Zaki no representa m¨¢s que su propia opini¨®n.
Zaki, de 81 a?os, recibe a EL PA?S en su oficina de Ramala y no esconde que, para ¨¦l, lo ocurrido el 7 de octubre fue una ¡°reacci¨®n normal¡± ante la ocupaci¨®n que sirvi¨® para ¡°demostrar la debilidad de Israel, de su ej¨¦rcito y de su inteligencia y mostr¨® el camino de la lucha de los palestinos¡±. Por eso, su ¡°popularidad es mayor ahora¡±, aunque eso no significa, a su entender, que los islamistas vayan a ser capaces de hacerse con las riendas del Gobierno en Cisjordania. El veterano pol¨ªtico, en Fatah desde 1962, insiste, en todo caso, en que ¡°el futuro pasa por la unidad de las diferentes fuerzas palestinas¡±.
Tres semanas antes del ataque de Ham¨¢s, una encuesta del Palestinian Center for Policy and Survey Research realizada en Cisjordania y Gaza daba como ganador al l¨ªder de ese movimiento, Ismail Haniya (58%), en unas hipot¨¦ticas elecciones frente a Mahmud Abbas (37%). Ese mismo sondeo, sin embargo, daba vencedor a Marwan Barguti (60%), de Fatah, frente a Haniya (37%). Para Ghassen Khatib, ¡°Marwan Barguti es el l¨ªder m¨¢s popular de Fatah y la ANP¡± y ¡°su liberaci¨®n supondr¨ªa un reto para Abbas y el liderazgo tradicional de Fatah y la ANP, porque no es un secreto que Barguti tiene posiciones e ideas que no son muy aceptadas por la actual direcci¨®n¡±. Esas diferencias, detalla, son, en esencia, su apuesta por mantener la lucha armada y su apuesta por la unidad nacional, incluida Ham¨¢s.
Israel anunci¨® esta misma semana por medio del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, un ultraderechista que niega la existencia del Estado palestino, que iba a congelar la transferencia de fondos que corresponden por derechos de aduanas a la ANP por apoyar a Ham¨¢s. Israel, en guerra con Ham¨¢s, tampoco opta por la ANP como alternativa para llevar las riendas en la Franja. Es, sin embargo, la soluci¨®n menos mala que defiende su principal aliado, Estados Unidos. ¡°Entonces, ?Qui¨¦n se va a quedar al cargo de Gaza? Yo no creo que la ANP est¨¦ deseando regresar a Gaza montada en tanques israel¨ªes¡±, ilustra de manera metaf¨®rica el profesor Khatib. ¡°Y estoy seguro de que tampoco va a aceptar el encargo ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe. Por eso Israel afronta un problema importante de cara al futuro¡±, a?ade.
La protesta del martes en la plaza de Ramala no es numerosa, pero los gritos a favor de la lucha armada se imponen a los que defienden la unidad entre facciones. Alguno de los presentes, como Niveen Shihada, una peluquera de 44 a?os, se averg¨¹enza de la falta de empuje popular. Prefiere no decantarse, aunque teme que Ham¨¢s ha ganado enteros en Cisjordania y defiende su unidad con Fatah.
Aarab Barguti recuerda que solo vivi¨® hasta los 11 a?os con su padre, encarcelado desde hace 22. Hace uno que no les permiten visitarlo. No milita en ninguna fuerza pol¨ªtica, pero no reh¨²ye la pregunta de si ve a su padre como candidato a la Presidencia. ¡°Con unas elecciones presidenciales democr¨¢ticas, s¨ª lo veo. Llevamos mucho tiempo esperando elecciones presidenciales. Mi padre est¨¢ preparado. Pero a m¨ª, personalmente, no me gustar¨ªa. [Si lo liberan] me gustar¨ªa que pudi¨¦ramos llevar una vida normal¡±. Aarab Barguti defiende la unidad como camino para tratar de fortalecer el papel institucional de Palestina pese a que en el ideario de Ham¨¢s figura el acabar con el Estado de Israel. ?l se muestra convencido de que ¡°Ham¨¢s firmar¨ªa volver a las fronteras de 1967 y una soluci¨®n de dos Estados¡± si Israel lo permitiera.
¡°Yo no creo que Israel pueda acabar con Ham¨¢s. Puede debilitarlo, pero Ham¨¢s es una idea que va a salir reforzada de esta guerra¡±, pronostica el profesor Khatib refiri¨¦ndose al componente religioso, pero tambi¨¦n de resistencia frente a la ocupaci¨®n del movimiento. ¡°Su capacidad militar puede ser reedificada¡±, opina al tiempo que incide en que centrarse en la seguridad sin comprender las ra¨ªces del problema como son la ocupaci¨®n o el fallido proceso de paz no va a servir para nada a Israel. Aarab Barguti coincide en la pr¨¢ctica imposibilidad de acabar con la milicia en cuanto a ¡°idea¡±. Afirma que ¡°incluso en Ramala, la Palestina m¨¢s liberal, la gente est¨¢ apoyando a Ham¨¢s. Se sienten defendidos con el 7 de octubre. Esperan incluso los discursos de Ab¨² Obeida¡±, portavoz de las Brigadas Ezed¨ªn Al Qasam, brazo armado del movimiento.
¡°Vivimos bajo la sensaci¨®n eterna de que nuestra vida vale menos que la de los israel¨ªes¡±, lamenta el hijo del preso. ¡°No tenemos otra cosa que la violencia, era lo ¨²nico que nos quedaba. ?Qu¨¦ esperaban de nosotros? Por supuesto que la opresi¨®n lleva al extremismo¡±, justifica. ¡°Si acorralas a un gato, se convierte en un le¨®n¡±, zanja Abbas Zaki.
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